HUMO
DE SEGUNDA MANO ENTRE UNIVERSITARIOS:
COSTOS EXTERNOS DE UN HÁBITO DAÑINO
Por
Lic. Gabriel Leandro, MBA
Profesor de Economía
Las distintas actividades
que las personas y las empresas realizan implican distintos
costos privados, y en algunos casos costos externos,
por lo cual los costos privados y los costos sociales
no siempre son iguales. Un ejemplo de esta situación
puede ser el de un fabricante de cemento ubicado cerca
de una zona residencial. En este caso, los costos privados
corresponden a los costos de materiales, mano de obra,
depreciación, alquileres, etc. Este productor de cemento
buscará maximizar su beneficio donde su ingreso marginal
sea igual a su costo marginal privado. Pero esta decisión
podría no ser económicamente eficiente, ya que si no
se están considerando los costos externos o externalidades
que esta producción genera sobre otras empresas o personas.
Una externalidad se define
como el “efecto de las actividades económicas de una
parte sobre otra parte, que el sistema de precios no
tiene en cuenta” (Nicholson, p. 528). Las externalidades
surgen cuando el costo privado y el costo social no
son iguales, y pueden ser tanto positivas como negativas.
De ese modo, el productor de cemento, por ejemplo, al
no valorar el costo de la contaminación que genera,
y que afecta a la localidad aledaña o a otros productores
cercanos, está creando una situación en la que el costo
social es mayor que el costo privado.
En términos gráficos
se puede ilustrar de la siguiente manera:

En la gráfica se observa
el costo marginal privado, y que bajo la suposición
de que el productor actúe en un mercado perfectamente
competitivo, produciría la cantidad de cemento Qo por
unidad de tiempo, pues ese es el punto donde maximiza
sus ganancias. Pero a ese nivel de producción se observa
claramente que el costo marginal social es más elevado,
como consecuencia del costo externo que implica la contaminación.
Al nivel de producción Qo el costo externo corresponde
a la distancia vertical del punto A al B.
En este ejemplo del productor
de cemento, el problema básicamente consiste en cómo
lograr el mejor uso del aire, un recurso sobre el cual
no existen derechos de propiedad (entendiendo un derecho
de propiedad como una especificación legal de quien
posee un bien y el uso que le puede dar), ya que el
aire no es de nadie.
Para muchos la solución
debería ser el eliminar por completo la contaminación,
lo cual probablemente implicaría cerrar la fábrica de
cemento. Sin embargo esa no sería la mejor solución,
pues las mismas casas afectadas por la producción de
cemento se han beneficiado de dicha producción al ser
construidas con ese material. Esto lleva a concluir
que tampoco es eficiente el eliminar por completo la
contaminación, y entonces lo que podría ser mejor es
encontrar un “nivel eficiente de contaminación”.

De acuerdo con la gráfica
el productor de cemento maximiza sus beneficios en el
punto A, con una cantidad de contaminación Qa, donde
su beneficio marginal es cero (es decir su costo marginal
y su ingreso marginal son iguales). A ese nivel de producción
el costo marginal social se muestra como la distancia
vertical AB, dando un resultado ineficiente, pues el
costo marginal social es superior al beneficio marginal.
Al nivel de contaminación Qe el costo marginal social
y el beneficio marginal son iguales, y por tanto ese
sería un nivel de contaminación eficiente.
Para que un resultado
como el anterior sea posible es necesario que de alguna
manera exista un derecho de propiedad sobre el aire,
que induzca a algún acuerdo entre los vecinos y la fábrica,
y que tal vez la fábrica los indemnice por la contaminación
causada, u otra solución. Sin embargo, lograr un acuerdo
de esa naturaleza podría no ser posible, o bien el costo
de dicha operación sería muy elevado. Es así como generalmente
los gobiernos establecen algún tipo de regulación, cargos
por contaminar, permisos e impuestos, medidas que permitirían
alcanzar el resultado descrito anteriormente, si son
aplicadas correctamente.
EL FUMADO: UN
CASO DE COSTOS EXTERNOS SIMILARES O PEORES QUE LOS DE
LA FÁBRICA DE CEMENTO
Según datos de la Caja
Costarricense del Seguro Social, el fumado es causante
del 67% de las muertes por cáncer, 50% de las afecciones
respiratorias, 15% de los padecimientos del aparato
circulatorio y 10% de las muertes de recién nacidos.
Pero además de los efectos nocivos del cigarrillo sobre
el fumador mismo, se tiene una serie de costos externos
relacionados con las molestias, irritación y perjuicios
sobre la salud de quienes están a su alrededor, es decir
los fumadores pasivos. El consumo de tabaco y el fumado
pasivo o involuntario está aceptado como la principal
causa de muerte prematura en el mundo. Para la UNICEF
“las actividades de la industria tabacalera podrían
conducir a una catástrofe mundial en materia de salud,
especialmente entre los niños y las mujeres, … El tabaco
es una grave amenaza para los derechos de los niños,
ya que no sólo es causa de enfermedades, como el asma,
y de defectos congénitos, sino que además puede hacer
que los padres no tengan suficiente dinero para financiar
sus estudios y pagar atención médica puesto que gastan
mucho en fumar” (Carol Bellamy, Directora Ejecutiva
UNICEF).
