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Martí en el recuerdo
Martí: la ciencia y la técnica.
Electricidad.
A partir de su observación atenta de los fenómenos de la naturaleza y
de su comprensión de las leyes de la Física, cada vez más científica
al hombre se le reveló el fenómeno de la electrización. No fue hasta
el último tercio del siglo XVII que se muestra apto para construir un
aparato capaz de producir chispas eléctricas, todavía sin ninguna
aplicación práctica. El siglo XVIII muestra otros tímidos avances en
este campo. El siglo XIX permite los estudios de los fenómenos eléctricos
sobre la base más consecuentemente científica, a partir del desarrollo
que venían experimentando la Física y la Química.
Muy al tanto de las conquistas en el dominio eléctrico, José Martí
comenta en las páginas de “ La América” de marzo de 1883 una
exposición de electricidad que se efectuaría en Viena, donde se
expondrían todos los adelantos eléctricos resultado de innovaciones y
se extenderían certificados probatorios. Esta exposición incluiría de
acuerdo con la reseña martiana: “máquinas magnetoeléctricas, y
dinamoeléctricas (...) pilas y todos sus accesorios, (...), telegrafía
(...), y la luz eléctrica (...), todos los medios conocidos de
mover electricidad, almacenarla y llevarla de un lado a otro”. ( O.C.,
T 8, pág 348-349)
La admiración de nuestro héroe por el genio creativo del físico
norteamericano Thomas Alva Edison se plasma en un artículo de junio de
1883 que titula “Luz Edison” donde refiere la rápida difusión de
la bombilla incandescente creada por el inventor.
También en junio de 1883 consigna José Martí en “La América” la
extensión de los servicios telefónicos entre varias ciudades
utilizando un nuevo hilo conductor: “ era un hilo de acero, revestido
de cobre” (O.C., T 28, pág 266). El nuevo hilo no sólo permite
extender a mayores distancias la comunicación telefónica sino que
mejoraba en alguna medida la aún precaria inteligibilidad de los
sonidos.
En este mismo mes aparece una pequeña nota que publica la próxima
inauguración de un ferrocarril eléctrico y subfluvial en Londres. Se
pregunta recogiendo la inquietud de los lectores: “ ... ¿ Cómo pasará
el ferrocarril eléctrico por debajo del río? Dentro de cajas de
hierro. La electricidad la tomarán los carros de un riel conductor”.
( O.C., T 28, pág 267)
En agosto de 1883 en la revista “ La América”, Martí publicó un
artículo llamado “ Ultimos adelantos en Electricidad”, En él hace
alusión a la exposición de electricidad celebrada en Viena donde
expone una estufa termoeléctrica; otro invento fue el presentado por
Berliner de Hannover, un teléfono culto, distinguido, leal y discreto,
puesto que en la época los teléfonos que existían requerían que se
hablara en voz alta, lo cual los hacía menos privados y conservadores
del presentado en la exposición.
En septiembre de 1883, el autor del Ismaelillo reseña en “La América”
la reciente inauguración de los carros eléctricos (automóviles) en
París, en proceso de aplicación también en Estados Unidos con
palabras entusiastas: “no serán caballos ya los que guíen los
ómnibus parisienses (...) serán unos cuantos acumuladores de Faure”.
Sin embargo, las expectativas de mejoramiento y de permanencia del automóvil
eléctrico fracasaron. Los acumuladores eran aún artefactos muy pesados
y de muy escasa potencia en relación con la velocidad deseable. Todavía
hoy, en virtud de sus grandes dificultades técnicas, el automotor eléctrico
no resulta exportable por mucho que se añore con el fin de cuidar el
medio ambiente.
En octubre de 1883 se consigna que la comunicación cablegráfica entre
los Estados Unidos y algunos países de nuestra América ha quedado
establecida por la implantación de un cable directo hasta Brasil.
Vuelve a ser objeto de atención para Martí el desarrollo de la
tecnología de los cables submarinos, su eficacia y la incidencia económica
que esta comunicación permanente supone para los pueblos.
Un recuento de las referencias al tema de la electricidad evidencia que
José Martí está informado sobre alguna de las más importantes
aplicaciones de esta técnica en su época y ayuda con su quehacer
periodístico a la divulgación de ellas, particularmente entre los
pueblos de América.
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