Sobre el amor y otras cosas no menos importantes
LA PLAYA DE INVIERNO
Un cuento de Eduardo Minervino

La cabaña, enclavada en pleno barrio norte, tenía características propias de la selva negra. Una estilo de construcción que los primeros inmigrantes alemanes que llegaron a este país, dejaron como muestra de su paso en distintas ciudades. Bariloche, Villa General Belgrano, La Cumbrecita , Villa Gesell.  Leandro la había elegido por varias razones. La primera, tenía un gran hogar que dominaba con su presencia un bello living. La segunda era el bosque la  circundaba y la tercera,  que estaba cerca del museo. " Mi vida - solía decirse - se limita  a cuatro viejos recuerdos. Como en el museo. Por eso, cada vez que lo recorro, siento que camino por dentro mío " . Ese invierno, más que ningún otro, tenía la necesidad de mirarse. " Quizás, de tanto y tanto mirarme, encuentre un camino. Que pase por el museo, pero que a su vez, me aleje de el " . 
Esa tarde, como tantas otras, Leandro salió a caminar por la playa. Lo hacía de norte a su, camino al muelle. Le gustaba pensar mientras lo hacía. Tarareaba alguna vieja canción, que era llevada por el viento vaya a saber hacia que remoto sitio. " Las voces siempre se encuentran en algún lugar - se decía -.Yo dentro mío tengo varias ... Algunas viejas conocidas, opacas y amargas. Y una desconocida... Que me habla del futuro . De un amor por venir ". Ese tema, le resultaba extraño. Con casi 50 años, la idea de recomenzar alguna relación le resultaba muy difícil de asumir. Estaba tan acostumbrado a convivir con sus recuerdos que ya se había acostumbrado a ellos. En la caminata, no se había cruzado con nadie hasta que llegó a la Playa de los Milagros.  El sol,  generoso , le calentaba la cara. Las gaviotas, curiosamente, seguían su paso.
Decidió sentarse en las rocas que estaban justo frente a la rambla. De cara a la costanera, encendió un  cigarrillo y como las volutas de humo, que lentamente se elevaban hacia el cielo, ya que en ese momento el viento de había detenido por completo, dejó que sus pensamientos también subieran y se dispersaran... " Pero estos, a diferencia del humo, siempre vuelven dentro mío " - pensó . Instintivamente, miró hacia la rambla, adentrada en la playa en ese sitio. Acodada en la baranda vio a una joven que le hacía un gesto que comprendió inmediatamente. Buscó en el bolsillo de la campera el encendedor y cuando se levantaba,  ella estaba caminando hacia el. Se levantó y dio un par de pasos hacia su encuentro.  Una bella mujer, que no tendría poco más  de 20 años,  con el cigarrillo en la mano, ya estaba junto a el. Le dio fuego y ,sin transición, la saludó. ¡ Hola !  Me llamo Leandro. Cuando se estrechaban la mano, ella dijo : " Soy Luciana ,  recién llegada a la villa invernal ..." . Leandro la invitó a sentarse... " Estas son mis piedras - le dijo - Y esta es La Playa de los Milagros. Hay muchas historias que dicen que cuando dos personas se buscan, se encuentran aquí...." ... " Lo sabía - dijo Luciana mientras se sentaba - por eso vine a la villa, y por eso llegué a esta playa " . Leandro se sorprendió. Reconoció, en ese preciso momento , en la voz de Luciana, su voz interior, esa que le hablaba del futuro.  ¡ Que locura - pensó. Es solo una coincidencia... ".  " ¿ Y a quién viniste a buscar Luciana ? - preguntó interesado.  " No lo se - no tengo la menor idea .... Solo se que mis lágrimas ya se agotaron y ahora quiero ser feliz ... Y creo en los milagros .... En los milagros de esta playa "
                                                                                                                       
SIGUE

  1 2  3   4   5   6   7   8   9  10  11  12  13  14  15  16  17  18  19  20  21  22  23  24  25 26 27 28