Era un día templado y soleado, el día no parecía despertar la intranquilidad reinante en otros días de intensa magia.

- Timotí -dijo el conejo- ¿Por qué no jugamos un partido entre todos los del barrio?

- Es una buena idea, iremos al campo de aquí al lado.

- ¿Por qué no pones aquí un campo de fútbol con tu magia?

- Ya te dije que no haré más magia.

- Está  bien, entiendo que te de vergüenza el que se te caigan los pantalones.

- Ya te lo he dicho y punto.

Se fueron al campo de juego y se encontraron con unos niños que eran el mejor equipo del barrio, tenían envidia de Timotí y querían fastidiarle. Timotí les propuso echar un partido.

- Esta bien, pero solo sois dos -dijo un muchacho pecoso que parecía ser el capitán del equipo.

- No importa, os ganaremos.

- Ja, ja, ja -rieron todos los del equipo.

- Pues echaremos un partido de fútbol y así aprenderéis a no burlaros de nosotros.

Los dos equipos se colocaron en sus posiciones y podéis imaginaros la ventaja que tenían los del equipo del barrio frente a Timotí y el conejo solos.

- Sacad vosotros -dijo Timotí.

- ¡Ah, encima nos dais ventaja!

El capitán del equipo puso la pelota en juego.

- Curro, ya, ¡venga!, pásamela, que estoy aquí

Curro, que era el capitán del equipo, pasó la pelota a su compañero y rápidamente se colocaron delante de la portería defendida por el conejo "Magia", tiró a puerta y...

- ¡Gol, gol! ¡Ganamos uno a cero! -exclamó Curro.

- Sacaremos, Timotí -dijo el conejo- y esta vez lo haremos muy bien.

Pero un jugador del equipo contrario le quitó el balón nada más tocarlo.

- Me lo han quitado, "Magia" -dijo Timotí.

- Venga, corre, sálvala, no importa

- Quique, pásala de cabeza -dijo un jugador contrario.

- Ya voy, Luis, no es tan difícil. Te la paso enseguida, está chupado.

Así lo hicieron y...

- ¡Gol, gol! Ganamos dos a cero -dijo el portero del equipo del barrio.

- ¿Os rendís, cabezas de chorlitos? -preguntó el capitán Curro a Timotí y a su conejo "Magia"

- No -contestó Timotí- seguiremos hasta el final. Todavía estamos en la primera parte y vamos dos a cero nada más.

- Bueno, bueno, vosotros veréis...

Se colocaron de nuevo en sus posiciones y Quique propuso una jugada.

- Cuando saquen, Luis, te vas a por Timotí.

- Vale Quique, ¿tú me la pasarás luego?

- Claro, porque el conejo no podrá pasarle la pelota a Timotí e intentará regatear.

Luego te desmarcas y te paso el balón.

- ¡Que va, Timotí! -dijo el conejo.

- Ya voy compañero -contestó Timotí.

Pero Quique se adelantó y llegó al balón antes que Timotí.

- La cogí, Luis, ahora te la paso a chilena para que tires.

- ¡Gol, gol, goooool...! ¡Ganamos tres a cero! -gritó Luis dando saltos de alegría.

Repitieron la misma jugada una y otra vez y siempre conseguían meter gol. Timotí y su conejo "Magia" no conseguían pasar del centro del campo, y nueve a cero.

- ¿Queréis seguir? -dijo uno del equipo del barrio.

- ¡Pues claro! -respondió Timotí- seguiremos hasta el final.

Terminó la primera parte y cada equipo se reunió para comentar el partido.

- Bueno amigos, -dijo Curro a sus jugadores- ahora necesitamos meter más goles para que la diferencia sea mayor.

- ¿Más? -contestó Quique- ¿por qué no les dejamos que metan un gol para que disfruten un poco?

- Nada, nada. Tenemos que meterles otros noventa y nueve goles por lo menos.

- Pero...

- Ni peros, ni peras ¡Venga! ¡A salir al campo y a darles una buena paliza!

Todo esto lo decía Curro porque tenía mucha envidia de la magia que hacía Timotí.

Mientras, Timotí y "Magia" comentaban también el partido:

- Timotí, -dijo el conejo- creo que no tendrás más remedio que recurrir a la magia.

- Está bien, la utilizaré, porque si no, éstos nos van a dar una zurra de campeonato.

Salieron al campo muy animados ya que gracias a la magia de Timotí podrían resolver el partido favorablemente.El equipo contrario ya estaba colocado. Les tocaba sacar y tras una rápida jugada consiguieron otro gol.

