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Martí en el recuerdo
Martí: la ciencia y la técnica.
Las Ciencias Médicas
y la Medicina Verde en José Martí.
La información de nuestro Héroe Nacional en el ámbito de las
investigaciones científicas relacionadas con la medicina puede
considerarse adecuadamente actualizada para el nivel de su época, según
reflejan sus comentarios. Para mejor comprensión del interés martiano
por este conjunto de ciencias conviene tener presente sus estrechas
relaciones con algunos estudiantes de medicina en España, entre ellos
Fermín Valdés Domínguez y Carlos Sauvalle, quienes pudieron haber
incentivado su avidez general de conocimientos científicos.
Sus primeras publicaciones en el campo de la medicina datan de la época
del presidio político donde plasma sus impresiones del dolor físico en
los folletos de denuncia "El Presido Político en Cuba", en
1871. Habla de las enfermedades de las que allí fueron víctimas, como
el niño Lino Figueredo, el anciano Nicolás del Castillo o el negro
anciano e idiotizado Juan de Dios Socarrás.
El 5 de noviembre de 1881 en “Opinión Nacional” de Caracas, hace
referencias breves al tema. Una de ellas señala el notable aumento que
venía experimentando la bibliografía médica y científica que en ese
año alcanzaba alrededor de 120 000 volúmenes.
En este periódico caraqueño, el 15 de noviembre de 1881 aparece una
referencia a uno de los grandes azotes del siglo XIX, la tuberculosis
pulmonar conocida entonces con el nombre de tisis.
El 18 de noviembre de 1881 también en la “ Opinión Nacional”,
consigna la utilización de la medicina verde al llamado vómito negro,
que es otra forma de denominar a la fiebre amarilla. Se trataba de una
planta llamada Tonateyacapan, la cual había recibido el reconocimiento
de los consejos de higiene en varios países de América.
El 5 de junio de 1882, la “Opinión Nacional”, publica con la firma
de Martí un artículo dedicado a
comentar sobre la pelagra, enfermedad que estaba cobrando muchas víctimas
en esta época. Destacaba que sus causas estaban en las plagas que
atacaban el maíz.
El 14 de junio de 1882 en el mismo diario consigna Martí a grandes
rasgos algunos aportes del sabio francés Pasteur entre los que se
encuentra el descubrimiento y control de diferentes vectores causantes
de plagas, sus estudios relacionados con los gérmenes de las
enfermedades que aquejan la vida animal, sus estudios sobre gérmenes
productores de enfermedades y la utilización de vacunas como medio de
prevención.
En Marzo de 1883 aparece en “ La América” el artículo "El
Gimnasio en la casa" donde nos deja constancia de su valoración
del ejercicio físico sistemático como práctica indispensable en el
desarrollo óptimo de nuestras capacidades físicas.
En Agosto de 1883 reitera en "La América" un pensamiento cuya
vigencia acoge los más avanzados principios científicos en materia de
salud: "La verdadera medicina no es la que cura, sino la que
precave: la higiene verdadera es la medicina". ( O.C., T 8, p 298)
y sobre este fundamental concepto de la prevención insiste en
septiembre de ese año 1883 en la misma revista: “ Mejor es evitar la
enfermedad que curarla. La medicina verdadera es la que precave”. (
Congreso Forestal, O.C., T 8, pág 302).
En Enero de 1884 aparece en “La América” el comentario martiano
sobre el libro “Las Leyes de la Herencia”, del biólogo William
Keith Brooks. El libro desarrolla la particular teoría del autor en la
determinación de la influencia científica de cada progenitor en el
nuevo ser. El análisis diferenciado de las determinaciones genéticas
del padre y la madre constituían entonces una novedad en el tratamiento
del tema de la vida.
En el mismo enero de 1884 publica en esta revista el artículo “
Insectos” en el que analiza su condición de vectores. El trabajo
periodístico evidencia la actualización de los conocimientos martianos
en cuanto al origen de algunas enfermedades infecto-contagiosas y al
mismo tiempo, reitera su absoluta carencia de información sobre la teoría
científica desarrollada por Carlos J. Finlay en esta dirección. El artículo
prosigue con las consideraciones acerca de la necesidad de perfeccionar
los cordones sanitarios para cerrarles el paso a los vectores, a los que
llama "Funestos Mensajeros". Se refiere también a la terrible
oftalmía, causada por jejenes que entran sin piedad por la nariz, ojos
y orejas como caminantes.
Otra muestra de información martiana sobre los avances de la ciencia en
este campo es el artículo publicado en “ La América” en febrero de
1884 sobre las incubadoras instauradas en el hospital de maternidad de
París. Las califica aún muy rudimentarias pero destaca sus logros ya
que logró disminuir la mortalidad infantil de los niños que nacían débiles
o con algún problema de un 66 % a un 38 %.
En 1895 en su diario “De Cabo Haitiano a Dos Ríos”, José Martí
dejó muestras importantes de su interés por la utilidad de la llamada
medicina verde. Entre las anotaciones correspondientes al 20 de abril
consigna el remedio que algunos campesinos orientales han puesto en práctica
para disolver la opacidad del cristalino que llamaban entonces nube y
que hoy conocemos como cataratas. Otras anotaciones sobre propiedades
medicinales de algunas plantas que él incorpora a sus conocimientos de
nuestra flora matizan su diario. El 21 de abril escribe: “ Vi hoy la
Yaguama, la hoja fénica que estanca la sangre y con su mera sombra
beneficia al herido...” (O.C., T 19, Pág. 221). En las páginas
correspondientes al 7 de mayo se refiere al agua de hojas de guanábana
que es pectoral bueno y cocimiento grato. La última reseña a un
intento de cura con los recursos naturales que puedan encontrarse en las
condiciones de vida corresponde a sus anotaciones del 15 de mayo de
1895: “Artigas, al acostarnos pone grasa de puerco sin sal sobre una
hoja de tomate y me cubre la boca del nacido”. (O.C., T 19, Pág. 242)
El rastreo de las múltiples alusiones al tema de las ciencias médicas
en la obra de José Martí evidencia no sólo su adecuado nivel de
información sobre los avances en esta esfera científica, sino también
la actitud conque asume este conocimiento se inserta en la voluntad
educadora con la cual divulga estos logros paulatinos. La salud pública
es para Martí un problema social de primer orden y la vigencia de su
pensamiento en esta esfera pasa por hitos permanentes como su exhortación
a la práctica de la medicina preventiva.
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