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F-
EL JUICIO POLÍTICO (23,
1-25) Lucas
nos narra el juicio político mostrándonos explícitamente las
acusaciones de tinte político por las que los sumos sacerdotes y
escribas lo entregaban, cosa que ningún otro evangelista contempla.
Pero al final del juicio vemos cómo ninguna de las tres acusaciones
fueron válidas para considerar a Jesús como culpable, dejando de esta
manera claro que el motivo de la condena de Jesús fue la presión
ejercida por los sumos sacerdotes, los escribas y la muchedumbre; y
dejándonos así con la imagen del justo que sufre. En
su narración incluye también un encuentro entre Jesús y Herodes
(23,8-12), información que Lucas pudo haber obtenido de Manahén,
“hermano de leche del tetrarca Herodes”(Hch 13,1).
Esta escena nos
muestra a Herodes como otro personaje del anti-reino; él desea ver a
Jesús por curiosidad (23,8.11), pero no le interesa su mensaje o la
conversión, y ante ésto Jesús calla, pues no le interesa hablar con
quien no esta dispuesto a escuchar.
Otra característica de esta perícopa sería la triple
insistencia de Pilato en la inocencia de Jesús (23,4.14.22).
Sobresale el genio de Lucas para dejar patente la culpabilidad de
las autoridades religiosas, en lugar de decir que Pilato lo sentenció a
la cruz, sólo narra que Pilato “lo
entregó a su voluntad”(23,25), haciendo recaer con esto la
responsabilidad en los sumos sacerdotes, los escribas y la muchedumbre. La
complicidad de los sumos sacerdotes, los escribas y la muchedumbre Una vez más nos encontramos con textos llenos de detalles en los que cada evangelista se sirve de ellos para transmitir su mensaje. Los cuatro evangelios tienen algunas cosas generales en común como: · la presentación de Jesús ante Pilato por parte de los ancianos y sumos sacerdotes (Mt 27,2; Mc 15,1; Lc 23,1; Jn 18,28); ·
la pregunta hecha a Jesús por parte de Pilato: “¿eres
tu el rey de los judíos?” (Mt
27,11; Mc 15,2; Lc 23,3; Jn 18,33); · la idea de Pilato de no encontrar en él culpa, o inclusive de quererle liberar (Mt 27,23.24; Mc ; Lc 23,4.14.22 y Jn 18,38; 19,4.6); · la elección del pueblo o de los sumos sacerdotes y ancianos de pedir liberar a Barrabás y no a Jesús (Mt 27,21.22.23; Mc 15,13.14; Lc 23,18.21.23; Jn 18,40; 19,6.15); ·
la condenación de Jesús a ser crucificado (Mt 27,26; Mc 15,15;
Lc 23,35; Jn 19,16) A
un lado de estas similitudes, encontramos en Lucas detalles fuertes que
nos dan pie a comentar su intención de mostrar la culpabilidad de los
escribas, los sumos sacerdotes y la muchedumbre. En primer lugar
descubrimos la sentencia expresa de Pilato acerca de la inocencia de
Jesús (Lc 23,4.14.22), en esto sólo concuerda con Juan; aparte de esto
encontramos otras tres veces el deseo de liberar a Jesús (Lc
23,16.20.22). Además de
las declaraciones de inocencia de Pilato tenemos la indiferencia de
Herodes. Si juntamos ambas, parecería que Lucas quiere recalcar que
Jesús no representaba ninguna amenaza para el estado Romano, y que si
fue condenado se debió a las presiones de los sumos sacerdotes, de los
ancianos y la muchedumbre. Así,
en todo este juicio Jesús es presentado como el justo que sufre y
muere. Lucas
se vale de las siguientes situaciones para manifestar la culpabilidad de
los escribas, los sumos sacerdotes y la muchedumbre: es el único
evangelio que marca las tres acusaciones políticas contra Jesús
(23,2), como si se quisieran asegurar que fuera condenado por el estado;
después ante Herodes estaban de nueva cuenta “los sumos sacerdotes y
los escribas acusándole con insistencia” (23,10);
posteriormente ante la declaración de la inocencia por parte de
Pilato, surge la muchedumbre pidiendo la libertad de Barrabás y la
crucifixión de Jesús (23,18.21.23). Es de notar aquí que la
muchedumbre no es alborotada por los sumos sacerdotes como en Mateo y
Marcos (Mt 27,20; Mc 15,11), sino que es la muchedumbre quien toma la
iniciativa para pedir la libertad de Barrabás y la condena de Jesús.
Al finalizar este drama Lucas recalca la culpabilidad de estos grupos
diciendo que Pilato “lo entregó a su voluntad” (23,25); es decir,
si Jesús fue crucificado no lo fue porque los romanos lo desearan, sino
porque los sumos sacerdotes, los escribas y la muchedumbre lo quería.
Este hecho será recalcado insistentemente por los apóstoles en Hechos
(Hch 2,23.36; 3,13; 4,10; 5,30). Este
elemento del rechazo de Jesús es un elemento anti-salvífico más en el
desarrollo de la Pasión. Así como ya se había mencionado al principio
de este trabajo sobre el papel tan importante de las autoridades
religiosas como el modelo del rechazo del mensaje de Jesús, ahora Lucas
agrega a este grupo toda la muchedumbre, intensificando con esto el
rechazo hacia Jesús de todos los que lo rodean. Pero en contraste con este elemento anti-salvífico que expresamente Lucas nos recalca, encontramos la figura salvífica, aunque implícitamente, del justo que sufre. Ninguna de las acusaciones sirvió para condenarlo, pues Pilato nunca lo encuentra culpable, pero aún así, Jesús fue condenado por la insistencia de la gente y la debilidad de los gobernantes. Pbro.
Héctor M. Pérez
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