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Núm 29, II Época - Enero 2001 - Edita FE-JONS - La Falange |
Los 10 mandamientos de prensa |
Imagen y Prensa |
Una política homogénea ante los medios de comunicación es fundamental. Un artículo en un periódico local o nacional, diez segundos de televisión o un par de minutos de radio tienen mayor alcance que treinta mil carteles. Además, cuantos consumen prensa dan mayor credibilidad a ésta que a la propaganda directa de la organización. Con ese fin, recogemos a continuación diez normas sencillas para facilitar el trato con los periodistas y normalizar las relaciones con los medios de comunicación de tu provincia, región o de cobertura nacional. Evidentemente, no sirven de nada si ignoran que existes, para lo cual, has de estar en la calle actuando, formando parte del panorama social y político de tu entorno. 1.‑ Sé accesible. Es necesario disponer de fax, correo electrónico y un teléfono –mejor si el un GSM pues permite estar accesible en cualquier momento-. Devuelve comunicaciones lo antes posible, aún cuando no tengas orientaciones que ofrecer. Los periodistas dan a esto una importancia difícil de comprender para los que están fuera de la profesión. Mantén el contacto abierto. 2.‑ Sé servicial. Da la mejor información y los máximos detalles posibles. A priori ignoras qué información dará pie al titular. Si no puedes ayudar, tienes que dar la impresión de querer colaborar. El truco es dejar al periodista de buen humor, aunque no puedas decirle nada. Cordialidad. 3.‑ Sé amigable, pero reconoce los límites de la amistad. Si alguien la invoca para hacerte decir lo que no debes, díselo con sencillez y abiertamente. 4.‑ No metas mucha paja, dejarán de considerarte una fuente de información útil. Si no sabes la respuesta, o no puedes darla, dilo. Rara vez te lo tomarán en cuenta. Pero nunca digas "sin comentarios", no sirve más que para estimular la especulación. 5.‑ No digas mentiras. Si mientes o a sabiendas das una respuesta errónea, tienes muchas posibilidades de ser descubierto y tu credibilidad quedará destruida para siempre. Si das una información engañosa sin darte cuenta, tienes que intentar corregirla antes de que salga a la luz. Si es demasiado tarde, confiésalo todo al periodista y si fuera necesario, explícale al director de su medio que eres responsable de que haya publicado algo falso. A lo hecho, pecho. 6.‑ No tengas favoritos. Al menos descaradamente. Antes o después los que han caído en desgracia te ajustarán las cuentas. La “manía” a un medio de comunicación supone que todos los lectores/espectadores de ese medio reciban una impresión negativa de la organización o, casi peor, no tengan noticia alguna sobre ella. 7.‑ Toma en serio a los periodistas. Comprende las presiones bajo las que trabajan e intenta adelantarte a sus necesidades. Por encima de todo, no olvides la tiranía del tiempo (todos los días un periódico nuevo, tres telediarios, un informativo de radio cada hora) y el apetito insaciable de los directores por la última edición. 8.‑ Si quieres cobertura, produce noticias. Los actos necrológicos y las repeticiones no son noticia. Si no puedes hacerlo, pronuncia frases irrepetibles. Un producto digno pero aburrido no tendrá tratamiento informativo por el mero hecho de proceder de ti o de tu organización. Evalúa la importancia de las acciones que realices y convoca a la prensa para algo nuevo. 9.‑ No pierdas tiempo protestando cuando no escriban algo como tú hubieras deseado. Sólo los actos descarados de mala fe, inexactitud e injusticia merecen una queja. La reiteración de las protestas las hacen perder fuerza. 10.‑ Asegúrate siempre que todo lo que informas es entendido y aceptado. Deberías partir de la base de cualquier cosa que digas será divulgada. Si no quieres que algo se publique, no lo digas ni "off the record", es decir, no hagas lo de "te lo cuento pero no lo publiques". (Inspirados en los enunciados de Christopher Meyer del Foreign Office británico, Cuadernos para Debate, número 76, enero‑febrero de 1994.) Curso Alejandro Salazar, Cudillero 1994 |