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LA JUSTICIA DE LOS INOCENTES
Año de Publicación: 1996
(extracto de la novela) Descendió por la orilla del canal entre la profusión de flores silvestres. Tuvo la impresión de que el silencio que le rodeaba se intensificaba, aumentaba su sensibilidad hacia los ruidos emitidos por su cuerpo: el sonido ronco de la respiración, el martilleo del corazón, el crujido de los zapatos cuando aplastaban flores y malas hierbas. El barro se pegoteó a la suela de sus zapatos cuando llegó a las cañas. Las bordeó. El cuerpo yacía justo detrás de ellas. Primero, Robin vio un pie fuera del agua y encajado entre las cañas, como si hubieran amarrado al niño por algún motivo, después el otro pie, que estaba en el agua con la planta arrugada, como había dicho el patólogo. Sus ojos recorrieron las piernas hasta las nalgas, y de allí hasta la cabeza. Estaba vuelta de lado, con los ojos entreabiertos y muy congestionados. El cabello castaño corto flotaba como alejándose de la cabeza, ondulaba con suavidad sobre la superficie del agua, y mientras Robin contemplaba el cadáver (...) vio un fugaz destello plateado en la boca entreabierta del niño cuando un pez se introdujo en ella.
ResumenReseñasLocalizacionesPersonajes
Aclamado como "el rey de la sordidez", el editor de prensa Dennis Luxford está acostumbrado a desentrañar los pecados y escándalos de la gente que se encuentra en posiciones expuestas. Pero cuando abre una carta dirigida a él en su periódico, "The Source"("El Manantial"), descubre que alguien más destaca en desentrañar secretos tan bien como él. A través de esta carta se le informa que Charlotte Bowen, de diez años, ha sido raptada, y si Luxford no admite públicamente su paternidad, ella morirá. Pero la existencia de Charlotte es el secreto más ferozmente guardado de Luxford, y reconocerla como su hija arrojará a más de una vida y una carrera al caos. Luxford sabe que la historia de la paternidad de Charlotte puede convertirle en el hazmerreír de todos y revelar a su bella esposa y a su hijo la mentira que él ha vivido durante una década. Además no únicamente la reputación de Luxford está en juego: también la reputación y la carrera de la madre de Charlotte. Para ella se trata de la subsecretaría de Estado del Ministerio del Interior, uno de los cargos más considerados y con bastantes posibilidades de ser la próxima Margaret Thatcher. Sabiendo que su futuro político cuelga de un hilo, Eve Bowen no acepta que Luxford dañe su carrera publicando la historia o llamando a la policía. Así que el editor acude al científico forense Simon St. James para que le ayude. Se trata de un caso que a St. James llena de inquietud, en el que ninguno de los protagonistas del drama parecen reaccionar tal como se espera, considerando la gravedad de la situación. Entonces tiene lugar la tragedia, y New Scotland Yard se ve involucrado. Pronto el Detective Inspector Thomas Lynley se da cuenta que el caso tiene tentáculos en Londres y en todo el país, y debe simultáneamente investigar el asesinato y la misteriosa desaparición de Charlotte. Mientras, su compañera, la sargento Detective Barbara Havers, lleva a cabo su propia investigación intentando dar un empuje a su carrera, intentando evitar una solución desalentadora y peligrosa que nadie conoce.
