Historia de los Imperios: Antiguos y Modernos
Analasis de la Poblacion
Analisis de la Economia
Analisis de la Historia
Analisis de la Geografia

/. . .
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Austria Estados Unidos Brasil Argentina Francia
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Gales Europa America Oceania Gales
Asia China Hungria Austria Alemania
Africa Japon Rusia Eurasia Argentina


Inglaterra. Italia RomaEspania



Francia Austria Europa. Eurasia
InglaterraItaliaRomaEspaniaFrancia

Historia de los Imperios: Antiguos y Modernos: Canada





Canadá Estado de América del Norte; 9.970.610 km2, 27.296.859 hab.

Cap. Ottawa. Limita al O con el océano Pacífico, al N con el océano

Glacial Ártico, al E con el océano Atlántico y al S con EE UU.



GEOGR. Geografía física. Canadá es, después de la República de

Rusia, el segundo país más extenso del mundo. Aproximadamente un 40 %

de sus tierras se hallan ocupadas por los bosques y, dentro de sus

límites, engloba un tercio de las aguas interiores que existen en la

Tierra. En el relieve canadiense se distinguen cinco grandes

regiones: en el extremo E, la región de los Apalaches, prolongación

del sistema montañoso norteamericano, que domina la fosa del San

Lorenzo; más al O, la llanura de Quebec y Ontario meridionales,

región contigua a los Grandes Lagos y la más industrializada de

Canadá; en la parte central y en el sector nororiental del país, la

amplia región del Escudo Canadiense, que rodea en forma de herradura

la bahía de Hudson, con un relieve de suaves colinas, que tan sólo en

el Labrador alcanzan altitudes notables (más de 2.000 m); al O del

Escudo, las grandes llanuras interiores, que son el inmenso «granero

de Canadá»; y en el sector O del país, la zona de las cordilleras:

