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Gaceta/No.18
Editorial
Bienvenidos, en
esta ocasión encontramos un artículo muy interesante relacionado con el lenguaje de
signos, la diferencia entre el lenguaje de signos mexicano y el
americano una argumentación sobre el LSM como lenguaje unificado así
como algunas conclusiones sobre su gramática y su uso (fue hecho en el año 1992) esperamos que les sea de gran utilidad
y les ayude a debatir este tema con muchos que no lo consideran aún así.
Faurot, Karla, Dianne Dellinger, Andy Eatough, y Steve
Parkhurst
Lenguaje de signos mexicano: La identidad como lenguaje del sistema de signos
mexicano
http://www.sil.org/mexico/lenguajes-de-signos/G009e-Identidad-MFS.pdf [junio
1999, revisiones julio 2001]
También número 2000-002 de la serie SIL Electronic Survey Reports (http://www.sil.org/silesr/2000/2000-002/
).
© 1999 Instituto Lingüístico de Verano, A.C. Derechos reservados. Puede
reproducirse para fines no lucrativos siempre que no se altere en forma alguna.
Lenguaje de signos mexicano
La identidad como lenguaje del sistema de signos mexicano
Karla Faurot, Dianne Dellinger, Andy Eatough, Steve Parkhurst
Esta disertación1 enfoca la pregunta: ¿Es el
lenguaje de signos mexicano (LSM)2 distinto en sí,
con una identidad lingüística y sociolingüística propia? Hemos examinado el
lenguaje de signos mexicano desde estos tres ángulos diferentes: ¿Es el lenguaje
de signos mexicano diferente de otros lenguajes de signos, particularmente del
lenguaje de signos americano (American Sign Language, ASL)? ¿Es el LSM diferente
de la lengua nacional que se habla en la sociedad que rodea a la comunidad de
sordos?3 ¿Hay dialectos regionales del LSM que son
significativamente diferentes unos de los otros?
Sin embargo, desde que se escribió este artículo en 1992 , los nombres
“lenguaje de signos mexicano”, “lenguaje de señas mexicano” y “lengua de señas
mexicana” están comenzando a ser aceptados entre los sordos, especialmente en el
Distrito Federal. Por consiguiente, aunque hemos escogido llamarlo “lenguaje de
signos mexicano” en este artículo, también podríamos haber usado uno de los
otros nombres. Esta disertación solamente se ocupa de los lenguajes usados en
medios urbanos. Los otros lenguajes de señas de México, como el lenguaje de
signos Maya usado en Yucatán (Bob Johnson en comunicación personal), por ser
lenguajes separados, no serán mencionados.
1. El lenguaje de signos mexicano vs. el lenguaje de signos americano
Frecuentemente se nos pregunta si el lenguaje de signos americano es más o
menos igual al lenguaje de signos mexicano. Presentamos aquí lo que hemos
encontrado sobre este tema:
Existen dos razones por las que esta pregunta se menciona aquí. Primero,
muchos de los lenguajes de signos de América Latina son productos de los
esfuerzos misioneros de norteamericanos o de personal del Departamento de Sordos
del Cuerpo de Paz de los Estados Unidos. Aunque hay una influencia de los
misioneros en las señas mexicanas cerca de la frontera de México con los Estados
Unidos, la influencia en el interior de la República parece ser muy pequeña (con
la notable excepción del vocabulario religioso).
Según la información que tenemos no ha habido influencia del Departamento de
Sordos del Cuerpo de Paz en México.
La segunda razón por la que tratamos esta pregunta en este trabajo es que, de
acuerdo con la historia que circula entre los sordos4
ambos lenguajes (el LSM y el ASL) se derivan del antiguo lenguaje de signos
francés que fue traído a los Estados Unidos y a México con una diferencia de
aproximadamente 50 años: a los Estados Unidos en 1816 y a México alrededor de
1869. Sin embargo, al ser traídos los sistemas de Francia se fueron adaptando a
la situación existente en cada país. Los dos países ya tenían personas sordas
que usaban señas. Estas señas se incorporaron al nuevo lenguaje y se
complementaron ampliamente con el sistema francés. Parece ser que los
“fundadores” de los lenguajes tenían diferentes ideas de cómo se debía
establecer la estructura del nuevo lenguaje. El vocabulario del LSM parece estar
fuertemente influenciado por el español. Como veremos más adelante, hay un grado
muy elevado de inicialización española en el vocabulario del LSM.
