La Diáspora
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Txapela buruan eta ibili munduan

"La boina en la cabeza y anda por el mundo"

No han sido pocos los que a lo largo de la historia han dejado el País y han partido a recorrer mundo. La forma de heredar obligaba a los que no se quedaban en casa a buscarse el sustento fuera. Muchas veces, la intención de los que se iban era volver habiendo hecho dinero, comprarse una casa en el pueblo natal y vivir tranquilos el resto de sus años. A éstos se les llama americanos o indianos y eran la mejor propaganda  para los jóvenes del pueblo, ya que incitaban a emigrar. Pero no todos los lograban; algunos justamente conseguían para pagar las deudas hechas en el pueblo y otros muchos para comprar el billete de vuelta.

Sin duda, a partir del siglo XVI, la ruta hacia América era la principal y muchas veces no es algo como para sentirse orgullosos, ya que los vascos tomaron parte desde el principio en los excesos que allí ocurrieron. En todo caso, alguno intentó llevar al nuevo mundo el orden social que había conocido, por considerarlo más justo. Ese es el caso de Francisco Ibarra, que en el siglo XVI fundó en México la provincia de Nueva Vizcaya con capital en Durango. Nombrado gobernador, tomó el Fuero de Bizkaia como conjunto de leyes, pero el rey de España no lo permitió.

Parece que la solidaridad surgió muy pronto entre los vascos que emigraron; esta solidaridad dio lugar a problemas con el resto de colonizadores, llegando hasta la guerra, como sucedió en la zona de Potosí (en la Bolivia actual).

Ya en 1671, los vascos organizaron una sociedad para ayudar a los que tenían problemas; en los siglos posteriores, este tipo de sociedad se extendió mucho.

Los oficios desempeñados en América son diferentes, pero en una época el pastoreo fue el predominante. En Argentina, la industria láctea de la capital Buenos Aires estaba en manos de los vascos en el siglo XIX, y también las salazones; estos dos trabajos llegaron a llamarse "trabajos de vascos". Además, podemos encontrarlos en las minas de oro de California, en la hostelería y el comercio, de jinetes en la pampa Argentina...

La emigración creció una época hasta tall punto que llegó a ser verdaderamente preocupante. Esto fue así especialmente en el Norte. Entre las razones para emigrar estaba la de la obligación del servicio militar; en 1850, por ejemplo, la población del País Vasco continental no llegaba a ser el 1% de la de Francia y, sin embargo, el 50% de los desertores del ejército francés eran vascos. En tres años (1852-1855) 1.311 jóvenes desertaron; para ello pasaban la frontera y se embarcaban en el puerto de Pasaia. Los del Sur, en cambio, utilizaban el puerto de Baiona y el de Burdeos a partir de 1876, año en el que se declaró la obligatoriedad de servir al ejército español como consecuencia de la pérdida de los Fueros.

Se calcula que en el período de 1832-1907 se fueron cien mil personas del Norte, ello supone una cifra desmesurada para la época si se tiene en cuenta que la población media en ese tiempo era de 120.000 habitantes.

Casas vascas en el mundo

Como queda dicho, las asociaciones vascas se extendieron por toda América, entre ellas estaban: Laurak Bat (1876, Uruguay), Laurak Bat (1786, Argentina), Centro Vasco Francés (1895, Argentina), Centro Vasco (1907, México), Centro Navarro (Argentina), Eskualdunak Orok Bat (Brasil), Gure Echea (Argentina), Denak Bat (Argentina), Zazpirak Bat (Argentina), Centro Vasco (Chile, Venezuela, Bolivia), Zazpiak Bat Club (1924, EEUU), Southern California Eskualdun Club (1946, EEUU), Boise Basque Center (1961, EEUU) y un largo etc.

Estas asociaciones reflejaban, a veces, las divisiones que había en Europa, como es evidente en sus nombres. Martin Errekaborde (Zalgize, Zuberoa) fue el fundador de la Euskal Etxea en Buenos Aires en 1904, la primera asociación que estaba por encima de regiones y provincias.

Los objetivos de estas asociaciones son el socorro mutuo y la protección de la identidad vasca.

