LAS
IMÁGENES DE LA POLÉMICA
¿Por
qué la presión de organismos, asociaciones,
partidos políticos y demás mediadores
y deformadores de nuestra voluntad ha surtido
efecto y han echado a Carlos en medio de tantas
contradicciones? Ahora no lo echamos, ahora sí
lo echamos...
Bueno,
una de las peticiones de organismos, asociaciones,
partidos políticos y demás, era
que no se volvieran a dar las imágenes
del escándalo.... ¿Las han vuelto
a dar?
¡Por
supuesto!
Y
ese mismo día. Carlos, y nadie dice que
no se lo haya buscado, está en la calle,
pero las imágenes pueden volver a "disfrutarse",
con cualquier excusa,en Crónicas o donde
haga falta. Y es que Carlos no es el tema, ni
las relaciones "sadomasoquistas" entre
él y Fayna (quien por otro lado no nos
hace ni pizca de gracia tampoco). El tema es cómo
conseguir más audiencia, como remontar
el bajón que el concurso estaba experimentando
esta temporada, en parte por lógica y en
parte por la deplorable elección de candidatos,
estilo El Bus de Antena 3.
Y
hay más audiencia echando a Carlos que
dejándolo dentro para que siga intercambiando
golpes más o menos sonoros con Fayna. ¡Qué
mina de oro les han puesto entre las manos nuestros
hipócritas interventores de la vida pública!
¿Y
qué hay de las imágenes en sí?
Bueno, las imágenes que se han repetido
(es la misma técnica del año pasado:
crear opinión a base de repetir las imágenes
que interesan, y de repetir y repetir sobre ellas
los mismos comentarios en todos los programas),
no lo son todo. Al parecer hubo más entre
ambos, aunque no fueran golpes de diversa intensidad.
Pero las imágenes en sí muestran,
como dice una y otra vez Fayna, sólo una
parte de una relación, y sólo una
parte de una secuencia en la que ella poco más
y deja sin muelas a Carlos de un cabezazo. Pero,
claro, no hay organizaciones para defender a los
hombre que sufren (o están a punto de sufrir)
un cabezazo. Ese tema no está de moda.
Aún
así, es desde luego más que discutible
que estemos ante un caso de malos tratos de juzgado
de guardia. Son un par de personas (a las que
no conocemos en detalle para acabar de calibrar
la situación), haciendo el burro en medio
de una pasión cuyos rasgos ni ellos mismos
controlan. Ambos han quedado marcados, en cualquier
caso, y se lo merezcan o no, el daño que
caprichosamente les han hecho unos y otros ya
es irreparable, si es que todo lo que pasa ante
nuestros ojos por la pantalla es real y no mero
teatro, claro.
Muy
gracioso que Sardá, después de ventilarse
al tipo, Carlos, una vez ya estaba fuera de la
casa, diga que hay que dejarlo estar ya que sólo
era un juego y sólo alguien que estaba
participando un juego. ¡A buenas horas!
Y ahora a por el siguiente, ¿no?
¿Le
dio un sopapo Carlos a Fayna? Se lo dio, pero
no de juzgado de guardia, sino en medio, como
se ha dicho, de un juego erótico (no sexual).
¿Vaciló Carlos de su fuerza de machote
ante ella? Lo hizo, pero sólo alguien muy
malintencionado o manipulado puede pensar que
era algo más que una -patética y
deplorable- bravuconada erótica de alguien
inmerso en una relación de características
muy fuera de lo real.¿Maltratará
Carlos a su futura mujer sea esta quien sea? Sólo
un desalmado, o alguien con el cerebro plano que
no haga más que repetir códigos
y latiguillos de los que nos obligan a aprendernos
de memoria en los telediarios, puede hacer semejante
vaticinio.