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Núm 29, II Época - Enero 2001 - Edita FE-JONS - La Falange |
El mando |
Imagen y PrensaLos 10 mandamientos para hablar con los periodistas |
Es de una importancia extraordinaria, de su responsabilidad y capacidad de análisis y de organización depende el logro de la empresa. La tarea es dirigir hombres, consiguiendo de ellos obediencia confiada, respeto y voluntad de servicio. Fracasa quien rehuye el grupo y no crea espíritu de equipo, al igual que fracasa quien olvida la misión del grupo y se centra en evitar conflictos para crear una "familia feliz". La clase de mando está en consonancia con la actitud de la unidad que se manda. Cuando ésta es reducida, el mando puede hacerlo todo él solo, error frecuente. Los dirigentes eficaces no son siempre los más trabajadores o más ardorosos, sino quienes saben dosificar en cada momento estas dos actitudes. Como medida de su eficacia está el conseguir resultados cada vez mejores con medios constantes o decrecientes. La sociología nos permite identificar tres tipos de mando tradicionales, habiendo coexistido siempre, aunque con preeminencias de uno u otro según las estructuras del momento. Podemos concretarlos en autoritario, participativo y permisivo. Dentro de ellos se engloban las subdivisiones entre paternalista, persuasivo, absorbente, negociador, delegativo, etc. Con todo, ninguno existe en estado puro y todos suelen tener un porcentaje de cada uno de los demás. - AUTORITARIO: Tiene el máximo poder y responsabilidad. No explica sus órdenes, poniendo gran énfasis en que se cumpla el trabajo. Necesita estar dirigiendo él las cosas, es pesimista con respecto a sus subordinados. Confía plenamente en la autoridad formal y espera que se sometan a ella. Ante un mando de este tipo, los mandos intermedios y militantes suelen adoptar alguna de estas conductas: - Identificarse más con el jefe que con el grupo, provocando la ruptura del equipo. - Mostrar agresividad en el trato. - Ansiedad al entrar en conflicto por querer imitar la forma de actuar del jefe, careciendo de la autoridad, prestigio y conocimientos de éste, lo que le rebaja ante sus subordinados. - Entrar en conflicto con otros mandos intermedios al intentar lucirse ante el jefe en detrimento de sus compañeros. - Entrar en conflicto con el jefe, a quien no se pueden plantear problemas, no admite pegas y no suministra toda la información necesaria. El problema del mando autoritario puro es que genera cierto sentido de irresponsabilidad en los subordinados, que tienden a cumplir formalmente la orden pero sin preocuparse de los resultados. Esto afecta a la cohesión del grupo, disminuyendo la sociabilidad e incrementando la dificultad de reemplazar al jefe. Muchos acaban alejándose del grupo físicamente y el jefe acaba transformándose en: - Absorbente: Es sólo jefe de sí mismo. Planifica, realiza y controla mientras su equipo se cruza de brazos. Se queja de que nadie le ayuda, pero lo cierto es que no considera capaz a nadie. Por lo que todo tiene que pasar por sus manos. Un ejemplo paradigmático fue Felipe II. -PERMISIVO: Toma poco interés por las cosas, a todo dice sí. Ha aceptado la derrota de antemano. Entre sus variantes, encontramos: - Acomodaticio: Demasiado realista. Piensa que debe ponerse el mismo énfasis en los objetivos que en el bienestar de las personas. Tendencia a negociarlo todo. Sus soluciones funcionan pero no sobresalen, impera la mediocridad. Los subordinados pueden exponer su opinión y sugerencias siempre y en cualquier circunstancia. Piensan que han participado aunque no se tomen en cuenta sus decisiones. - Persuasivo: Diplomático, manipulador, maniobra para que se acepten de buen grado sus decisiones personales. Evita los enfrentamientos. - Confiado: Exige poco a sus subordinados, trabaja para eliminar las insatisfacciones. Confía en su diplomacia personal, en caer bien porque es buena persona, en la amistad y en los favores realizados para hacerse obedecer. Le mueve que le quieran. - PARTICIPATIVO: Colaborador, potencia una situación abierta. No ve diferencias entre el objetivo del grupo y el de cada uno de sus componentes. No cree tener todas las soluciones. Procura obtener sugerencias de los demás y las tiene en cuenta. Como factor favorable, genera responsabilidad por las tareas en los subordinados, que tienden a cumplir la consigna plenamente, sienten que cuentan con ellos. En contra tiene la falta de operatividad y la lentitud en el proceso de toma de decisiones, incrementando la vida interna de la organización en detrimento de la externa. Entre sus subdivisiones encontramos: - Delegativo: Democrático, divide las tareas entre los miembros, para que cada cual asuma su realización. Es él quien conoce todas las piezas del puzzle. Como recomendaciones generales para alcanzar un liderazgo efectivo, podemos recoger las siguientes: 1.