Capítulo 1: Breathing
alone
No lo voy a negar, fue difícil separarme de mi hermano. Tenía
ganas de entrar a mi cuarto, agarrar esa maleta y tirarla por la ventana lejos
de la casa para que no se pudiera ir pero la decisión ya había
sido tomada. Para empezar de camino a la casa lo había notado con el
ánimo hasta el suelo y no me había atrevido a decirle nada a
pesar que sentía como sentía él, por momentos sentía
como si nuestro vínculo se pudiera romper o deteriorar por la distancia,
lo máximo que habíamos estado separados fue esa vez en la que
me fui solo al campamento… pero la diferencia fue que esa vez sabía
que regresaría a casa donde estaría él… las cosas
ya no serían como antes.
Ese día no entre a mi cuarto de pura cobardía creo, no quería verle la cara, no quería verlo y ponerme a llorar por que eso nos pondría más tristes a los dos y Kouji era un poco sentimental para esas cosas y yo como hermano mayor no debía exponerlo al hecho de sentirse mal por lo que pasaba. Ni en mis sueños más locos había detenido en la idea que nos separarían de esa forma… que pasaría con nuestro vínculo?
Todo el rato estuve sentado en la mesa del comedor esperando a que saliera con la maleta, papá salió primero pero no quise verlo… todo era su culpa… por su culpa nos estaban separando. Papá se despidió de mí de manera muy escueta ya que notó mi negativa de mirarlo de momento y me dijo que le dijera a Kouji que se apurara, después de eso salió por última vez de la casa aunque sabía que volvería otro día por sus demás cosas. Kouji salió del cuarto diez minutos después… sabía que estaba llorando por que se cubría la cara con su pañoleta, no podía verle los ojos pero no los necesitaba ver para saber que lloraba por que la pañoleta no cubría toda su cara… podía ver su nariz roja y sus mejillas húmedas… sus labios temblaban.
“Ya te vas hijo? Quiero que sepas que tu papá es difícil que vuelva a pisar esta casa pero tú puedes venir cuando quieras… voy a extrañar verte todos los días en la mañana” – mamá también se puso a llorar aunque eso ya era de esperarse. Desde mi silla podía ver como mi hermano se derretía en el abrazo y empezaba a sollozar…
“No llores!” – mis palabras cortaron el momento y los dos se quedaron mirándome – “Sabes donde vivimos… vas a volver… aquí nadie se a muerto” – tengo que confesar que tuve de alguna manera que suprimir mis propias lágrimas para evitar llorar y darle fuerzas a mi hermano pero a lo que no pude contenerme fue cuando se acerco a mí y me abrazo. No soy de piedra, yo también me sentí mal y si bien lo único que no se me quebró fue la voz algunas lágrimas si llegaron a resbalarse por mis mejillas.
“Vendrás mañana verdad?”
“No sé si tendré tiempo mañana pero… voy a hacer lo posible por venir aunque sea un rato” – Kouji tardo un buen rato en contestar por que las lágrimas no lo dejaban.
“De todas formas nos veremos en el colegio el lunes… te espero en la esquina de la avenida para llegar juntos” – Kouji asentó con la cabeza – “me olvidaba… papá te espera abajo”
“Nos vemos mamá” – Kouji se despidió de mamá y salió con sus maletas a cuestas pero yo lo ayude a bajarlas, lo acompañe hasta el carro.