Según la página de Internet
Cruzada en contra del fumado del IAFA se estima que
en Costa Rica el fumado pasivo es responsable de una
amplia variedad de casos de enfermedades en niños cada
año: 27000 casos de otitis, 46000 de visitas a clínicas
y hospitales por tos, 9 casos nuevos de asma, 10 ataques
de asma, 11 casos de bronquitis y neumonías y 4 operaciones
de oído o amígdalas. Esto significa que en Costa Rica
se atienden alrededor de 100000 consultas anuales en
niños ocasionadas por el fumado de los adultos, con
unas 20 hospitalizaciones, y a un costo de ¢600 millones
por año.
De acuerdo con la teoría
económica, y tal como se describió en el caso del productor
de cemento, fumadores y no fumadores tratan de hacer
uso de un mismo bien, el aire, el cual no es propiedad
de ninguno de ellos, y la molestia causada por los primeros
a los segundos es un ejemplo de una externalidad, y
consecuencia, deberían “indemnizar” de alguna manera
a los no fumadores, o que exista algún acuerdo o regulación
que evite tal situación. A este respecto existen algunas
soluciones:
- Acuerdos privados: Dada la dificultad
de establecer derechos de propiedad sobre el aire,
y además, dada la naturaleza recíproca de las externalidades
(para el fumador también es una molestia el no fumador
al no dejarlo fumar con toda tranquilidad), entonces
un acuerdo entre ambos puede ser una solución factible
en algunos casos, sobre todo cuando algún tercero
lo establece. Por ejemplo, los restaurantes crean
una sección de fumadores y otra de no fumadores.
- Prohibiciones de fumar: Tanto
el gobierno como muchas empresas establecen normas
para impedir el fumado en áreas públicas o en el
trabajo.
- Impuestos: El establecimiento
de impuestos a las ventas de cigarrillos eleva el
precio de los mismos, a la vez que, por su baja
elasticidad precio de demanda, se convierte en una
buena fuente de ingresos fiscales.
- Otras: También se desarrollan
campañas contra el fumado, e incluso en algunas
partes del mundo hasta se ha creado una policía
especial (Miller, p.510).
A pesar de estas posibles
soluciones, es muy difícil lograr que los fumadores
no afecten de forma alguna a los no fumadores.
FUMADORES UNIVERSITARIOS
Un problema grave relacionado
con el fumado es el inicio precoz de este hábito, tendencia
que se ha acentuado en Costa Rica durante los últimos
años, al igual que una mayor incidencia del fumado en
mujeres. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS),
de 1100 millones de fumadores que hay en el mundo actualmente,
el 90% inició el hábito antes de los 19 años. “El número
de mujeres que empieza a fumar está aumentando de manera
acelerada, especialmente entre adolescentes y en países
en desarrollo” señalan Natalie Valdés y Sara Sánchez,
asesoras de la Organización Panamericana de la Salud
(OPS). Costa Rica no es la excepción. Se ha vuelto muy
común el observar a jóvenes fumando en bares, centros
de estudio, entre otros. Esto no sólo los afecta a ellos,
sino también a sus compañeros, quienes, aunque no fumen,
se convierten en fumadores pasivos.
A continuación se describen
algunos resultados de un estudio realizado en la Universidad
Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (ULACIT), como
proyecto de los estudiantes Gineth Rivera, Ricardo Cordero,
Franklin Castro y Eduardo Zavala, para el curso de Microeconomía
Aplicada, y guiados por su profesor, Lic. Gabriel Leandro.
Se tomó entre los días 11 a 22 de agosto de 2003 una
muestra aleatoria de 105 estudiantes de diversas carreras,
con un 95% de confianza y un 8% de error. La muestra
contenía un 51.4% de hombres y un 48.6% de mujeres.
El 32.4% de los entrevistados era de 20 años o menos,
el 52.4% tenía de 21 a 25 años, el 7.6% era de 26 a
30 años, y el restante 7.7% tenía 31 años o más. Además
se incluyeron estudiantes de diversas carreras. El proceso
de los datos se realizó con ayuda del SPSS, un software
especializado para el trabajo con datos en el área de
las ciencias sociales.
El estudio encontró que
el 41.9% de los entrevistados acostumbra fumar al menos
en forma ocasional, y el 29.5% al menos una vez por
semana. Muchos de ellos sólo se consideran fumadores
“sociales”, o sea que fuman con sus compañeros o amigos
principalmente en fiestas u otras ocasiones. Sin embargo
aproximadamente un 21% de ellos admitió fumar todos
los días, y de éstos alrededor de la mitad afirman consumir
medio paquete de cigarrillos o más por día.

