Secrets

 

Capítulo 8: Tears

Después de mi primer fin de semana en este internado ya me quería morir pero no quería hacerlo sin antes sacar mi cuerpo de este lugar. Me moría por ver a mi hermano y a mi mamá, eso era lo primero que quería hacer si volvía a ver la luz de la calle. Al principio supuse que después de la primera semana me acostumbraría un poco y ya no me sería tan duro pero era difícil aceptar las normas de este lugar. Por otro momento pensé si no puedes con el enemigo únete a él pero poner eso en práctica sería como seguirles la corriente y hacer lo que ellos hacían pero ese tampoco era el punto además que no quería tratar mal a nadie… excepto a Fuji.

El si me las tenía que pagar de algún modo pero hacerlo que pague sería meter de nuevo en problemas con la única diferencia que esta vez si sería mi culpa. Si me metía en problemas y me castigaban, cosa que a la larga iban a lograr, no podría recibir visitas el sábado y esta vez no podía arriesgarme volver a perder la oportunidad de ver a Kouichi que vino a verme… eran dos cosas importantes pero no sabía por cual decidirme…

Mi semana fue en relativa forma normal. Las clases eran pesadas, aburridas, difíciles (en especial las que involucraban un idioma diferente al mío), agotadoras (las que eran deportes), y sufridas (casi todas). Sufridas más que nada por que yo sufría haciendo grupo con alguien por que nadie quería hacer grupo conmigo. Los profesores tenían que obligarlos a ello y cuando me emparejaban con alguien yo terminaba haciendo solo el trabajo por que mi pareja siempre se dedicaba a hacer nada. Tampoco era muy bonito caminar por entre las carpetas y caer de cara por que alguien te metió una zancadilla o que te tiren avioncitos de papel, borradores, lápices. Pero lo que más cólera me daba era hacer mis trabajos en la noche y que desaparecieran al día siguiente justo antes de entregarlos. A ellos no les dolía el castigo pero a mí sí… maneras de castigo educativo muy primitivo de la época de mi abuela seguro pero aprendí algo…. Cuando acababa los trabajos los escondía para que no me los escondieran a mí… esto aparentemente resultó por un tiempo… hasta que encontraron mi escondite.

Otra cosa horrible del lugar era no tener un lugar tranquilo para hacer los trabajos. Cuando tenía suerte me iba a la enfermería para hacerlos, ahí Tomoko por lo menos era presencia y evitaba que alguien me fastidiara pero eso era solo cuando tenía suerte. Por lo general me encerraba en algún armario del colegio para hacer la tarea pero era incómodo y había poca luz, al final salía medio ciego de ahí y regresaba a mi dormitorio chocándome con todo lo que hallaba a mi paso. Si seguía así necesitaría unos lentes gruesos para vivir en la civilización.

Bueno ese fue el resumen de mi semana, me porte lo mejor que pude para que no tuvieran motivos para castigarme y así poder ver a mi hermano, estaba seguro que vendría a verme como la semana pasada que no pudo por que estaba castigado.

El sábado me levanté lo más temprano que pude a pesar que me había acostado tarde haciendo las tareas para poder dedicarle todo el día a él. Tenía que contarle todo para que llamara a mi papá y le dijera que me sacara de aquí. Tenía que pedirle que me trajera algo rico de comer por que la comida de aquí no tenía certificado de salubridad. Tenía que pedirle algún dulce o algo para entretenerme en las noches. Cualquier cosa! Tenía que pedirle que me contara algo gracioso para reírme un rato por que lo que de verdad quería era llorar… no podía creer la vida horrible que tenía en este momento y todo por la bruja de Yoshie… tenía que hablar con él, con nadie más… si no hablaba con él me volvería loco… si seguía así no podría terminar el mes… no vería la calle otra vez.

Desayune temprano con todos en el comedor, como siempre yo sentado en la esquina separado del resto como una paria. Me pase ese tiempo comiendo y mirando el reloj esperando la hora en la que abrirían la puerta para que todos los padres de familia vendrían a visitar a sus hijos. Por lo que había entendido el mecanismo de visita era esperar en la sala a que vinieran a buscarte pero también te dejaban salir al jardín siempre y cuando tus padres te llevaran ahí.

