el poder. No hay otra manera. Y en los partidos políticos gerentes del orden económico internacional, el poder está en los comités, consejos de partido o como se llame la conducción grupal. Por lo tanto, si se que se vaya esta clase política, la única manera de hacerlo es desde dentro de ella. Afiliándose a los partidos y echándolos verdaderamente, luego de producir un  profundo debate ideológico, con los nuevos agentes que deberán, necesariamente, sumarse a la

discusión.  La única estrategia posible es sumarse, y sumar a muchos. Ensanchar la base de discusión. Los viejos dinosaurios de la política ( no es esta un a definición generacional , si no conceptual ), se sostienen por que han evitado la participación masiva de afiliados, impidiendo o reduciendo la participación a una mínima expresión. Solo amigos, socios o cómplices forman parte de los encuentros. Y la conducción política de los partidos es una herramienta poderosísima. No hay que dejarla en mano de los ineficientes, inescrupulosos, genuflexos, gerentes del sistema.  Desde las conducciones partidarias debe comenzar a gestarse un cambio verdadero.  La exigencia facilita de que se vayan todos no vale más. Fue un eslógan que ahora no tiene sentido. Hay que echar a los que deben ser echados y tomar su lugar. De otra manera, volverán.... Siempre vuelven.
La construcción de un verdadero movimiento nacional, popular, transformador y racional se acelerará con la designación de candidatos  que sean capaces de entender que es la hora de la lucha y de los intereses colectivos. No hay lugar para personalismos estériles ni para militantes y dirigentes tibios.
Cuando llega la hora de los pueblos, llega la hora de la lucha.
Y para enfrentarla, llevarla adelante y triunfar,  hacen falta ideas claras y muchas pelotas.
Quienes ocupan en forma circunstancial los cargos públicos, saben de las debilidades del resto de la comunidad. La desactivan con dádivas y con promesas. Se muestran como imprescindibles para cualquier gestión pública o privada. Por eso, reiteramos un concepto, parafraseando el original: La culpa no es de quien da de comer, si no del chancho ... Ya ha pasado el tiempo de los espejitos de colores. Y ha llegado el de ejercer plenamente los derechos políticos. Hay que olvidarse de las charlas de café, de los sobacos ilustrados, de las excusas ... El camino del cambio, empezará cuando Ud. produzca el primero: el que debe darse en su interior. Póngase en marcha. Por sus ancestros, por su presente y por su futuro. Ya regaló demasiado tiempo.

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