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El Infierno es un lugar muy complejo, con diferentes niveles, y cada uno está gobernado por los más obscuros caballeros del mal. En la octava esfera está el que, por mucho, es el peor de todos, conocido como Malebolgia. Su única meta, como la de todo el Infierno, es la de aniquilar a aquéllos a los que no ha podido vencer: El Cielo y Dios. Tiene a su ejército muy cerca de él, preparándose para la futura pelea. Pero un ejército sólo es tan bueno como aquellos que lo guían.

Con esto en mente, Malebolgia ha escogido personalmente a un cierto grupo de almas para ser sus capitanes y generales, sus Hellspawn. Ellos son sus juguetes y sirvientes, y han sido escogidos por sus cualidades o por tener un potencial escondido. Malebolgia está buscando almas con las cualidades apropiadas para ser y hacer todo lo que se espera de ellos. Ha esperado toda una eternidad y puede tomarse todo el tiempo que quiera para entrenarlos y torturarlos.

Los Hellspawn son escogidos a razón de uno cada siglo, con un gran gasto de esencia y energía para Malebolgia, pero lo valen. No necesitan ser malvados para ser escogidos, sólo basta que tengan la semilla del mal adentro. Para ese fin, Malebolgia entrena a cada alma que escoge, la alimenta con violencia, y así crece en ellos una flor de maldad y muerte. Al final, en ninguno se podrá hablar de un corazón o de compasión, y sólo así estarán listos para comandar un ejército de pecadores hasta las mismas puertas del Cielo. Uno de estos futuros comandantes en entrenamiento se encuentra ahora en la Tierra, Spawn. En vida, su nombre fue Al Simmons.

Al nació en el seno de una cariñosa familia de clase media, que vivía en un tranquilo vecindario de las afueras de Pittsburg. Creció como cualquier otro niño, yendo a la escuela y practicando varios deportes. Pero siempre su espíritu de competencia lo hizo destacar. Para él, ganar lo era todo, y no aceptaba menos que una victoria completa en todo lo que hacía, sin importar si era en el campo de juego o en una simple conversación. Jamás empezó una discusión sin saber de antemano que la iba a ganar. Para él no tenía caso empezar algo en lo que no pudiera ganar.

Pasó de la preparatoria directamente a la universidad, donde pronto se dio a notar, por lo que fue reclutado por la CIA. Como parte de su trabajo, se hizo militar, y rápidamente subió de puesto, hasta que se ganó en un lugar dentro de un selecto grupo de fuerzas especiales destinado a proteger al Presidente. Fue en una misión con su unidad donde salvó la vida del Presidente de la bala de un asesino, por lo que se ganó un gran ascenso a Teniente Coronel. Sus habilidades de combate y su rápido aprendizaje llamaron la atención de Jason Wynn, el cual se volvió su maestro particular, haciéndole publicidad dentro de la comunidad de inteligencia.

Jason Wynn era un maestro del engaño, y llevó a Al Simmons a creer, en un principio, que todo lo que hacían tenía un propósito: la seguridad del país. Las misiones se fueron volviendo más sangrientas y con menos justificaciones, hasta causar guerras civiles. Y lo que una vez él creyó una gran amistad, se fue deteriorando, mientras comenzaba a juzgar al Comandante Wynn y sus razones. Los gustos de Jason Wynn no podían permitir este continuo choque de ideas, y mucho menos dejarlo sin castigo.

En una misión igual a las anteriores, en la que Al tenía que matar en nombre de su gobierno, fue traicionado por dos de sus compañeros, Chapel y Priest. Abrieron fuego en su contra, con armas láser, dejándolo irreconocible.