TALANTE DE LA PRESENCIA ESPAÑOLA EN FILPINAS
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NOTAS


24 Montero y Vidal, i, pp. 41-42.
25 Juan de Grijalva. Extraído por W. E. Retana's de su Cronica de la Orden de N. P. S. Augustin en las provincias de la Nueva España, etc. (1533-1592) en la edición de Retana al Estadismo de las Islas Filipinas de Zúñiga, ii. p. 219 ss. Juan de Salcedo, después de ser promovido al alto cargo de Maestre de Campo (un mando independiente), murió repentinamente en 1576 a la edad de veintisiete años. Muy lejos de amasar una fortuna en su carrera, murió pobre. Proveyó en su testamento que lo que quedara después del pago de deudas se diera a ciertos indios de su encomienda. Ibid., p. 615.
26 Este informe de la conversión se basa en la narración contemporánea de Grijalva; véase Retana, Zúñiga, ii, pp. 219-220.
27 Montero y Vidal, i, p. 59.
28 Retana, Zúñiga, ii, p. 222; Morga, edición de la Sociedad Hakluyt, pp.307-308; Montero y Vidal, i, p. 60.
29 Fue vice-gobernador y el primer juez nombrado a la Audiencia (tribunal supremo) cuando se reorganizó. Sus Sucesos de la islas Philipinas - Mexici ad Indos, anno 1609 es una obra de gran rareza. Se reimprimió en París en 1890 con anotaciones del autor y patriota filipino Dr. José Rizal y una introducción de Blumentritt. Rizal trata de mostrar que los filipinos retrocedieron en civilización bajo dominio español; cf. los comentarios de Retana en su Zúñiga, ii, p. 277. Las referencias a Morga de más abajo son de la edición de Hakluyt Society.
30 Transferencia natural del nombre familiar que se da en España a los mahometanos.
31 Morga, pp. 296-297.
32 Morga, p. 323.
33 Relacion de las Encomiendas existentes en Filipinas el dia 31 de 1.591, en Retana: Archivo del Bibliófilo Filipino, iv, pp. 39-112.
34 Mendoza, The History of the Great and Mighty Kingdom of China, edición de Hakluyt Society, ii, p. 263.
35 Impreso en Retana, Archivo, iii, pp. 3-45.
36 "De poco hubieran servido el valor y constancia con que Legazpi y sus valerosos compañeros vencieros a los nativos de las islas si el celo apostólico de los misioneros no hubiera secundado sus esfuerzos y ayudado a consolidar la empresa. Estos últimos fueron los verdaderos conquistadores; los que sin más armas que sus virtudes ganaron la buena voluntad de los isleños, hicieron amar el nombre de España y dieron al rey, como por milagro, dos millones más de súbditos sometidos y cristianos." Tomás de Comyn, State of the Philippine Islands, etc., traducido por William Walton, Londres, 1821, p. 209. Comyn fue por ocho años director general en Manila de la Real Compañía Filipina, el último editor de la Revista de Filipinas, Señor del Pan, lo calificó de hombre de "extensos conocimientos especialmente en las ciencias sociales." Retana califica su libro como "un libro de mérito extraordinario," Zúñiga, ii, pp. 175-76. Mallat dice "C'est par la seule influence de la religion que l'on aconquis les Philippines, et cette influence pourra seule les conserver." ('Sólo la influencia de la religión conquistó Filipinas y sólo esta influencia podrá mantenerlas') Les Philippines, histoire, geographie, moeurs, agriculture, industrie et commerce des Colonies espagnoles dans l'Oceanie, por J. Mallat, Paris, 1846, i, p. 40. A mi ver esta obra es la mejor entre todas las publicaciones modernas sobre Filipinas. El autor fue un hombre de formación científica que viajó a Filipinas a estudiar el país después de prepararse por dos años en España.
