Después de una buena comilona, o de algún accidentado cumpleaños, o de plano luego de una buena pachanga, suelen aparecer rastros indeseados en la ropa que cuesta trabajo eliminar con una “lavadita” o, aparentemente, nunca se van a quitar. Para esos menesteres hoy acudimos prestos al recetario de la abuela a fin de encontrar, como en otras ocasiones, la salida a una comprometida situación.
En virtud de lo anterior, a continuación presentamos a Uds. el “oro molido” que quita las manchas de la ropa:
Manchas de Café.
Mezcle a partes iguales vinagre y alcohol y limpie con ello.
Chocolate.
Utilice una mezcla de glicerina y yema de huevo, luego aclarar bien.
Moras.
“La mancha de una mora con otra verde se quita”.
Salsa de comida.
Cubriendo la mancha con talco, cepillar; y si es muy antigua frotar con amoniaco.
Dulce y Helado.
Frotando la mancha en un paño empapado de agua hirviendo.
Frutas.
En tejidos de lana y algodón eche agua hirviendo, en tejidos de seda alcohol caliente.
Cera.
Planchando la mancha entre papeles de estraza.
Yodo.
Humedeciéndola con amoniaco, luego aclarar con agua fría.
Brillo de trajes.
Empapando un trapo con vinagre caliente y frotándolo fuertemente en la prenda.
Roces de abrigos.
Frotando con un poco de amoniaco y sal, con cuidado de no abusar.
Sudor.
Metiendo la prenda en amoniaco diluido en agua.
Manchas recientes.
En todo tipo de manchas puede utilizarse la espuma de afeitar.
Sangre.
Frotando la mancha con agua oxigenada.
Cuellos de camisas.
Pintando con champú los cuellos de las camisas antes de lavarlas.
Vino tinto.
Frotando el tejido con un trapo empapado en vino blanco.
Bolígrafo.
Con leche, y si es resistente poner a hervir en alcohol.
Pintura.
Echándole una gotas de aceite, trementina y polvos de talco, dejar secar y cepillar muy bien.
Resina.
Con una mezcla de bencina y alcohol a partes iguales.
La democracia del escorpión
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