Me senté en un sofá de un cuerpo de la sala esperando que Kouichi o mi mamá entraran. Mis ojos no se separaban de la puerta de ingreso. Esperé una hora, sabía que Kouchi no podría llegar muy temprano por que vivía lejos de ese lugar, no demoraría mucho… verdad? Noté que mis manos sudaban y no podían estar quietas hasta que una voz me llamo…

-“Esperando a tu familia? Quienes van a venir a verte?” – Tomoko estaba vestida como para salir, a pasear seguramente, se veía bonita con su vestido pero no más que mamá cuando se arreglaba.

-“Se supone que vendrá mi hermano, vino la semana pasada pero como estaba castigado no lo pude ver” – le sonreí, ella también parecía estar feliz por mí, según ella no había nada mejor que recibir visitas de tus familiares y tenía toda la razón, ver a mi hermano me pondría feliz.

-“Bueno, no te fastidio más. Me voy pero regresaré mañana, voy a estar el fin de semana con mi familia también, hace tiempo que no veo a mi hermano”

-“Que te vaya bien! Dale mis saludos a tu mamá!” – la vi irse por la puerta y subir a su carro. Ver a mi hermano me ponía de muy buen humor y ella me caía bien.

La puerta para que entraran los papás se abría a las ocho de la mañana y estaba abierta hasta el mediodía. Los papas venían y algunos se llevaban a sus hijos a pasear o a la casa por el fin de semana. Otros solo se quedaban con ellos el tiempo que lo permitía el internado y otros simplemente no venían pero esos eran casos muy poco comunes dados por enfermedad de algún familiar o por que se los complico el día pero siempre los chicos eran avisados para que no esperasen en vano. Los que más venían era los padres de los chicos ricos aunque a veces no vinieran ellos sino sus choferes o algún contratado.

Ya eran las diez de la mañana y Kouichi aún no venía… le habría pasado algo? Se habría caído? Se habría quedado dormido? Tendría mucha tarea o algo más importante que hacer? Le habría caído una lata de comida, una piedra un ladrillos encima para que no viniera a verme? No, eso era imposible… no podía ser posible… era una broma de mal gusto pero… quizá estaba molesto conmigo por que vino la semana pasada y no lo pude ver… quizá el piensa que yo estoy molesto con él pero eso no es verdad… me muero por verlo… y eso que cualquiera se lo tomé de la manera más literal que quiera.

Me desesperaba ver al reloj avanzar cada vez más rápido y algunos papas empezando a despedirse de sus hijos, ver a los últimos chóferes venir a recoger a los hijos de sus patrones, ver cada vez menos gente en la sala de espera. No aguante más… salí de ese lugar a esperar a Kouichi en la reja de la puerta de entrada… tendría que pasar por ahí primero verdad? Pero mi espera fue en vano por que nunca apareció. Me quede sentado en la reja mirando a la calle… me había portado bien por gusto, de nada sirvió ser bueno durante toda la semana. Cuando estuve demasiado cansado como para seguir esperándolo más entré. No quise almorzar… me fui a mi cuarto, por suerte Fuji no estaba ahí como para molestarme o hacer sufrir ya que con el solo hecho de no ver a Kouichi estaba al borde de las lágrimas.

No tenía ganas de hacer nada; solo enterré mi cara en la almohada y ahí me quede sin moverme ni siquiera un centímetro. Para mi duro un rato pero para cuando volví a levantar mi cara de donde la había dejado todo estaba oscuro. FUji tampoco estaba por que tanto él como su familia se habían ido de campamento, lo sabía por que me lo había comentado toda la semana tratando de darme celos y la verdad recién ahora los estaba teniendo.

Tenía tanta rabia adentro que no tenía manera como sacármela de encima… hasta que vi la raqueta de tenis… empecé a agarrar todo lo que encontraba del cuarto a raquetasos… puertas, librero, camas, escritorios, cómodas, veladores, lámparas. Saqué la ropa de los cajones, comencé a destrozar la habitación. No se salvaron ni los espejos… mis libros salieron volando por la ventana rompiendo la ventana… no sabía que más hacer… hasta que oí pasos en el corredor… había hecho mucho escándalo. La puerta se abrió de par en par. Comenzaron a buscarme pero me había escondido bien y espere el mejor momento para salir del cuarto corriendo. Mis piernas me llevaron hasta las escaleras pero había gente que subía por ellas lo único que me quedaba era subir un poco más… hasta el techo.