las Montañas Rocosas, la Coast Range, junto al litoral, y, más al N,

los montes Mackenzie, Ogilvie y San Elías, donde se alza el techo

canadiense, el monte Logan, con 6.050 m de alt. Los cursos fluviales

y los lagos constituyen una de las principales riquezas del país,

tanto en su condición de fuentes de energía hidráulica como en su

calidad de grandes vías de comunicación. Entre los ríos cabe destacar

el Fraser, el Columbia y el Yukón, en la vertiente pacífica; el

Mackenzie (el de mayor longitud, con 3.800 km), que nace de la unión

del Peace y el Athabasca y desemboca en el océano Glacial Ártico; y

el San Lorenzo, que desagua en el Atlántico. Este último, junto a los

Grandes Lagos, en la frontera con EE UU (Superior -el segundo lago

del mundo, después del mar Caspio, en cuanto a extensión, con más de

82.000 km2-, Michigan, Hurón, Erie y Ontario) forma una de las

mayores arterias fluviales del mundo. Aparte de los lagos

laurencianos, destacan también el Gran Lago del Oso, el Gran Lago del

Esclavo, el Winnipeg y, con menor entidad, el Athabasca y el Caribou,

entre otros. Asimismo, Canadá cuenta con importantes formaciones

insulares, numerosas sobre todo en el Ártico (Territorios del

Noroeste: Baffin, Príncipe de Gales, Victoria, Banks, Ellesmere), si

bien abundan asimismo en el Atlántico (Terranova) y el Pacífico

(Vancouver, islas de la Reina Carlota). Por otra parte, la diversidad

climática explica la gran variedad en la vegetación: en el N, de

clima polar, predomina la tundra; más al S, las Montañas Rocosas no

dejan penetrar las influencias atlánticas y sólo el área de Vancouver

tiene un clima oceánico, de inviernos moderados; al E de la

cordillera, el clima es continental (seco en las Rocosas y húmedo en

la zona del Atlántico), con predominio de los bosques de coníferas, a

excepción de la parte central (praderas) y del área del San Lorenzo

(bosques caducifolios).Geografía humana. La mayor parte de la

población canadiense es de origen europeo: los «dos pueblos

fundadores» -el francés y el inglés-, junto a los neocanadienses

(inmigrados europeos de épocas más recientes: italianos, alemanes,

neerlandeses). Los grupos autóctonos de indios (345.975) y esquimales

(27.290) cada día se hallan más aislados. La dureza del clima polar y

el carácter inhóspito del relieve en el N del país explica que casi

el 90 % de Canadá se halle despoblado y que el 85 % de su población

habite la franja más meridional, a menos de 160 km de la frontera con

EE UU: de O a E, Vancouver, Calgary (710.677 hab.), Edmonton (839.924

hab.), Winnipeg (652.354 hab.), Toronto (3.893.046 hab.), Ottawa

(920.857 hab.), Montreal (3.127.242 hab.) y Québec (645.550 hab.),

son las principales aglomeraciones urbanas de un país notablemente

urbanizado (la población urbana supone el 77 %). Por tanto, la débil

densidad de 2,7 hab./km2 es poco ilustrativa de la realidad

demográfica, debido a los grandes contrastes que existen entre el N y

el S del país.Geografía económica. Canadá es uno de los pocos países

de economía capitalista avanzada en donde los recursos naturales, muy

abundantes, todavía no han sido explotados en su totalidad. Este

hecho, unido a la proximidad del mercado estadounidense, contribuye a

explicar la prosperidad de la economía canadiense que ha situado al

país entre los más ricos del mundo. En el Escudo Canadiense,

principalmente, se localizan los mayores yacimientos mineros del

país. Canadá es el primer productor mundial de cinc (1.311.900 de t

de metal contenido) y de uranio (8.100 t); el segundo de níquel

(191,1 miles de t), y figura entre los primeros productores de

hierro, potasa, cobalto, platino, molibdeno, magnesio, plomo, cobre,

estaño, oro y plata. Insuficiente resulta, en cambio, su producción

de carbón (que importa de EE UU), situación que se compensa en buena

parte con la gran producción de gas natural (la tercera del mundo,

con 809.000 t) y de petróleo (75,9 Mt). Otros notabilísimos recursos

naturales son la explotación forestal (entre las diez primeras

producciones mundiales de madera y papel) y la actividad pesquera (

bacalao en los bancos de Terranova; salmón en el Pacífico). La

expansión industrial, basada en la gran riqueza del subsuelo y la

disponibilidad de energía a bajo coste (gran potencial hidráulico),

se localiza principalmente en las provincias de Ontario, Quebec y

Columbia Británica; la siderurgia (13,9 MT de acero) alimenta la

fabricación de automóviles y la ind. de construcciones mecánicas; la

metalurgia, el sector industrial más importante (tercera producción

mundial de aluminio, con 1.9 Mt), se concentra casi exclusivamente en

Ontario, provincia que reúne el 40 % del PIB nacional y cuya capital,

Toronto, es el centro económico y financiero del país; otras

destacadas ramas industriales son la alimentaria, la textil, la

química y la electrónica, que se emplazan, sobre todo, en la región

de los Grandes Lagos y del San Lorenzo. En la actividad agropecuaria,

altamente mecanizada, destacan los cultivos extensivos de cereales en

las Praderas: trigo -del que Canadá es uno de los primeros

productores y exportadores del mundo-, cebada y avena. El sector

terciario ocupa al 71 % de la población activa del país: la economía

canadiense, de eminente carácter exportador (automóviles y sus

componentes, papel, petróleo, madera, gas natural, trigo, aluminio,

cobre, mineral de hierro, etc.), se beneficia de la necesidad

energética de las potencias occidentales, pero, en contrapartida, se

ve perjudicada por la dependencia respecto a EE UU, principal socio

comercial (el 70 % de las exportaciones y las importaciones), que

controla buena parte de sus sectores clave (100 % del aluminio, 96 %

de la ind. del automóvil). Su balanza comercial, equilibrada, e

incluso excedentaria (en 1992, importaciones por valor de 126.003

millones de dólares. frente a los 134.056 millones de dólares de las

exportaciones), resultó muy perjudicada con la crisis de los primeros

años ochenta, la peor experimentada por el país en medio siglo. Pero

fue algo pasajero, y Canadá sigue siendo una de las primeras

potencias mundiales, con una economía extraordinariamente saneada.



