COLABORATIONS |
17/01/2001 |
EL IDIOMA CRIOLLO DE FILIPINAS |
Por/ by Guillermo Gómez Rivera
De la Academia Filipina de la Lengua
Correspondiente de la R. A. E.
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Desde/ from Manila |
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EL ORIGEN DEL CRIOLLO ZAMBOANGUEÑO
Los comienzos del chabacano, hoy denominado también como "el criollo
zamboangueño", se araigan en la misma fundación del pueblo y fuerte de
Zamboanga en marzo de 1635.
Don Balbino Saavedra, el reconocido historiador de Zamboanga y
Basilan, nos cuenta que fue en una fecha anterior, pero dentro del mismo mes de
marzo de 1635, cuando el Capitan Juan Chávez zarpaba, con tres cientos
españoles y mil soldados visayos, provenientes del Fuerte de San Pedro de la Villa
de Cebú, a lo que era "Samboañgan", una ranchería de la tribu
medio-musulmana de lutaos y subanos del sud-occidente de Mindanao.
( La palabra "Lutao" en bisaya significa "flotante" o "gente" que
flota con el mar". La lengua más extendida entre los moros filipinos, el Tausug,
da la misma definición al nombre "Lutao".)
Unos días después de la llegada del mencionado Capitán Chávez, el
misionero español, Fray Pedro Gutiérrez, posiblemente un agustino calzado,
también llegaba a Samboañgan con un enorme grupo de islenos cristianos que,
procedentes de varios puntos de Luzón y Visayas, se habían previamente
reunido en el pueblo de Dapitan, situado en el norte de lo que hoy es
la península de ambas Zamboangas, ( la del Norte y la del Sur ), para
verse conducidos a la misma ranchería sureña por un noble indio lutao que se
llamó Pedro Piantón.
Los que integraban el enorme grupo del Padre Gutiérrez hablaban varias
lenguas isleñas y a duras penas se entendían mutuamente.
Aunque los pertinentes documentos históricos sobre Zamboanga no lo
digan tácitamente, se puede entrever la decisiva intención, por parte de los
conquistadores españoles, de fundar Zamboanga e instalar en ella un
fuerte con el objectivo de socavar la supremaciá naval de los moros en el sur
del archipiélago filipino. Con la primera piedra de ese mismo fuerte
empezó, en 1635, el idioma criollo de Zamboanga.
Hay otra fuente que nos cuenta, sin embargo, que era desde el año 1585,
o sea 14 años después de la fundación de Manila y del Estado Filipino por
Leguspi, cuando otro misionero agustino en el P. Diego del Rosario
llegó a predicar en la Caldera de Ba-y, o en el Recodo, entre los subanos, por
el que tuvo que utilizar un castellano mezclado con palabras del vernáculo
local para decir sus semones. (Origins of Chavacano,The Tribune, 12
enero 2001).
Pero, como la construcción, después de todo, del Fuerte de Nuestra
Señora del Pilar en Zamboanga tenía por objetivo separar, mediante un
semibloqueo naval, a los moros de Joló de los de Cotabato y de los que poblaban
aisladamente el centro de Mindanao, el hecho de que el idioma chabacano
empezase con la construcción del mismo en 1635, es el que queda establecido
en los anales de la historia. Cotabato también era un foco musulman, y
muy particularmente para los moros de las provincias que hoy se conocen con
los nombres de Lanao del Norte y del Sur. (El nombre español de estas dos
provincias muy posiblemente derivan de la frase castellama "La nao").
El mencionado bloqueo naval consiguió, muy al parecer, la desunión
entre los moros del ya distante archipiélago joloano, que se encuentra más
próximo a los estados musulmanes de Malasia y Brunay, frente a los que se
encuentran en Cotabato y Lanao en el centro casi de la isla de Mindanao.
(* La Nao de Manila: asi se llamaba cada una de las naves españolas,
colectivamente conocidas como "los galeones de Acapulco", que negociaba
la enorme distancia entre Mexico y Manila durante un periodo de más de dos
siglos. Constituían el único eslabón político, mercantil y cultural,
entre las Islas Filipinas y el antiguo Virreynato de la Nueva España, hoy
Mexico).
