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Historia de los Imperios: Antiguos y Modernos: Africa
África Uno de los seis continentes; 30.271.000 km2 de superf. (el 20
% de la tierra emergida), 647.000.000 hab. Su territorio se extiende
entre los 37o 20 lat. N (cabo Blanco, Tunicia) y los 34o 51 lat. S
(cabo Agujas, Sudáfrica) y entre los 17o 32 long. O (cabo Verde,
Senegal) y los 51o 23 long. E (cabo Guardafuí, Somalia). Limita al N
con el mar Mediterráneo; al S con la unión de los océanos Índico y
Atlántico; al E con el océano Índico y con el mar Rojo; y al O con el
océano Atlántico. Los límites del continente africano son casi
exclusivamente marítimos. Únicamente el istmo de Suez, abierto desde
1869 por el canal del mismo nombre, une el territorio de África con
el de Asia. Cuenta, pues, con unos 30.000 km de costas, generalmente
llanas y bajas al N, y altas y escarpadas al S. Un número reducido de
islas bordea sus costas. En el océano Índico se encuentran
Madagascar, Comores, Seychelles y Socotora; en el océano Atlántico,
Madeira, Canarias, Ascensión, Santa Elena, Cabo Verde, Bioco
(Fernando Poo) y Santo Tomé.
GEOGR. Relieve. La masa continental de África se halla sobre la
placa africana y comprende una parte del escudo precámbrico. Hace
millones de años, África estuvo unida a América del Sur, la India,
Australia y la Antártida, formando un continente denominado Gondwana.
La placa africana, formada por la fragmentación de este antiguo
continente, se desplaza, según algunas teorías, hacia el N
hundiéndose bajo la placa europea. Las tierras que conforman el
continente africano han conservado sustancialmente la integridad
estructural desde sus orígenes. Con una altitud media de 750 m, el
relieve africano se compone de un conjunto de grandes mesetas:
Sahara, Sudán, África centroecuatorial, Congo o Zaire y sudafricana.
Sobre ellas se elevan algunas cadenas montañosas: al N, el Atlas y
los antiguos macizos volcánicos saharianos del Ahaggar y de los
montes Tibesti; al O, los macizos de Futa Yalon, Loma y Adamaoua; al
E, el macizo Etíope, los montes Mitumba, Virunga y Ruwenzori; y al S,
los montes Drakensberg. El punto culminante del relieve africano es
el Kilimanjaro, en Kenya, un macizo volcánico reciente de 5.895 m de
alt. Al E del continente africano dos grandes fosas tectónicas rompen
también la monotonía de las mesetas: la centroafricana, que va desde
la bahía de Sofala hasta el valle del Nilo medio, y la sirio-
africana, que se inicia en el O del Kilimanjaro y continúa hacia el N
en el mar Rojo y el mar Muerto.Clima. El ecuador, que atraviesa el
continente por su parte central, determina el predominio de un clima
cálido en África. En la franja ecuatorial, junto a las altas
temperaturas (25-26 oC), con escasas variaciones térmicas diarias y
estacionales, se producen abundantes lluvias (siempre por encima de
los 1.800 mm) durante todo el año. En las dos franjas de clima
tropical que se extienden al N y al S de la zona ecuatorial, las
temperaturas son también elevadas, pero presentan variaciones
térmicas diarias y estacionales más acusadas a medida que se alejan
del ecuador. Se desarrolla además un régimen tropical de dos
estaciones, la de las lluvias (durante los meses de verano al N del
ecuador y durante los meses invernales al S). En las zonas desérticas
del Sahara, del Kalahari y de Namibia, con elevadísimas temperaturas,
las oscilaciones térmicas diarias pueden llegar hasta los 40 oC,
mientras que las precipitaciones son muy escasas o nulas. Finalmente,
tanto en las regiones septentrionales como en las australes existe un
clima de tipo mediterráneo, con temperaturas moderadas (medias
estivales de 25 oC e invernales de 13-15 oC) y lluvias invernales al
N y estivales en la punta meridional del continente.Hidrografía. La
superficie del continente africano está distribuida en escasas pero
amplias cuencas fluviales. Las grandes dimensiones de sus ríos tienen
su origen en la morfología mesetaria predominante en África. El más
largo de todos los ríos de África y del mundo es el Nilo (6.600 km),
que recoge buena parte de las aguas de la parte oriental del
continente y desemboca en el mar Mediterráneo. Sin embargo, la mayor
parte de las aguas caídas en África va a parar al Atlántico, a través
de grandes ríos como el Congo o Zaire, el Níger y el Orange. El
Zambeze y el Limpopo llevan al océano Índico las aguas de las zonas
centromeridionales de África. Las superficies endorreicas del
continente corresponden a algunas de las más marcadas cuencas
depresivas, sobre todo las de los lagos Chad y Ngami. En realidad, la
mayor parte de los lagos africanos ocupan el fondo de las fosas