37 Morga, p. 325.
38 Mallat, i, p. 389.
39 Morga, p. 320.
40 Mallat, i, pp. 382-385.
41 Morga, p. 312. Mallat, ii, p. 240.
42 Morga, p. 313. Mallat, ii, p. 244.
43 El primer hospital regular de las trece colonias fue el Hospital de Pensilvania incorporado en 1751 que empezó a admitir pacientes en 1752. Cornell, History of Pennsylvania, pp. 409-411. Hay referencias a un hospital en Nueva Amterdam en 1658, pero el Hospital de Nueva York fue la primera institución de alguna importancia de este tipo. Se fundó en 1771 y no empezó a admitir pacientes hasta 1791. Memorial History of New York, iv, P. 407. En Boston no hubo hospital de medicina general hasta el siglo XIX. El Hospital General de Massachussetts se incorporó en 1811. Memorial History of Boston, iv, p. 548.
44 Morga, p. 350.
45 Morga, p. 314.
46 Fray Juan Francisco de San Antonio que viajó a Filipinas en 1724 dice "hasta el presente no se ha encontrado un trozo escrito relacionado con la religión, ceremonial, o instituciones políticas antiguas." Chronicas de la Apostólica Provincia de San Gregorio, etc. (Sampaloc, cerca de Manila, 1735), i, pp. 149-150 (citado de Retana, Zúñiga, ii, p. 294.).
47 Usaban hojas de palma por papel y una aguja de hierro por pluma. "L'escriture ne leur sert que pour s'escrire les uns aux autres, car ils n'ont point d'histoires ny de Livres d'aucune Science; nos Religieux ont imprimé des livres en la langue des Isles des choses de nostre Religion." ('La escritura no les servía más que para escribirse mutuamente, porque no tienen ni historias ni libros de ninguna ciencia; nuestros religiosos han impreso libros en lengua de las islas sobre temas de nuestra religión') Relation des Isles Philippines, Faite par un Religieux qui y a demeuré 18 ans, in Thévenot, Voyages Curieux. Paris 1663, ii (p. 5, de la Relation). Esta narrativa es una de las primeras en presentar una reproducción del antiguo alfabeto tagalog. Retana lo atribuye a un jesuita y lo fecha en 1640: p. 13 del catálogo de su biblioteca al fin del Archivo del Bibliófilo Filipino, i. Según Retana, los primeros datos sobre la lengua tagala se encuentran en la Relación de las Islas Filipinas de Chirino, Roma, 1604.
48 Mendoza, Historie of the Kingdome of China, volumen ii, p. 263.
49 Ibid., p. 264.
50 Morga, p. 319.
51 Relation d'un Religieux, Thévenot, volumen ii, (p. 7 de la Relation).
52 Sobre los poderes del gobernador, véase Morga, pp. 344-345.
53 En este artículo se usa 'Dólar' para referirse al 'Peso' español. El lector ha de tener en cuenta los cambios en el valor adquisitivo del dólar. Para calcular su equivalencia aproximada, se puede usar diez como factor para los siglos XVI y XVII y cinco para mediados del XVIII.
54 Hay que recordar que la conciencia oficial en los siglos XVII y XVIII en relación a estas 'propinas' no era tan sensible como se puede esperar hoy. Le Gentil escribe: "Les Gouverneurs de Manille corrompent journellement leurs grâces, et les Manillois ne les abordent guère pour leur en demander, sans se précautioner auparavant du rameau d'or; seul et unique moyen de se les rendre favorables. Un soir étant allé voir le Gouverneur, in 1767, à peine m'eut'il demandé des nouvelles de ma santé qu'il alla me chercher une bouteille de verre de chopine, mesure de Paris, (half-pint) pleine de paillettes d'or, il me la fit voir en me disant que c'était un presént dont on l'avoit régalé ce jour-là même; Oi, me dit-il, me regalaron de este." ('Los gobernadores de Manila prostituyen sus mercedes a diario y los manileños casi nunca se acercan a requerirlas sin tomar sus precauciones delante del becerro de oro, solo y único medio de conseguirlas. Una tarde de 1767, visitando al gobernador, apenas se interesó por mi salud cuando fue a buscar una botella de vidrio de una medida de París llena de pepitas de oro, y me la enseñó diciendo que era un regalo que le habían hecho aquel mismo dia. Hoy, me dijo, me regalaron este') Voyage dans Les Mers de L'Inde, Paris, 1781, ii, pp. 152-153. Le Gentil pasó unos dieciocho meses en Filipinas en misión científica. Su relato de las condiciones locales en el siglo XVIII es uno de los más completos y valiosos que tenemos. Como laico y hombre de ciencia sus puntos de vista constituyen un contrapeso útil a los de los historiadores clericales.
