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Home>Personajes>Bobby & Bootsy

Si a alguien se tuviera que nombrar como el “líder” de los vagos que viven en el callejón de Spawn, Bobby sería ese hombre.
Robert “Bobby” Watts no es un tipo de trayectoria heroica. No ha hecho nada importante en su vida de prevago o en su vida como tal. Los otros vagos siguen a Bobby porque ha aceptado su vida como es y se entiende con ella. Sabe que la vida de los vagabundos no es fácil, pero para Bobby tampoco lo es la vida “normal”. Antes de llegar a las calles era un hombre común. Gerente de servicios en una concesionaria Chevy, por 21 años, casado por 23, una hija, mantener una casa, lo usual. Entonces la vida de Bobby cayó hasta el fondo como un saco de papel mojado. Perdió a su esposa por el cáncer. Su dolor y todos sus ahorros se fueron en menos de un año. Sintió mucho la muerte de su esposa. Llegó hasta la boca de una botella y estuvo ahí hasta que desperdició toda su vida. Mandó a su hija a vivir con sus abuelos, y entonces Bobby desapareció en las calles.
Junto con el otro vago, Bootsy, se ha convertido en algo así como el mejor amigo de Spawn, desde que éste se mudó a los callejones. Ellos son sus confidentes y sus confesores. Spawn es su protector. Pero no siempre ha estado ahí para protegerlos. El pasado de Al Simmons y el presente de Spawn siempre están tras él. A veces algún inocente se cruza en el camino de alguien, con malas intenciones, convirtiéndose en el blanco. Ése fue el destino de Bobby Watts.
Bobby y Al Simmons comparten algo más que el callejón donde viven. Comparten la muerte y al mismo asesino: Chapel.
En busca de Spawn, Chapel tomó la vida de Bobby para aumentar la tortura sobre Al. Aunque tomó mucha de la energía de Spawn (sin mencionar el gran dolor), trajo de nuevo a la vida a Bobby. Lo que Spawn perdió de poder lo ganó en dignidad.
Resucitar a Bobby dejó residuos de su propia necroplasma en él. Pero por cada pulgada de bien, viene una milla de maldad. La pequeñísima parte de necroplasama que dejó en Bobby, fue usada por el Redemeer para rastrear a Spawn. En lugar de encontrar a su presa, encontró a Bobby.
El Redemeer trató de disecar a Bobby, para ver qué podía aprender del aura que éste irradiaba. De nuevo Spawn libró a Bobby de las garras de la muerte. Ahora son tres los que cargan rastros de necroplasma: Spawn, Cogliostro y Bobby. Otro lazo que une a Bobby con Spawn.

Bootsy:
Un padre al que nunca conoció. Una madre que traía a casa a docenas de “tíos” con el nombre de John. Siempre descartado y arrastrado mientras su madre atendía sus “reuniones familiares”. Bootsy siempre pasó ese tiempo en el único lugar donde encontraba paz y tranquilidad: el cine.
Cada día, después de la escuela, así como los fines de semana, se sentaba en la tranquila oscuridad de los cines locales, viendo a sus héroes favoritos de la pantalla salvar el día.
Las películas que más le gustaban eran las del oeste. John Wayne, Clint Eastwood y Lee Van Cleef siempre dominaron esas épocas de artemisas y arbustos rodantes. La película podía ser a colores, pero el modo de vida siempre era en blanco y negro. Bootsy lo sabía bajo el nombre real de Samuel Barton Ford, que pasó su tiempo solo, con sus héroes del celuloide. Esto le ayudó a olvidar la realidad de una madre ebria, un padre que se había marchado hace mucho y un mundo que no le importaba.
Mientras fue creciendo, tuvo varios trabajos que dejó escapar de sus manos. Pasaba más tiempo en el cine que en el trabajo. Por eso perdió muchos empleos. Sin trabajo no pudo mantener su dieta de películas del oeste.
Su sueño de vivir bajo las estrellas se volvió realidad. Sólo que no dormía en las cálidas praderas. Lo hacía en las frías calles de Nueva Cork. Ha estado ahí desde entonces.
Su conexión y pasión por la vida sencilla de las películas del oeste no ha muerto. A decir verdad, la llama por el modo de vida de los vaqueros se volvió más ardiente una fría noche de invierno, en un callejón afuera de un teatro de Broadway. Fue ahí donde Sam Ford encontró un par de botas vaqueras del musical Oklahoma, que estaba siendo presentado adentro. Las botas se convirtieron en su posesión más preciada. Y más cuando las cedió para que los vagos construyeran un monumento para Spawn. Las botas nunca fueron de su medida. Desde entonces, su apodo ha sido “Bootsy”.

Bobby & Bootsy

 

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