Las aludidas provincias de Lanao tomaron su nombre de un buque de
guerra que los españoles, según una casi olvidada tradición, desmantelaron en
Oroquieta, Misamis Oriental, y que llevaron, pedazo por pedazo, a la
laguna de La Nao, que se encuentra miles de pies sobre el mar,
donde nos lo reconstituyeron para que subyugue a cañonazos a las tribus moras que
vivian en derredor del mismo.
Es por eso que dicho lago y las dos provincias en su derredor comparten
el mismo nombre de "Lanao". (Tomado de un Relato de Don Balbino Saavedra,
ilustre zamboangueño que pasó a vivir en Basilan.) |
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EL ZAMBOANGUEÑO SE CONSOLIDA
La infraestructura de la ciudad zamboangueña y la construcción del
Fuerte del Pilar tenían que realizarse de prisa. Y, con el mismo paso
presuroso se tenía que superar la barrera idiomática entre tantos súbditos
cristianos traidos de Cebú a Zamboanga frente a los mismos lutaos y, o, subanos,
de la zona.
Los tres cientos españoles bajo el mando del Capitan Chávez y el Fraile
Gutiérrez no podían aprenderse, a la vez, el tagalo, el bisaya, el
ilocano, el pampango y tantas otras lenguas nativas que el grupo multi-étnico
hablaba para confusión de todos.
La solución fue hablar en un castellano infantil a todos los indígenas
que, a su vez, no tardaron mucho en asimilarlo para entenderse en los promenores
de la construcción del Fuerte del Pilar y de la que luego sería la Villa de
Zamboanga.
En poco tiempo, los indígenas cristianos ya se acostumbraron a
comunicarse en aquel castellano rudimentario que, inconcientemente, iban ajustando
a la estructura de sus respectivos idiomas nativos. De la necesidad de comunicarse, para
recibir órdenes y pedir favores, nació lo que en una generación vendría a ser el
chabacano de Zamboanga.
Desde aquel tiempo, el criollo de Zamboanga vino desarrollándose dentro del aislamiento en que vivía aquella población y por un periodo de dos cientos años. Es todo el tiempo en que también duraron las denominadas "guerras moras".
Mas, la villa y fortaleza de Zamboanga supervivieron invencibles.
A pesar de la hostilidad con que se veía rodeada, aquella valiente
población, con su lengua vernácula y su cultura hispana, maduró irreversiblemente.
El único contacto "de afuera" con que contaba la población zamboangueña
fue el que daba el soldado español y el soldado filipino de habla-castellana.
Estos llegaban de Manila, de Cebú o de Iloilo para enfrentarse con los
moros que incumplian su adhesión jurada a la autoridad central en Manila tal como
fue establecida por el Sínodo de 1599 y tal como fue afirmada, más tarde, por el Sultan Alimudín de Joló. |
BASE DE LA COMUNIDAD ZAMBOANGUEÑA
Con el tiempo, muchos soldados españoles se casaron con mujeres lutaos
y subanos, y estas familias hispano-indígenas formaron la base de lo que es la
población zamboangueña que habla en criollo en la intimidad de sus hogares y en castellano al confesarse y al alternar socialmente con una creciente élite zamboangueña que, a su vez, siempre había preferido el "castellano bien puro" como su timbre de distinción.
Y es que, los que presumían de distinguidos admonizaban, a cada paso, a
los que les hablaban en chabacano con un:
"¡Perdone usté, pero yo no ta siempre conversá ansina na guiod en el lenguaje de tienda. ¡Conversá vos tamén en castellano!"
Durante los incontables enfrentamientos militares en que los soldados españoles y filipinos tenían que luchar en contra de las levantiscas huestes moras, la entera población zamboangueña se movilizaba para cuidar de heridos y enfermos.
Y éstos soldados, como eran de Manila y otras provincias cristianas del
archipiélago, no dominaban muy bien el chabacano de Zamboanga. De hecho, el idioma utilizado tenía que ser el propio castellano aunque tuviese sus imperfecciones.
