16.- Colecta para reemplazar
al “Huáscar”
En octubre de 1879,
cuando aún el Perú no se reponía de la tremenda pérdida que
había significado la muerte de Grau y la pérdida del
monitor, la municipalidad de Lima, inició una colecta
pública a escala nacional para adquirir un nuevo barco de
guerra, que reemplazaría al “Huáscar”, se llamaría
“Almirante Grau” y sería mucho más potente. Todos
colaboraron en la capital, no obstante que ya habían hecho
antes otras erogaciones para la guerra. Uno de los que más
había estado contribuyendo con aportaciones continuas y
cuantiosas, fue el adinerado Melitón Porras, que para la
compra del nuevo barco, contribuyó con 10.000 soles, así
como valiosas alhajas de oro y diamantes.
El 13 de octubre, la
municipalidad de Lima pasó a los concejos departamentales
una comunicación firmada por el alcalde Riva Agüero, para
que a su vez se coordinara con los municipios provinciales y
estos con los distritales, para que en todo el Perú se
hicieran colectas, con el mismo objeto.
Los piuranos, a quienes
la muerte heroica de Grau había impactado grandemente, de
inmediato se movilizaron para hacerse presentes en la
erogación nacional y convocaron a los ciudadanos en las
plazas publicas, donde cada uno dio su óbolo.
Don Juan Goyeneche que se
encontraba en Paris en misión diplomática, donó
100.000.soles, Enrique Canaval 20.000 soles; Josefa Tagle de
Ortiz de Cevallos, 15.000 libras esterlinas en joyas; cinco
alemanes residentes en el Perú 16.800 soles.
La erogación de un
pequeño distrito como Sullana, da una muestra del
desprendimiento general: El 23 de octubre, remitieron a la
municipalidad provincial de Paita, 400 soles, 244 monedas de
plata y s/. 1.993.35 en papeles de banco. La municipalidad
de Huancabamba contribuyó con 450 soles.
El 3 de noviembre los
donantes eran 18.000 y las alhajas se amontonaban en las
bóvedas bancarias de Lima. Las donaciones fueron desde 5
centavos hasta 100.000 soles
En diciembre una comisión
de 4 personas presidida por Julio Pflucker, partió a Europa
con 200.000 libras esterlinas para hacer adquisiciones
navales. Pero Chile y su protectora Gran Bretaña, en esa
época la nación más poderosa de la tierra, interfirieron
para bloquear todo intento de adquirir barcos. El 13 de
julio de 1880, durante el gobierno de Piérola, la Junta
Central Administradora de Donaciones, cesó a Pflucker de sus
funciones, por lo cual éste tuvo que entregar el dinero al
Cónsul del Perú en Francia.