“Si tienes algún problema con papá sabes que puedes regresar a la casa a la hora que quieras… verdad?” – no sé por que se me ocurrió decirle eso pero lo él lo aceptó de buena manera mientras cruzábamos la puerta hacia la calle donde el carro de papá lo esperaba. Me dio un abrazo antes de subir al carro – “Dile a mamá que vendré lo más seguido que pueda y trataré de pasar más tiempo contigo después de colegio… no sé como pero lo voy a hacer”
Kouji quería seguir diciéndome más cosas pero papá ya estaba arrancando… ya veía al carro en la esquina de la calle y la cabeza de mi hermano salía por la ventana… lo último que vi ese día de él fue su cabello revoloteando por la misma ventana perdiéndose cuando el carro volteaba por una de las calles. Regresé al departamento, a mi cuarto por que mamá estaba tan triste que se había encerrado en el suyo. Mi cuarto se veía tan vació ahora… su cama todavía seguía ahí pero de todas formas se veía que se había ido. Su lado del escritorio estaba vació al igual que sus cajones del velador… su cepillo de dientes ya no estaba en el baño y la cajita de ligas para amarrarse el cabello había desaparecido de mi vista. Solo se había ido diez minutos y sentía que no podría soportarlo pero era algo a lo que tenía que acostumbrarme… me tenía que salir así de natural como respirar… era lo único que había aprendido a hacer solo.
Lo que quedaba del fin de semana se veía aburrido sin él. A los dos nos gustaba ir al parque después de almorzar para jugar un poco… a veces jugábamos con los chicos siempre y cuando ellos estuvieran también ahí. En un momento del día me encontré echado en mi cama mirando al techo y hablando como si él estuviera a mi lado, me encontré respondiendo por él y todo era por que casi nunca estabamos uno lejos del otro. Después de horas mamá me llamó para comer juntos… hasta la hora de la comida era diferente sin él, ya no tenía a quien hacerle chistes excepto mi mamá pero eso ya no tenía sentido. Al final del día estaba otra vez solo en mi cuarto con la gran pregunta de cómo estaría ahora mi hermano… habría podido comer? Habría podido concentrarse para hacer las tareas? Donde estaría durmiendo? Podría dormir?
Tenía ganas de llamarlo a donde sea que estuviera pero de eso no tenía ninguna pista… llamar al celular a papá era una idea que se me vino pero no quería hablar con él… quería hablar con mi hermano… pero de pronto sonó el teléfono… era él… estaba seguro…
“Alo… Kouji?”
“Hola hermano… no puedo dormir… no es mi cama… no es mi lado del techo y… papá ronca”
“Lo sé. Donde estas?”
“En un hotel del amigo de papá… como no podía dormir te llamé por teléfono… estoy acostumbrado a dormirme con tu voz y hace horas que no la escucho”
“Te entiendo… me pasa lo mismo. Es bonito el lugar?”
“Si, pero no es mi casa. Papá ha tratado de alegrarme el día de alguna manera pero no ha logrado nada. Mañana voy en la tarde… después de almuerzo… nos vemos en el parque?”
“Por que después de almuerzo?”
“Papá quiere que termine las tareas antes de ir a verte”
“Ah ya. Donde estas ahora? Escucho gente por ahí”
“Estoy en el lobby… papá esta durmiendo y no quería despertarlo por eso baje. Estoy en un teléfono público”
“Espero que hayas bajado con tu chompa… debe estar haciendo frío”
“Si… un poquito”
“No has llevado tu chompa verdad? Te vas a enfermar!”
“No te enojes… estoy bien… la puerta de la calle ahora esta cerrada. Dentro de un rato se acaba mi moneda y tendré que regresar al cuarto…”
“Esta bien… apenas llegues a tu cuarto abrígate. Mamá te extraña mucho… después del parque vendrás a verla?”
“Si, claro! Más bien…” – algo me iba a decir Kouji pero la llamada se corto. Me hubiera gustado terminar de escuchar lo que me iba a decir pero ya me lo diría mañana cuando nos viéramos.
Regresé a mi cama con mejor ánimo que antes… después de todo por lo menos ahora sabía que estaba bien aunque sin poder dormir. Era increíble que con una sola llamada me pudiera sentir mejor.
A la mañana siguiente salió el sol aunque no calentaba mucho pero eso no era muy importante. Le comenté a mamá que veríamos a Kouji más tarde y eso nos alegró el día. Hice mis tareas temprano mientras mamá cocinaba y limpiaba la casa. La hora del almuerzo llego rápido y ya era mi hora de salida para ver a mi hermano. Antes de salir mamá me dio dos golosinas para compartir con mi hermano. Salí de casa casi corriendo por que ya estaba en la hora de encontrarnos. Entré al parque que estaba cerca al colegio y busqué la explanada donde solíamos jugar revolcándonos en el pasto, la colina se veía tan tentadora como de costumbre y los columpios se mecían vacíos con el viento… todos menos uno…
“Llegaste primero!”