Para eso organizan diversas actividades: clases de euskara, grupos de canto y danza, revistas, libros, fiestas, campeonatos de bertsolaris, etc.

Los vascos en los Estados Unidos de América

Los emigrantes han intentado en algunos lugares proteger su identidad sin ningún complejo. Es el caso de la comunidad vasca de Estados Unidos; los diferentes grupos están unidos en la North American Basque Organizations. Entre sus quehaceres está el de organizar fiestas. La más importante entre ellas es la llamada National Basque Festival que se celebró por primera vez en 1959 gracias al esfuerzo de Robert Laxalt y Peter Etxeberria en la ciudad de Sparks (Nevada).

Después en la década de 1960, se organizaron varias fiestas que continúan hoy en día. En la ilustración se puede ver el inicio del desfile para la fiesta en la ciudad de Carlson (Nevada).

Además, en la Universidad de Nevada, por medio del denominado Basque Studies Program se llevan a cabo investigaciones sobre Euskal Herria. Se dan clases de euskara y se publican libros, entre ellos: Amerikanuak: Basques in the New World, In a Hundred Graves: a basque Portrait, Basque Nationalisme, etc.

En el siglo XIX la emigración llegó a ser preocupante y hubo quienes se significaron en su contra a fin de que la juventud se quedase en el País. Con este objetivo está compuesto el poema "La nostalgia de un vasco al partir a Montevideo"; he aquí una estrofa:

Ahora reconozco

efectivamente la verdad,

tarde lamento

mi puerilidad.

Mire cada cual

por eso en lo sucesivo,

quien tenga seso

que no parta.

Oraintze ezagutzen

dut zinez egia,

beranxe auhendatzen

ene haurkeria.

Batbederak hargatik

gerorat guardia,

bederen kasko dunik

hunat ez abia.

La pelota

Los que habían partido no olvidaban fácilmente las costumbres y, en lo posible, las mantenían; no era fácil en el caso de la pelota, porque se necesitaban frontones. Éste es el que J. Ospital y R. Narbaitz construyeron en Stockton (California) en una fotografía de principios del siglo XX.

Publicaciones

Los vascos publicaron al cabo de los años en América muchas revistas queriendo conservar la identidad en las lejanas tierras. Estos son algunos de sus nombres: La Basconia (1893), Euskal Herria (1898), Vasconia (1898), Haritza (1898), Irrintzi (1904), La Euskaria (1906), Euskotarra (1913), Esnea (1914, revista de la industria láctea) y Zazpirak Bat en Argentina; Euskal Herria (1912), Euskal Ordua (1939), en Uruguay; Batasuna (1941), Euzkadi (1943) en Chile; Aberri aldez (1936), Alkartu (1942), Eusko Deia (1943), Aberri (1946), Ekin (1950), Cancha (1954) en México, Gudari, Zutik (década de los 60) en Venezuela; Euzko Gogoa (1950) en Guatemala; Aberri (1925), Basques (1943), Argia (1946) en los Estados Unidos....

Las más notables son las surgidas en California. El abogado Martín Biskailuz, nacido allí fundó en 1885 Escualdun Gazeta en la ciudad de los Angeles. Esta revista se publicaba íntegramente en euskara, cuando en Euskal Herria aún no exitía ninguna. Pero la aventura de Biskailuz no duró, pues el tercer número fue el último.

Mejor suerte tuvo Jose Goitino al fundar en 1893 California'ko Eskual Herria, también en euskara, que se publicó durante cinco años. Goitino se daba cuenta de la importancia de la lengua para mantener la identidad y escribía con freciencia sobre ello. Un fragmento de uno de sus editoriales decía:

"Este pequeño visitante-la revista-nos recordará de vez en cuando nuestro dichoso solar natal, donde viven nuestros padres, tan lejos de nosotros a la sombra de la torre de la iglesia o dormidos para siempre en la paz de Dios y a los pies de la cruz en los camposantos vascos.

Esas reflexiones fortalecerán nuestro amor hacia el solar natal y recordarán cuáles son nuestros deberes para con nuestra lengua sagrada. Y mientras el hijo de Euskal Herria hable su lengua asombrará al mundo con su fe, su prudencia y su fuerza.

Viva siempre nuestro amado euskara."

Historia de Euskal Herria