Al destrozar la habitación no había reparado en que las cosas terminarían así. No tenía salida y saltar tampoco era la opción aunque ganas no me faltaban. Me quede en una esquina del edificio mirando al piso hasta que me atraparon.

-“Buena la has hecho esta vez niño… de esta ni tus padres te salvan…” – mi papá no me iba a salvar por que no estaba en el país, mi mamá tampoco por que no sabía que estaba aquí, a mi hermano tampoco por que no había venido a verme, y a Yoshie… a ella nunca le importe aunque cuando se enterara que destrocé el cuarto lo podría verde de la cólera y moriría por la cuenta que tendría que pagarle a su primo… quizá debí destrozar un poco más la habitación…

Me hicieron pasar esa noche en una especie de cárcel que se llamaba cuarto de detención a esperar a que el director y su familia vinieran mañana para ver que harían conmigo, algo me decía que el director Matsumoto no estaría muy contento al enterarse que yo era el motivo por el que había tenido que regresar de su día de campo. Otro que tampoco estaría contento sería Fuji por que destrocé nuestro cuarto, sus cosas y mis cosas. El cuarto de detención era bastante frío y no tenía nada destrozable más que papeles y lápices. Me sobé los ojos y comencé a buscar que más podía encontrar ahí. Goma, tijeras, papel, más papel, clips, grapas, artefactos de oficina, perforador… tizas… se me ocurría algo… que era una raya más al tigre?

No dormí esa noche redecorando el lugar. Haciendo dibujos, avioncitos de papel colgados en todo el salón, papeles pegados en las paredes formando dibujos de casas que simulaban un calle, cadenetas de clips y una lluvia con los circulitos de papel perforado ensuciaban todo el lugar. Había tenido tiempo suficiente para hacer papel maché y construir la cara de yoshie con él. Con plumones le pinté la cara como el demonio que era… jamás había pensado en ser artista, nunca había creído tener talento para esto… era divertido ensuciarme las manos pero más divertido fue ver a Yoshie y a Matsumoto verdes de la histeria parados en el marco del salón. El castigo ya no me importaba, total nadie vendría a visitarme, moriría en este lugar sin volver a respirar libertad.

-“Me puedes decir en que demonios estabas pensando!” – la segunda reacción de Yoshie fue correr a mi lado y clavarme sus gigantescas uñas acrílicas en el antebrazo mientras me hamaqueaba tratando de ponerme de pie.

-“Auch! Eso duele!”

-“Te va a doler más, te lo prometo!”

-“Ya, tranquilízate Yoshie, se nota que este chico merece un buen castigo…”

-“Como puedes estar tan tranquilo con este pequeño demonio acá! Se nota que tus castigos ejemplares no están funcionando con su cabeza dura. No que podían con todos los casos de desobediencia y rebeldía?” – estaba bien alterada y furiosa… nunca pensé que la pondría poner así, lo que no me gustaba es que no se desprendía de mi brazo, creo que quería sacármelo de un jalón. – “Esta bien… dime que planeas? Por que ya se que este mocoso me va a salir caro”

-“Bueno primero que nada tiene que reparar lo que ha destrozado pero como la mayoría es irreparable entonces tendrá que limpiar esto por que no podemos permitir que quede así, es horrible!” – limpiar mi desorden me iba a tomar todo el día..

-“No quiero limpiar esto!” - no lo quería limpiar no por que fuera mucho trabajo sino por que me gustaba lo que había hecho… había sido una noche muy productiva.

-“Vas a limpiarlo mocoso! No veo la hora para que venga tu papá… con esto lo voy a convencer de mandarte a algún reformatorio en europa… lejos de mí!”

-“Que te hace pensar que me va a mandar a europa? Cuando se enteré que me trajiste acá a ti te va a mandar a la calle… por buja!” – ahora tenía sus uñas traspasando mi carne, hervía en rabia.

-“Para que sepas enano, esto que has hecho es vandalismo y si lo hiciste una vez puedes volverlo a hacer en cualquier parte incluyendo mi cuarto. Imagínate un montaje fotográfico tuyo haciendo esto pero en mi cuarto… ahora sonríe a la cámara de la esquina…” – voltee y efectivamente había una cámara en la esquina… si hacía lo que decía estaba frito. La mano de Matsumoto me giró hacia él

-“Sería bueno que empezaras a limpiar esto, aún no entiendo por que destrozaste todo. Que te llevo a hacerlo?”