- ¡Goooool! ¡Cien a cero! -dijo el capitán.

- ¡Vamos! Nos toca sacar, Timotí -dijo el conejo- hay que regatear muy rápido y utilizar un poco de magia porque si no...

- Bien, pero espera que me sujete bien los pantalones pues si no, se me caerán y aparte de no poder correr se reirán de nosotros.

Pusieron la pelota en juego, Timotí se sujetó bien los pantalones y salió corriendo a tal velocidad que se quedaron todos con la boca abierta. Llegó a la portería contraria y...

- ¡Gol, gol, gol! -gritó el conejo muy contento.

Y así una y otra vez repitieron la jugada.

- ¡Gol! ¡Cien a veintiséis!

Tras mas jugadas...

- ¡Vamos "Magia", pásala de cabeza!

- Ya voy Timotí, ¡ya!

- ¡Goool! ­Cien a noventa y nueve!

- Nos falta un gol para empatar -dijo Timotí- ¡Vamos, que el tiempo se acaba!

- ¡Gooool! ¡Cien a cien! Empate.

En ese momento se acabó el tiempo.

- Tendremos que echar a penaltis -dijo Curro un poco enfadado.

- Está bien -contestó Timotí-. Yo tiraré y cuando lo hagáis vosotros, mi conejo "Magia" se pondrá de portero ¿Vale?

- De acuerdo -respondió Curro.

El conejo "Magia" se puso de portero dispuesto a parar todos los penaltis que le lanzaran. Curro lanzó el primero y Timotí hizo que la pelota se desviase fuera. El segundo lo lanzó Quique y el conejo "Magia" lo paró dando un enorme salto. Luis era el encargado de tirar el tercero, Timotí hizo otra vez magia y el balón se fue para atrás en vez de hacia adelante.

Los jugadores no se explicaban lo que estaban viendo. El cuarto y el quinto penalti tampoco entraron en la portería defendida por "Magia".

- ¡Brrr! -refunfuñó Curro- ¡Qué difícil está esto! Vamos, ahora os toca a vosotros.

Primer penalty y... ¡Gol, para el equipo de Timotí ¡Gol! para Timotí en el segundo penalty ¡Gol! en el tercero, cuarto y quinto.

- Está bien, -dijo Curro- cinto penaltis que ha tirado Timotí, los cinco metidos. Cinco penaltis tirados por nosotros, los cinco fallados.

- Os hemos ganado -dijo Timotí.

- Nos habéis ganado pero nosotros nos hemos muerto de risa cuando metías los goles. A Timotí se le bajaron los pantalones en el primer gol. Ja, ja, ja, ¡Qué risa! ¡Ha estado jugando en calzoncillos!, ja, ja, ja.

Timotí se miró y vio que, en efecto, estaba sin pantalones. Seguramente dejó de sujetárselos al meter el primer gol y se le bajaron.

- Esta es la última vez que hago magia -dijo Timotí a su amigo el conejo-. Por nada del mundo, te lo aseguro, "Magia", volveré a hacerlo.

- Espero que no lo digas en serio -contestó el conejo- porque yo no me imagino verte sin los pantalones bajados. Ja, ja, ja.

- Vaya, ahora te ríes tú. Bueno, pues si estoy tan gracioso ¡tendré que ser payaso! Je, je, je.

Y los dos amigos se fueron a casa entre grandes carcajadas.

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INDICE DE CAPITULOS: I.Timotí  II. El dibujo  III.Falta algo  IV.Su primer acompañante  V.Primer espectáculo  VI.La familia  VII.La vendedora  VIII.Vuelta a la casa del Gran Mago  IX.Encuentro del conejo X.Buen negocio  XI.Vacaciones  XII.La bruja  XIII.El fantasma  XIV.Más casos  XV.El partido  XVI.Vampiros  XVII.La caja fuerte  XVIII.El enano  XIX.Buscando  XX.EL rey XXI.Dónde está Timotí  XXII.La cólera de Timotí  XXIII.Fiesta de chistes  XXIV.La despedida  


Una obra infantil no publicada y registrada en la Sociedad General de Autores en el año 1993 y acabada de escribir en 1992 por el autor Angel Calle Cruz a la edad de 12 años. Para el disfrute de todo aquel que se sienta atraido por el presente manuscrito. ¿Desea descargar la obra completa?   Email: torpedus@yahoo.es