3.- Después de Angamos
El “Huáscar”, llevado a
rastras, y escoltado por los dos blindados chilenos, entró
en la misma tarde del día 8, a la rada de Mejillones.
El historiador Inostroza
dice:
Al
día siguiente, en el cementerio de aquel puerto, pobre y
desolado, fueron enterrados los restos de los tres jefes del
“Huáscar”. Les rindieron honores los oficiales de toda la
escuadra chilena; el ministro de Guerra don Rafael
Sotomayor; el general en jefe del ejército chileno, general
Erasmo Escala y los batallones “Zapadores” y “Chacabuco”que
estaban de guarnición en Mejillones.
Sobre la tumba del almirante
peruano, se inclinaron el comodoro Riveros y el ministro
Sotomayor.
Dijo el primero:
La muerte del almirante peruano don Miguel
Grau, ha sido muy sentida en esta escuadra, cuyos jefes y
oficiales, hacen amplia justicia al patriotismo y al valor
del que fuera notable marino. ¡descansad en paz Almirante
Grau!
Y agregó el Señor Sotomayor:
Vengo de recibir un telegrama del gobierno de
Chile, suscrito por todos los ministros del gabinete, en el
que me piden guarde celosamente los restos del gran marino
Almirante Grau, para devolverlos a su patria, cuando llegue
el momento en que su pueblo lo reclame. ¡Almirante Grau!,
descansad en tierra chilena, con la seguridad de que se
respetarán vuestros restos y nadie osará empañar vuestra
destacada memoria.
El almirante chileno Pedro
Espinar, en su libro “El Monitor Huáscar” decía:
"Las
honras fúnebres fueron solemnes, asistiendo el ministro
Sotomayor, el general Escala, el comodoro Riveros, los
comandantes, oficiales marinería de la escuadra y los
batallones Zepita Chacabuco"; y a continuación leyó el
telegrama enviado por los ministros chilenos Domingo Santa
María, Miguel Elías Amunátegui, Augusto Matte y José Antonio
Gandarillas.
Corrigiendo lo dicho por el
historiador chileno Inostrosa, lo cierto es que sólo fueron
enterrados en Mejillones los restos de los dos jefes muertos
Elías Aguirre y José Melitón Rodríguez, pues los restos de
Grau, fueron enviados el 14 de octubre a Valparaíso a bordo
del blindado «Blanco Encalada», con una nota del ministro
Rafael Sotomayor, que decía:
Señor comandante general
de marina de Valparaíso. Pongo a disposición de vuestra
señoría, una pequeña caja conteniendo los restos que han
podido ser habidos del ilustre contralmirante de la armada
del Perú, don Miguel Grau. Ellos fueron encontrados al pie
de la torre de mando del monitor «Huáscar» y su autenticidad
ha sido reconocida por los oficiales peruanos que montaban
ese buque.
En Valparaíso el capitán de
fragata Oscar Viel, que era amigo, compadre y concuñado de
Grau, solicitó al gobierno chileno los restos de Grau, para
guardarlos en el mausoleo que su familia tenía en Santiago
de Chile, lo cual se realizó el 26 de octubre. Viel,
era comandante de la Corbeta “Chacabuco”, padrino de un hijo
de Grau y estaba casado con doña María Luisa Cabero, hermana
de la esposa de Grau.