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![]() ![]() Era verano y Timotí estaba tumbado en la cama. El conejo "Magia" estaba tomando unas vacaciones en la playa. - ¡Uf, qué calor! Me iré al campo, aquí me aburro yo solo y sudo la gota gorda. Iré hacia el norte para estar más fresquito. Ahora que nadie me ve podré utilizar la magia. Pero no se le bajaron los pantalones. - ¿Qué pasa? ¡Ya no se me bajan los pantalones! ¡Qué bien! Entonces apareció un enano que le dijo: - No se te caerán más los pantalones si me escuchas atentamente. Y el enano se fue corriendo y saltando. Timotí intentaba seguirle pero le perdió de vista. Quiso hacer magia para encontrarle pero comprobó que ya no tenía poderes. Llegó a un camino y decidió descansar un poco bajo un árbol muy extraño que había allí. - Quítate de aquí, mochuelo¡Venga! ¿No me has oído? -sonó una voz. - ¿Eh? ¿Quién me habla? -preguntó Timoti, pues no veía a nadie. - Soy yo ¡Largo de aquí! -volvió a sonar la voz. Entonces se dio cuenta Timotí que quien hablaba era el árbol bajo el cual se había puesto a descansar. - Si es un árbol el que me ha hablado. Sí, me iré a otro sitio. Pero yo no soy un mochuelo ¿Qué tal si yo te llamo canchinvanque? - ¿Canchi... qué? Muy mal estás aquí mochuelo. - No me llames mochuelo que te la ganas. - Bueno, bueno, no te pongas así, era un broma. Pero a todo esto ¿qué haces aquí? - Pues yo venía de vacaciones, un enano me ha quitado mis poderes mágicos que tenía y decidí tomar este camino a ver si lo encontraba. - Yo te digo que no lo atravieses, hay muchas cosas peligrosísimas. - Tendré cuidado. Adios y gracias. - De nada, mochuelo, dijo el árbol riéndose-. Que tengas buena suerte. A propósito ¿qué es eso de cachi... , cachin... cachivan... , canchinvanque?. Pero Timotí ya estaba muy lejos y no pudo responderle. Caminaba Timotí por el bosque cuando se le apareció un fantasma. Era aquel que había hecho desaparecer en una ocasión, uno de los casos más difíciles. - ¡Hola de nuevo, Timotí! Ahora que no tienes magia te mataré. Timotí salió corriendo y lo perdió de vista, pero según avanzaba se le iban apareciendo los personajes de los casos que había resuelto. Todos amenazaban con hacerle daño pero Timotí no les hacía caso y seguía corriendo. Por fin llegó a un claro y se encontró con el enano el cual le dijo: - Bueno, déjate de tonterías y dime qué tengo que hacer para recuperar mi magia -dijo Timotí muy enfadado. - Si quieres recuperar tu magia -contestó el enano- y que no se te caigan los pantalones tienes que entrar en un laberinto y conseguir salir de él. - Está bien ¡vamos!, que ya me estoy cansando. Timotí entró en el laberinto a donde le llevó el enano y se dispuso a pasar la prueba. No se veía nada, ni siquiera podía observar sus propios pies. - Gira a la derecha -le decía el enano. Y ¡paf! Timotí se dio un golpe contra la pared. - Que no, que era a la izquierda, ja, ja, ja, continuó el enano. - ¡Grrr!. Este enano me está engañando, pensó Timotí. Será mejor que haga lo contrario de lo que dice, es un mentiroso y si le hago caso me puedo quedar aquí toda la vida. Timotí se acordó entonces de su amigo el conejo "Magia". - Si estuviera aquí -se decía-, podría ayudarme a salir. Afortunadamente el conejo "Magia" supo enseguida (gracias a su magia, naturalmente) que Timotí estaba en dificultades; se presentó y le ayudó a escapar del laberinto. La presencia del conejo había sido un tanto misteriosa, pues no se sabía a ciencia cierta de dónde había salido. Timotí se despertó al oir el timbre de la puerta. Había sido todo un sueño. Las cosas raras e inimaginables, que sólo son fruto de los sueños y de los cuentos como éste, parecían tener una explicación ahora. Timotí se dirigió a la puerta y vio que era su amigo el conejo "Magia" que volvía de sus vacaciones. - ¡Qué alegría, querido amigo!, exclamó Timotí. Qué contento estoy de verte, ¡si vieras lo que me ha pasado! - ¿Qué es lo que te ha pasado? Y Timotí le explicó el sueño que había tenido. - ¡Qué gracioso eres, Timotí! - Pues a mí no me hace ninguna gracia. Lo mejor será comprobar si tengo magia y si se me caen los pantalones. Timotí intentó hacer magia pero no lo consiguió ni se le bajaron los pantalones. - Ese enano, me ha quitado la magia ¿Qué voy a hacer ahora? Sin ella no podré vivir. - No te preocupes -le exclamó el conejo-, ya lo encontraremos tarde o temprano, ya verás. INDICE DE CAPITULOS: I.Timotí II. El dibujo III.Falta algo IV.Su primer acompañante V.Primer espectáculo VI.La familia VII.La vendedora VIII.Vuelta a la casa del Gran Mago IX.Encuentro del conejo X.Buen negocio XI.Vacaciones XII.La bruja XIII.El fantasma XIV.Más casos XV.El partido XVI.Vampiros XVII.La caja fuerte XVIII.El enano XIX.Buscando XX.EL rey XXI.Dónde está Timotí XXII.La cólera de Timotí XXIII.Fiesta de chistes XXIV.La despedida Una obra infantil no publicada y registrada en la Sociedad General de Autores en el año 1993 y acabada de escribir en 1992 por el autor Angel Calle Cruz a la edad de 12 años. Para el disfrute de todo aquel que se sienta atraido por el presente manuscrito. ¿Desea descargar la obra completa? Email: torpedus@yahoo.es |
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