GRAU  El peruano del milenio

Reynaldo Moya Espinosa

Carátula

Contenido

Prólogo

Capítulo I

Capítulo II

Capítulo III

Capítulo IV

Capítulo V

Capítulo VI

Capítulo VII

Capítulo VIII

Capítulo IX

Capítulo X

Capítulo XI

Capítulo XII

Capítulo XIII

Capítulo XIV

Capítulo XV

Bibliografía

Biografía de R. Moya E.

 

CAPÍTULO V:

GRAU EN EL "HUÁSCAR"

1.- La vuelta al servicio

2.- Grau y el puerto Salaverry

3.- El contrato Dreyfus

4.- La rebelión de los Gutiérrez

5.-Tratado secreto con Bolivia

6.- Muere la madre de Grau

7.- La rebelión de Piérola

8.- Diputado por Paita

9.- La memoria del 2 de enero de 1878

10.-La casa de Grau en Lima

11.- Grau en 1879 buscaba petróleo

12.- Grau dice ser hijo de Paita

 

8.- Diputado por Paita

En 1876 debía efectuarse la renovación de los Poderes del Estado, pero ya desde el 31 de enero de 1875 cuando gobernaba el Perú don Manuel Pardo, un grupo de ciudadanos lanzó la candidatura Presidencial del general Mariano Ignacio Prado. El 30 de marzo del mismo año fue lanzada la candidatura del ya contralmirante Lizardo Montero, muy vinculado al presidente Pardo. Era llevado por lo que llamaríamos el ala izquierda del partido Civil y grupos juveniles, pero no contó con el respaldo del Presidente Pardo, ni de los grupos conservadores y mayoritarios del Partido Civil que se alarmaron por la oratoria liberal de Montero y le restó partidarios en el sector clerical. 

Las elecciones primarias efectuadas en octubre de 1875 se caracterizaron por ser en Lima muy violentas. El 7 de mayo se realizaron los actos definitivos electorales y no obstante que Prado había viajado a Europa por motivos de salud, logró un amplio triunfo. Como primer vicepresidente fue elegido el anciano general  Luis La Puerta. 

Por permitirlo la Constitución, también los candidatos a la presidencia podían postular una senaduría y fue así como el contralmirante Lizardo Montero postuló por Piura  y ganó. Los otros dos senadores fueron Pablo Seminario y Luis Felipe Villarán que después fue reemplazado por don Manuel Seminario y Váscones que en su juventud había sido montonero,   

Paita, fue el puerto donde Grau aprendió amar al mar y fueron los paiteños los que con mucho afecto le ofrecieron la postulación para que los representara. Grau aceptó y contó con el apoyo del Partido Civil de Pardo. Los otros diputados fueron  Ignacio García León por la provincia de Piura, el coronel Romualdo Rodríguez, el huancabambino Dr. Ricardo Wenceslao Espinosa, el Dr. Víctor Eguiguren, el periodista Julio Santiago Hernández, Manuel Raygada, el ayabaquino Manuel Castro y el pedagogo Emilio Espinosa.  

En la Cámara de Diputados salió elegido presidente el paiteño capitán de navío Camilo Carrillo diputado por Bajo Amazonas, para Primer Vicepresidente Wenceslao Espinosa y como uno de los secretarios el Dr. Víctor Eguiguren- Cuando se iba a elegir al Presidente de la Cámara de Diputados el capitán de navío Carrillo votó por Grau. Cuando se hizo la elección del 1er. Vicepresidente, Wenceslao Espinosa votó también por Grau. 

Grau fue elegido como diputado suplente, pero en junio de 1876 fue llamado para ocupar en propiedad una curul, por lo cual el 5 de ese mes envía la siguiente comunicación:

Comandancia del “Huáscar”

Don Miguel Grau Seminario, en la foto aparece vestido de civil, probablemente en la época que concurría al congreso

Al ancla, Callao, Agosto, 5 de 1876.

Señor Capitán de Navío

 

Mayor de ordenes del Departamento. 

Habiendo sido calificado el día de ayer como diputado propietario por la provincia de Paita y debiendo ocupar un asiento en las Cámaras, le aviso a U.S. para que, por el digno intermedio del señor Comandante General de Marina, llegue a conocimiento del Supremo Gobierno, a  fin de que se me conceda la licencia respectiva, mientras duren los trabajos parlamentarios. 

                                               Dios guarde a U.S.

                                                     Miguel Grau 

Fue así como Grau dejó el comando del “Huáscar” y desde el día siguiente asiste al Congreso. En el periódico “Patria” vocero del pierolismo, sus enemigos políticos en la columna  “A Granel” que estaba a cargo del periodista Lucas Jaime, decía: “Ayer se aprobó la elección del Señor Capitán de Navío don Miguel Grau, diputado por Paita. Representantes como Grau llenos de noble entrega y  dignidad jamás desmentidas, serán un refuerzo honroso para la Cámara que necesita de hombres independientes. Le enviamos nuestras felicitaciones tan sinceras como espontáneas.” 

El 4 de agosto se aprueba en la Cámara de Diputados el dictamen de la Comisión de Poderes, que reconoce y califica sus credenciales como Diputado por Paita. Al día siguiente, Grau informa por el  Oficial  Mayor de Ordenes del Departamento, que va a ocupar su curul en el seno de la Cámara de Diputados, solicitando la respectiva licencia. En este mismo día se juramenta solemnemente  en su Cámara y pasa a integrar la Comisión de Marina. 

