Núm 29, II Época  - Enero 2001 - Edita FE-JONS  -  La Falange  


Imagen y prensa

Julio Ruiz de Alda

El mando

El militante

Los carteles

Imagen y Prensa

Los 10 mandamientos para hablar con los periodistas

LOS COMUNICADOS DE PRENSA

LA RUEDA DE PRENSA

NORMAS PARA UNA CAMPAÑA DE PRENSA

EL DEBATE RADIOFONICO

Enlaces

Portada FE

Por razones de eficacia, es más válido un artículo en un periódico de tirada nacional cada dos meses que tres mil panfletos diarios. Hasta que consigamos escritores que reflejen nuestra opción en los medios de comunicación, dentro de lo que llamamos antes métodos de actuación indirectos, es conveniente realizar una labor de aproximación a dichos medios. Para ello, es de estricta aplicación para todos en general y los encargados de la prensa en particular:

1.‑ No rechazar nunca los debates públicos, menos aún los televisados, a que seamos invitados. Antes de acudir, es necesario saber quiénes serán nuestros contertulios e informarnos sobre ellos y su labor.

2.‑ Mantener una política ágil de notas de prensa inmediatamente antes y después de nuestras actuaciones en la calle. No sólo al departamento de nacional sino, también, a la página de convocatorias.

3.‑ Procurar entrar en contacto personal con los periodistas encargados de cubrir la información que nos atañe. Normalmente, los más permeables son los de la radio.

4.‑ Ser correctos vistiendo. No es necesario ir de frac, pero sí limpios y respetar las normas de convivencia. Presentarse en actitud decorosa, sobrios. Hablar sin histrionismos, y defender con soltura nuestros postulados, evitando posturas demasiado familiares, como apoyar los brazos en la mesa y tumbarse sobre ella, así como las rigideces que hablarán de nuestra carencia de tablas. Aprender a hablar, entrenándose para ello en el local y repartiendo papeles de "abogados del diablo" a otros militantes. La palabra hay que saber defenderla, evitando que nos la quiten así como que nos impidan tomarla, cosa que ocurre con frecuencia en los debates en radio y televisión, especialmente cuando nuestros contertulios tienen más experiencia en el medio determinado, cosa que ocurrirá siempre. Si esperamos a que nos den la palabra, no hablaremos. Cuando usemos nuestro turno, el discurso debe ir bien hilvanado, desmontando los argumentos dados por otros, de los que habremos tomado escuetos apuntes,  y evitando ser farragosos, así como contradecirnos. Físicamente, acostumbrares a mirar de frente, sin taparnos la cara con la mano ni con objetos como los necesarios papel y  bolígrafo, cuyo sitio está sobre la mesa. Algún gesto, como marcar números en el aire dará énfasis a nuestros asertos.

   El mensaje a transmitir debe poder condensarse en una frase. Si consideramos que la mayor parte de los lectores de prensa, sólo leen los titulares hemos de saber concentrar nuestro mensaje en pocas palabras. Para ello, debemos considerar las motivaciones que tiene el público al que nos dirigimos y dar una respuesta adecuada a sus expectativas. Hemos de evitar el argot técnico y complicado y considerar que ese momento es la única ocasión que tendremos para lanzar nuestro mensaje.

  Por último, hay que tener en cuenta que la mentira no es un valor político. Puede facilitar éxitos a corto plazo, pero termina cobrando un alto precio, tanto personal como político. No confundamos, con todo, mentira con clandestinidad. En nuestro estilo, es inadmisible. Nos distinguimos por ser los primeros en dar la cara. La imagen del militante, en su comportamiento en cualquier actividad cotidiana, es la imagen de la causa. El militante debe ser ejemplar en todo, es la mejor imagen.

   Son diversas las actuaciones en las que es necesario difundir la imagen propuesta.

Curso Alejandro Salazar, Cudillero 1994