HIST. Exploración. Hacia el año 1000 llegaron a las costas de

Terranova los vikingos provenientes de Groenlandia, donde se había

establecido en 986 Erik el Rojo. Es posible que desde antes del viaje

de Colón pescadores europeos frecuentaran estas aguas, de abundante

pesca. En 1497, Juan Caboto, con el patrocinio de Enrique VII de

Inglaterra, partió del puerto de Bristol con el fin de encontrar una

ruta a Catay por el N, y llegó a la isla de Cabo Bretón el 24 de

junio. La colonia francesa. El proyecto fue reanudado años más tarde

por el bretón Jacques Cartier, quien exploró en 1534 el golfo del San

Lorenzo, cuyas riberas reclamó para la corona francesa. Al año

siguiente remontó el río San Lorenzo. En 1541, Francisco I nombró

teniente general de los territorios norteamericanos a De Roberval,

quien fundó al año siguiente una colonia en Charlesbourg-Royal, que

abandonó al poco tiempo desalentado por no haber encontrado ni oro ni

piedras preciosas. Desde entonces y durante mucho tiempo los únicos

atractivos del Nuevo Mundo fueron la pesca y el comercio de pieles

con los indios. Después de fundar Port-Royal (1604) en Acadia, De

Monts, director de la Compañía Francesa del Canadá, y Samuel de

Champlain fundaron Quebec en 1608. En 1608, buscando la vía al

Pacífico, Henry Hudson descubrió el río que lleva su nombre, y en

1611 llegó al estrecho y la bahía del mismo nombre. Después de la

destrucción de las colonias francesas en Acadia por los ingleses de

Virginia, William Alexander fundó en 1628 una colonia de escoceses en

ella, que pasó a llamarse Nueva Escocia, mientras Richelieu

organizaba la Compañía de la Nueva Francia. La rivalidad anglo-

francesa, tanto comercial como religiosa, se agravó con la creación

de las Compañías de la Bahía de Massachusetts (1629) y de la Bahía de

Hudson (1668). Con las guerras del rey Guillermo (1689-1697), de la

reina Ana (1702-1714), del rey Jorge (1743-1748) y francesa e india

(1754-1763), extensiones americanas de las guerras dinásticas,

religiosas y comerciales de las potencias europeas, todos los

territorios de la Nueva Francia pasaron a depender de Gran Bretaña,

constituyendo la colonia de Quebec.La colonia británica. La mayoría

de los 70.000 colonos franceses resolvieron continuar en Quebec, y

por su parte los gobernadores británicos (James Murray, Guy Carleton)

aconsejaron conservar el carácter francés de la colonia para contener

el creciente malestar de las colonias del S. El Acta de Quebec de

1774 amplió sus fronteras incluyendo los territorios de Ohio y

Mississippi, autorizó el culto católico y adoptó el francés, junto

con el inglés, como lengua oficial. El Acta fue un factor que ayudó a

desencadenar la rebelión de las colonias inglesas: la primera medida

del Congreso Continental Americano de 1775 no fue la declaración de

independencia, sino la invasión de Quebec. Concluida la guerra de

independencia (1783), la mayoría de los colonos británicos que se

habían mantenido leales a la metrópoli se refugió en Nueva Escocia,

Nueva Brunswik, la isla del Príncipe Eduardo y Ontario. La llegada de

los «leales» modificó drásticamente la composición de la población

canadiense; a ello se sumó el flujo creciente de nuevos inmigrantes:

irlandeses, escoceses, ingleses y alemanes. Frente a este mosaico de

nacionalidades, y de religiones, y habiendo estallado la Revolución

francesa, el gobierno británico dictó el Acta Constitucional de 1791,

que establecía una colonia del Canadá Superior, con mayoría

francoparlante, y otra del Canadá Inferior, conservando las

prerrogativas otorgadas a los franceses en 1774. Al firmarse la paz

entre EE UU y Gran Bretaña, la frontera al O de los grandes lagos se

había fijado en el paralelo 49. La división del continente

intensificó la rivalidad entre los traficantes de pieles. Organizados

en la Compañía del Noroeste, los comerciantes de Montreal continuaron

la exploración hacia el O y el N. En 1789 Alexander Mackenzie llegó

al Ártico por el valle que lleva su nombre, y más tarde alcanzó el

Pacífico. En 1812 David Thompson llegó a la desembocadura del

Columbia, donde se encontró con los estadounidenses, que le

precedieron. Las fricciones llevaron a la guerra (1812-1814), que

concluyó con el Tratado de Gante (1814). Un nuevo tratado (1846)

