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Núm 29, II Época - Diciembre 2000 - Edita FE-JONS - La Falange |
Plaza de Oriente |
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España Cartas a
Napoleón elite Una
mirada de Quebec a España César
Vidal Atentado
en Cantabria |
Por vez primera en muchos años, este año volví a la Plaza de Oriente el domingo del “20-N”. Volvía con la curiosidad, entre morbosa y nostálgica, del emigrante que regresa a su pueblo gallego por las fiestas patronales. El lector no debe ver en la impresión que adjunto ninguna sonrisa de superioridad o conmiseración del que tiene superado esto o aquello; la fidelidad contracorriente merece un respeto siempre. Equivocado o no, el que asume el antipático rol de “ultra”, aunque sea como un desahogo antipolítico, merece un respeto. Mi percepción es que aquello va a menos desde los años 80. Entonces yo era un adolescente, éramos muchísimos más, no tantos como decía
El Alcázar, pero muchos, y tan inútil concentración, políticamente , como ahora. Entonces se explicó el fracaso del bunker por diversas razones, entre ellas porque su directiva, periodística, económica y excombatiente, estuvo siempre vendida la Zarzuela, a
Fraga y al votoutilismo. Había que “frenar a los rojos”, como en Brunete. Así les fue, bastante peor que entonces. Otro de los muchos elementos a considerar, junto al tribalismo tipicamente hispano, eran los celos de las “personalidades”, básicamente los “aparatich” de los ministerios de
Franco y de su Movimiento, hacia Blas Piñar, el orador más celebrado de aquellas tribunas. Han pasado casi dos décadas, las mismas caras en el público, el mismo folk musical y de vestuario, los mismos chiringuitos de los que valen para los partidos del Madrid y de los pequeños partidos que “nada quieren tener con la extrema derecha”, pero que no los ponen en movidas progres. Los asistentes se saludan, compran llaveros de
Franco y demás santoral, y se despiden hasta el año que viene, desahogados por un desacompasado “Cara al sol”, que tiene la virtud de cargar la batería solar por un año, con patente de corso para votar por el PP, pues “no hay otra cosa”.Y el discurso sigue siendo el mismo. Unos curas, estupendos en cualquier parroquia, y más necesarios en la batalla dentro de la Iglesia. Testamento del Caudillo, silbidos cuando manda tragar a su heredero, hay que unirse... Cada orador recita e imita bastante bien. Cierto sentido del humor. Uno delimita el repetido proyecto con los que “no deben estar”, en buena parte, en base a la consideración del franquismo!, mientras Piñar y
Torres, que es su genuino heredero y discípulo, repiten aquello de la “Alternativa Nacional”. La edad del primero, que no empaña su vitalidad como orador, le pone a salvo de cualquier vanidad o personalismo. El segundo, rapado casi se parecía a
Mussolini, tiene aplausos, aunque no partido... La cuestión es; ¿hay futuro para las otrora llamadas “fuerzas nacionales”? Lo de nacionales pase, pero fuerzas, mas bien flacas. En el pasado reciente, cuento tres intentos de capitalizar lo que parecía próximo hueco sociológico y electoral ante la previsible decepción de un sector votante del PP. Los tres fueron apadrinados sin fortuna por
Le Pen. No ha sido así, por diversas razones. Piñar es percibido como el “pasado”.
Ynestrillas, una trayectoria particular infortunada, los terceros era pardos vergonzantes. Incluso ha fracaso un intento de refundación de AP en torno a
Calero. El electorado derechista está cautivo por que la cartera está llena, y el catolicismo acobardado y miope ante la cultura de la muerte y del progresismo que se le impone. Además,
Aznar y Oreja les parecen
Millán Astray frente a ETA. Sin embargo, cuando se habla de los nacionalismos, del euro, de ETA etc. se percibe que existe un numeroso sector de gente que opina distinto de lo que dicen los políticos y los periodistas. Es plausible que algún tipo de cambio pudiera hacer de la etérea masa una clientela política. Desde luego, eso no pasa por mantener/recuperar el nombre de “Fuerza Nueva”, que por tener lo usan residualmente quienes no debían, que en todas parte cuecen habas, la iconografía del Movimiento, la de Montejurra etc. Adviértase que el actual régimen español se alarmó mas ante los ensayos de pujadismo desideologizado de
Ruiz Mateos y Gil, con eficacia en sus antivirus, que ante el folk ultra. Hay un hueco para la función tribunicia de protesta, con cierta vaguedad en las afirmaciones, en un tono nacional-liberal, en este nuevo siglo. Incluso puede arrostrar el adjetivo de neofranquista, como hay neogaullistas en Francia y neofascistas vergonzantes en Italia
(Fini), con su cuota de poder. No seremos los falangistas los que hagamos ese trabajo, pero no asistiremos con especial antipatía a la constitución de un partido de “derecha nacional”. Si hubiese uno de izquierda nacional, que es Francia es posible pero aquí no, pues estupendo. A clientelas distintas, siglas distintas. Que aceptada esa hipótesis cabe coordinar algún tipo de entendimiento con el fin de defender la soberanía española de los tentáculos de la globalización internacional y el neofeudalismo regional, pues adelante. Que cada cual haga su trabajo. El Nacional-Sindicalismo tiene el suyo propio. Andrés Vidaurreta |