tectónicas de África oriental (Mobutu Sese Seko, Eduardo, Kivu,
Tanganyika, Malawi). Únicamente el más extenso de África, el
Victoria, es un lago de altiplanicie. Especialmente extensas en
África son las cuencas arreicas (Sahara y Kalahari), dada la amplitud
de los desiertos, donde la escasez de precipitaciones impide la
formación de auténticos ríos.Flora. A partir del ecuador se suceden,
siguiendo las zonas climáticas, tanto en la zona boreal como en la
austral, la selva virgen, la sabana arbórea, la sabana arbustiva y el
desierto, más allá del cual reaparecen las zonas arbustivas y, en los
extremos, las áreas de vegetación mediterránea. En los exuberantes y
casi impenetrables bosques de la zona ecuatorial abundan árboles de
maderas preciosas como el ébano, la caoba, el palisandro y la teca.
En los grandes cursos fluviales se desarrollan exuberantes bosques de
galería, donde las ramas de los árboles forman bóvedas sobre los
ríos. En las sabanas y en las estepas herbáceas de las zonas
subtropicales se levantan sobre las altas hierbas enormes árboles
como el sicomoro, el árbol del pan y el baobab. Sólo las especies
adaptadas a la aridez pueden sobrevivir en las zonas desérticas,
aunque en los oasis crecen plantas datileras y se puede llegar a
cultivar hortalizas y cereales. Finalmente, en las zonas más
septentrionales y meridionales del continente se encuentran encinas,
pinos, vid, olivo, agrios y se cultivan legumbres, arroz, trigo, e
incluso algodón, café y tabaco.Fauna. Con los ambientes anteriormente
citados se relaciona la diversidad de la vida animal africana. En la
franja de la selva virgen existe una limitada variedad de animales.
Entre los mamíferos más frecuentes destacan los simios como el gorila
y el chimpancé. En cambio, son muy numerosas las especies de insectos
, reptiles y aves. Por el contrario, en las sabanas y en las estepas
proliferan las especies de mamíferos como los antílopes, gacelas,
avestruces, jirafas, cebras, elefantes, leones y leopardos. Entre los
insectos de la sabana destaca la termita. En el desierto se pueden
encontrar animales domésticos, como los camellos y los dromedarios.
En las zonas templadas, junto con los animales mediterráneos típicos,
existen otras especies como los cocodrilos, buitres, garzas, hienas y
chacales.Población. África, con más de 600 millones de habitantes,
sigue siendo un continente poco poblado a pesar del importante
desarrollo demográfico de las últimas décadas. De hecho, su densidad
está situada en torno a los 20 hab./km2, aunque la distribución de la
población es muy desigual. Tanto la franja ecuatorial como las zonas
desérticas continúan estando escasamente pobladas por las condiciones
ambientales adversas. En la franja del Sahel la densidad es de 3-4
hab./km2. En algunas áreas costeras del golfo de Guinea, de África
oriental, así como en la zona de El Cabo y en el África mediterránea
existen frecuentemente densidades de 40-50 hab./km2. Finalmente, en
el valle del Nilo, que desde el punto de vista demográfico siempre ha
sido un caso particular dentro de África, se alcanzan las densidades
más elevadas, 700 hab./km2 como media.Ciudades. Aunque gran parte de
la población africana vive todavía en las zonas rurales, el
desarrollo urbano es en la actualidad muy acelerado. En un período de
tiempo de 10-15 años gran parte de las principales ciudades africanas
han doblado su población. Con todo, sólo 16 ciudades superan
actualmente el millón de habitantes: El Cairo, Kinshasa, Alejandría,
Gizeh, Casablanca, Abidján, Luanda, Argel, Nairobi, Addis Abeba,
Dakar, Dar es Saalam, Lagos, Ibadán, Kampala y Maputo. El Cairo es la
ciudad más poblada de África, con más de 6 millones de hab. y más de
13 millones en su aglomeración urbana. Entre las 26 ciudades que
superan los 500.000 hab. destacan Accra, Duala, Brazzaville,
Antananarivo, Lusaka y Ciudad de El Cabo.Etnografía. Al N del Sahara
predominan las poblaciones de raza blanca. Las más antiguas son las
poblaciones del bajo Nilo y los bereberes. A ellas se superpusieron a
partir del s. VII los árabes. En todo el área mediterránea siguen
existiendo también algunas minorías europeas, principalmente
franceses e italianos. Al S del Sahara dominan las poblaciones
negras. En las zonas de contacto existen poblaciones resultantes de
antiguas mezclas entre blancos y negros, como los etíopes, los teda
del Sahara central y los fulbé de Sudán. En Madagascar oriental viven
también poblaciones originadas por la mezcla de negros y malayos. Los
negros propiamente dichos están constituidos por varios grupos de
poblaciones, entre las que destacan los bantúes, el grupo más numeroso
, los nilóticos del medio y alto Nilo, los sudaneses y los guineanos.
