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EL
EMPLEO EN ESPAÑA PARA LOS PERUANOS Como hemos visto, los
actuales inmigrantes peruanos en Madrid se encuentran sobre todo en el
tramo de edad de 26 a 35 años de edad, lo que favorece su afluencia al
mercado de trabajo pero en situación no especialmente ventajosa: diversas
trabas, no sólo socioculturales (posible discriminación personal,
racismo...) sino fundamentalmente de carácter jurídico,
condicionan su posición en el ámbito laboral. La motivación económica
de la migración lleva a los peruanos a sobrecargar sus agendas de
trabajo, aminorando al máximo los costes con el fin de acumular un
capital significativo en el menor plazo posible y afrontar el retorno.
Este comportamiento se expresa en una trayectoria laboral fluctuante, que
implica un elevado grado de movilidad. En los datos
oficiales se observa un claro predominio de los permisos de trabajo a
peruanos en el sector servicios. La
política de cuotas o contingentes anuales de extranjeros determina que sólo
a través de ciertos empleos no cualificados se pueda acceder a un permiso
de residencia y trabajo. Desde 1993 dicho procedimiento institucionaliza
la segmentación del mercado laboral, impidiendo la libre elección de
profesión en los primeros años de estancia en España. Así, pese a la
elevada cualificación media de la inmigración peruana actual, se
condicionan severamente sus posibilidades de promoción en el mercado de
trabajo.
TABLA 6. Distribución por sexo y sectores de los permisos de trabajo a peruanos.
España, 1996.
Fuentes: Datos provisionales proporcionados por la Subdirección de Estadística
del Mº de Trabajo y Asuntos Sociales. Entre los peruanos
que acuden a la asociación de inmigrantes hay una mayor presencia
relativa de quienes se ocupan en los segmentos inferiores del sector
servicios respecto al conjunto de peruanos con permiso de trabajo. Este
hecho pone de relieve el papel de estas asociaciones en la fase inicial de
asentamiento de los inmigrantes: a ellas acuden habitualmente quienes se
hallan en circunstancias más precarias de cara a su inserción en la
sociedad española. La altísima proporción
de empleados en el servicio doméstico (75%), sobre todo entre quienes se
encuentran en situación irregular, refleja un proceso
generalizado de movilidad ocupacional descendente. El trabajo en el
sector del comercio y hostelería (16%), supone la segunda fuente de
ocupación más importante. TABLA 7.
Movilidad ocupacional: empleo actual según último empleo en Perú.
(1) Profesionales y técnicos, personal directivo y artistas.
(2) Personal administrativo.
(3) Comercio y hostelería.
(4) Construcción, transporte e industria.
(5) Estudiantes.
(6) Varios: s. doméstico, labores del hogar, servicios personales
y otros. La situación jurídica
no es el único condicionante del tipo de ocupación. El deseo de retornar
lo antes posible con un capital ahorrado condiciona en muchos casos la búsqueda
de empleos como personal interno en el servicio doméstico, que permiten
un máximo ahorro de costes en vivienda y alimentación. Así pues, el
deseo de rápido retorno y el condicionamiento legal son factores que
ayudan a comprender la incorporación masiva a ocupaciones muy concretas.