confirmó la frontera del paralelo 49 hasta el estrecho de Georgia,

mientras la isla de Vancouver continuaba siendo británica.El dominio

de Canadá. Tras varias rebeliones frustradas, el gobierno británico

envió a lord Durham como gobernador para estudiar las causas del

malestar. Éste recomendó la unión de las colonias y la concesión de

una mayor autonomía, para consolidar la naciente nación. En 1867 se

promulgó la British North America Act, que unía las provincias de

Nueva Escocia, Nueva Brunswick, Alto Canadá (Ontario) y Bajo Canadá

(Quebec) en una confederación, que tomó el nombre de Dominio de

Canadá. La constitución preveía la incorporación de nuevas

provincias, adoptaba una organización política basada en el modelo

británico y confirmaba los derechos de la comunidad francesa. Los

territorios controlados por la Compañía de la Bahía de Hudson se

incorporaron en 1870, previa indemnización, pero en el valle del Red

River vivía una importante comunidad mestiza, católica y de habla

francesa, que se consideraba una nación. La rebelión de los mestizos,

encabezada por Louis Riel, llevó a la creación de la nueva provincia

de Manitoba (1870), con un estatuto similar al de Quebec. El

descubrimiento de oro en 1858 en el río Fraser había motivado la

creación de la colonia de Columbia Británica, que se incorporó a la

confederación en 1871. Con ella, Canadá se extendía del Atlántico al

Pacífico, con un amplio territorio indio intermedio, donde entre 1905

y 1912, después de sofocar la segunda rebelión de Louis Riel, se

formaron las provincias de Alberta y Saskatchewan, y Nueva Gales del

Sur, que se integró en Manitoba. La última provincia que se incorporó

fue Terranova (1949). Desde un principio, la confederación estuvo

gobernada por los partidos Liberal y Conservador. Hasta 1896

gobernaron los conservadores, siendo su figura más destacada John

Macdonald. En 1896 comenzó un período liberal (W. Laurier), durante

el cual se descubrió el oro del Yukón. La contribución canadiense en

la guerra de los bóers (1899-1902), casi simbólica, y otras medidas

de apoyo a la política colonial británica, activaron la discrepancia

de la comunidad francesa, conducida por Henri Bourassa. Pero la

participación activa en la I Guerra Mundial le valió consideración

internacional de Estado independiente, que se concretó en el Estatuto

de Westminster (1931), que amplió su autonomía y le autorizó a

conducir su propia diplomacia. Tras su participación en la II Guerra

Mundial comenzó un período de expansión y prosperidad, en el que se

estrecharon los lazos políticos, económicos y militares con EE UU. En

1949 ingresó en la OTAN. Los liberales gobernaron desde 1935 hasta

1957 (Mackenzie King, Saint-Laurent), fecha en que tomaron el poder

los conservadores con John Diefenbaker. En 1963, Lester Pearson

(premio Nobel de la paz) formó un gobierno en minoría. Los liberales

retornaron con Pierre Trudeau (1968-1979), que se abocó a resolver el

problema de Quebec, avivado por De Gaulle (1967). En 1982, la reina

Isabel II proclamó en Ottawa una nueva Acta Constitucional, que

concedía a Canadá plena independencia, dentro de la Commonwealth. En

1984 Trudeau renunció y fue sucedido por John Turner, quien convocó

elecciones de inmediato, que ganaron los conservadores con Brian

Mulroney, reelegido en 1989. A todo esto, el problema planteado por

las reivindicaciones nacionalistas de Quebec quedaba sin resolver. En

el referéndum del 26 de octubre de 1992 los canadienses rechazaron

por un 54,4 % de votos la reforma constitucional que preveía una

situación política especial para Quebec y un nuevo reparto de

competencias entre el poder central de Ottawa y las provincias, y el

30 de octubre de 1995, el 50,6% del electorado de la provincia

francófona votó en contra de la secesión, frente a un 49,4% favorable

a la independencia. En junio de 1993 Mulroney presentó la dimisión, y

fue nombrada primera ministra la conservadora Kim Campbell, que fue

sustituida por Jean Chrétien, líder del Partido Liberal, tras las

elecciones de octubre de 1993. Dos fuerzas emergentes en estos

comicios fueron el Bloque Quebequés, que propugna la separación de la

provincia francófona, y el Partido para la Reforma, fundado por el

populista Preston Manning, muy crítico con los independentistas. En

las elecciones de junio de 1997 los liberales obtuvieron de nuevo la

mayoría parlamentaria, lo que permitió a Jean Chrétier renovar su

cargo, y el Partido para la Reformase consolidó como la segunda

fuerza parlamentaria.



DiegoyGabriel@aol.com