-“A usted no le importa! Lo hice por que me dio la gana! Además tampoco me da la gana de limpiar todo esto, si lo quieren limpio entonces háganlo ustedes!”

Salí del salón que lo habían dejado abierto y me fui caminando sin un rumbo fijo. A estas alturas poco me importaban sus amenazas. Que de diferente tendría esta cárcel con uan en europa? Si iban a hacerlo mismo me daba igual entonces. Mis piernas me llevaron hasta mi cuarto que seguía destrozado. Los chicos me veían pasar y se alejaban de mi. Eso no me extrañaba mucho pero la diferencia con esta vez era que las anteriores no se me acercaban por que no les daba la gana ahora no lo hacían por que me tenían miedo. Los más valientes me gritaban loco y los ricos simplemente se iban corriendo sin siquiera aparentar algo de valor como por lo general lo hacían.

Cuando entré a mi cuarto sucedió algo parecido. Fuji ya no era el mismo bravucon de siempre, al parecer mi manera de destruir sus cosas y las mías lo había intimidado. Yo por otra parte preferí no mirarlo y solo me eché en mi cama a la que solo había llegado a destender. Me daba el frío que entraba por la ventana rota pero me tape hasta la nariz para no sentirlo. Recién venía el sueño a mí, por fin tenía ganas de dormir… mis ojos se cerraron… me sentía ligero, lo suficiente como para volar con una ráfaga de viento… estaba comenzando a soñar con algo bueno al parecer cuando las uñas acrílicas vinieron a visitarme una vez más.

Me hubiera gustado recibir la visita de mi hermano, de mi mamá y hasta de mi papá pero de ella no. Me jaló de la cola y me arrastró fuera de la cama. Sabía que Yoshie practicaba deportes pero no sabía que había sido fisicoculturista o levantadora de pesas… tenía mucha fuerza para su cuerpo que parecía ser frágil.

-“Ven acá pequeño mocoso, ven o vas a ver de lo que soy capaz!” – me empujaba hacia fuera de mi dormitorio con todos los chicos mirando el espectáculo desde sus puertas. Traté de resistirme y me agarré de uno de los marcos para evitarla. – “Tú te lo buscaste!” – sentí como que había dejado de cogerme y por la fuerza de resistencia que hacía al agarrarme del marco de una puerta me vine a estrellar con eso. Me sentí unos gramos menos pesado y la extraña sensación de un pequeño vacío en mí. Automáticamente mis manos se fueron a mi cabeza y mis ojos a verla.

Ella también había caído unos metros más allá pero ella tenía un mechon de mi cabello… un mechon bastante largo de mi cabello. Corrí a mi cuarto a buscar un pedazo lo suficientemente grande de espejo para mirarme y ver que tanto había sido le daño… Mi cabello antes me llegaba terminando a la cintura pero ahora gracias a la bruja y su envidia por mi cabello me llegaba hasta debajo del omoplato. Me había cortado como quince centímetros. Mi cabello seguía siendo largo pero ya no tanto como antes… corrí hacia el pasadizo y no me aguante más…

-“BRUJA! POR QUE NO TE MUERES DE UNA VEZ Y ME DEJAS EN PAZ!” – tenía ganas de tirarme encima de ella y pegarle pero no podía hacer eso simplemente por que era mujer y por que Fuji me cogía de la cintura.

Entre Fuji y dos chicos más me llevaron cargado hasta abajo por dirección de Yoshie. Trataba de morderlos o patearlos para que me dejaran pero más es lo que conseguí golpearme yo que otra cosa. Cuando Matsumoto me vio pensó que estaba loco y que lo que necesitaba era estar solo un rato para poder recapacitar sobre mis actos. Me encerraron en un armario de la dirección hasta que me tranquilizara. Me dolían las tripas por que quería comer pero después de unas horas ya no tenía hambre y comencé a pedir para que me sacaran de ahí. Ya más tranquilo me sentaron en una silleta para discutir sobre mi comportamiento.

-“Haber señor Minamoto… tratemos de razonar. Usted ha destrozado dos cuarto en dos lugares diferentes y aún así se niega a limpiar. Monta este tipo de espectáculos frente a sus compañeros dándoles un muy mal ejemplo, se niega a cooperar y encima se comporta de manera grosera con una dama. Que le pasa?”