Pero, es también un hecho que este criollo del español, sea el de
Zamboanga o el de Manila y Cavite, llegó a extenderse, a la larga, como la "lingua
franca" de todos los habitantes del archipiélago filipino. El criollo o chabacano, irrespectivo de origen, lo utilizaban los filipinos para entenderse con los españoles y con sus compatriotas de otra lengua nativa.
Y, al par que se extendía el castellano como la lengua oficial del
comercio y de la educación, el chabacano, en general, seguía como una alternativa eficaz para
los que no podían completar su dominio del español ya que sus estudios primarios en las escuelas parroquiales es lo único que completarían. |
MAS SOBRE EL CRIOLLO |
(añadido el 19/01/01). |
Todos estamos de acuerdo que el
inglés es internacional, pero su estructura fonética es todo lo opuesto a la misma estructura de nuestras lenguas indígenas, y forzar su alfabeto, por medio del mismo sistema educativo pagado por contribuyentes filipinos, es un genocidio que se hace a costa del mismo que paga por su supuesta educación. Y esto lo tenemos que atajar porque es un crimen de lesa cultura
y lengua filipinas.
(PD: Por cierto que esta nota deriva del interesante cambio entre Liz Medina, desde Chile, y Andreas Herbig, desde Alemania:
A un punto, Andreas pregunta sobre las raíces de las lenguas filipinas).
Las raíces son principalmente dos: la indígena malayo-polinesa y la española. Según el Cuadro de Raíces del Tagalo, tal como fue preparado por el Instituto de Lengua Nacional (Surian ng Wikang Pambansâ).
Los elementos son:
Número total de raíces: 8,500
De orígen malayo, indonesio (polinesio):3,000
De orígen español: 5,000
De origen asiático(chino;japonés;sáscrito-hindu):500
Se tiene que hablar de raíces porque la gramática tagala, como la ilocana, bisaya, bicolana, etcétera, se realiza a base de prefijos, infijos y sufijos.
Por ejemplo, la palabra "ocupar" en tagalo cobra las siguientes
formas verbales al ser 'conjugada' según sus afijos.
ino-ukupá---nos lo están ocupando
ukupa-hin--nos lo va a ocupar
ni-okupá----nos lo ocupó
mag-okupá---vaya a ocupar(lo)
nag-okupá---se fue a ocupar(lo)
ina-okupá--nos lo hizo ocupar
pinapa-okupá---nos lo deja ocupar.
En las formas que preceden, el verbo 'ocupar' se convierte en raíz tagala
antes 'okupá' y a base de esta raíz se le aplica los afijos para conjugarla.
El verbo 'ocupar' también se puede reducir a su otra raíz más breve que es "upa" que en este sentido viene a significar "alquilar".
upa-------------alquilar
umupa;magupa----vaya a alquilar
nañguñgupa------el que está alquilando
ino-upahan------está alquilando
nag-upa---------(lo) alquiló
mag-u-upa-------va a alquilar
El bisaya, como el ilocano, tiene sus respectivos afijos que es lo que lo hace distinto del tagalo y del ilocano, amén de las distintas raíces indígenas que pudiera tener.
Las raíces que unen a todas las lengas isleñas son precisamente las que provinieron del castellano.
De ahí la fundamental importancia y necesidad del castellano como elemento unificador de nuestras lenguas indígenas.
Los usenses nos quieren destruir esta unidad lingüística forzando el alfabeto y deletreo inglés en estas lenguas.
Si el idioma inglés fuese fonético como lo son nuestras lenguas, su introducción a la fuerza no sería dañina a la entera fonología indígena. Pero el inglés es antifonético porque no se pronuncia como se escribe. Es por eso que la misma Comission on Filipino al imponer adrede el alfabeto inglés en el tagalo comete un verdadero genocidio porque nos lo destruye todo. En cambio el español, por fonético, no estorba la estructura originaria de nuestras lenguas indígenas.
Por el contrario, las enriquece. Esto no lo quieren comprender los paisanos que tenemos que escandalosamente se entregan al servilismo vergonzante a todo lo usense, particularmente a lo que es dañino e irracional.
ggr_flamenco@hotmail.com |
( Guillermo Gómez Rivera is a Hispanic Academic in the Academia Filipina, Manila ) |