(Inicialización es el uso en la seña de la configuración manual tomada del
alfabeto del lenguaje de signos que corresponde a la primera letra de la palabra
que se usa para explicar la seña en el lenguaje oral nacional.) Por el otro
lado, el ASL hace poco uso de la inicialización.
Este capítulo se divide en dos secciones: una comparación léxica y una prueba
de inteligibilidad (comprensión). Las dos demuestran que el lenguaje de signos
mexicano es bastante distinto del lenguaje de signos americano.
1.1. Comparación léxica
La información en esta sección viene mayormente de una comparación léxica de
100 señas basadas en una lista de palabras comunes como las que se encuentran en
un estudio anterior del LSM hecho por Bickford (1991). Los números y las
palabras deletreadas con el alfabeto manual fueron excluidas de esta lista (ocho
palabras) siendo que aumentaban la dificultad para evaluar los resultados con
exactitud en varias áreas. Se reemplazaron con palabras de categoría semántica y
gramatical similares, o se añadieron palabras a las categorías semánticas que ya
estaban en la lista. Las señas del LSM fueron examinadas a fondo con personas
sordas que usan LSM como su idioma principal para que todas las variaciones
conocidas de un vocablo específico o de una idea fueran tomadas en
consideración. Expertos usuarios del ASL revisaron la información del ASL.
Señas de las dos lenguas fueron comparadas y clasificadas de acuerdo a su
similitud. Las señas que tenían una variación de la seña idéntica a una de las
variaciones en el otro lenguaje fueron clasificadas 10 (totalmente idénticas).
Las que eran similares, se clasificaron 5. Esto incluyó pares como “frío”, que
varía sólo en la forma como se coloca la mano; el movimiento y la posición son
idénticos. Señas que tenían más de una diferencia mayor fueron clasificadas 0.
Aunque este tipo de análisis deja mucho que desear, da una idea útil de la
similitud léxica. De 100 palabras, 16 fueron idénticas y 13 fueron parecidas.
Esto resulta en 23% de similitud léxica. En un estudio similar hecho por Smith-Stark
(1986) se usó una adaptación de la lista Swadesh de 100 palabras y se
encontraron resultados parecidos.
Se encontró también que una seña en un lenguaje frecuentemente significa algo
diferente en el otro.
De la lista de 100, contamos las señas que tienen un significado al ser
expresadas en el ASL, y otro diferente en el LSM. Estas falsas afinidades
llegaron al 17%. Algunas son semánticamente similares, lo que puede causar
confusión.
LSM |
ASL |
SABER
NO SABER
PERDÓN |
DON’T KNOW ‘no saber’
FORGET
‘olvidar’
WRONG ‘equivocado’ |
Algunas de estas falsas afinidades son extremadamente diferentes, y
posiblemente ofensivas, como se ve en algunos de los siguientes ejemplos:
LSM
|
ASL |
AGUA
AMIGO
INGLÉS
NIÑO |
QUESTION ‘pregunta’
ENGLISH ‘inglés’
LESBIAN ‘lesbia’
HOMOSEXUAL ‘homosexual’ |
Parece haber actitudes diferentes en cuanto a la inicialización. Se encontró
que en el ASL sólo 12% de las 100 señas se inicializan, mientras que en el LSM
37%. En los Estados Unidos la inicialización de señas se clasifica
frecuentemente como señas de oyentes. Ésta es la técnica común usada en las
escuelas para ayudar a enseñar a los niños a hablar y deletrear el inglés. Los
sistemas que hacen más uso de la inicialización en los Estados Unidos son los
varios sistemas de señas basados en un estricto apego a la gramática del inglés,
es decir, el inglés de señas exactas, como el Signing Exact English
‘inglés de señas exactas’, Seeing Essential English ‘inglés esencial de
vista’, y otros. El vocabulario del LSM, sin embargo, parece haberse
desarrollado con una gran influencia del español, y ha conservado el uso de la
inicialización hasta la fecha. En el LSM la inicialización no es vista ni como
una estrategia negativa ni como una característica de los que oyen y usan el
lenguaje de señas.
1.2. Prueba de inteligibilidad
También llevamos a cabo un examen corto de inteligibilidad con cuatro
norteamericanos sordos. Este método prueba el lenguaje en su propio ambiente, y
por consiguiente, toma en cuenta tanto las diferencias gramaticales como las
léxicas. Durante nuestra estancia en México nos dimos cuenta de que los
mexicanos sordos no podían entender nuestro lenguaje de señas americano ni
sordos norteamericanos entienden el lenguaje de signos mexicano basándose en su
conocimiento del lenguaje de signos americano.