“Si… salí un poco antes del hotel”
“Bueno… ayer me ibas a decir algo pero se cortó la llamada… era importante? Por tu tono de voz…”
“No, era una tontería la verdad! Creo que quería tratar de llamar tu atención”
“A mi no me sonó así… parecía algo serio o al menos algo importante”
“Bueno… creo que ya me acorde! Si… te iba a pedir algo. No le digas nada de lo de papá y mamá a nadie.”
“Te refieres a nuestros amigos?”
“Sí. No es que no les quiera decir nada pero… primero me quiero acostumbrar a la idea… todavía me parece mentira sabes… como si fuera un mal sueño. No quiero ir al colegio y que todos me estén preguntando cosas que la verdad no sé que responder”
“Te entiendo. A mi también me parece raro todo esto. Aún no me acostumbro a dormir en un cuarto tan grande…” – los dos nos quedamos callados, estábamos recordando tantas cosas que pasamos juntos como los cumpleaños o los días de la madre, los festivales en el colegio y las reuniones en casa para hacer las tareas junto con Izumi, Takuya y a veces Jumpei. Era divertido estar todos juntos y conocernos tan bien… no me gustaba ocultarle las cosas a nadie pero Kouji tenía razón… la gente nos haría preguntas y lo mejor era asimilar la situación… el tiempo se encargaría de arreglar las cosas.
“Kouichi… tengo que decirte algo” – ese tono de voz no me gustaba mucho, sentía que no me iba a gustar lo que me iba a decir – “Te voy a decir algo pero aún no se lo digas a mamá… esta bien?”
“Ya… es lo que me ibas a decir ayer verdad?”
“Si, no me atreví a contártelo por teléfono… creo que era mejor decírtelo en persona” – me moría de curiosidad por saber que me iba a decir… era importante – “Ayer mientras estábamos en el hotel donde estamos ahora tuvimos una visita… ayer conocí a la mujer de papá”
“Ah… que tal es?”
“”Bueno… a decir verdad me trae mala espina pero no me atrevería a asegurarlo por que no la conozco bien. Pero lo que estoy seguro es que mamá es mejor que ella”
“De eso ni dudarlo. Dijeron algo importante?”
“Papá me mando a dormir apenas llegó ella. No me dejaron dormir. Cuando salí a llamarte por teléfono todo en la sala estaba desordenado… no podía quedarme ahí así que te llame” – los dos sabíamos que había pasado… algo habíamos visto en la televisión que nos daba una idea de lo ocurrido. Me imagine lo incómodo que se debió haber sentido Kouji estando ahí pero…
“A que hora regresaste al cuarto?”
“No regresé. Me quedé en uno de los sillones del lobby junto al teléfono por el que te llamé. Llevé una manta para no enfriarme aunque debí llevar dos.”
“Le dijiste hoy a papá que te incomodó ayer?”
“No… se veía con sueño… además era el primer día fuera de casa y en un lugar nuevo. No lo quise hacer sentir mal”
“Esta bien que no lo quieras hacer sentir mal a él pero y tu? Se supone que él debe de cuidarte no de dejarte por ahí como si fueras un mueble! Dile que no lo vuelva a hacer!” – Kouji se quedó callado mientras yo le decía que hablara con papá.
“Hablaré con él cuando regresé a casa, no te preocupes por mí!”
“Esta bien pero mañana me gustaría saber que la situación se arregló sino le diré a mamá para que haga algo!”
“Esta bien! Lo haré, lo haré!” – nos volvimos a quedar callados. Me sentía algo enojado con Kouji por que se dejo pisotear por papá y una perfecta desconocida pero más cólera me daba papá y su falta de respeto por el sueño de mi hermano. – “Sabes… no te conté ayer por que sabía que te ibas a enojar así.”
