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Perú
y sus InmigrantesDATOS SOBRE LA INMIGRACIÓN .No hay datos exactos sobre la inmigración. Hablaremos entonces sobre cifras estimadas, aproximadas. Para ello, vamos a evitar pecar por exceso, y manejaremos más bien cantidades conservadoras. Es nuestro propósito que, conforme se desarrolle este sitio Web, podamos contar cifras más cercanas a la realidad. Veamos entonces. Hasta 1985, podíamos calcular que existía una masa aproximada de 500,000 peruanos en el exterior, conformada por personas de estrato social de las clases media-alta y alta. En ese grupo no faltaban quienes partieron a realizar estudios: becas, post grados, etc. Una primera oleada migratoria importante se desarrolla a partir de los años 80. Sólo hasta 1992, se llegó aproximadamente a 1000,000 de peruanos que adquirieron la condición de inmigrantes en varios países del mundo. Su composición era predominantemente de clase media. En el periodo que va de 1992 hasta 1995, medio millón más de peruanos se integra a este creciente número de nacionales en el exterior. Desde 1995 hasta nuestros días, otro medio millón de nacionales parte del país, integrado prioritariamente por gente de clase media y media-baja. Un dato importante a tener en cuenta es que ocurre el fenómeno de la creciente emigración de la mujer, superando en términos proporcionales a la de los hombres. Como consecuencia de ello, la mujer se convierte en muchos casos en el sostén económico de la familia, rol y responsabilidad que en la familia peruana se asignaba tradicionalmente al trabajador varón. Podemos decir que anualmente la media de peruanos que emigra al extranjero se ha estabilizado en 100,000 aproximadamente; pero no porque la gente no deseara emigrar, sino debido principalmente a las trabas y dificultades para obtener visas y poder viajar a diversos países del mundo. Lo curioso es que a ciudadanos de países cercanos al nuestro, como Ecuador y Bolivia, no les solicitan visas para viajar a Europa, situación que se explica por la existencia de convenios bilaterales de migración. Emigrar cuesta ahora alrededor de 5,000 dólares. Desde luego, hablamos de cifras pagadas "por lo bajo", y cuyos montos altos explican en parte que el proceso de emigración haya disminuido. A pesar de ello, el ánimo por partir no ha decrecido en absoluto. Por eso no aparece lejana de la realidad aquella frase que a modo de broma se podría repetir en nuestro país: "El último que salga del país que apague la luz". Si multiplicamos la media de peruanos que anualmente parte del país (100,000) por la cifra que se necesita para viajar (5,000 dólares), concluimos en que anualmente esta masa de personas gasta, en su conjunto, 50 millones de dólares para lograr su objetivo.
De otro lado, podemos afirmar que a la fecha somos aproximadamente 2 millones los peruanos que vivimos en el exterior. A lo cual debemos sumar una "población flotante", cuya media es de 350,000 peruanos que por diversas razones (comercio, principalmente) transitan de ida y de regreso continuamente entre el Perú y el exterior. Reiteramos que las cifras son aproximadas, pues no existe un registro estadístico al respecto . Con relación al deseo mismo de salir del país, se afirma que de cada dos habitantes del Perú, uno quisiera emigrar (datos que se consignan en el diario "La República"). En ese sentido, los peruanos que vivimos en el exterior deberíamos considerarnos privilegiados. Lamentablemente, por grande que sea nuestro interés de retornar a nuestra patria, vemos frustrarse este anhelo, al constatar que el país se encuentra cada día peor; lo cual se hace ostensible especialmente en el aspecto socio-económico, factor fundamental de la emigración de peruanos al exterior. Al menos, es el factor que explica el éxodo de peruanos ocurrido desde 1992 hasta nuestros días. Se puede decir ahora y constatarlo fácilmente- que hay peruanos repartidos en todas partes del mundo, que hablan en varios idiomas, conocen muchos oficios y tantas realidades. Analizar todos los casos y las razones que originaron el éxodo sería bastante extenso. Baste, sin embargo, hacer algunas afirmaciones que, probablemente para muchos, resulten sorprendentes: los peruanos en el exterior representan, en su conjunto, la segunda población del Perú, luego de aquella que habita Lima, su capital. Este grupo de nacionales en el extranjero se constituye a su vez en el agente más activo de la cultura peruana en el exterior y en el principal inversionista en el país. CÓMO SE RELACIONAN LOS INMIGRANTES CON EL PERÚ El primer gran vínculo que nos une con el país es el sentimiento, el cariño acrecentado en la distancia. Es el corazón el que nos conecta al país. Cuando pensamos en el Perú, asoman de inmediato en nuestra memoria los rostros queridos de la familia, hacemos nuestras las preocupaciones de ellos, pensamos en los amigos. Pensamos en las posibilidades tan limitadas de desarrollo con que se desenvuelven. Pero también reflexionamos sobre el retorno. En algún momento estaremos de vuelta, y quisiéramos encontrarlo mejor. Pero sin quedarnos con los brazos cruzados esperando que ello ocurra. No. Lo haremos lo queremos hacer actuando, movilizándonos desde donde estemos para aportar al desarrollo del país. Veamos algunas manifestaciones de este vínculo de los inmigrantes peruanos con nuestro país. Remesas Monetarias
Notas de Prensa sobre Remesas Cuadro comparativo del monto de las remesas de los inmigrantes respecto de los montos generados por las otras actividades productivas del país. (Ver cuadros) DIVISAS QUE DEJAN DE INGRESAR AL PAIS POR EL AHORRO DE LOS PERUANOS EN EL EXTERIOR. EXPRESADO EN MILLONES DE DOLARES.
