1. Saber
que no se hereda la enfermedad mental, sino la disposición
a padecerla. Así, los descendientes de los enfermos mentales
sólo tendrán una probabilidad algo mayor de sufrir ese
padecimiento psíquico.
2. Reconocer los síntomas de la depresión y la manía,
que son muy característicos, y acudir al médico en cuanto
se presenten. Los depresivos experimentan tristeza, angustia y desconsuelo,
falta de impulso para actuar y desvalorización de uno mismo.
Los maníacos muestran síntomas totalmente opuestos.
3. No obligar a su hija a comer cuando se niegue a hacerlo. Si la
chica es anoréxica- hay un caso cada 200 adolescentes- equivale
a forzarla a que engañe a su familia escondiendo los alimentos.
4. Saber cuándo un jugador requiere tratamiento médico.
Un jugador es aquella persona cuya tendencia al juego destroza su
vida sin que él pueda evitarlo.
5. Para conocerse a uno mismo es necesario ser tajante
en el NO a las drogas. La iniciación a las drogas comienza
habitualmente por las llamadas “blandas”, para terminar
en las más duras.
6. Distinguir al cleptómano del ladrón. La persona aquejada
de cleptomanía-una verdadera enfermedad mental-nunca utiliza
ni vende los objetos robados.
7. No confundir una crisis de angustia con un ataque al corazón.
Pues en las crisis de angustia pueden darse también taquicardia,
palpitaciones, respiración acelerada y dolor en el pecho.
8. Buscar la verdadera causa de la fobias con ayuda médica
es una buena forma de conocerse a uno mismo. La fobia
es un miedo irracional y desproporcionado ante ciertos efectos o situaciones
(presencia de animales, volar en avión, subir en ascensores,
etcétera).
9. Ser consciente de que el paso de la bebida moderada al alcoholismo
no siempre puede controlarse.
10. Conocer la utilidad de la terapia de familia para la convivencia
con un desequilibrado.
Webs Referidas: