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![]() ![]() Cierto día, Timotí recibió un paquete y una carta que decía: "Querido Timotí: Soy el rey de un país vecino del tuyo. Debo salir de viaje y
desearía que, por favor, me guardases la caja fuerte que te mando en el paquete, pues hay una persona que me la quiere robar. En ella está mi sello real de oro y piedras preciosas; si lo pierdo no podré volver a ser rey. Su valor es ultrasuperior. Muchas gracias por tu ayuda". - Me parece que donde mejor escondida estará la caja será en el desván, así, si alguien la ve, creerá que es vieja y no sirve para nada. Pero me gustaría saber quién la quiere robar. ¡Ya sé!. Iré con ella por la calle y a lo mejor el ladrón intenta robármela, entonces, le detendré con mi magia. Timotí salió a la calle con la caja fuerte y se mezcló con la gente que iba y venía. - No encuentro al ladrón -se dijo Timotí-. Seguiré caminando. Pero el ladrón estaba allí, escondido entre la multitud. - Je, je. Este niño tonto no se ha dado cuenta de que estoy aquí yo, el mejor ladrón de cajas fuertes. Cuando se vaya a casa le seguiré, veré donde la esconde y la robaré. Je, je. Timotí estuvo quince minutos más esperando que apareciese el ladrón hasta que se cansó y se fue a casa. El ladrón le siguió. Timotí guardó la caja en el desván y se fue. El ladrón subió al desván con mucho sigilo y buscando y revolviendo todo consiguió encontrar la caja entre unas maletas viejas del bisabuelo de Timoti. Rápidamente la cogió y se fue de allí. - ¡Qué robo más tonto! Si así fuera todos los días... Pero Timotí no se había dejado engañar, había notado que le seguían y después de poner la caja en el desván se hizo invisible gracias a la magia y pudo verlo todo. - Por lo menos ya sé quién es el ladrón de cajas fuertes -se dijo Timotí-. Ahora iré a recuperarla ¡Anda! Si ahora se me ha olvidado seguir al ladrón hasta su casa ¡La he hecho buena! ¡Pobre Timotí! ¡Sin caja fuerte y sin saber dónde vive el ladrón! Quiso ponerle una trampa y se la ha hecho a sí mismo. Hay que ver las cosas que le pasan. Mientras, el ladrón se reía de lo fácil que había sido el robo. - Hay que ver, qué robo más tonto... pero ahora me falta la combinación para abrir la caja, bueno, raptaré a Timoti, debe saberla y seguro que será también un rapto fácil. Mientras, Timotí pensaba: - Y ahora ¿cómo recuperaré la caja fuerte que me dijeron que protegiera?. Esperaré a ver lo que pasa, al fin y al cabo, el ladrón no sabe cuál es la combinación. También el ladrón pensaba en un plan para raptar a Timotí. - A ver si lo pienso bien... primero hago un ruido para atraerlo... No, no, no es así. Salgo a la calle y voy tirando piedras a los escaparates.. No, no, tampoco. Mejor voy al kiosco, compro un periódico, le hago un agujero y así no se me verá la cara mientras leo y veo por donde voy, llegar hasta donde esté Timotí y raptarle. Pero esto tiene que salir bien, si no, me pillarán y la liaré. Por su parte, Timotí había pensado en dar un paseo a ver si encontraba algo importante. Estuvo andando mucho tiempo sin descubrir nada, en esto que se encontró con el ladrón pero no puedo reconocerle porque llevaba la cara tapada con un periódico. - Por favor, señor ¿me puede decir la hora? -le preguntó Timotí. - Son las cinco y media -le contestó el ladrón sin mirar el reloj pues si lo hacía se le vería la cara y se descubriría. - ¿Las cinco y media? ¡Qué raro! Creía que era más tarde y también es muy raro que alguien vaya por la calle tapándose la cara con un periódico agujereado. Timotí preguntó al señor de al lado con un bastón y bigote: - Por favor ¿me puede decir la hora?. - Las nueve y cuarto, le contestó el señor. - Así que el que me ha dicho las cinco y media... Claro, no ha mirado el reloj, debe de ser el ladrón!. ¡A por el ladrón!. - ¡Maldita sea! -Dijo el ladrón-. Me ha pillado el asqueroso Timotí. Huyamos. Timotí hizo magia para impedir que el ladrón se escapase y se le bajaron los pantalones. el ladrón se empezó a reir y Timotí lo capturó sin dificultades. - ¡Bueno!, exclamó Timotí, esta misión me ha durado un montón de tiempo. ¡Uf! Timotí estaba orgulloso de la gran misión que había hecho, nadie lo hubiera hecho mejor. La policía se quedó sorprendida de cómo cogió Timotí al ladrón. - Mirad -dijo Timotí sacando unos papeles de uno de los bolsillos del ladrón-, aquí hay un plano que pone dónde está escondida la caja fuerte. Fueron a buscar la caja y ya no hubo más problemas. El rey del país vecino mandó a recogerla y entregó a Timotí una gran recompensa por habérsela cuidado y, además, haber detenido al ladrón. INDICE DE CAPITULOS: I.Timotí II. El dibujo III.Falta algo IV.Su primer acompañante V.Primer espectáculo VI.La familia VII.La vendedora VIII.Vuelta a la casa del Gran Mago IX.Encuentro del conejo X.Buen negocio XI.Vacaciones XII.La bruja XIII.El fantasma XIV.Más casos XV.El partido XVI.Vampiros XVII.La caja fuerte XVIII.El enano XIX.Buscando XX.EL rey XXI.Dónde está Timotí XXII.La cólera de Timotí XXIII.Fiesta de chistes XXIV.La despedida Una obra infantil no publicada y registrada en la Sociedad General de Autores en el año 1993 y acabada de escribir en 1992 por el autor Angel Calle Cruz a la edad de 12 años. Para el disfrute de todo aquel que se sienta atraido por el presente manuscrito. ¿Desea descargar la obra completa? Email: torpedus@yahoo.es |
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