Salon - By Cynthia Hacinli
He aquí una sugerencia: necesitas esconder unas cuantas barritas de
chocolatinas en
la mesita de noche antes de coger la última novela policíaca británica, La
Justicia de los Inocentes. Esta es la clase de pequeña, tentadora
novela, que provoca subidas de azúcar (no ayuda precisamente que uno de los personajes de George sea un adicto al chocolate que traga tabletas
enteras de Cadbury y Kit Kat de forma desenfrenada). Si nunca la has leído, la
propia George es alguien especial. Es una californiana de cuarenta y tantos
apasionada de Inglaterra desde los 16 (cuando la visitó por primera vez), y
escribe misterios con la jerga de Londres. En su nueva novela, el núcleo de
George ha vuelto: el Detective Inspector Thomas Lynley, de Scotland Yard; su
compañera, la sargento Bárbara Havers; sus amigos Simon y Deborah St. James; y
su prometida, Lady Helen Clyde. George capta
de manera hábil los hilos y neurosis de cada vida, pero el corazón del libro
es una historia diestramente trazada alrededor de una emocionalmente poco
desarrollada miembro del gobierno, su fantasiosa hija que ha sido secuestrada, un
"macho" editor de Fleed Street, su esposa ex supermodelo y un ingenuo
policía local. A George le pueden gustar los misterios pasados de moda, pero
esta es una novela de los 90, llena de referencias a elementos como el IRA, la
bulímia y el SIDA. (El sexo seguro era fantástico, escribe George, pero
no entendía porqué sus practicantes no acababan de dar el salto desde la
protección pre-coito a la higiene post-coito.) Los misterios de George se desarrollan a un paso tranquilo, tal vez demasiado tranquilo para los lectores acostumbrados al trabajo de John Grisham. Lynley realmente no aparece hasta la página 205. Sus anteriores novelas tienen un corte más duro. Pero es una autora que apela que siempre ha estado metida en ello, y también realiza una literatura moderna, ofreciendo obras que pueden parecer algunas veces tan enfurecidas e inescrutables como las de Jane Austen. Hay un asesinato; el escenario lo ponen otros. La verdad se empieza a aclarar en la página 517. Mejor llevar una bolsa entera de golosinas. Entertainment Weekley - Elizabethan Rule - By Mark Harris Con La Justicia de los Inocentes, la última entrega de su popular serie de intriga, Elizabeth George reina como una reina del género de misterio. Sólo hay un asesinato en el nuevo misterio de Elizabeth George, La Justicia de los Inocentes, y tiene lugar discretamente entre capítulos, fuera de cámara. Pero el atroz, brutal crimen, resuena solemnemente por toda la novela, afectando a la familia de la víctima, los sospechosos, e incluso los investigadores, que a punto están de desgarrarse a ellos mismos y a los otros en trozos, intentando hallar el sentido de todo ello. Más que la mayoría de sus contemporáneos, George es una escritora que respeta la muerte, en su serie de novelas protagonizadas por el rico y culto investigador de Scotland Yard, Thomas Lynley (esta es la novena), se interesa menos por los ocasionales actos de violencia que en el atractivo de una vida como cúspide de un melodrama que tiene efectos sísmicos entre las familias, clases y generaciones. Sus libros son comedias de maneras, estudios sociales, historias psicológicas, y siempre, finalmente, tragedias. Este soberbio último capítulo confirma lo que su creciente coro de fans ha comprendido: los libros de Lynley constituyen la más elegante, la más gratificantemente compleja y apasionante serie de misterio que se publica en la actualidad. También hallamos algo extraño. George es una californiana que ha establecido al misterio británico como su territorio. Ella escribe con los conocimientos de una nativa, pero con el entusiasmo de una turista comprometida. Y sus novelas son conducidas por los hechos, no por los investigadores; de hecho, el noble Lynley y Barbara Havers, su ruda compañera de clase baja, no aparecen en las primeras 200 páginas de La Justicia de los Inocentes, mientras George permite a multitud de nuevos caracteres ocupar un sitio en la mesa. Y qué mesa: el libro se inicia con el secuestro de Charlotte Bowen, de 10 años, el producto de una aventura pasajera y aparentemente ha sido enterrada viva. Su madre es un miembro del Parlamento y una joven y ambiciosa político del Gabinete Tory; ellas es lo bastante lista como para reconocer públicamente la ilegitimidad de su hija e incluso de convertirla en capital político. Lo que ella nunca