55 Voyage, ii, p. 153. La Audiencia Real se estableció para reprimir el despotismo de los gobernadores, lo cual nunca se consiguió, porque los hombres de toga son de rodillas notoriamente débiles y el gobernador los puede enviar detenidos a España, mandarlos a las provincias a tomar un censo de indios o ponerlos en la carcel sin más, lo que se ha hecho varias veces sin serias consecuiencias." Zúñiga: Estadismo de las Islas Filipinas o mis Viages por este Pais, ed. Retana, i, p. 244.
56 "Cuando se pusieren edictos, publicaren, y pregonaren las residencias, sea de forma que vengan á noticia de los Indios, para que puedan pedir justicia de sus agravios con entera libertad." Ley de1556, lib. v, tit. xv, ley xxviii de la Recopilacion de Leyes de los Reinos de las Indias.
57 Recopilacion, lib. v, tit. xv, ley vii.
58 Churchill's Voyages, iv, pp. 427-428.
59 "Ruego al lector que no concluya de mi opinión sobre los tribunales de residencia mi confianza en su eficacia. My homenaje está sola e inmediatamente dirigido a la sabiduría de la ley y dejo la crítica de su puesta en práctica a los que conocen la influencia seductiva de Plutón sobre la débil y flexible Ilemis." De Pons: Voyage to the Eastern Part of Terra Firma or the Spanish Main in South America during the years 1801, I802, 1803, and 1804. Nueva York, 1806, ii, p. 25.
60 "Une loi très sage, mais malheureusement sans effet, qui devrait modérer cette autorité excessive, est celle qui permet à chaque citoyen de poursuivre le gouvemeur vétéran devant son successeur; mais celui-ci est intéressé à excuser tout ce qu'on reproche à son prédécesseur; et le citoyen assez téméraire pour se plaindre, est exposé à de nouvelles et à de plus fortes vexations." ('Una ley sapientísisma, pero desgraciadamente sin efecto, que debiera moderar esta autoridad excesiva es la que permite a cada ciudadano querellarse contra el gobernador saliente ante su sucesor; pero a éste le interesa excusar todo lo que se reprocha a su predecesor; y el ciudadano con suficiente temeraridad para quejarse se expone a nuevas y mayores vejaciones') Voyage de La Pérouse autour du Monde, Paris, 1797, ii, p. 350.
61 Sus comentarios sobre la cualidades deseadas en los oficiales no están hoy faltos de interés: "Un gobernador ha de entender la guerra pero no debe tener excesiva confianza en sus habilidades. Preste oído al consejo de los que conocen el país, donde se gestionan los asuntos de una manera muy diferente a la de Europa. Los que han intentado llevar la guerra en las islas como se lleva en Flandes o en le resto de Europa han caído en errores irreparables. Lo importante es promover el bienestar del pueblo, tratarlo con benignidad, extender amistad a los forasteros, esforzarse en que los barcos para Nueva España salgan a tiempo y en buenas condiciones, promover el comercio con los países vecinos y fomentar la construcción de barcos. En una palabra, vivir entre indios más como padre que como goberndor." Relation et Memorial del' état des Isles.Philippines, et des Isles Moluques de Ferdinand de los Rios Coronel, Prestre et Procureur General des Isles Philippines, etc. Thevenot, ii p. 23 de la Relation).
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62 Morga, p. 345. Recopilacion, lib. ii, tit. xv, ley xi.
