Cómo reducir o ampliar los archivos de un computador
Casi todas las personas que conducen un automovil tienen una llanta de repuesto
y un puñado de herramientas esenciales. Es posible que no las necesiten con mucha frecuencia, pero es agradable saber que están ahí.
Los usuarios de computadores también necesitan juegos de herramientas 'por si acaso' y
algunas de ellas vienen con los nuevos equipos. Windows 95 trae el Scan Disk,
un programa que busca documentos dañados. Puede ser activado con un click en el botón
inicio, seleccionando las opciones Programas, Accesorios, Herramientas del Sistema y
Scan Disk.
Por el mismo camino también se puede encontrar el Desfragmentador de disco, una importante
utilidad de Windows 95 que acelera el acceso a su disco duro agrupando la información de cada archivo o
programa en un área contigua.
Los programas de compresión son otra herramienta esencial y, en cambio, no vienen
con la mayoría de los computadores. Por fortuna, esto es fácil de solucionar.
Estos programas son capaces de comprimir y descomprimir documentos. Puede necesitar
un programa para trabajar con los archivos que 'baja' de Internet y podría querer
comprimir algunos de sus propios documentos para ahorrar espacio en su disco duro
o hacerlos más pequeños.
WinZip y PKzip
son dos de los programas que puede copiar de Internet
dentro de una modalidad gratuita conocida como shareware.
Estos programas funcionan mediante el sistema 'de honor': si le gusta, se le
alienta a registrarlo, pagando una suma al editor. En este caso, WinZip vale
US$29 y PKzip US$49. De todas maneras, el programa continuará funcionando para aquellos
que no lo paguen.
La mayoría de los programas que se 'bajan' de Internet vienen comprimidos, porque
entre más pequeños sean, más rápido podrán bajarse. Algunos son de 'autoextracción',
lo que significa que tienen integrado el software para ser descomprimidos. Pero
este no siempre es el caso.
Muchos programas han sido comprimidos como documentos 'zip' (se caracterizan
porque su nombre termina con esta extensión) y la única forma de activarlos
es a través de un programa de descomprención compatible con el formato zip.
Uno de estos programas lo utilizo para almacenar documentos que no utilizo
con mucha frequencia. Por ejemplo, tengo cerca de 20 megabytes de fotografías
familiares que ocasionalmente utilizo en tarjetas de felicitación. Pero en vez de
dejar que las imágenes ocupen un precioso espacio en el disco duro, las comprimo hasta cerca
de 4 megabytes (la quinta parte). Cuando necesito uno de estos archivos, utilizo el
mismo programa para descomprimirlas. Siempre funciona y no he perdido un solo pixel
de mis fotos.
Una vez que el archivo ha sido reducido, lo envío a un amigo para salvaguardarlo,
conservando una copia en otro sitio físico. Los programas permiten asignar
una clave al documento para que otra persona no lo pueda descomprimir ni ver su información.
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