“Si sabías que me iba a enojar por que me lo contaste?”
“Pensé que debía hacerlo… tu hubieras hecho lo mismo verdad?” – me quede pensando unos segundos.
“Si, creo que si. Aunque yo sí me hubiera quejado con papá” – los dos nos reímos, no me podía enojar con mi hermano, no era justo ya que el solo había sido una víctima de las circunstancias. Después de esa pequeña conversación le di la golosina que mamá me dio. – “Toma… mamá te la envió”
“Hummm… pastel?” – si había algo que nos gustaba mucho eran los postres, en especial los que preparaba mamá. Nos encantaba empezar a comerlos desde la orilla y de ahí hasta la parte más esponjosa del postre, si tenía algún tipo de relleno era mejor todavía. Me daba cierta tranquilidad ver a mi hermano hundir su nariz dentro del postre y mirarme con la cara embarrada me daba cierta seguridad de que las cosas no cambiarían.
“Cuanto tiempo te quedaras con nosotros hoy? Para no perder mucho el tiempo aquí y que mamá te pueda ver” – mi hermano dejo de comer un rato y me miró.
“Bueno… papá no me llegó a dar una hora de llegada así que supongo podré irme tarde… tampoco tan de noche por que tengo que regresar al hotel” – me miro como tanteando algo y volvió a decir – “Sera mejor que vayamos a ver a mamá antes que se me haga más tarde” – los dos nos paramos y abandonamos la sección de juegos del parque. De camino a la casa vimos a los demás jugando tranquilamente en el pasto cerca de una cancha, felizmente no nos vieron por que hubiera sido difícil mantener oculta la nueva situación ante ellos aunque por otra parte eran nuestros amigos y algún día se darían cuenta de lo que de verdad pasaba.
Ya en casa incluso antes de entrar un aroma nos llamaba a la cocina. Mamá y la abuela estaban sentadas en las sillas de la cocina mientras algo se cocinaba en el horno. Al parecer mamá la estaba poniendo al tanto de lo último que había pasado en nuestras vidas por que la abuela había estado de viaje y recién había regresado. La abuela por otra parte estaba escuchando lo que mi mamá le contaba mientras comía una de las tantas galletas que se habían acabado de hornear.
“Abuela! Cuando volviste?” – Kouji corrió hacia ella y se paró a su lado.
“Recién llegue ayer. Tu mamá me esta contando esta penosa situación. Dime como te va con tu papá? Espero no se haya olvidado de darte de comer”
“Hasta ahora no se ha olvidado abuela y no te preocupes por que se lo haré recordar a diario” – contesto Kouji a manera de broma aunque los dos sabíamos que papá era perfectamente capaz de olvidarse de alimentarlo.
“No es que tu papá sea malo… es que ustedes saben él es un poco desmemoriado para algunas cosas. Siempre es bueno hacerle acordar las cosas… solo por si las dudas”.
“De que sabor son las galletas abuela… son de naranja?” – traté de cambiar un poco la conversación por que aún me estaba adecuando a la idea de que ya no estábamos juntos. Al parecer ella se dio cuenta y me siguió la corriente.
“Son de naranja y de canela. Pruébalas, tienen un rico sabor” – Kouji y yo extendimos la mano para agarrar una pero aún estaban algo calientes así que preferimos esperar un poco antes de meterles un mordisco. Pasamos una bonita tarde los cuatro, la presencia de papá se hacía sentir a pesar que tratábamos de borrarlo de nuestros pensamientos. Nuestro momento de felicidad acabo cuando Kouji se tuvo que ir tres horas más tarde. Se despidió de todos y salió con prisa, no le tome mucha importancia a eso en ese momento ya que de todas formas mañana lo vería en el colegio pero una vez echado en mi cama me pregunté a que se debía su apuro?