-“Primero quiero dejar en claro que ella no es una dama, es una bruja”

-“Esta siendo grosero una vez más. Compórtese bien para que como usted reclama ‘lo dejemos en paz’” – nada de lo que el dijera ahora me haría cambiar de parecer así como nada volvería a pegarme el cabello para tenerlo así como estaba antes de venir a este lugar. – “Volviendo a lo nuestro si usted no quiere limpiar entonces no lo haga. Tendrá u castigo diferente. Que le parece dos días en el cuarto oscuro de la vez pasada? Al parecer lo paso bien ahí la otra vez”

-“No me parece. Prefiero regresar a mi casa para ver a mi mamá y a mi hermano”

-“Eso esta totalmente fuera de discusión así que tendré que decidir por usted. Entrará ahora al cuarto y lo sacare el día martes por la noche” – si claro… si es que se acuerda de mí. Una vez más termine en ese cuarto. A favor tenía que no iba a ir a clases durante esos días y no soportaría a la gente especulando a mis espaldas, tampoco tendría que hacer la tareas, ni tender mi cama ni ver a nadie, estaría tranquilo. En contra tendría que estaría demasiado tranquilo, las ratas no eran buenas amigas aunque si tenía suerte no me las ponían… eso creo que lo usaban como complemento y así fue.

No tenía a nadie que me hiciera compañía, no hablaba con nadie. Me pase dos día conversando conmigo internamente. Preguntándome por que no había podido ver a mi hermano el fin de semana… después de todo destrocé mi cuarto de cólera por eso… No había nada peor que exprimir mi cerebro para evitar pensar lo peor… y si le había pasado algo…. Y si estaba enojado conmigo… y si todo había sido un truco de Fuji… y si de verdad Kouichi nunca supo que estaba aquí… y si papá se olvida de mí y nunca vuelve a recogerme… algún día se acordaría alguien de mi?

El lunes me trajeron mi tres comidas pero las tres las devolví, no quería comer nada… ME la pasaba todo el día sentado en ese mismo rincón de la prisión sin hacer nada más que pensar… que más podría hacer? No tenía nada para destrozar o hacer arte. A veces se me ocurría jugar con la comida pero tampoco era algo muy didáctico como para emplear. Todo estaba muy oscuro de noche y caliente de día por que las paredes absorbían todo el calor. A veces me paraba para estirarme un poco. Solo me provocaba tomar agua y de vez en cuando pedir para ir al baño… quizá por eso prefería no comer. EN la noche hacía frío y ni siquiera tenía mi cabellos lo suficientemente largo como para que me diera algo de calor.

Cuando el martes llego pude salir de ahí. No tenía ganas de hablar con nadie, solo me fui a mi cuarto que ahora solo tenía mis cosas. Al parecer Fuji se había cambiado de habitación para evitar que se la destrozara otra vez en algún ataque de locura mío. Me quedé echado en mi cama mirando al techo pero ya conocía todos esos puntos, ya me sabía de memoria que figuras había en él.

No fui a las clases del miércoles simplemente por que no me dio la gana de ir a ellas. No fui a comer, no hice nada… solo me tire a morir. Los profesores venían hasta mi cuarto para llevarme a clases pero no les hacía caso… solo los escuchaba zumbar en mis oídos. Por ahí alguno que otro se animaba a decir que estaba en busca de mi autodestrucción y que si seguía así me iba a morir. La única visita buena que recibí fue la de Tomoko que vino a ver como estaba de salud el día viernes… al parecer recién se había enterado de mi caso.

Se había preocupado por mi cuando no fui a verla el día lunes para hacer mis tareas. Por ahí un chico del edificio le había contado el escándalo que arme desde el sábado y el viernes que se entero fue a verme con su maletín incluido. Su primera reacción al verme fue susto por que estaba demasiado flaco y era por que me rehusaba a comer. Ella misma intentó darme de comer pero mi estómago ya no resistía la comida.