ha revelado es la identidad del padre de Charlotte -el editor de periódico más popular de Inglaterra (y el más anti gobierno) y un hombre que ella detesta. Cuando ambos padres reciben notas solicitando que lo hagan público para salvar la vida de Charlotte, un furioso rechazo pone a dos de las más maquiavélicas instituciones inglesas, el Parlamento y Fleet Street, uno contra otro. Imagine la serie de la PBS "Prime Suspect", mezclada con la trilogía "House of Cards" y empezará a comprender cómo Elizabeth George inspecciona el terreno que abarca. En sus anteriores libros, su anglofilia saboreaba el detalle (tan pequeño como el tipo de flor que crecía en una ventana de Kent), llevándola algunas veces fuera de la pista. Su prosa parecía estar dando rodeos y contemplar las vistas cuando había trabajo más serio esperando. Pero las más recientes novelas de George se desembarazan de la delicadeza en la investigación, incluso cuando en la excelente El Padre Ausente, construye 496 páginas alrededor del antiguo cliché en el mundo del misterio de "¿Quién envenenó el té del vicario?", la novela da un giro para ser la clase de fiesta oscura de sexualidad y horror familiar nunca imaginado por Agatha Christie. La Justicia de los Inocentes nos ofrece una atmósfera periodística y política perfectas, pero sólo para enriquecer el profundo dolor de la historia. El tema de la novela, lo que los padres hacen a sus hijos en nombre del amor, la codicia, el odio, o el propio interés, rebota a través de media docena de relaciones, casi siempre de manera no predecible, y al final, nadie permanece sin ser afectado; incluso la amistad entre los cinco investigadores que aparecen en todas las novelas de George se ve tambaleada. Ello es una gratificación para los fans anteriores, pero aquellos que no han leído alguna de las novelas de Lynley no deberían vacilar en empezar con esta entrega de una serie que crece en estatura con cada nuevo libro. Usa Today - Entwininig passion, intrigue in "Presence of the Enemy" - By Matt Roush Pocas obras de misterio pueden sobrevivir al peligro que Elizabeth George corre en su nueva novela de Thomas Lynley. Nos referimos a que el Detective Inspector Lynley no juega un papel activo hasta después de la página 200. (...) Para su octava novela de la serie, el uso de los personajes recurrentes es soportado como un bagaje personal, ante el que debes preguntarte si estamos ante un culebrón o un relato policial. Doble placer, doble diversión. George raramente se ha mostrado tan experta realizando juegos de manos con todos estos aspectos como en esta telaraña de hipocresía política, lucha por la noticia, secuestro y muerte. La Justicia de los Inocentes se inicia con el secuestro de una niña de 10 años, Lottie, aterrorizada al ser retenida en un oscuro y misterioso lugar. Mejor que preocuparse de echar un vistazo al hogar que ha dejado atrás. Su madre, Eve Bowen, es un monstruo ambicioso de poder político que ha explotado durante años a su hija ilegítima para apoyar sus propias opiniones sociales conservadoras. Su padre biológico, Dennis Luxford, no reconocido públicamente como tal, es un titán de la prensa amarilla liberal. Son enemigos jurados. Cuando Luxford recibe una nota de rescate solicitando una confesión en primera plana acerca de su paternidad, Eve se resiste a ello. Más preocupada por su carrera, le acusa ridículamente de juego sucio. En su deseo de mantener el crimen en secreto, Eve alista a los amigos más cercanos de Lynley para investigar tranquilamente (incluyendo a su prometida, Lady Helen Clyde). Los resultados de su investigación, y el fracaso cuando Lynley descubre que ha sido mantenido en la oscuridad, dan a la historia de suspense un toque extra de apasionada tensión. Por primera vez, hay incluso una alusión a una subtrama referente a la vulgar compañera de Lynley, la siempre hosca Detective Sargento Barbara Havers. Los recién llegados a la serie deben saber que es necesaria paciencia para saborear la trabajada y madura prosa de George. Los personajes duelen profundamente y se articulan en profundidad. El argumento puede ser exasperadamente difuso. Una pieza crucial de la evidencia nos es sugerida pero no reaparecerá durante cerca de 70 páginas. El mejor consejo: relax y disfrute. Elegante y perturbador, con distinción y cáustico, este es un gran, grueso, regreso con una inusual extensión y generosa profundidad.
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