CARLOS,
impresiones de la primera semana
La historia
del coche abandonado en la calle que decía
que era el suyo, así como el pegote de haber
descargado camiones en Mercabarna, le restan toda
credibilidad.
De todas
las vidas como de película que nos han presentado,
esta es la que más se aproxima a una tomadura
de pelo. ¿Dónde tiene este simplote
engreído los brazos de haber dado un palo al
agua en su vida, no ya descarando camiones, sino de
cualquier manera.
Su relación
con Fayna parece en principio lo de "Dios se
cría y ellos se juntan", pero tenemos
nuestras dudas.
Una posibilidad
es que habiéndose aprendido la lección
de otros concursos, se hayan organizado su propio
montaje y nos vayan reclamando nuestra atención
con peleíllas y reencuentros.
Pero más
bien parece que el nivel de cretinismo es en esta
edición de Gran Hermano muy similar al de El
BUS (que llegó muy lejos en este sentido).
Así
que yo apuesto más bien porque los cuernos
y contracuernos van a sucederse en esta patética
pantomima de convivenvia humana.
¿Adivinas
a quien prefiere Fayna para ponerle los cuernos a
Carlos? Seguro que sí
|