179. Quien conquista la pasión, no vuelve a ser derrotado; ¿qué podría
perturbar al Budha omnisciente, libre de cualquier pasión y cuyo camino
conduce a él ?
180. Él, en quien no hay enredo, liberado de la avidez que hace renacer,
¿qué podría perturbar al Budha omnisciente y cuyo camino conduce a él?
181. Los sabios se adiestran en la meditación y se deleitan en la paz de la
renuncia; tales Budhas de mente perfecta incluso por los dioses son muy
queridos.
182. Raro es el nacimiento como un ser humano. Difícil es la vida de los
mortales. Extraño es escuchar la Sublime Enseñanza. Rara es la aparición de
los Budhas.
183. El abandono del mal, el cultivo del bien y la purificación de la mente:
tal es la enseñanza de los Budhas.
184. La paciencia y la tolerancia son la más alta ascesis. Los Budhas
proclaman que el Nibbana es el supremo. No es un renunciante ni un asceta el
que agrede a los otros.
185. No reprochar, no hacer ningún daño, practicar la moderación según los
preceptos fundamentales, ser moderado en la alimentación, residir en la
soledad, aplicarse uno mismo a la concentración mental elevada, tal es la
enseñanza de los Budhas.
186-187. Ni un torrente de monedas de oro hace la felicidad levantando
placeres sensuales. De pequeñas dulzuras y penas son los placeres sensuales.
Conociendo esto, el hombre sabio no encuentra felicidad ni siquiera en
placeres celestiales. El discípulo del Todo Iluminado se deleita en la
aniquilación del apego.
188-189. Conducidos por el miedo, los hombres acuden a muchos refugios, a
montañas, bosques, grutas, árboles y temples. Tales, empero, no son refugios
seguros. Acudiendo a estos refugios, uno no se libera del dolor.
190-191-192. Pero aquel que toma refugio en el Budha, la Enseñanza y la Orden
y ve con recta comprensión las Cuatro Nobles Verdades; tal es en realidad el
refugio seguro; ése es en verdad el refugio supremo. Recurriendo a este
refugio, uno se libera de todo sufrimiento.
193. Difícil es hallar al hombre de gran sabiduría: tal hombre no nace en
cualquier parte. Cuando nace un hombre así, que la familia se sienta muy
dichosa.
194. Feliz es el nacimiento de los Budhas; feliz es la Enseñanza de la
Doctrina sublime; feliz es la unidad de la Orden; feliz es la vida austera
de los unidos.
195-196. Qué valiosa es la reverencia de aquel que reverencia al Budha y sus
discípulos; éstos han superado los impedimentos y se han liberado de la pena
y la lamentación. El mérito de quien reverencia a tales hombres pacíficos y
sin miedo por nadie ni nada puede ser medido.
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