Remesas No Monetarias No sólo el peruano inmigrante envía remesas de carácter dinerario; también mantiene un flujo constante de envío de encomiendas, regalos, ropa y otros accesorios a través de los servicios de «courier » y de correo postal. Es fácil reconocer al peruano cuando regresa al Perú: siempre con las maletas repletas, el valor transformado. Pero este inmigrante, organizado en comunidades de peruanos en el extranjero, también se preocupa en canalizar su ayuda en bienes destinados a instituciones peruanas. Lamentablemente, también ha descubierto los malos manejos que en muchos casos se ha hecho de esta ayuda. Consulados En la mayoría de los casos, lamentablemente, el único contacto que mantiene el peruano con su consulado en el extranjero es a nivel de ciertos trámites que se ve obligado a efectuar. Inscripciones, otorgamiento de poderes, certificados, son trámites cuyos montos el inmigrante debe abonar a ojos cerrados. ¿Pero acaso hay más de parte de los consulados? Apena realmente decir que no. Que no hay más. Los funcionarios de los consulados se han orientado Y ESTAN PREPARADADOS al trabajo meramente protocolar. Sin embargo esta acción no basta para atender las ACTUALES Y REALES reales necesidades de los peruanos inmigrantes. Por eso es frecuente que en los consulados debamos efectuar colas innecesarias para realizar algún trámite, que acarrean muchas veces la pérdida de una jornada de trabajo; algunos de ellos no laboran todos los días de la semana, y no se dan abasto para una atención integral y oportuna. Se preocupan más bien de aclarar en vistosos avisos todo lo que no se puede esperar de ellos, afectando al inmigrante que requiere una acción más amplia de parte de ellos. Cuando uno recién llega, con los sueños en el maletín, lo menos que quisiera es encontrarse con esta actitud, con esta "cultura del NO". TIPICO CASO , CITAS LUEGO 3 MESES , FALTO UN DOCUMENTO Y TE CITAN DE NUEVO LUEGO DE 3 MESES. En términos promedio, una población de 25,000 peruanos genera un valor de US $ 50,000 por año; si tomamos en cuenta los casi 60 consulados existentes, que como lo hemos señalado, ofrecen un servicio limitado e insuficiente, estamos hablando ya de unos US $ 35'000,000. Surge entonces la pregunta inevitable: ¿Qué se hace con todo este dinero? ¿Acaso guarda relación con sus aportantes?
Construcción Siempre refiriéndonos en términos promediales, podemos estimar que un emigrante, luego de 5 años de trabajo y tras haber remesado sumas para atender sus obligaciones familiares, está en capacidad de disponer de US $ 20,000, cantidad que suele invertirse en el sueño de la casa propia, ya sea a través de la adquisición de un terreno, una ampliación de su construcción, o la compra de un departamento. Como se puede advertir, este sector constituye una generación de emigrantes que aún no pierde las esperanzas de regresar a su país, y mientras ello ocurre, se preocupan en asegurar su futura morada. Turismo Más del 50% de la actividad turística que se desarolla en el Perú es realizada por los peruanos inmigrantes. Uno de cada cuatro de ellos regresa anualmente al país. Por cierto, no regresa con los bosillos vacíos. Es más: en términos generales, gasta el doble que un turista extranjero promedio. Pero el Estado, que fija las políticas y crea entidades (verdaderos "elefantes blancos") no percibe que aquí, en casa, está un potencial turístico, verdaderos promotores del Perú. Costumbres Gastronómicas No es difícil asociar la melancolía del peruano con la comida del terruño que tanto añora cuando se encuentra alejado del país. Y es que en la lejanía uno revalora los lugares, aromas y sabores de la tierra. Los peruanos, poseedores de una peculiar y siempre ponderada cocina, tenemos la enorme ventaja comparativa de nuestra variedad. El objetivo no sólo apuntaría a rescatar el contacto con los sabores de nuestros productos para atenuar la melancolía gustativa de los peruanos en el exterior. ¿Acaso hay algún peruano en el exterior que no añora el sabor de una "INCA KOLA", conocida además como "la bebida de sabor nacional"? Pero la Inca Kola no sale sola. Su recuerdo se puede asociar a unos sabrosos anticuchos, por ejemplo. El inmigrante quisiera guardar un chocolate "SUBLIME" en sus bolsillos. O un "DOÑA PEPA". Y celebrar su nostalgia con nuestras cervezas, cuyo consumo cala hondo en nuestra idiosincrasia. Cuando el calor aprieta, ¡cómo no tener ganas de atenuar la sed con heladas botellas de "PILSEN", "CRISTAL" o "CUZQUEÑA"! Estamos hablando qué duda cabe- de elementos que forman parte ya de nuestro patrimonio cultural. ¿Qué hace el inmigrante entonces? Apela a su ingenio para atenuar esta ausencia de sabores y aromas. Busca los ingredientes que le permitan aproximarse lo más que se pueda al incomparable sabor de un "ají de gallina" o de una "papa a la huancaína". Uno conversa con ellos y la charla se vuelve anecdótica, pues relatan entusiasmados las peripecias para conseguir los insumos más aparentes para su cocina. Se intenta "engañar" al paladar, con su complicidad y comprensión. Uno termina, por ejemplo, resignado a saborear un ceviche de pollo, como alternativa de emergencia al empleo de pescado congelado para su preparación. No hay duda que todos estos avatares hacen que se despierte en el inmigrante ese "Chef" que habitaba secretamente dormido en su interior. Cultura: los lazos que nos unen a la tierra Con la distancia se desarrolla el sentido de ausencia, y se refuerza nuestra peruanidad. Buscamos así las ocasiones propicias para afianzar nuestros lazos con los hermanos en el exterior. Por eso, la celebración de determinadas fechas se encuentra arraigado en nosotros, pues exterioriza, como manifestación cultural, nuestro apego al país lejano. Dan fe de ello las fiestas de contenido costumbrista, por ejemplo. Habría que ver el enorme esfuerzo que afrontan los inmigrantes en su intento de que las fiestas guarden la mayor fidelidad posible a las originales que se celebran en el Perú. El peruano, tradicionalmente ha cultivado su fe; el hecho de estar afuera no lo aparta de su devoción por sus santos patronos. Es común apreciar cómo las colonias de inmigrantes peruanos celebran fiestas religiosas dedicadas al Señor de los Milagros, a quien pasean en procesión; o la Virgen de Chapi, o la Virgen de la Puerta, por citar algunos casos. Obviamente, el 28 de julio, día de nuestra Independencia Nacional, constituye el día central, con participación inclusive de las instancias diplomáticas acreditadas en el exterior. Revistas Seguramente cuando uno vivía en el Perú, nunca había imaginado siquiera que algún día iba a descubrir que atesoraba insospechadas dotes de periodista. La necesidad de comunicarse con sus compatriotas hace que uno se haga "periodista" sobre la marcha. No sólo eso: también se debe ser redactor, editor, director, publicista, repartidor y cobrador. Todo eso a la vez. La idea suele nacer con unas pocas hojas escritas, más con el corazón que con la rigurosidad de un escritor. Este folletito cumple sus fines de interesar y nuclear a otros compatriotas. Crecen sus páginas. Otros peruanos se suman a los esfuerzos. Quieren colaborar. Bienvenidas entonces sus reflexiones plasmadas en artículos. Las hojitas del inicio se han multiplicado, ya cuentan con un nombre que las identifica, por lo que se amerita la autorización de su edición y circulación, casi siempre gratuita. Todos aprovechan aprovechan también para consignar datos y servicios a modo de publicidad. |