63 Ibid, ley lviii. Le Gentil, ii, pp. 159, 161.
64 Recopilacion, lib. ii tit. xv, ley,xi.
65 Mallat, i, pp. 349-50. Se puede ver un sumario de las variaciones en los nombres de las provincias en el Estadismo de Zúñiga en Retana, p. 376 ff.
66 Recibían un tributo fijo a pagar en especie y hacían dinero aprovechándose de las fluctuaciones de los precios en el mercado. En tiempos de escasez y consecuentes subidas de precios esta práctica doblaba o triplicaba el peso del tributo. Véase State of the Philippine Islands, de Tomas de Comyn, traducido por William Walton, p. 197. Mallat dice: "Rien n'est plus funeste au pays que la permission qui est accordée aux alcaldes de faire le commerce pour leur compte." ('Nada hay más funesto al país que la autorización que se concede a los alcaldes a hacer el comercio por su cuenta.') i, p. 351. Vide también la nota de Retana a Zúñiga, Estadismo, ii, p 530. Este dercecho al comercio se abolió en 1844.
67 "Es bastante común ver un barbero o un lacayo convertido en gobernador; un marinero o un desertor transformado en juez de distrito, recaudador o comandante militar de una provincia populosa, sin más consejero que su burdo entendimiento ni otra guía que sus pasiones. Semejante metamorfosis provocaría risa en una comedia o farsa; pero representada en el teatro de la vida humana ha de dar lugar a sensaciones de naturaleza muy distinta. ¿Quién no se horroriza, y tiembla por el inocente, cuando ve semejante ser transportado del travesaño de la horca a la sede de la justicia, decidiendo en primera instancia sobre el honor, vidas y haciendas de cien mil personas y exigiendo altaneramente el homenaje e incienso de los ministros espirituales de los pueblos bajo su jurisdicción lo mismo que de los curas y pastores, respetables por sus logros y benevolencia, y que en sus respectivos lugares de origen pudieran haber rechazado como criado al que ahora en Filipinas están obligados a pagar pleitesía, y a obedecer como as su soberano." State of the Philippine Islands, London, 1821, p. 194.
68 Morga, p. 323.
69 Jagor describe una elección que observó en Lauane, una ciudad de cuatro mil quinientos habitantes en la pequeña isla del mismo nombre muy cerca del la costa norte de Samar. La cito en su totalidad porque es la única descripción de una elección local semejante que recuerdo. "Se celebró en el ayuntamiento. A la mesa están sentados el gobernador o su representatnte, a su derecha el pastor y a su izquierda el secretario que es el intérprete. Todos los Cabezas de Barangay, el Gobernadorcillo y sus predecesores se sientan en los bancos. Se empieza por la elección de seis cabezas y seis ex-gobernadorcillos que serán los electores. El Gobernadorcillo incumbente es el treceavo elector. Los demás salen de la sala. El presidente entonces lee el reglamento de la elección y exhorta a los electores a ejercer su oficio seriamente; y éstos se acercan uno a uno a la mesa y escriben tres nombres en una balota. Inmediatamente es nombrado Gobernadorcillo para el año que sigue quien recibe el mayor número de votos, si el pastor o los electores no manifiestan objeción bien fundada y sujeto a confirmación del tribunal superior en Manila, la cual es automática pues la influencia del pastor evitaría una elección inconveniente. Se seguía el mismo proceso para la elección de las otras autoridades locales excepto que se recurría al Gobernadorcillo por si tuviera alguna objeción a las selecciones. Todo este procedimiento se realizaba con tranquilidad y solemnidad." Reisen in den Philippinen, Berlin, 1873, pp. 189-190.
    La relación de Sir John Bowring de este sistema de administración es la más clara que he encontrado en un libro inglés. A Visit to the Philippine Islands, London, 1859, pp. 89-93.
70 El gobernadorcillo en consejo con los otros cabezas presentaban un nombre para su nombramiento por la autoridad superior. Bowring, p. 90.