Los grupos de población más antiguos son los pigmeos, los bosquimanos
y los hotentotes, relegados a las zonas más inhóspitas de África
ecuatorial y austral. En la zona meridional de África existe también
una importante minoría de población blanca de origen inglés y holandés
.Lenguas. En África se hablan tres grandes grupos de lenguas. El
grupo camito-semita, extendido sobre todo por el N de África, está
constituido por lenguas de origen semita, como el árabe y el amárico
etiópico, y por las lenguas autóctonas camíticas habladas por
bereberes, coptos, somalíes y galas, a las que se superpusieron las
primeras. El grupo sudanés y centroafricano comprende entre 400 y 500
lenguas a menudo muy diferentes entre sí y de orígenes muy diversos.
En el grupo bantú se incluyen más de 200 lenguas, con caracteres
estructurales más homogéneos que ponen en evidencia su tronco común.
Existen otros grupos lingüísticos minoritarios, como los que
comprenden los dialectos de bosquimanos y hotentotes.Religiones. La
mayor parte de las poblaciones negras siguen practicando sus
religiones tribales que tienen como función constituir una comunidad
organizada y en las que la salvación individual coincide con la
salvación pública. Estas religiones atribuyen virtudes sobrenaturales
a las fuerzas de la naturaleza (animismo), a los animales (totemismo)
o a los objetos (fetichismo). Entre las religiones importadas, el
islamismo es la que ha alcanzado una mayor difusión. Introducido por
los árabes, se practica sobre todo en África septentrional y
oriental. El cristianismo de orígenes más antiguos es el de rito copto
, que se profesa en Egipto y Etiopía. Gracias a las misiones
impulsadas por los europeos, las confesiones cristianas, tanto
católica como protestantes, consiguieron un importante número de
adeptos entre las poblaciones negras.Agricultura y ganadería. El
continente africano contiene importantes recursos agrícolas y
forestales. Sin embargo, existe una clara disociación entre los
cultivos industriales, destinados a la exportación y sometidos a las
fluctuaciones de los precios en los mercados internacionales, y los
de subsistencia, insuficientes para satisfacer las necesidades
alimentarias de la población. En realidad, las técnicas tradicionales
de explotación del suelo y cría de ganado proporcionan una
productividad muy baja. El problema del hambre se ha ido agravando
desde los años sesenta, con incrementos de la producción agrícola más
bajos y cada vez más desfasados respecto al crecimiento de la
población. Este retroceso ha sido más acentuado en África central y
occidental, incluyendo la franja del Sahel más afectada por la
sequía. La roturación indiscriminada del bosque y la sabana ha
favorecido el avance de los desiertos y la pérdida de superficie
agrícola. En las zonas centrales, el bosque ecuatorial y tropical,
rico en productos como el caucho, las resinas y la madera, va dejando
cada vez más espacio a los cultivos de café, cacao, algodón, caña de
azúcar, cacahuetes, palma de coco y de aceite. En los oasis de las
áreas desérticas el principal cultivo es la palma datilera, mientras
que en las zonas de clima mediterráneo predominan los cereales,
olivo, vid, frutas y hortalizas. En cuanto a la ganadería, hay que
destacar la cría de ovinos y caprinos en la franja mediterránea y en
las zonas meridionales del continente, la de bovinos en la sabana y
la de dromedarios en las zonas desérticas. La pesca costera
proporciona importantes producciones de atunes, jureles, ballenas,
ostras, corales, esponjas, perlas y madreperlas.Minería e industria.