La prueba de inteligibilidad fue diseñada para proporcionar información
empírica que confirme nuestra impresión de que el grado de entendimiento mutuo
es muy bajo.
Se mostraron dos videos con textos cortos, uno en el ASL y otro en el LSM, a
cuatro norteamericanos sordos que no habían tenido contacto con el LSM. Por cada
video se les hicieron 10 preguntas relacionadas con el texto del video
respectivo.
Los resultados de la prueba de inteligibilidad indicaron que el porcentaje
promedio de comprensión que ellos tuvieron del texto del LSM era de 14%. Sólo
dos de las diez preguntas fueron contestadas correctamente. Una de estas
preguntas se refería a una sección de la historia que tenía mucha mímica. La
respuesta a la segunda pregunta se basaba en una seña que tiene una afinidad
directa en los dos lenguajes.
Es interesante notar que otras preguntas que también dependían de afinidades
directas no se contestaron correctamente, porque estaban en un contexto de señas
no análogas.
1.3. Conclusión
Concluimos, basándonos en las comparaciones léxicas y una prueba de
inteligibilidad, que el LSM es extremadamente diferente del ASL. Son dos
lenguajes distintos, y los usuarios del LSM no pueden entender el ASL sin
aprenderlo, y vice versa.5 De nuestras experiencias
personales al tratar de usar el ASL en México y el LSM en los Estados Unidos,
encontramos que nuestros descubrimientos son muy consistentes (en ambos casos
las señas se recibieron con gran interés y aun con risa, pero sin ninguna
comprensión).
2. Lenguaje de signos mexicano vs. español
El LSM es muy diferente del español. No es necesario saber español para usar
el LSM; tampoco la habilidad de usar el LSM implica que se debe saber español.
Sin embargo, si les piden que expliquen su lenguaje, la mayoría de los mexicanos
sordos dirían que usan SEÑA ESPAÑOL ‘señas en español’.
Debemos aclarar que los lenguajes de señas no son versiones mímicas de los
lenguajes hablados. No hay una seña para cada palabra. En los lenguajes de
signos las “formas superficiales” de los elementos léxicos se trazan
directamente en términos de la vida real, y no en palabras orales. Es decir, las
señas del LSM no están relacionadas directamente con palabras del español;
tampoco las señas del lenguaje de signos americano se relacionan con palabras del
inglés; más bien cada seña tiene un significado independiente de la palabra que
se expresa en español o inglés.
2.1. Diferencias gramaticales
Hay algunas importantes diferencias entre el LSM y el español, por ejemplo:
1. La conjugación del verbo en LSM. En lugar de conjugar el verbo para
indicar tiempo, aspecto y modo, y la concordancia de persona y número, como en
español, los verbos del LSM no indican modo ni tiempo. Sin embargo, algunos
verbos sí pueden indicar aspecto y/o concordar con la persona y número del
sujeto y complemento, o con uno de los dos; o no concuerdan con ninguno.
2. Para indicar el posesivo en el LSM raramente se usa un signo para de.
En lugar de decir HIJO
DE JUAN, se dice JUAN HIJO, JUAN SU HIJO o HIJO JUAN.
3. Muchos de los verbos en español se subcategorizan para formar complementos
de frase preposicional; pero esto no sucede con los verbos correspondientes del
LSM.
4. En el LSM muy raramente se usan verbos que signifiquen ser o
estar.
5. Generalmente el orden verbo-sujeto no es aceptado gramaticalmente en el
LSM, aún cuando éste es un orden acostumbrado en español.
6. En el LSM los complementos pueden omitirse con libertad si se
sobreentienden por el contexto o si su identidad se aclara por la concordancia
verbal; en español se necesita un pronombre para reemplazar el complemento.
7. En las frases sustantivas del LSM, el número puede ir después del nombre.
En español, los números van antes del nombre.
8. El LSM usa un extenso sistema de clasificadores que se incorporan a
algunos verbos y se usan para expresar relaciones espaciales; esto no sucede en
el español.
9. Una seña puede mantenerse constante con una mano, mientras la otra mano
hace otras señas que se basan o van de acuerdo con esa primera seña. En español,
como en cualquier otro lenguaje oral, es imposible decir dos palabras al mismo
tiempo.