- Dar por escrito, cuando sea posible, las explicaciones y ofrecerse a aconsejar la forma de resolver los problemas. 2.- Es importante que todos te vean funcionar entre ellos sin evidenciar temores. 3.- Mantén contactos informales con los subordinados. 4.- No te niegues habitualmente a recibir a las personas que quieren hablar contigo. 5.- Toma el pulso a la opinión pública. 6.- Cuida el buen humor y la amabilidad. 7.- A todos les agrada oír su nombre así como ser felicitados cuando han hecho algo bien. 8.- Si tus militantes pueden soportarlo, también puedes tú. 9.- Ten acceso a información actualizada y fiable. MISIONES DEL MANDOCualquier mando, independientemente del tamaño de su unidad y de la importancia de sus actividades, ha de desempeñar las mismas funciones generales, que citamos a continuación según su orden de aplicación: 1.- Planificar. Pensar antes que actuar. Ya sabemos que se planifica a corto, medio y largo plazo según los objetivos. Una buena planificación comprende: a) Previsión. b) Elección de objetivos. c) Programación. d) Puesta en marcha. e) Control. f) Correcciones. g) Evaluación final. Una buena pauta es buscar soluciones nuevas a los problemas que se nos presenten. Es frecuente entre algunos mandos que al llegar a su nuevo puesto de servicio, se haga tabla rasa con la tarea de su antecesor. 2.- Organizar. Organizar implica analizar los cometidos de cada cual, delimitando funciones y responsabilidades, delegar las funciones, establecer una línea jerárquica con dependencia única y establecer en esa línea los escalones convenientes. Recuerda, un mando no puede hacer todo el trabajo solo. La organización de un equipo debe ser clara, sencilla y flexible. Es importante que cada militante reciba órdenes de un solo jefe, desentrañando los canales de comunicación para evitar contraórdenes y desórdenes. 3.- Ejecutar. El jefe ejecuta dando órdenes, no haciendo cosas. Por eso debe conocer a sus subordinados más directos, aclarar dudas, transmitir la información necesaria y saber motivar. 4.- Coordinar. Es agrupar los esfuerzos individuales en una misma dirección, informando, integrando a todos en el grupo y unificando criterios de actuación. 5.- Controlar. Supone encauzar, gracias a la buena definición de los objetivos propuestos. Para ello hay que analizar e interpretar resultados, valores e informes. Evitando las desviaciones por medio de métodos correctores. La misión del mando es transformar la información en acción. El intercambio de ideas puede ser lento, pero la ejecución ha de ser rápida y precisa. CUALIDADES DEL MANDOEl hombre de hoy necesita tomar decisiones más complicadas y urgentes que las de su padre o abuelo. Ha de ser capaz de decidir, asumiendo la responsabilidad de la opción elegida. Esto le obliga a conocer su cometido y a tener algunas de las siguientes cualidades: - Previsión: Saber adelantarse a los acontecimientos, por lo que sus conocimientos han de estar al día. Leer e informarse. - Autodominio: Dueño de sí mismo, quien no se gobierna a sí mismo no gobernará a los demás. Mandar mucho sin necesidad, quema. Fortalecer la paciencia, no decidir en medio de un ataque de cólera ni bajo excesiva presión. - Eficaz: Saber adecuar los medios para alcanzar los objetivos. Es evidente la necesidad de conocer los propios medios. Recapitulando, el poder es la potencia que tiene el hombre para crear, administrar y hacer ejecutar. La autoridad es la ascendencia formada por el carácter, las cualidades intelectuales y morales, junto a la experiencia adquirida. El mando es un elemento indispensable en la sociedad, es quien dirige y hace trabajar. El poder lo puede dar el cargo pero la autoridad hay que ganarla y es fruto del carácter y del comportamiento. La razón es la primera autoridad, el poder la última. Mandar no es sólo dar órdenes sino hacer que se cumplan. Las órdenes se explican pero no se discuten. El jefe debe olvidar que lo es pero no consentir que lo olviden sus subordinados. El jefe es locomotora, no vagón, debe comprender a la sociedad en que vive y tener en cuenta que no hay mando eficaz sin afecto. Finalmente, recordemos las palabras del presidente Lincoln: "Me alegro de haber encontrado a un hombre capaz de ir adelante sin mí". El buen líder genera otros líderes. Curso Alejandro Salazar, Cudillero 1994 |