La movilidad ocupacional ascendente es nula. Tan sólo un caso entre los
21 que trabajaban como profesionales o técnicos en Perú continúa
ejerciendo una ocupación equivalente en España, el 80% de aquellos se
desplaza hacia el sector de servicio doméstico. Se observa algún grado
de permanencia entre quienes se ocupaban en su país en el comercio y la
hostelería (empleos por cuenta propia). Aún siendo el servicio doméstico
la ocupación principal, entre los universitarios con estudios completos e
incompletos el peso relativo de los ocupados en este sector disminuye
bastante en relación a la media. Entre ellos aumenta la proporción de
quienes trabajan en el comercio y la hostelería, de modo que se
distribuyen en un abanico más amplio de ocupaciones (comercio, negocios
por cuenta propia, etc.). El diferente grado de concentración/dispersión
ocupacional según el nivel educativo es un indicio de la diferente
tipología de objetivos migratorios (intento de promoción profesional /
ahorro y vuelta a Perú) y del carácter de las diferentes redes de
relaciones establecidas. La precariedad
laboral se expresa en altos índices de rotación en el empleo y en una
notable importancia del pluriempleo. Este último afecta al 29% del total
de entrevistados ocupados (el 90% de la muestra), incluso un 10% ocupa más
de dos empleos. Entre las mujeres el pluriempleo se eleva hasta el 34%,
probablemente debido a que muchas se ocupan en el servicio doméstico en régimen
externo, de modo que un solo empleo no cubre la jornada laboral completa y
se complementan los ingresos trabajando en otras casas. Esto, sin embargo,
no se refleja en unos ingresos salariales superiores a los de las peruanas
que ocupan un sólo empleo en el servicio doméstico interno: la
remuneración por horas implica trabajos más intensivos, con costes añadidos
en tiempo y dinero por desplazamientos de un lugar a otro y la cobertura
personal de las necesidades alimenticias, de alojamiento, etc. Por tanto,
los ingresos obtenidos apenas muestran variación en función del número
de empleos simultáneos: una media de 90.000 ptas. con un empleo, 85.000
ptas. con dos empleos y 97.000 con más de dos. Este hecho parece indicar
que los empleos de quienes ocupan dos o más simultáneamente, son
trabajos a tiempo parcial o bien se desempeñan sólo algunos días de la
semana. TABLA
8. Ingresos mensuales según número de empleos simultáneos.
Por otra parte, la rotación
en el empleo es muy elevada: a lo largo de su estancia en Madrid, el
64 % de los entrevistados ha cambiado al menos una vez de empleo. La
rotación es muy superior entre los varones (un 61 % de ellos ha ocupado más
de dos empleos), debido a su menor dedicación al servicio doméstico
(ocupación por lo general más estable, sobre todo en caso de régimen
interno). La menor intensidad de la rotación entre las mujeres se debe a
que, por lo general, van llegando a medida que disponen de contactos en
España, siendo los varones quienes abren principalmente la cadena
migratoria y llevan más tiempo en el país receptor, a menudo con un
largo período de inserción laboral durante el cual desempeñan numerosas
y breves ocupaciones en el sector servicios (jardinero, mensajero,
camarero, repartidor, encargado de limpieza...). TABLA 9.
Rotación en el empleo según sexo.
El 68% de los
inmigrantes peruanos que trabajan en el servicio doméstico y en servicios
personales declara una jornada laboral superior a las 40 horas semanales: el 42,4%
supera las de 60 horas de trabajo semanal. En el servicio doméstico
interno, la duración de la jornada laboral se suele alargar aún más
debido a la exigencia de una disponibilidad completa. El 76% de los
empleados en el sector de hostelería y comercio trabaja más de 40 horas
a la semana. No hay ningún tipo de diferencia en este sentido en relación
a la existencia o no de relación contractual, hecho que pone de
manifiesto la inutilidad del contrato laboral a tales efectos, puesto que
no pone ningún coto a situaciones de abuso tan evidentes como las que
proliferan en dichos sectores laborales. TABLA 10. Formas de acceso al empleo según ocupación actual.
(*) Incluye servicio doméstico. Como se observa en la
tabla precedente, el acceso a estos
empleos se realiza sobre todo a través de cauces informales,
especialmente las amistades y los familiares. Estas redes facilitan
información sobre ofertas laborales o bien orientan al interesado hacia
medios u organismos que facilitan la inserción en el mercado de trabajo
(manejo de prensa especializada, centros asistenciales de la Iglesia,
parroquias, etc.). Las
formas de acceso efectivas al empleo coinciden totalmente con las
preferencias declaradas por los encuestados en cuanto a las formas de búsqueda
de empleo. El papel de las relaciones de amistad se refuerza
en los casos de situación jurídica irregular. Tan sólo uno de los
entrevistados busca empleo a través del INEM: este hecho contrasta con
otros estudios sobre población española[1][3],
en los que se detecta una mayor propensión al uso de los canales
oficiales de búsqueda de empleo, aunque las formas reales de acceso sí
se aproximan a las de la población inmigrante (con mayor peso en este
caso de los canales informales). Se evidencia así una importante
orientación personal hacia las redes primarias para afrontar la relación
con la sociedad de origen: "pasar la voz", "avisar"...
son comportamientos no sólo habituales sino esperados por el conjunto de
la inmigración peruana respecto de sus compatriotas. No se trata de
desconfianza hacia las instituciones oficiales, sino de la percepción de
una relativa posición personal de debilidad (irregularidad,
desconocimiento de la sociedad receptora...), que tiende a reforzar el
cierre sobre el grupo primario, al menos en el inicio de la estancia en la
sociedad receptora y hasta la adquisición de ciertas habilidades
sociales. El inmigrante consigue diferentes empleos en función del cauce de acceso a los mismos. Los contactos personales, las redes más próximas al sujeto, facilitan el acceso a una diversidad de ocupaciones superior a los mecanismos ajenos a una relación personal directa: el 74 % de los empleados en el servicio doméstico accedieron al empleo por medio de amigos o familiares, proporción que se eleva al 92% en el caso de haber accedido a través de parroquias, prensa y agencias. Según estos datos, se puede afirmar que las redes personales son más propensas a diversificar los empleos obtenidos cuando los sujetos que las componen se van insertando en la sociedad de acogida e incrementan sus lazos externos. Por contra, los mecanismos menos próximos a los grupos primarios, a los cuales se suele acceder igualmente por recomendación personal, funcionan como canalizadores de una demanda muy específica y a menudo precaria, dirigida hacia una oferta cautiva en función de necesidades económicas apremiantes y/o condicionamientos jurídicos.
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