2.2. Bilingüismo y expresión oral
En México, el método modelo para la educación de niños sordos es oral. Son
pocas las escuelas para sordos que permiten o promueven el uso del lenguaje de
señas. La mayoría de ellas usa exclusivamente el método oral. Siendo que en
español la pronunciación y la ortografía están íntimamente ligadas, algunos
sordos pueden “coger la clave”; es decir, aprenden a pronunciar palabras, a leer
los labios, etc., y se ha logrado cierto éxito. Estas personas pueden o no
asociarse con la comunidad de sordos o aprender el lenguaje de signos; pueden
hablar, leer los labios, leer y escribir español tan bien, que el español viene
a ser su primera lengua.
Sin embargo, la gran mayoría de personas sordas en México tiene como primer
idioma el LSM. Para este grupo, el español es su segundo idioma, su idioma
extranjero. Generalmente no se expresan mucho en forma oral, tienen bastante
dificultad para leer español, y raramente leen para entretenerse.
Otros sordos están más escondidos. Nunca han ido a la escuela y no usan el
LSM. Su única forma de comunicación es lo que llaman “señas familiares”: varios
gestos inventados, no oficiales, que usan con su familia y posiblemente con
algunos amigos que los conocen bien.
Cuando personas que oyen interpretan para los sordos, frecuentemente usan el
orden de palabras del español. Los sordos mismos dicen que el español está
ORDENADO ‘en orden’ y el LSM está REVUELTO o CORTADO. Posiblemente esto sea una
indicación del bajo concepto que tienen del LSM.
Frecuentemente tienen dificultad para entender las señas que se atienen al
orden del español; no es raro ver que una persona que entiende bien el orden que
sigue el español traduce de nuevo para los que no lo entienden muy bien.
El término “el español de señas exactas” se refiere al método que usa las
señas del LSM con el orden de palabras en español y algunas señas para
representar la morfología del español. Hay un grupo de sufijos que el español de
señas exactas usa de manera similar al inglés de señas exactas. Estos símbolos
representan las terminaciones de palabras del español, como -dor y -ción
(para sustantivos); -oso y -al (para adjetivos); -ado, -ido
y -ando, -iendo (para verbos); -mente (para adverbios).
Algunos sustantivos que nombran personas se especifican como femeninos
por medio
de un morfema indicador del femenino que se hace después de la seña que
generalmente indica el masculino. Los intérpretes deletrean con los dedos los
artículos y los pronombres (el, la, los, las, le, les, me, te, mi, etc.,
con excepción de nos, nosotros y nuestro), y también se hace así
en las lecturas públicas o cuando se dirige un canto. En una conversación normal
entre adultos sordos estos artículos y pronombres se omiten completamente, o se
apunta hacia la persona o cosa a que se refiere uno; los morfemas que tienen
influencia del español se usan en muy pocas ocasiones.
Algunos de los problemas que observamos cuando una persona sorda interpreta
cantos o lee en señas para un grupo, parecen ser causados por los acentos. Puede
ser que lean ésta en lugar de está; pago, en lugar de
pagó. En otras ocasiones el problema es la confusión de dos palabras
parecidas; por ejemplo:
seguir en lugar de según, entonces por entona, etc.
Los significados de las señas substituidas no coincidían con el contexto de las
señas originales, pero nadie se preocupaba por ello. Este tipo de errores nos
hace pensar que la mayoría de los sordos tiene muy poco dominio del español.
Los sordos de México, tanto los que usan como los que no usan señas, con sus
diversas habilidades en el LSM y español, tienen una variedad de sistemas de
comunicación.
Ningún lenguaje |
Señas familiares |
LSM |
Señas exactas del español |
Español hablado |
Este diagrama muestra la extensión general de los sistemas usados por
personas en México que carecen del sentido del oído. Cada persona usa alguna
porción de esta extensión, pero diferentes personas usan diferentes porciones.
La mayoría de los sordos que saben LSM cambia de un sistema a otro, según el
tipo de persona a quien se están dirigiendo: ¿Qué tanto del sistema del LSM sabe
el interlocutor? ¿Necesita usar el orden de palabras del español?, etc. Sin
embargo, la mayoría sólo puede cambiar de un sistema a otro hasta cierto punto.
3. Dialectos de LSM
3.1. Distinciones geográficas
El LSM es un lenguaje unificado usado por la población de sordos en las
ciudades de México. México, D.F. es el eje central del lenguaje, le siguen
Guadalajara y Monterrey. También muchas otras ciudades tienen una considerable
población de sordos que usan el LSM. Hay cierto número de razones que nos llevan
a la conclusión de que el LSM es un lenguaje unificado.
