Métodos terapéuticos

La interpretación es la operación que define al quehacer psicoanalítico y se lleva a cabo durante una determinada experiencia, esa experiencia fue introducida por Freud a través de una indicación (asociación libre) a sus pacientes. Es decir, el método interpretativo se instaura con una indicación expresa a través de la negatividad, de tres 'no': no omita, no elija, no sistematice el discurso.

La asociación libre con estos tres momentos negativos instala a la experiencia analítica, con características y propiedades esenciales, sin las cuales no se podría hablar de interpretación.

El paciente tiene un trabajo que realizar, que es asociar libremente, y el analista tiene otro trabajo, que es el acto analítico, que a su vez tiene dos acciones: instalar la transferencia e interpretar; por lo tanto, se podría decir que la experiencia analítica tiene un doble trabajo. Hay una situación de dos -o más- donde hay una relación particular entre ambos, donde se prepondera el valor de la palabra.

La conceptualización de la interpretación, en la obra de Freud, va cambiando, en una primera época se refería a hacer consciente lo inconsciente -colegir datos para interpretar y llenar las lagunas mnémicas-. En una segunda época, ubicó a la interpretación en relación a la transferencia y a la resistencia, es decir que la misma apuntaba a aceptar la transferencia, sostenerla, esto le daba un tiempo a Freud para pensar y actuar. Este tomarse tiempo se refiere a que el analista no tiene el saber, sino que el paciente en su relato, sueños, fallidos, síntomas, etc. lo tiene, aunque sabe y no sabe al mismo tiempo.[1] Por esto, la regla fundamental es la libre asociación -dejar salir al saber inconsciente-, porque de lo que ahí surja será una guía para el analista, dado que éste no impone temas sino, que sigue la guía del saber inconsciente del paciente.

Se podría decir entonces, que la interpretación es una intervención del analista tomando al texto del paciente. Es una maniobra particular, no sugestiva, sino un decir del analista que no demanda, no intenta convencer, no prohibe ni permite, no busca la verdad, no orienta, no persuade, ya que el efecto interpretativo lo sanciona el paciente mismo. El analista dice lo no dicho, lo que falta en el texto, y la interpretación puede ser un gesto, una palabra, a la que el paciente le dará un significado simbólico, sancionará.

La interpretación apunta al deseo, a develar el deseo inconsciente, y se efectúa teniendo como marco a la tensión flotante, esto implica atender a todo por igual, no seleccionar, no descartar ningún detalle, ya que no hay en el texto del paciente partes más importantes que otras.

Freud, en uno de sus escritos, 'Consejos al médico...' (1912), dice que el analista debe abstenerse de:

- Usar sus propias palabras, ya que la interpretación debe respetar a las palabras del paciente, no debe imponer palabras nuevas.

- Comprender, co-vivenciar, ya que la persona del analista tiene que ir desapareciendo como tal para vehiculizar y sostener la transferencia del paciente.

- Tener razón, pues la razón, la lógica que debe tomarse es la del paciente. La verdad de la interpretación está puesta en abrir caminos asociativos al paciente.

La interpretación esta ligada al concepto de inconsciente, y a los conceptos de símbolo y signo lingüístico. Símbolo es una palabra que no es lingüística, en Freud hay dos maneras de emplear al símbolo: Una es el modo tradicional, en el cual el contenido manifiesto es la señal de un contenido latente que hay que develar, es decir hay una relación entre ambos. La otra manera abarca todas las formas de representación indirecta (desplazamiento, condensación, sobredeterminación), nos indica la presencia de una producción significante en los procesos del inconsciente.

Ahora bien, con esta ultima manera de entender al símbolo se abrirían dos caminos: Uno en el cual esa producción significante, daría como resultado algo congruente con lo que se intenta simbolizar, esto permitiría la codificación y la sustitución lineal. Y otro donde se estudian los fenómenos de simbolización, (Saussure).

" El neurótico es incapaz de gozar y de producir {rendir}; de lo primero, porque su libido no esta dirigida a ningún objeto real, y de lo segundo, porque tiene que gastar una gran proporción de su energía restante en mantener a la libido en el estado de represión {desalojo} y defenderse de su asedio. Sanaría si el conflicto entre su yo y su libido tocase a su fin, y su yo pudiera disponer de nuevo de su libido. La tarea terapéutica consiste, entonces, en desasir la libido de sus provisionales ligaduras sustraídas al yo, para ponerla de nuevo al servicio de este. [...] la libido del neurótico [...] está ligada a los síntomas, que le procuran la satisfacción sustitutiva, la única posible por el momento. Por lo tanto, es preciso apoderarse de los síntomas, [...] remontarse hasta su génesis, [...] renovar este conflicto y llevarlo a otro desenlace con el auxilio de fuerzas impulsoras que en su momento no estaban disponibles. Esta revisión del proceso represivo solo en parte puede consumarse en las huellas mnémicas de los sucesos que originaron la represión. La pieza decisiva del trabajo se ejecuta cuando en la relación con el médico, en la transferencia, se crean versiones nuevas de aquel viejo conflicto, versiones en la que el enfermo querría comportarse como lo hizo en su tiempo, mientras que uno, reuniendo todas las fuerzas anímicas disponibles [del paciente], lo obliga a tomar otra decisión. La transferencia se convierte entonces en el campo de batalla. [...] El trabajo terapéutico se descompone, pues, en dos fases; en la primera, toda la libido es esforzada a pasar de los síntomas a la transferencia y concentrada ahí, y en la segunda se libra la batalla en torno de este nuevo objeto, y otra vez se libera de él a la libido. El cambio decisivo para el buen desenlace consiste en que se elimine el circuito de la represión en este conflicto así renovado. [...] Ese cambio es posibilitado por un cambio en el yo. [...] Mediante el trabajo de interpretación, que traspone lo inconsciente en consciente, el yo es engrosado a expensas de eso inconsciente; [...] se reconcilia con la libido y se inclina a concederle alguna satisfacción, y su horror ante los reclamos de la libido se reduce por la posibilidad de neutralizar un monto parcial de ella mediante sublimación."