71 Zúñiga, Estadismo de las Islas Filipinas, i, p. 245. Cf. Mallat, i, p. 358.
72 Comyn: State of the Philippine Islands, ch. vii.
73 Mallat, i, pp. 40, 386. Jagor, pp. 95-97.
74 Mallat, i, p. 380 ss.; Comyn, p. 212 ss.
75 Mallat, i, p. 365.
76 Morga, p. 333.
77 Delgado: Historia de Filipinas, Biblioteca Historica Filipina, Manila, 1892, pp. 155-156. Delgado escribió en 1750-51. Le Gentil ofrece cifras algo diferentes basdas en la documentación oficicial al respecto de 1735, ii, p. 182. Su total es 705.903 personas.
78 LeGentil, i, p. 186.
79 Recopilacion, lib. vi, tit. iii, ley xxi. Morga, p. 330. "Avec toutes les recommandations possible, il arrive encore que le moine chargé de la peuplade par où vous voyagez, vous laisse rarement parler seul aux Indiens. Lorsque vous parlez en sa présence à quelque Indien qui entend un peu le Castillan, si ce Religieux trouve mauvais que vous conversiez trop long-temps avec ce Naturel, il lui fait entendre dans la langue du pays, de ne vous point répondre en Castillan, mais dans sa langue: l'Indien obéit." ('Con todas las recomendaciones posibles, todavía sucede que el monje encargado del poblado por donde vaya a viajar raramente le deja hablar a solas con los indios. Cuando se habla en su presencia con algún indio que entiende un poco de castellano, si el religioso no ve bien que hable por largo tiempo con este natural, le hace entender en lengua del país que no debe responder en castellano sino en su lengua: el indio obedece') Le Gentil, ii, p. 185.
80 State of the Philippine Islands, pp. 216-217. Estas resposabilidades y el vivir aislado de los europeos, junto con el clima, ha causado locura con frecuencia. Le Gentil, ii, p. 129. Mallat, i, p. 388.
81 Ibid., p. 214.
82 En 1637 la fuerza militar estacionada en las islas consistía en mil setecientos dos españoles y ciento cuarenta indios. Memorial de D. Juan Grau y Monfalcon, Procurador General de las Islas Filipinas, Docs. Inéditos del Archivo de Indias, vi, p. 425. En 1787 la guarnición de Manila era un regimiento de mejicanos con mil trescientos efectivos, dos compañías de artillería con ochenta cada una, y tres compañías de caballería con cincuenta cada una. La Pérouse, ii, p. 368.
83 Apuntes Interesantes sobre Las Islas Filipinas, etc., escritos por un Español de larga esperiencia en el pais y amante del progresso, Madrid, 1869, p. 13. Escribió este ineresantísimo y valioso trabajo principalmente Vicente Barrantes, que fue miembro del consejo del gobernador y su secretario. Sobre su autoría véase Archivo ii, Biblioteca Gen. de Retana, p. 25, que corrije la conjetura publicada en su Zúñiga, ii, p. 135.
84 Apuntes Interesantes, pp. 42-43.
85 Zúñiga, Estadismo, i, p. 246; Le Gentil, ii, p. 172.
86 Le Gentil, ii, p. 172.
87 Morga, p. 336.
88 Morga, ibid.
89 Morga, ibid.
90 Recopilacion, lib. ix, tit. xxxv, ley vi and ley xv. Como se verá más adelante, normalmenmte sólo se proveía de un navío.
91 Ibid., ley xxxiv.
92 Ibid., ley lxviii.
93 Ibid., ley lxxviii.
94 Ibid., ley xiv.
95 Morga, p. 344. Zúñiga, i, pp. 271-274. "El barco de Acapulco ha sido la causa de que los españoles hayan abandonado las riquezas naturales e industriales de las Islas." Ibid., p. 443.