A la mañana siguiente me levanté temprano para irme a clases. Me encontré con Kouji en una esquina de la avenida principal y los dos comenzamos a caminar al colegio. Sería la primera vez que estaríamos con nuestros amigos que ignoraban todo lo que nos había pasado durante el fin de semana. A penas pusimos un pie en el colegio nos propusimos actuar con toda naturalidad, como si nada hubiese pasado… personalmente me parecía algo difícil de realizar principalmente por que ninguno de los dos sabíamos mentir y que todos nos creyeran aunque creo que mi palabra tenía un poco más de credibilidad que la de mi hermano. Aunque si me ponía a analizar la situación ninguno de los dos estábamos mintiendo… más bien sería visto como un error de omisión.
Para nuestra suerte nadie notó nuestra pequeña omisión al contrario Takuya pensaba que estábamos más unidos que nunca… si solo supiese que ya no vivíamos juntos se retorcería en el piso por su error. Pero a decir verdad yo también sentía la situación como la veía Takuya, jamás hubiera pensado que algo así nos uniría más por que de por sí nosotros dos éramos demasiado unidos.
Por otra parte también teníamos una responsabilidad que cumplir. Como ya no vivíamos juntos teníamos que reportarlo a la oficina del colegio y en el caso de Kouji pasar su nueva dirección que aún no era la fija. Para llegar a la dirección tuvimos que burlar a mucha gente en especial a nuestros amigos que como siempre nos esperaban en una mesa para comer juntos. Ya en la dirección hablamos con la directora y le contamos acerca de nuestra nueva situación. Al escucharnos se mostró preocupada por nosotros y nos ofreció la ayuda de una psicóloga opción que rechazamos tajantemente, no queríamos darle pistas a nadie, menos a una psicóloga.
Después de nuestra pequeña entrevista salimos a comer con poco tiempo restante antes de que empezaran las clases nuevamente. Nos sentamos los dos a comer algo en una de las bancas pero me percate que mi hermano no había traído nada… papá se habría olvidado?
“Y tu refrigerio?”
“Me olvide de traerlo… salí rápido del hotel y se me quedó en la mesa, pero no importa no tengo mucha hambre”
“No digas tonterías! Toma la mitad del mío, no me gusta comer solo y que la gente me mire” – Kouji sonrió y aceptó la mitad que le ofrecí.
Las clases transcurrieron normalmente por el resto del día pero una vez terminadas las clases el día se empezaba a poner extraño, me acordé que ya no era lo mismo y que cada uno de nosotros teníamos que regresar a un lugar diferente. Esa tarde los dos nos fuimos separados y no nos volvimos a ver hasta el día siguiente. Durante la primera semana Kouji fue a visitar a mamá el martes, jueves y sábado. Ella lo veía normal, por lo que ella me decía papá lo estaba cuidando bien pero yo sabía que la cosa distaba un poco de la realidad, no solo por lo que me había dicho la primera vez, al parecer las visitas de esa chica al cuarto donde dormían papá y Kouji eran bastante seguidas. Además Kouji se olvidó de llevar su almuerzo a la escuela tres días de los cinco que íbamos a clases y lo que no estaba seguro si eso era por que nadie se lo preparaba o si tenía tanto sueño por las malas noches que verdaderamente se olvidaba de llevarlo. Kouji estaba bastante distraído en clases y sus notas bajaron un poco en la primera semana, según la directora un comportamiento normal en los hijos de padres divorciados pero yo sabía que Kouji no era así.
Estaba seguro que si sus notas bajaban era por algo más y no solo por el hecho de la misma separación. Trate de llevarme a mi hermano a casa todos los días para estudiar juntos y a la semana sus notas volvieron a subir… pero no solo me di cuenta de eso. Kouji comía como si no hubiese comido desde que se fue con papá de la casa. Lo que él si me había confesado era su poca capacidad de poder dormir en ese cuarto, según él por que no era su cama pero para mi un poco más de una semana era tiempo suficiente como para que se acostumbrara. De repente ya era hora de hacerle una pequeña visita a él y a papá…
Una tarde le comenté a mamá tratando de no preocuparla y le comente la idea de ir a visitarlo ya que el venía a diario a vernos, mi mamá me dijo que ella también ya creía que era el momento de ir a ver como vivía su hijo. Acordé con ella en ir a visitarlo el sábado que ella estaba más libre pero ella me pidió que le avisara a Kouji para no ponerlo en aprietos. Debo de confesar que nunca le pase el mensaje a mi hermano, quería pescarlo y ver bien como era la situación en ese lugar, mi responsabilidad como hermano mayor era ver que no le estuviese pasando nada malo y estaba dispuesto a averiguarlo.