Los ingentes recursos minerales de África podrían ser la base de su
desarrollo industrial, pero por el momento no ha pasado de ser una
gran fuente de aprovisionamiento para los países industrializados.
Son importantes sus producciones extractivas de bauxita (Guinea),
hierro (Liberia, Mauritania y Sudáfrica), cobre (Zambia y República
Democrática del Congo), cromo, oro y diamantes (Sudáfrica), manganeso
(Gabón), uranio (Níger y Gabón), fosfatos (Marruecos), petróleo
(Nigeria, Libia, Argelia, Egipto, Gabón y Angola). El proceso de
industrialización se ha visto frenado por factores tales como la
insuficiencia de infraestructuras, la escasez de capitales y mano de
obra cualificada y las reducidas dimensiones de los mercados
nacionales. La mayor parte de la producción industrial de África,
ligada sobre todo a la transformación de productos del subsuelo y de
la agricultura, está concentrada en pocos países: Sudáfrica, Egipto,
Argelia, Tunicia, Libia, Nigeria, Zambia y Costa de Marfil.
Comunicaciones y comercio. La red de carreteras africanas, en torno a
1,5 millones de km, está constituida en gran parte por pistas,
mientras que las carreteras practicables durante todo el año son muy
reducidas. Están en vía de estudio o de realización importantes
proyectos de comunicación por carretera para ampliar la red
existente. Los ferrocarriles, con un trazado de unos 85.000 km, están
distribuidos de manera desigual, ya que más del 20 % discurre por
Sudáfrica. Los mayores progresos dentro de las comunicaciones se han
producido en el transporte aéreo, que ha venido a resolver los
problemas de las inmensas distancias y han acabado con el aislamiento
de las zonas de más difícil acceso. Las comunicaciones fluviales de
mayor importancia son las que se producen a través del Nilo y el
Zaire o Congo. A pesar de la ampliación y modernización de algunos
puertos, la infraestructura portuaria sigue siendo insuficiente. Las
deficiencias en las vías de comunicación y la falta de
complementariedad de muchas economías nacionales dificultan los
intercambios comerciales entre los países africanos. El comercio con
el exterior del continente se realiza sobre todo con los países
occidentales. El desfase entre los precios de las materias primas y
los productos acabados provoca que la balanza comercial de la mayor
parte de los países africanos sea deficitaria.
HIST. Prehistoria. Después de Europa, África es el continente que
ha conservado mayor número de restos prehistóricos. Algunos hallazgos
arqueológicos parecen localizar en África el origen de las razas y
culturas humanas. Se han descubierto restos fósiles humanos y
herramientas de piedra en niveles geológicos que se remontan, los más
antiguos, a más de un millón de años, desde el fin del terciario
hasta el principio del cuaternario: Olduvai (Tanzania), Kafu
(Uganda), Ain Hanech (Argelia), Sidi Abderrahman (Marruecos). Al
Paleolítico medio corresponden los yacimientos descubiertos en El
Kharga (Egipto) y Sidi Mansour (Tunicia). En el N de África se
desarrollaron también algunas industrias líticas al iniciarse el
mesolítico, entre ellas la capsiense que se extendió entre Tunicia y
Marruecos. Hacia el año 5000 a.J.C. apareció en el valle del Nilo el
Neolítico, que se extendería por el NO de África y el Sahara. África
preeuropea. La historia antigua de África se inicia en las regiones
mediterráneas, en torno a Egipto y Cartago. Desde su unificación en
el 3200-3000 a.J.C., Egipto desarrolló durante 30 siglos una
importante civilización que se difundió por la cuenca oriental del
Mediterráneo, llegando a influir en Grecia y en Roma. En el primer
milenio a.J.C. los fenicios fundaron colonias en el N de África
(Útica, Leptis, Adrumeta, Cartago) y en el s. VII a.J.C. se produjo
la colonización griega. Entre los ss. V y III a.J.C. los
cartaginenses se convirtieron en una potencia económica y militar
dentro del ámbito mediterráneo. Después de la destrucción de Cartago
(146 a.J.C.), los romanos constituyeron la provincia de Africa. En el
