Núm 28, II Época - Noviembre 2000 - Edita FE-JONS - La Falange Director: Gustavo Morales |
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Sistema se divierte Premio
Lluys Santa Marina Un
pintor falangista Salarios
y Aznar Atentado
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deuda exterior Irreverencia
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En el número 26 de F.E. Eduardo López Pascual publicó un artículo, titulado “La estulticia de los débiles” en el que arremetía contra otro artículo que había aparecido en el diario La Verdad de Murcia, en el que al parecer hacía referencia al pintor Ignacio Zuluaga como pintor falangista. Ante mi sorpresa por esta afirmación, pues no recordaba haber leído nunca semejante aserto, pedí a mi buen amigo Eduardo una copia del artículo publicado en el diario de referencia. Algo que me hizo llegar rápidamente y leo, efectivamente, que el autor murciano recogiendo una cita del historiador del arte Angel Llorente dice que el pintor vasco “más que pintor de la Falange, a la que estuvo próximo ya antes de la guerra...”, y añadía más adelante: “el mismo Llorente, preguntándose si existió un arte falangista, se responde que la Falange no creó nada nuevo en la cultura artística española...”. Estas o parecidas palabras fueron las que molestaron a López Pascual que arremetió contra el periodista, dando por cierto de que el vasco Zuluaga había sido falangista algo que bajo mi punto de vista no es así. Cuando recibí la copia del artículo lo primero que hice fue ir a la, posiblemente, mejor biblioteca privada sobre pintura que hay en España y buscar algo sobre el historiador Angel Llorente, pero su nombre no constaba en el ordenar que controla los cerca de cincuenta mil ejemplares que tiene la citada biblioteca, lo que quiere decir que no debe de ser muy importante este historiador. Por otro lado, he consultado varias biografías o libros relacionados con la vida y el arte de Ignacio Zuluaga, por ejemplo: lo que escribió sobre el pintor vasco Enrique Lafuente Ferrari; Ramiro Larrañaga y otros; Juan José de la Inmaculada; José de la Puente y José María Moreno; Ignacio de Beryes, y un largo etcétera, pero en ninguna de esta amplia bibliografía aparece Zuluaga como falangista. También he vuelto a repasar todas las biografías que se han publicado sobre José Antonio y tampoco aparece por ningún lado su nombre; en otros libros sobre Falange lo mismo. Así pues, y de manera definitiva, Ignacio Zuluaga nunca fue falangista y solamente en la mente de Angel Llorente existe como tal por lo que si el autor murciano pretendía escribir sobre pintores falangista debiera de haberse ocupado de otros nombres que sí lo fueron y no tomar como ejemplo el que de manera equivocada tomó el que dicen que es historiador de arte. Sí lo ha sido Alfonso Ponce de León del que quiero ocuparme ampliamente en esta ocasión por ser casi un desconocido, “escasamente conocido”, escribió Lucía García de Capri; dejando para otra ocasión a Pancho Cossío del que ya se ocupó mi buen amigo Manuel Castropol que escribió un magnífico artículo sobre su obra en la revista Nosotros, pero yo escribiré sobre Pancho Cossío falangista. Ambos pues, son los pintores más importantes que ha tenido la Falange Española de las J.O.N.S. Ponce de León nació en Málaga en 1906 y fue asesinado en Madrid en el mes de agosto de 1936 cuando se acercaba “a su casa –nos cuenta Dionisio Ridruejo- silbando el himno falangista y seguramente no dejó de silbarlo hasta que se lo llevaron al muro”. A los 20 años ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid vinculándose a los ambientes vanguardistas madrileños e iniciando su actividad artística en los Salones de Artistas Independientes de Heraldo de Madrid. En el año 1930 pasó seis meses en París donde conoció a Picasso. Este mismo año, quizá animado por su amigo y camarada el arquitecto José Manuel Aizpurúa, “joven culto, amante de la poesía” –en palabras de Ian Gibson-, y fundador de la Falange de San Sebastián, expone dos obras en esta ciudad en la importante Exposición de Arquitectura y Pintura Moderna celebradas en los bajos del Casino. Esta exposición fue acompañada por una serie de actos que embellecieron el evento. Refiriéndose a este acontecimiento escribía Lucía de Capri en su Tesis Doctoral: “Se exhibieron dos películas: <<Un chien andalous>> y <<Esencia de Verbena>> de Giménez Caballero, Moreno Villa dio una conferencia sobre las nuevas tendencias en pintura y Rafael Alberti recitó una serie de sus poemas”. Debido a su amistad con García Lorca, a quien había conocido en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, el poeta le pidió que pintara algunos figurines y decorados para La Barraca, algo que hizo y que una muestra de ellos ilustran este artículo. Se casó con Margarita Manso a la que también había conocido en la Escuela de Bellas Artes. Anteriormente dicen que esta mujer había estado enamorada de García Lorca a la que el poeta le dedicaría el romance “Muerto de amor” del Romancero Gitano: ¿Qué es aquello quereluce por los altos corredores? Cierra la puerta, hijo mío, Acaban de dar las once. En mis ojos, sin querer, Relumbran cuatro faroles. Será que la gente aquella Estará fregando el cobre. Según nos vuelve a repetir Dionisio Ridruejo, que admiraba mucho a Ponce de León y lo consideraba como un hombre de gran talento: “Casi lo único conocido de él –y poco- son sus carteles falangistas, más ferozmente antiburgueses que los de la U.G.T. o la C.N.T. (Una ilustración suya del viejo Arriba no pudo pasar la edición facsímil que se hizo en 1938 porque se trataba de un <<historieta>> en cuyos cuadros sucesivos se veía a los militares entrando en su cuartel, los curas en su iglesia, los obreros en su fábrica y, en el último, un capitalista recibiendo una patada en el trasero”. Este mismo suceso nos lo recuerda Rafael García Serrano quien además añade: “Naturalmente esto no era de recibo en un régimen que no tenía nada de nacionalsindicalista, salvo la ilusionante etiqueta, pero tampoco de comunista, por mucho que en este caso se aplicasen al seminario Arriba las tácticas embellecedoras de la Enciclopedia soviética. Acaso hubiera sido mejor no publicar el facsimil”. Hace poco, el día 9 de septiembre último, el periódico Abc Cultural publicaba un artículo firmado por Bárbara Jacobs titulado “Los frutos silvestres”, y en el mismo reproducía un Bodegón a todo color de Alfonso Ponce de León. Como primicia, se anunciará dentro de poco una exposición de parte de su obra en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, algo que servirá de reconocimiento de la obra del pintor después de muchos años en el olvido. José Mª Gª de Tuñón y Aza |