"Los empeños terapéuticos del psicoanálisis [...] es fortalecer al yo, hacerlo más independiente del superyó, ensanchar su campo de percepción y ampliar su organización de manera que pueda apropiarse de nuevos fragmentos del ello."

"La fenomenología de Husserl es fundamentalmente un principio metodológico, destinado a proporcionar una firme base para la fundación de una nueva psicología y de una filosofía universal. A vista de un fenómeno (sea un objeto externo o un estado mental), el fenomenólogo lo aborda con absoluta imparcialidad, observándolo tal como se manifiesta y solo como se manifiesta. Esta observación se realiza mediante una operación mental que Husserl llamó la epoche, o 'reducción psicológico-fenomenológica'. El observador pone el mundo entre paréntesis, es decir, excluye de su mente no solo cualquier juicio de valor sobre el fenómeno [...], sino también cualquier afirmación relativa a sus causas o a su trasfondo; incluso se esfuerza por suprimir la distinción entre el objeto y sujeto y cualquier afirmación sobre la existencia del objeto y del sujeto que lo observa. Con este método, [...] pueden aparecer ciertas estructuras de los fenómenos que antes pasaran desapercibidas."

Todo fenómeno se caracteriza por su relación con su contenido u objetividad inmanente, ya que todo fenómeno tiene intencionalmente un objeto, por lo tanto siempre la conciencia es desde su origen 'conciencia de'. La conciencia es siempre conciencia de algo por el hecho de trascender hacia algo que no es ella misma, por lo tanto conoce, se revela y es conocida en tanto trasciende.

" La conciencia es conciencia de alguna cosa, nos asegura Sartre, y esto significa que la trascendencia es su estructura constitutiva; la conciencia nace arrojada sobre un ser que no es ella misma. Por estar presente a sí misma tiene presentes a las cosas y para serse o conocer debe afirmar la presencia a sí y la presencia a las cosas. Esta intencionalidad de la conciencia es la que muestra la intuición reveladora de algo como trascendente que a su vez constituye su ser."

La actitud fenomenológica implica la renuncia a todo dualismo y la entrega total a los fenómenos, quienes se revelan y reservan el carácter absoluto de lo que se da inmediatamente como un tipo de ser, es decir, se suspende todo juicio para hacerse cargo de cuanto ingresa en las vivencias como real y certero. La reducción no altera al fenómeno, se ciñe al él para describirlo tal como se da en la conciencia, por lo tanto esta actitud hace volver a las estructuras del pensamiento y trata de aprehender las esencias.

Entonces, la fenomenología -psiquiátrica-, según H. Ellenberger, pone énfasis en la investigación de los estados de conciencia subjetivos del paciente, para ello utiliza tres métodos:

1) La fenomenología descriptiva, que se basa en la descripción que hace el paciente de sus experiencias subjetivas.

2) El método genético-estructural, que trata de encontrar el trastorno generador, del cual se pueda deducir todo el contenido de la conciencia y los síntomas del paciente.

3) El análisis categorial, que intenta reconstruir el mundo interno del paciente, analizando como experimenta las categorías espacio, tiempo, causalidad, materialidad.

Como método de conocimiento, se basa en el método fenomenológico, que consta de dos aspectos:

1) La captación directa, intuitiva del objeto, por medio de los sentidos, la imaginación, etc. Nos brinda un conocimiento inmediato de gran validez pero incompleto.

2) La integración significativa, que ayuda a completar la captación intuitiva con un componente que refiere al objeto total, el cual permite conocerlo en su integridad.

Ahora bien, ante todo comprender, captar la verdad, y luego, analizar los elementos de lo captado. Es decir, que al vivenciar el significado de algo, se experimenta una verdad que es anterior a la percepción del objeto mismo, por lo tanto es un proceso personal, individual y único. Todos los fenómenos están dirigidos por el ser mismo, por su proyecto de ser, y solamente pueden ser comprendidos si se comprende el proyecto que les da sentido.

Quiere decir, que el objetivo es la comprensión del mundo de cada sujeto tal como él, y sólo él, lo experimenta; y esto a su vez supone una empatía, sentir algo de lo que le pasa al paciente (co-vivenciar).

[1] Recordemos que "la neurosis sería la consecuencia de una suerte de ignorancia, del no saber sobre los procesos anímicos acerca de los que uno debería saber" Freud, 18a. Conferencia 'La fijación al trauma, lo inconsciente' (1916-17).