96 Le Gentil, ii, pp. 203-230; Zúñiga, i, P. 266 ff.
97 Le Gentil, ii, p. 205; Careri, Voyage Round the World, Churchill: Voyages, iv, p. 477.
98 Zúñiga, i, p. 267.
99 Zúñiga, i, p. 267.
100 Le Gentil, ii, p. 207.
101 Zúñiga, i, p. 268.
102 Churchill, Voyages, iv, p. 491. Admito que hay graves dudas sobre si los viajes de Gemelli Careri en el siglo XVIII tuvieron lugar. Robertson dice: "parece opinión bien recibida (aunque no me parece fundada en evidencia sólida) que Careri nunca dejó Italia y que su famoso Giro del Mondo es la historia de un viaje ficticio." History Of America, nota 150. Las acusaciones más específicas contra Careri están relacionadas con sus experiencias en China. Véase Privost, Histoire des Voyages, v, pp. 469-70. Su descripción de las Filipinas y del viaje a Acapulco está llena de detalles que tienen toda la apariencia de ser el resultado de observaciones personales. De hecho no veo cómo puede ser posible que esta parte de su libro no pueda ser auténtica. El único libro de viajes con una relación detallada de la travesía Manila-Acapulco escrita antes de que Careri publicara la suya, descrita en Medina, Bibliografia Española de Filipinas, es la Peregrinación del Mundo del Doctor Pedro Cubero Sebastian, una edición de la cual se publicó en Nápoles, de donde era Cubero, en 1682; pero la relación de Careri no se parece más a la de Cubero de lo que puedan parecerse cualquier par de descripciones de un mismo viaje; y tampoco está claro que Careri hubiera leído la relación de Sebastian.
103 Zúñiga, i, p. 268. Careri menciona el caso de un dominico que pagó quinientos dólares por el pasaje al este. Op. cit. p. 478; en la página 423 dice que el precio de cabina y comida estaba entre quinientos y seicientos dólares.
104 Churchill's Voyages, iv, p 499.
105 Op, cit. p. 491. Sin embargo Careri no tuvo la terrible experiencia de Cubero Sebastian en su viaje. Hacia el final de la travesía sufrieron una epidemia de una enfermedad mortal, “el berben, o mal de Loanda” (probablemente beri-beri) y también de disentería, de la que pocos que la sufrieron escaparon con vida. Hubo noventa y dos muertes en quince dias. De las cuatrocientas personas a bordo doscientas diez murieron antes de llegar a Acapulco. Peregrinacion del Mundo de D. Pedro Cubero Sebastian, Zaragoza, 1688, p.268.
106 Careri: Op. cit. p. 503.
107 Montero y Vidal: Hist. Gen. de Filipinas, i, pp. 418, 463. En la página 461 se puede ver una breve bibliografía de la historia del comercio filipino. Según Montero y Vidal, la mejor historia moderna del comercio en Filipinas es La Libertad de comercio en las islas Filipinas de D. Manuel de Azearraga y Palmero, Madrid, 1872.
108 Montero y Vidal, ii, p. 122.
109 Montero y Vidal, ii, p. 122.
110 Comyn: State of the Philippine Islands, pp. 83-97.
111 Estadismo, i, p. 272.
112 Zúñiga, i, p. 274.
113 No es necesario hablar por extenso del comercio con China puesto que Morga nos da noticia exhaustiva de él. Estaba enteramente en manos de chinos y mestizos y trajo a Manila tejidos orientales de toda clase, objetos de arte, joyería, metales y trabajos en metal, clavos, grano, conservas, fruta, cerdo, aves, animales domésticos y de compañía, "y miles de otros cachivaches y ornamentos baratos que los Españoles aprecian." (Morga, p. 339.) Además el comercio con Japón, Borneo, las Molucas, Siam e India era tan considerable que a pesar de las restricciones al comercio con América, Manila, como le pareció al viajero Carreri (p. 144), era "uno de los mejores lugares de comercio del mundo.".
114 Documentos Inéditos delAchivo de Indias, v, pp. 475-77.
115 No es necesario hacer el censo de cuántos centenares hay de familiarizados con las denuncias de Las Casas por cada uno que conozca algo de las más de seiscientas leyes en la Recopilacion que definen el status y están dirigidas a la protección de los indios.