EL sábado por fin llegó y los dos salimos temprano de casa con rumbo al hotel donde estaban hospedados. Llegamos a recepción y mandamos a llamar a mi hermano por que no nos dejaban subir sin su permiso. Kouji se demoró en bajar por lo menos una media hora pero yo lo vi algo nervioso y sudoroso.
“Es por que estaba haciendo ejercicio y luego baje corriendo” – mentira me dije, esa no es la verdad.
“Espero no te hayamos cogido en mal momento”
“No te preocupes mamá, aunque el cuarto esta un poco lleno de polvo” – los tres subimos por las escaleras hasta llegar a donde vivía ahora. Al abrir la puerta me di con un cuarto bastante pequeño que era la sala y una kitcheneta aparte del baño y dos dormitorios contiguos. – “Quieren algo para tomar? Ahora solo tengo jugo papá viene más tarde para hacer las compras”
“Y que planeabas comer hoy? No hay nada en la cocina? Estas seguro?” – mamá se preocupo más de lo que yo sospechaba y no es que menos preciara la situación por que de verdad era preocupante.
“No! Lo que pasa es que planeaba ir hoy donde ustedes por eso papá no hizo las compras ayer! Si hubiera sabido que venían hubiera preparado mejor las cosas!”
“No le avisaste a tu hermano que vendríamos a verlo hoy? Pensé que le habías dicho”
“Uy! Me olvide de comentarle! Es que estaba concentrado en algo ayer!” – los dos nos miramos como nunca lo habíamos hecho antes, los dos sabíamos que no decíamos la verdad pero ninguno le iba a decir eso a mamá para no preocuparla más.
“Esta bien, no te preocupes. Que les parece si salimos de aquí y nos vamos a comer algo a la calle? Les provoca carne asada?” – salimos del hotel para almorzar algo a unas cuadras del hotel. La comida estuvo deliciosa y estuvimos muy bien hasta que mamá se fue al baño un rato.
“Por que no me avisaste que venían hoy?”
“Me olvide!”
“No te creo!”
“Yo tampoco te creo que papá vaya a comprar hoy algo para la refrigeradora, tampoco te creo que te olvidas tus almuerzos en casa” – se quedo callado
“Te das cuenta? Ya no confiamos en nosotros. Nos vamos a distanciar más con el tiempo? Yo no quiero eso!” – tenía razón… me sentía como una basura ahora. Yo que era el más interesado en que nuestra relación de hermanos siguiera como siempre había causado este pleito, si seguíamos así íbamos a estar igual de separados que papá y mamá después del divorcio.
“hagamos una promesa… Prometamos que nos creeremos todo de ahora en adelante y que no sacaremos conclusiones adelantadas salvo que cada uno hable acerca de algún tipo de problema. Prometido?” – Sin dudarlo Kouji puso su mano encima de la mía y sellamos el compromiso. Era un trato!
“Que hacen chicos?”
“Nada mamá, es solo que hemos prometido que no nos volveremos a olvidar de decirnos las cosas por más problemas que tengamos en la cabeza!” – me apresure a contestarle y con eso ella se quedo más tranquila.
Por mi parte yo cumplí con mi promesa y no me volví a meter en ese tipo de problemas ni a cuestionarle nada por más que me moría de ganas. No volvimos a visitar después de ese día el cuarto del hotel por que papá y Kouji se volvieron a mudar. Pensé que alfil tendrían un buen lugar donde mi hermano se sentiría más cómodo pero me equivoqué. Papá tuvo la genial idea de llevarse a mi hermano a la casa de esa mujer… según él para ahorrar plata y comprarse de una vez un lugar fijo. A partir de aquí las cosas no volvieron a ser como eran antes…
TBC…