Selecciona
tu opción: Un ambiente pascual
|
||||||||||||||||||||||
A.-
Contexto inmediato (22, 1-13) Los
primeros versículos que marcan el preámbulo de la Pasión nos sitúan
en el contexto que nos ayudará a comprender muchos de los
acontecimientos narrados posteriormente en la Pasión. Lucas sitúa
primero el tiempo o el ambiente en el que se desarrollará este drama:
“Se acercaba la fiesta de los
Ázimos, llamada Pascua” (22,1); la importancia de esta precisión
recae en la interpretación que se hará de las acciones de Jesús
durante su Pasión. Después Lucas nos presenta a los verdaderos
adversarios del mensaje de Jesús: los sumos sacerdotes, los escribas
(22,2) y Satán (22,3), que entrará en Judas, uno de los Doce, para
hacerle traicionar a Jesús (22,4-5). Los
versículos del 7-13 nos señalan la preparación de la última cena.
En ellos encontramos algunos elementos de una cena pascual: el cordero
de Pascua (22,7), la sala preparada(22,11), dentro de la ciudad
(Jerusalén) (22,10), la frase explícita: “prepararon
la Pascua”(22,13). Más adelante profundizaré sobre el carácter
pascual de esta cena. Por otra parte, Lucas no sigue a Mateo y Marcos
en la narración de la unción en Betania (Mt 26, 6-13; Mc 14,3-9),
esto tal vez por que él ya había narrado otra unción muy parecida
con la pecadora pública perdonada (7,35-50). **** Se acercaba la fiesta de los Ázimos, llamada Pascua…
Llegó el día de los Ázimos, en el que se había
de sacrificar el cordero de Pascua. 22,1.7 Lucas
menciona la fiesta de la Pascua o de los Ázimos[1]
al inicio de su narración para situar el contexto en el que se
desarrollarán los próximos eventos. Siguiendo el esquema del viaje a
Jerusalén (9,31,51.53; 13,22.33; 17,11; 18,31; 19,28), Lucas ha
situado desde hace algunos días
a Jesús en la ciudad (19,47), durante los cuales se ha creado
una mayor tensión entre él y las autoridades (19,47-48; 20,19-20).
La fiesta de la Pascua sirvió perfectamente para comprender el
mensaje final y fundamental de Jesús; la cena de la Pascua permitirá
a Jesús hacer una reinterpretación y transmitir sus mensajes de
comunión y servicio[2]
a sus discípulos; también el tiempo de Pascua
dará pie a la liberación de Barrabás en lugar de Jesús (23,18)
haciendo más patente el rechazo de Jesús por parte de su pueblo y la
condenación del justo; y por último permitirá a los primeros
cristianos reconocer a Jesús como mediador de una Nueva Alianza (Heb
8, 15). Para
los judíos contemporáneos a Jesús, la celebración de la Pascua
significaba un memorial de la salvación experimentada por sus padres
en Egipto (Ex 12,3-14; Num 9, 1-14; Dt 16,1-8). Este carácter salvífico
lo podemos percibir bellamente descrito en algunos de los salmos de la
segunda parte del Hallel[3]
que se cantaba al final de la cena (salmos 114
ó 115 - 118)[4].
¿Cómo
a Yahveh podré pagar todo
el bien que me ha hecho? La
copa de salvación levantaré, e
invocaré el nombre de Yahveh. ¡Ah,
Yahveh, yo soy tu siervo, tu
siervo, el hijo de tu esclava, tú has soltado mis cadenas! (Sal 116, 12-13.16) “Mi
fuerza y mi cántico es Yahveh, él
ha sido para mí la salvación”
(Sal 118, 14) Pero
no se limitaba al recuerdo del pasado, sino que también esta
celebración se encontraba abierta a una nueva liberación escatológica
y mesiánica. Según J. Jeremías, “la explicación del significado
de los elementos especiales de la comida es parte integrante del rito
pascual. La costumbre, todavía vigente hoy, se había constituido a
partir de la exégesis de Ex 12,26; 13,8. Dicha explicación se
pronunciaba después de terminar el primer plato y de mezclar la
segunda de las cuatro copas que formaban parte del rito.”[5]
Lo importante aquí es que además de las
interpretaciones histórica y alegórica, se presentan en algunos
testimonios interpretaciones escatológicas que pretendían actualizar
el significado del cordero, los ázimos y las hierbas amargas[6].
En esta perspectiva se podrán situar posteriormente las palabras de
Jesús sobre el cordero y la copa de vino. Así
podemos comprender la importancia de situar los acontecimientos de la
Pasión en el ambiente pascual, pues es evidente que Jesús y
posteriormente la comunidad cristiana utilizan los elementos de la
pascua judía reinterpretándolos y dándoles un significado más
pleno a partir de la resurrección. Algunos descubren a Jesús como el
cordero pascual interpretando estos textos en un sentido ritualista,
sin embargo es más común interpretar que este ambiente pascual ayuda
a comprender la donación existencial y plena de Jesús en la comunión
y el servicio hacia sus discípulos. **** 2.-
La oposición de las autoridades religiosas Los
sumos sacerdotes y los escribas buscaban cómo hacerle desaparecer,
pues temían al pueblo. 22,2 La
adversidad de los sumos sacerdotes y escribas era ya un tema tratado
por Lucas en otras ocasiones (6,7.11; 11,53-54; 19,48; 20,19-20;
22,2). La predicación y la praxis de Jesús ponía en entredicho el
principio judío de la obligación de guardar el orden religioso.
Sobre todo su solidaridad con los impuros, con los publicanos y
pecadores era algo que la piedad oficial no podía tolerar, pues iba
contra la ley. Lucas recalcará la intención de las autoridades de
eliminar a Jesús e insistirá posteriormente en su culpabilidad en la
condena, mencionando tres veces la intención de Pilato de liberar a
Jesús (23,4-5.16.20.22.25); en esto guarda una similitud con Juan,
pues menciona tres veces también la declaración de inocencia por
parte de Pilato (Jn 18,31. 38; 19,4). Con esto Lucas deja claro quiénes
forman el primer grupo opositor de la llegada del Reino de Dios. Entonces
Satanás entró en Judas, llamado Iscariote, que era del número de
los doce. 22,3 Al
comenzar la narración de lo que será el centro del mensaje y de la
vida de Jesús, Lucas retoma este tema que había dejado pendiente. A
diferencia de los otros dos sinópticos, Lucas atribuye a Satanás la
traición de Judas (22,3). Juan también
menciona la acción de Satanás sobre Judas (Jn 13,2.27), tal
vez sería esto una muestra más de la similitud de ambos evangelistas
en algunos pasajes. En el momento culmen de la instauración del Reino
de Dios, Satanás, “el adversario”, no dejará de hacer su trabajo
hasta que Jesús lo venza en la cruz. Así, podemos ver que Lucas en
este pasaje deja entrever una clara alusión a 4,13, “el momento
oportuno” ha llegado;
esta intención quedará muy clara en labios de Jesús posteriormente
en 22,53. Esta traición de Judas hace llegar el rechazo del mensaje salvífico de Jesús a su culmen. No sólo ha sido rechazado por los de Nazaret (4,28-29) y por los líderes políticos y religiosos de su pueblo (11,53-54; 13,31; 19,47-48; 20,19), sino que ahora es rechazado por uno de los Doce, que lo entregará a los sumos sacerdote y escribas (22,3-5). Pbro.
Héctor M. Pérez
****
|
||||||||||||||||||||||