116 Cf. Jagor: Reisen in den Philippinen, p. 31.
117 Voyage de La Pérouse autour du Monde, Paris, 1797, ii, p. 347.
118 History of the Indian Archipelago, etc., de John Crawfurd, V. R. S. Edinburgh, 1820, vol. ii, pp. 447-48.
119 Así es como lo entiendo. Sus palabras son: "Ces institutions (i. e., la administración local) si sages et si paternelles ont valu à l'Espagne la conservation d'une colonie dont les habitants jouissent, à notre avis, de plus de liberté, de bonheur et de tranquilleté que ceux d'aucune autre nation." ('Estas instituciones [i.e. las administración local] tan sabias y paternales han valido a España la conservación de una colonia cuyos habitantes gozan, a nuestro modo de ver, de más libertad, bienestar y tranquilidad que los de ninguna otra nación.') i, p. 357. Cf. también su capítulo final: "L'indigène des Philippines est l'homme le plus heureux du monde. Malgré son tribut, il n'est pas d'être vivant en société qui paye moins d'impôt que lui. Il est libre, il est heureux et ne pense nullement à se soulever." ('El indígena de filipinas es el hombre más feliz del mundo. A pesar de pagar tributo, no hay ser vivo en sociedad que pague menos impuestos que él. Es libre, es feliz y no piensa sublevarse en absoluto.') ii, p. 369.
120 A Visit to the Philippine Islands, Londres, 1859, p. 18. Cf. la opinión reciente del ingeniero inglés Frederic H. Sawyer, que vivió en Luzón por catorce años. "Las islas estaban gobernadas por España de mala manera, sin embargo españoles y nativos vivían juntos en gran armonía, y no sé donde se podrá encontrar una colonia donde los europeos se mezclen tanto socialmente con los nativos. No en Java donde un nativo de posición ha de desmontar para saludar al más humilde de los holandeses. No en la India británica, donde la mujer inglesa ha hecho de la distancia entre Británico y nativo una sima infranqueable." The Inhabitants of the Philippines, New York, 1900, p. 125.
121 Reisen in den Philippinen, p. 287.
122 Cornhill Magazine 1878, pp. 161, 167. Este artículo se reimprimió en Ulysses, or Scenes in Many Lands de Palgrave .
123 The Inhabitants of the Philippines, pp. vi, viii.
124 "Ils font voir beaucoup d'inclination et d'empressement pour aller à l'église les jours de Fêtes et Solemnités; mais pour ouir la Messe les jours de preceptes, pour se confesser et communier lorsque la Sainte Eglise l'ordonne, il faut employer le fouet, et les traiter comme des enfans à l'ecole." ('Muestran mucha inclinación y entusiasmo en ir a la iglesia los dias de fiesta y solemnidades; pero para oir misa los dias de precepto, para confesar y comulgar cuando lo manda la Santa Iglesia hace falta emplear la fusta y tratarlos como a niños de escuela.') Citado por Le Gentil, ii, p.61, de las Chronicas de la Apostolica Provincia de San Gregorio, etc., comunmente conocidas como la Historia Franciscana, de Fray Juan Francisco de San Antonio. Recuérdese que en nuestro propio país en el siglo XVIII se imponía disciplina en las universidades por medio de castigos corporales, y que la asistencia a la iglesia era obligatoria donde hubiera una iglesia establecida como en New England.
125 Voyage, ii, p. 62.
126 Voyage, ii, p. 350.
127 Voyage, ii, pp. 95, 97.
128 Le Gentil dice que la pereza corporal influencia la mente. "No puede uno sino vegetar en esta region abrasadora. El mucho estudio y la aplicación excesiva es muchas veces causa de locura." Voyage, ii, p. 94.
129 La Imprenta en Manila desde sus origenes hasta 1810, Santiago de Chile, 1896.
130 Adiciones y Observaciones à La Imprenta en Manila, Madrid, 1899.
131 Pueden verse listas representativas de esto en la Bibliotheca Philippina de Blumentritt, impresión privada, Theile, i and ii.