Un resultado interesante
es que no existe una diferencia significativa entre
los hábitos de fumado de los hombres y las mujeres,
pues de los hombres encuestados el 44% respondió que
fuma al menos en forma ocasional, mientras que en el
caso de las mujeres la proporción fue del 39%. La siguiente
tabla detalla aun más estos datos, mostrando las pequeñas
diferencias entre hombres y mujeres, y observándose
que muchas mujeres tienden a considerarse “fumadoras
sociales” y que solo fuman en forma ocasional.
|
Todos los
días medio paquete o más |
Todos los
días medio paquete o menos |
Al menos
una vez a la semana pero menos de una vez
al día |
Sólo ocasionalmente
(una vez al mes o similar) |
Masculino |
29% |
29% |
21% |
21% |
Femenino |
25% |
20% |
15% |
40% |
Por otro lado, el 83%
de los encuestados que fuma todos los días tiene 25
años o menos, confirmando la tendencia de que el fumado
es un hábito que tiende a darse con mayor frecuencia
entre la gente joven.
Además se encontró que
los lugares favoritos de los fumadores corresponden
a los siguientes: la universidad en el 35% de los casos,
también bares, restaurantes y fiestas (28%), la casa
(22%) y otros (15%).
Sin duda un elevado porcentaje
de los estudiantes de ULACIT (y probablemente de todas
las universidades) fuman en la misma universidad, afectando
con estos a sus compañeros. En el estudio se halló que
una elevada proporción de los no fumadores (62%) dice
sentirse muy afectado por el humo del cigarrillo, mientras
que el restante 38% dice afectarle poco o nada.
Según se concluye de
la encuesta realizada, la mayor parte de los fumadores
son conscientes del daño que producen a los demás. Al
preguntárseles que valoraran en una escala de 0 a 5,
donde 0 es el mínimo y 5 el máximo, qué tanto creen
que el humo del cigarrillo afecta a las personas que
están a su alrededor, el 53% del total señaló el 5,
el 79% respondió 4 o 5, mientras que sólo un 7% respondió
2 o menos.
¿Hay algo positivo
en todo esto?
Sí. Uno de los resultados
más interesantes del estudio fue que al preguntársele
a los entrevistados si les gustaría dejar de fumar,
se obtuvo que el 86% respondieron afirmativamente. De
ese 86% se encontró que el 82% de los que fuman todos
los días y el 100% de los que fuman ocasionalmente afirmaron
que le gustaría dejar de fumar. Además el 70% de los
encuestados respondió que ha intentado dejar de fumar
al menos una vez, sin embargo continúa fumando. También
se determinó que un 77% de los fumadores estarían dispuestos
a recibir, de manera voluntaria, algún tipo de ayuda
de parte de la Universidad para dejar de fumar. A la
vez el 98% de los no fumadores se mostró favorable a
que la Universidad podría brindar algún tipo de ayuda
para que los estudiantes fumadores dejen de fumar.
Siendo ULACIT una institución
de reconocido prestigio y sumamente interesada en la
promoción humana y en fomentar una mayor calidad de
vida para sus estudiantes, y en general para todo el
país, ¿por qué no podría ULACIT crear algún programa
para ayudar a todos estos estudiantes a dejar este dañino
hábito?
Lo mejor de todo es que
existe alguna disposición de parte de los estudiantes,
y la Universidad podría contar con algunos recursos.
El cómo lograrlo de la mejor manera, y al menor costo
posible, podría ser el objetivo de otro estudio, sin
embargo podría no ser algo demasiado difícil. Sería
importante fortalecer las prohibiciones de fumar en
pasillos y otras áreas, y restringir al máximo las zonas
de fumado, aunque esto es solo una solución parcial,
pues fuera de la universidad podrían seguir haciéndolo
sin limitación. Otra opción es que recientemente ULACIT
ha ofrecido ayuda psicológica a sus estudiantes, y tal
vez a través de un sistema similar se puedan formar
grupos que mediante charlas y diversas técnicas ayuden
a los estudiantes fumadores y no fumadores a respirar
un aire más puro.
Fuentes consultadas:
- Parkin, Michael. Microeconomía.
Versión para Latinoamérica. – 5ª. ed.- México: Pearson
Education, 2001.
- Case, Karl E. Principios de microeconomía.
– 4ª. ed.- México: Prentice Hall Hispanoamericana,
1997.
- Miller, Roger. Microeconomía Moderna.
- 7ª. ed. – México: Harla, 1995.
- Nicholson. Microeconomia Intermedia.
- 8ª. ed. – Bogotá: McGraw Hill, 2001.
- Valdés, Nathalie. Sánchez, Sara.
El tabaco y las adolescentes: tendencias actuales.
Washington D.C., Organización Panamericana de la
Salud, 1999.
- Azqueta, Diego. Valoración económica
de la calidad ambiental. Madrid: McGraw Hill, 1994.
- Página de Internet Cruzada en
contra del fumado del IAFA: http://www.ccss.sa.cr/fumado/artic2.htm,
21 de agosto de 2003.