429 d.J.C. se produce la invasión y el asentamiento de los vándalos
en el N de África, pero en el 534 el territorio es reconquistado por
los bizantinos. La posterior invasión árabe (640-708) dio lugar a la
formación de fuertes Estados árabes bereberes. La presión musulmana
sobre los estados sudaneses logró su adhesión al islam en el s. viii,
mientras el reino cristiano de Etiopía consiguió sobrevivir. El
África negra situada al O del Chad, poco conocida por los antiguos,
había pasado lentamente del Neolítico a la Edad del Hierro en una
época oscura de la que apenas se tienen datos. Posteriormente,
durante varios siglos se sucedieron una serie de ricos imperios: el
de Ghana (s. XI), entre el Senegal y el Níger, el de Malí (s. XI), el
Sudán occidental, el de Songay (s. XIV). En torno al Chad se
desarrollaron también diferentes reinos islamizados (Baguirmi,
Ouaddai, Kanem-Bornu), mientras en la costa del golfo de Benín
existían algunos pequeños reinos animistas (Ifé, Oyo, Benín, Ashanti,
Dahomey). Al S de la gran selva alcanzó gran esplendor el imperio de
Monomotapa, del que se conservan las ruinas de Zimbabwe. En realidad,
el África negra viviría durante siglos aislada del resto del mundo,
convulsionada por guerras y migraciones. Entre 1517 y 1574, África
septentrional cayó bajo dominio del Imperio otomano. En los ss. XV y
XVI se realizaron en las costas orientales y occidentales las
primeras exploraciones y asentamientos de los europeos, inicialmente
portugueses y españoles, y posteriormente holandeses, franceses y
británicos. Los puntos de tráfico establecidos por los europeos en
las desembocaduras de los ríos enriquecieron los Estados africanos
costeros. Muy pronto, el comercio empezó a basarse en el tráfico de
hombres. Los europeos fueron poco a poco penetrando hacia el interior
buscando esclavos con destino a América. El comercio de esclavos
alcanzó su apogeo en el s. XVIII, aunque la esclavitud sería
finalmente abolida en Gran Bretaña en 1778. En el s. XIX la trata de
esclavos fue sustituida por el comercio de algunos productos
africanos que interesaban cada vez más en el mercado europeo. Hasta
el momento de repartirse África, los europeos siguieron considerando
a los jefes africanos como los amos reales de su país.Colonización e
independencia. Ya en 1652 los holandeses habían fundado una colonia
en El Cabo, que se convertiría en la base de un dominio más vasto.
Pero en 1806 los bóers se vieron obligados a retirarse al instalar
también los británicos una colonia en El Cabo. La colonización
europea de África, impulsada por las principales potencias, se
intensificaría a partir de la segunda mitad del s. XIX. Gran Bretaña
iría ampliando sus instalaciones coloniales en Costa de Oro (a partir
de 1875) y en Nigeria (a partir de 1880). Francia, que se había
instalado en 1658 en Senegal, empezó a explotar sus recursos a partir
de 1815. El auténtico fundador de la colonia francesa fue Faidherbe,
entre 1854 y 1865, que también intentó abrir para Francia la ruta del
Níger. El comercio francés fue extendiéndose poco a poco en el golfo
de Guinea. En 1880 inició ya su marcha hacia el Níger. Bélgica,
mientras tanto, llevaba a cabo su penetración en el Congo. A partir
de 1879 se aceleró la ocupación europea de África, con la
participación de Gran Bretaña, Francia, Alemania, Bélgica, Portugal,
Italia y España. La Conferencia de Berlín (1884-1885) consagró y
determinó las grandes líneas del reparto colonial de África. En 1914
toda África, con la excepción de Etiopía y Liberia, estaba ya bajo
dominio europeo. Los franceses dominaban África occidental y
ecuatorial. Los británicos se habían hecho con una amplia franja que
iba desde El Cairo hasta El Cabo, además de una serie de territorios
aislados en el O del continente como Gambia, Sierra Leona, Costa de
Oro y Nigeria. Bélgica asumió el control del Congo, mientras Alemania
ocupaba Togo, Camerún, el SO de África y Tanganyika. Portugal
continuó con sus antiguas colonias de Angola, Mozambique y Guinea.