Por lo menos ha habido dos estudios sobre el léxico del LSM (Bickford 1991 y
Smith-Stark 1986).
Ambos descubrieron un alto porcentaje de similitud en el léxico (80-90% o
más) de los varios ejemplos que estudiaron. Esto nos hace pensar que el LSM debe
ser considerado como un solo lenguaje.
Estos descubrimientos son similares a lo que encontramos en Guadalajara y el
D. F., donde vivimos por más de un año, haciendo visitas periódicas a Monterrey,
y conociendo sordos de varias otras ciudades de México, etc. La impresión
general que tenemos es que el LSM es un lenguaje con un pequeño porcentaje de
variación en el léxico.
Hablamos con amigos sordos y les preguntamos si sabían de lugares donde la
gente usaba señas diferentes. La mayoría de la gente nos dijo que podían
entender las señas de otras ciudades. En ocasiones nos mostraron variaciones de
ciertas señas que ellos sabían. Un hombre dijo que algunas veces era difícil
entender las señas rápidas que se pasaban entre dos personas de otra ciudad. Sin
embargo, la impresión general es que la comunicación es clara y fácil entre las
diferentes ciudades, y está basada en el sistema lingüístico común. Puede que
haya contribuido a la uniformización del LSM el continuo viajar de vendedores
sordos, vacacionistas, grupos de iglesias, clubes deportivos, etc. Las nuevas
señas se aprenden fácilmente y se propagan rápidamente.
Esto no quiere decir que el lenguaje sea completamente uniforme.6
Algunas veces las personas sordas nos decían que aunque ellas podían entender a
personas de otras ciudades, las “señas eran equivocadas”. Esto nos hace pensar
que hay un modelo o una variedad de señas que goza de prestigio. Sin embargo,
con mucha frecuencia los vimos adaptando sus propios signos a los que la otra
persona usaba y entendía.
3.2. Otras diferencias
Las diferencias geográficas no parecen ser tan importantes como otras
diferencias. Las mayores variaciones léxicas parecen ser el resultado de tres
factores: diferencias religiosas (para la terminología religiosa), distinciones
de edad, y niveles de educación.
La terminología religiosa varía de una iglesia a otra, (entre
denominaciones), y de una ciudad a otra.
Si hay dos variaciones de una seña, algunas veces los sordos rehúsan usar la
que más se asemeja a la correspondiente seña del ASL, porque se considera como
“influencia americana” si en la iglesia en que se usó esa seña hubo alguna vez
un misionero americano.
En algunas de las ciudades, pero particularmente en el D.F., oímos que los
sordos de más edad no usan las mismas señas que los jóvenes. Los adolescentes
parecen usar un “vocabulario callejero” propio, que las personas mayores no usan
ni conocen. Lo mismo sucede con algunos sordos que tienen más de 50 años y que
asistieron a una escuela para sordos que ya no está funcionando, en la que
aprendieron algunas señas que los jóvenes ya no usan.
El nivel de educación también influye en las señas de una persona. Los que
tienen más educación tienen más probabilidades de usar el español de señas
exactas o señas que tienen más influencia del español, y por lo tanto, tienen
menos posibilidades de ser entendidos por los que tienen menos educación.
A mediados de la década de los 80, y también a principios de la década de los
90, se dieron por televisión 5 minutos de noticias por señas especiales para
sordos. Algunos amigos sordos nos dijeron que las señas eran muy rápidas, que se
deletreaban con los dedos nombres y lugares con los que no estaban
familiarizados, y que también usaban un vocabulario técnico que la mayoría no
conocía. Todo esto lo hacía muy difícil de entender. La serie se descontinuó en
1992.7
4. Conclusión
El LSM es un lenguaje completo y distinto. Es distinto de otros
lenguajes de señas, tales como el ASL; y distinto del español, el lenguaje
nacional oral. Hay también una cantidad significativa de personas sordas que son
mayormente monolingües en LSM. Esto significa que el ASL y el español no son
adecuados para una completa comunicación entre la comunidad de sordos de México
en ninguna forma, sea por video, por escrito, o por contacto personal. Hay
algunas variaciones del LSM que son regionales, y otras entre las distintas
clases de religión, edad y nivel de educación. Estas variaciones necesitan ser
examinadas más detalladamente. Sin embargo, la mayor parte de la evidencia
apunta a un alto grado de similitud, no muy diferente de las variaciones
regionales encontradas en el inglés americano o el español mexicano.