132 Es hecho singular que en toda esa lista no aparezca traducción alguna de partes de la biblia, excepto naturalmente paráfrasis fragmentarias en el catecismo y libros de doctrina. La única instancia que indique un estudio bíblico de primera mano en Filipinas bajo el régimen antiguo que haya captado mi atención en las bibliografías de Medina y Retana es el caso del historiador Juan de la Cruz que dejó en manuscrito una traducción de la Sagrada Biblia en español. La imprenta en Manila, p. 221. Esta falta de traducciones de la Biblia a las lenguas nativas no fue exclusiva de la dominación española en Filipinas. La Holanda protestante, muy por detrás de España en proveer de educación nativa, estaba igualmente opuesta a la circulación de la Biblia. "Hasta no antes de la segunda o tercera década de este siglo, el Nuevo Testamento se consideraba revolucinario, y Herr Bruckner, que lo tradujo, vió su edición destruida por el gobierno." Guillemard, Malaysia and the Pacific Archipelagoes, p. 129.
133 Mallat dice que los elementos se enseñaban generalmente más que en la mayoría de las zonas rurales de Europa (i, p. 386) y cita la aserción del Arzobispo de Manila: "Hay muchos pueblos como Argas, Dalaguete, Bolohon, Cebu y carios más en la provincia de Iloilo donde no se puede encontrar ni niño ni niña que no pueda leer y escribir, una ventaja de la que bien pocos lugares en Europa pueden presumir." Ibid., p. 388.
134 Estadismo, i, p. 300.
135 Estadismo, i, p. 63.
136 Zúñiga, i, pp. 73-75.
137 Voyage, ii, p. 131.
138 Ibid., p. 132, y Zúñiga, i, p. 76. Un trabajo moderno sobre este drama es El Teatro tagalo de Vicente Barrantes, Madrid, 1889.
139 Número 877 en Retana, Biblioteca Filipina. Esta novela se publicó en Manila en 1855. Fray Bustamente fue un Franciscano.
140 Estadismo, i, pp. 60-61. El Almirante Alava se dirigía a hacer observaciones científicas del volcán Taal. Le Gentil escribe: "Selon une Ordornnance du Roi, renouvelée peut'être cent fois, il est ordonné aux Religieux d'renseigner le castillan aux jeunes indiens; mais Sa Majesté, m'ont unanimement assuré les Espagnoles à Manille, n'a point encore été obéie jusqu'à ce jour." ('Una ordenanza real, repetida puede ser que cien veces, emplaza a los religiosos a enseñar castellano a los indios jóvenes; pero Su Majestad, según me han asegurado unanimamente los españoles de Manila, todavía no ha sido obedecido') Voyage, ii, p. 184. Cf. Zúñiga, Estadismo, i, pp. 299-300. Se pueden ver algunas de estas ordenazas en las notas de Retana a Zúñiga, ii, p.57 y ss.
141 Cf. las ideas de Retana de hace diez años sobre la impracticabilidad de reemplazar en medida alguna el tagalog por el castellano. Las mismas consideraciones se aplican igualmente bien al inglés. Estadismo, ii, p. 59 y ss.
142 Estadismo, i, pp. 12-13.
143 Retana, Zúñiga, ii, p. 527.
144 Estadismo, i, p. 174. No puedo despedirme del libro de Zúñiga sin antes hacer pública mi opinión de que es la flor más hermosa de la literatura filipina. Zúñiga hizo por la isla de Luzón lo que Arthur Young hizo por Francia pocos años antes, o usando mejor paralelismo, lo que el Presidente Dwight hizo por New England. Sus observaciones cuidadosas, despojadas de tedio por un estilo encantador, su dulzura de temperamento, humor tranquilo, su amor a la naturaleza y al hombre, todo ello se combina para hacer de sus "Viajes" un trabajo que podría tener un lugar prominente en la literatura de cualquier país. Se publicará una traducción al inglés en la presente serie.