España se hizo con algunos territorios en África occidental (Sahara)
y ecuatorial (Río Muni). Finalmente, Italia consiguió Eritrea y
Somalia. El movimiento de emancipación e independencia no se
iniciaría hasta después de la II Guerra Mundial, pero el proceso de
descolonización fue entonces rápido e imparable. Gran Bretaña, me
diante el establecimiento del autogobierno, facilitó una rápida
descolonización de sus posesiones en el ámbito de la Commonwealth,
que mantenía ciertos vínculos entre los nuevos países y la antigua
metrópoli. Francia, en cambio, fracasó en sus intentos de mantener
sus lazos con las colonias que se iban independizando. En 1960 el
Congo lograba su independencia de Bélgica. A principios de los años
sesenta la descolonización alcanzaba su máxima extensión, aunque
quedarían todavía algunos casos pendientes, como la emancipación de
las colonias portuguesas, que no se hizo realidad hasta la década
siguiente. Con los nuevos Estados surgirían también organizaciones
internacionales africanas, la más destacada de las cuales es la
Organización para la Unidad Africana (OUA), que agrupa a 51 países.
Sin embargo, muchos de los regímenes políticos, especialmente los
establecidos en el África negra, se han visto afectados por una
crónica inestabilidad provocada por la artificialidad de las
fronteras, la falta de preparación de las elites políticas y la
difícil transición de una economía tradicional a otra capitalista.
Los países islamizados y más desarrollados del Norte han
experimentado un auge del fundamentalismo islámico, hecho que ha
provocado, sobre todo en Argelia, una oleada de atentados contra
turistas, cooperantes extranjeros y opositores al establecimiento de
un régimen islámico. El referéndum auspiciado por la ONU para poner
fin al contencioso entre Marruecos y el Frente Polisario, cuya
celebración había sido aceptada por ambas partes y programado para
1996, se postergó debido a las maniobras dilatorias del régimen de
Rabat. En mayo de 1993 Etiopía reconoció, tras treinta años de
enfrentamientos armados, la independencia de Eritrea. La dictadura
militar nigeriana, todavia en el poder en 1996, rechazó la elección
del líder opositor Mashod Abiola en 1993 y un año después lo
encarceló. Los presidentes de Ruanda y Burundi, ambos de la etnia
hutu, fueron asesinados en 1994. En Ruanda, tras el genocidio
cometido contra la población tutsi por sus enemigos históricos de la
etnia hutu, la guerrilla tutsi derrotó a las tropas gubernamentales,
ocupando el poder y obligando a centenares de miles de hutus a
exiliarse en la República Democrática del Congo y Tanzania. En 1996,
dichos refugiados se vieron implicados en los problemas internos de
ambos países y se vieron obligados a regresar a su país de origen. En
Sudáfrica se puso fin a la política de apartheid, cuya abolición
oficial en 1991 permitió la celebración de las primeras elecciones
multirraciales (abril de 1994), que otorgaron la victoria al Congreso
Nacional Africano y a su líder Nelson Mandela.Exploraciones. En la
época de los fenicios apenas se conocía de África algo más que la
franja mediterránea. Las conquistas militares y las relaciones
comerciales establecidas por árabes y romanos permitieron ampliar la
penetración en el continente. En la Edad Media, los países europeos
comenzaron a organizar las primeras expediciones de exploración. El
portugués Bartolomeu Dias llegó en 1488 al cabo de Buena Esperanza, y
su compatriota Vasco da Gama lograría entre 1497 y 1498 circunnavegar
el continente. En los siglos siguientes portugueses, ingleses,
franceses y holandeses intensificaron sus viajes. La exploración del
interior de África, iniciada en la segunda mitad del s. XVIII, fue
más ardua. Así, entre 1770 y 1774 el escocés Bruce llegó hasta las
fuentes del Nilo Azul. El británico Mungo Park exploró el Níger (1795-
1805). Ya en el s. XIX, el británico Speke descubrió los lagos
Tanganyika y Victoria y el alemán Barth llegó hasta el lago Chad. Por
su parte el británico Livingstone y el estadounidense Stanley
exploraron el África Ecuatorial y Austral. Con el descubrimiento de
las fuentes del río Congo por parte de Cameron y de Stanley
finalizaron las grandes exploraciones de África Austral. Al acabar el
s. XIX se cerraba la época heroica y aventurera de las exploraciones
para dejar paso a expediciones científicamente organizadas y con gran
disponibilidad de medios.
( Ver tabla )
DiegoyGabriel@aol.com