5. Referencias
Bickford, J. Albert. 1991. Lexical variation in Mexican Sign
Language. Sign Language Studies 72:241–276.
Smith-Stark, Thomas C. 1986. La lengua manual mexicana.
Unpublished paper. Colegio de México.
1Esta versión de 1999 (en inglés y español) contiene algunas revisiones
menores de un artículo que escribimos y distribuimos informalmente (solamente en
inglés) en 1992. Aunque Karla Faurot de Hurst y su esposo han investigado más el
lenguaje de signos mexicano desde 1992, ahora pensamos que es más importante dar
la presente versión al publico en lugar de esperar la oportunidad de hacer
revisiones más grandes para incluir la información nueva. Nuestro especial
agradecimiento a Albert Bickford por su ayuda en la revisión de este trabajo y a
Doug Trick que actuó como consultante. También agradecemos a Bruce Hollenbach,
Terry Schram, y Eugene Casad sus variados y útiles comentarios.
2No existía un nombre modelo para este lenguaje cuando escribimos este
artículo en 1992. Las personas sordas en México se refieren a él simplemente
como SEÑA, pero hacen la diferencia entre el lenguaje de signos usado en México
y el lenguaje de signos usado en los Estados Unidos, refiriéndose a las señas
mexicanas como SEÑA ESPAÑOL ‘señas en español’.
3En la versión del inglés de este escrito, usamos el término “Deaf” ‘Sordo’
(en mayúsculas) para referirnos a aquellos que se identifican como miembros de
la cultura de los sordos para afirmar que los sordos forman una comunidad
lingüística con su propia cultura y lenguaje. El término “deaf” ‘sordo’ (en
minúsculas) se refiere a toda la gente incapacitada para oír, pero que puede o
no identificarse con la cultura de sordos. En esta versión en español, no lo
hacemos, porque el español no usa mayúsculas para los nombres de otros grupos
culturales como lo hace el inglés. También, preferimos usar el término “sordo”
en vez de “sordomudo”. Aunque todavía la población en general usa mucho la
palabra “sordomudo”, no es un término técnicamente correcto y es ofensivo para
algunos.
4Esta información la obtuvimos en entrevistas personales con
varios mexicanos sordos. Otros archivos históricos hacen especulaciones
similares. Algunos, sin embargo, suponen que las señas vinieron de España.
5Debe notarse que las personas que usan señas típicamente son
muy hábiles para comunicarse cara a cara. Si son de diferentes países y no
tienen un lenguaje en común, pueden comunicarse hasta cierto punto por medio de
mímica, gestos, dibujos, etc. Esto depende de la posibilidad de que las dos
personas puedan actuar recíprocamente y adaptarse la una a la otra. En
contraste, la prueba de inteligibilidad (arriba) demuestra que cuando se usa
sólo el lenguaje de señas mexicano, la inteligibilidad en los Estados Unidos es
muy baja.
6También hay una delegación del Distrito Federal llamada Iztapalapa en la que parece haber un porcentaje de sordos más elevado que lo
normal. Algunos sordos de allí usan una variedad de señas que otros sordos
califican de SEÑA IGNORANTE. También se usa este término para referirse a las
señas familiares. Estos sordos saben muy poquito español, puede que hayan
asistido a una escuela o no, y usan muchas señas que no son parte del
vocabulario del LSM, pero que parecen tener un porcentaje más alto de mímica. El
término SEÑA IGNORANTE es una indicación del bajo prestigio en que tienen al
grupo que usa esta clase de señas. En 1992, escribimos que esta variedad de
señas necesitaba de un estudio especial. Desde entonces, hemos aprendido que es
una mezcla de mímica, gestos, señas idiosincráticas, y algunas señas de LSM
(muchas veces usadas in manera no reglamentaria), con considerable variación de
una persona a otra y sólo con gramática rudimentaria. Aparentemente, no es
lenguaje distinto.
7 Empezó de nuevo en 1997 como un resumen de las noticias en dos
minutos.
Directora Editorial, Diseño y
Redacción Jacqueline Citlalli Palacios
Cárdenas Directora de la Escuela Nacional
"Fundación Sordomudos 2000" A.C. Ma. de
Jesús Sosa Juárez
Gaceta Lenguaje Visual.
Fecha de Publicación: 20 Julio 2006
Año 4 Numero 18 México D.F. Gaceta Trimestral Correo electrónico:
escuela_sordomudos@yahoo.com.mx
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