-“Por que estas así? Que tienes? Te sientes mal?” –me quede callado… se me hacía un nudo en la garganta pensar en eso – “Yo te deje muy bien y feliz el sábado. Que sucedió?” – no pude más y exploté. La abracé y me puse a llorar en su hombro mientras ella me daba palmaditas en la espalda… recién se dio cuenta de mi corte de cabello – “Cuéntame que paso? De repente yo puedo hacer algo…”

-“No puedes… Mi hermano no vino a verme, nadie vino. Mañana va a ser sábado otra vez y nadie vendrá… nadie se acuerda de mí”

-“No quieres que llamé a tu mamá para que venga a verte? A tu papá? A tu hermano?” – recién caí en la cuenta que nunca le había contado nada de mi vida a ella, pero quizá podía hacer algo…

-“Mi papá esta de viaje y mi madrastra me metió aquí sin decirle nada. Nadie sabe que estoy aquí. Pensé que mi hermano sabría pero no vino… eso quiere decir que no sabe nada. Mi mamá tampoco debe saber nada… estoy solo” – sin querer la hice llorar pero más que consuelo no me podía dar aunque tener un hombro donde llorar era bueno, se lo agradecía mucho.

-“Pero puedo llamar a tu mamá para que venga a verte…”

-“me temo que no puede señorita. El señor Minamoto tiene prohibidas las visitas desde que entro a esta institución. También tiene prohibidas las llamadas y todo contacto con la calle hasta dentro de una semana más. A propósito… su contrato termina mañana verdad? Puede venir conmigo ahora para recibir su cheque e irse… puede irse maña también si gusta pero solo hasta mañana entendido?”

-“Te vas a ir? Ya no te voy a ver?” – por que me quitaban todo? Tomoko se levanto y siguió al director que inoportunamente había llegado a interrumpir nuestra conversación. Ahora lo podía recordar bien… ella me había dicho hacía tiempo que había encontrado un trabajo mejor y que se iría pronto… nunca había pensado que ‘pronto’ podría llegar tan rápido.

No tenía fuerzas ni para pararme e ir a abrazarla y decirle que no se fuera y que no me abandonara acá pero eso ya era demasiado melodramático, no lo podía hacer. Me quede mirando a la ventana como el sol pasaba de este al oeste describiendo una sombra curva que se proyectaba de pared a pared.

El sábado llego otra vez y con esto cumplía mis tres semanas en este lugar… viviría para la próxima? Me martirizaba viendo por la ventana una vez más a todos los padres que venían a ver a sus hijos… esto no podía pasarme a mí. Me volví a tirar a mi cama. Hoy me dieron ganas de bañarme así que agarré mi toalla y me fui a las duchas. Mis polos me quedaban grandes y con las justas tenía fuerza para abrir la ducha. Extrañaba mi cabello largo. Me peine en cola el cabello y me puse mi bandana en la cabeza. Por lo menos podría caminar un poco por el pasillo hasta que me animara a bajar por las escaleras. Cuando regresé a mi cuarto vi a Tomoko sentada esperándome.

-“Ya te vas a ir?”

-“Si, solo me podía quedar hasta hoy y me quería despedir de ti. Pero me voy más tarde todavía. No quieres ir a comer conmigo? Tengo macarrones en una olla en mi casa… no me digas que no por que sé que te encantan los macarrones” – la verdad no me gustaban mucho pero acepté su invitación… no sabía cuando la podía volver a ver.

Bajamos las escaleras lentamente y nos fuimos caminando hasta su casita al final del terreno del colegio… quien ocuparía esa casita el lunes? Sería alguien como ella? O como Yoshie? Que miedo me daba solo de pensarlo… Por momentos sentía que Tomoko me miraba demasiado como esperando ver en mi cara algún tipo de reacción pero de repente me estaba imaginando las cosas. Ella abrió la puerta de su casita y entramos. En la entrada ya estaban sus maletas armadas y algunas cosas en cajas selladas.

-“Es muy triste ver tus cosas en cajas… Sabes quien viene en tu lugar?”

-“No, no sé. Pero solo te queda una semana más acá… es más de repente sales antes” – no la entendí pero sabía que ella sabía algo que yo no, suavemente con su mano me empujaba hacia la salita que tenía mirada a la terraza por donde me había caído la primera vez. Entré y al principio pensé que me estaba alucinando.

-“Kouichi…”

TBC

 

Cap 0 // Cap1 // Cap 2 // Cap 3 // Cap 4 // Cap 5 // Cap 6 // Cap 7 // Cap9

Home // Author // Fanfiction // Links