Seis meses duraron las sesiones legislativas. Durante ese período presenta un proyecto para reglamentar los ascensos navales. Otro para la reorganización del ministerio de Guerra y Marina. Proyecto para ampliar el tiempo de debates, con dos sesiones nocturnas más, lo que mereció unánime aprobación 

El historiador Raúl Porras Barrenechea, en su “Elogio a Grau”, dirá:  “............en el desempeño de su función legislativa  exhibirá la misma sobriedad de gesto y de alma que en la milicia. Habla pocas veces diciendo que no conoce los usos parlamentarios y apoya gastos de magnanimidad y filantropía. 

El 29 de setiembre de 1876 el Ministerio de Marina solicita al Congreso que concedan licencia a Grau a fin de que pueda integrar el Consejo de Guerra para juzgar al capitán de corbeta Elías Aguirre. El Congreso accede el 3 de octubre. Aguirre había sido comandante de la cañonera “Chanchamayo” que naufragó cuando navegaba el 13 de julio frente a Punta Aguja (Sechura). Era la “Chanchamayo” una cañonera de 600 toneladas construida en 1872, que tenía 2 cañones de 70, 4 de 40 y 4 de 12. Grau pudo darse cuenta que Elías Aguirre era un buen marino, pero no pudo evitar su separación del servicio. Cuando Chile declaró la guerra al Perú, Elías Aguirre solicitó su reingreso al servicio y fue destinado a la “Unión”. Cuando en julio de 1879 el capitán de fragata, el paiteño Ezequiel Otoya que era 2do de Grau en el “Huáscar” pasó a otra colocación, Miguel Grau solicitó que Aguirre fuera trasladado al monitor como segundo comandante  y cuando se produjo el combate de Angamos el 8 de Octubre de ese año, Aguirre murió heroicamente junto a Grau. 

Cuando la legislatura finalizó y las Cámaras entraron en receso, en febrero de 1877. Grau solicitó el 5 de ese mes, se le concediera dos meses de licencia para viajar a Chile y repatriar los resto de su padre don Juan Manuel Grau.  En el vapor inglés “Eten” se embarca con su hijo Miguel Gregorio, el segundo que tenía y sólo contaba 8 años y al cual perdería en un fatal accidente producido en Valparaíso. En la rada de ese puerto pudo contemplar a los poderosos blindados “Cochrane” y “Blanco Encalada” y admitir con alarma que Chile ya contaba con superioridad naval. Al retornar al Perú hizo un detallado informe al gobierno y lo urgió para la adquisición de nuevos y poderosos barcos. Grau visitó en el balneario chileno de Cauquenes, al ex presidente don Manuel Pardo que se había expatriado voluntariamente. 

El 6 de mayo de 1877 el oficial de guardia, Bernabé Carrasco y otros oficiales del “Huáscar” se apoderaron del barco y abandonaron las aguas del Callao. Dos días más tarde el presidente Prado dictó un decreto en el que sin mencionarlo, lo declaraba pirata, lo cual no fue bien visto aun entre los que condenaban ese golpe. Los rebeldes, poco después proclamaron jefe supremo a Nicolás de Piérola que se encontraba en Chile. Y se dirigieron al sur para embarcar a su caudillo. Estando ya a bordo, Piérola cometió el error de interceptar en forma sucesiva a 4 barcos comerciales ingleses para sustraer la correspondencia oficial peruana y aprovisionarse de carbón. Esto y el hecho de haber en el “Huáscar” marinos británicos, movió al almirante inglés A.M. Horsey comandante de una flota de esa nacionalidad que se encontraba en el Callao, a enviar al “Huáscar” un ultimátum, lo cual fue respondido enérgicamente el 22 de mayo, por el capitán Astete que se encontraba al mando del buque en el puerto boliviano de Cobija. El 29 de mayo frente a Pacocha, el “Huáscar” se encontró con la fragata “Shah” y la Corbeta “Amethist”, inglesas, que intimaron rendición a Piérola, lo que fue rechazado con energía. Durante 3 horas y 25 minutos combatieron los tres barcos. Al caer la noche el barco peruano se libró del cerco y se dirigió a Iquique en donde se encontraba la escuadra peruana al mando del capitán Juan More y se rindió tras lograr la promesa de que su tripulación no sería hostilizada. 

A Grau  causó gran impresión la rebelión del “Huáscar” y fue contrario a la alteración del orden público sin causal valedera, pero no aprobó la autorización dada por el presidente Prado para que cualquier nave de guerra extranjera lo atacase, porque eso significaba poner en riesgo el poderío naval del Perú, ya en inferioridad de poder con respecto a Chile. 

Estando desempeñando Grau el cargo de diputado, el 30 de enero es informado que un fuerte maretazo se había producido en el Callao y que el “Huáscar” corría el riesgo de ser varado. Siendo las doce de la noche, partió al puerto y asumió el mando del monitor, donde permanece hasta las cinco de la mañana siguiente, logrando poner a salvo el barco. 

El 16 de noviembre de 1878 fue asesinado en pleno Senado el ex presidente don Manuel Pardo, que a la sazón era presidente del Senado. Pardo había sido fundador y jefe del partido Civil al cual también pertenecía Grau, el que era su amigo muy distinguido. Desde  1877 Pardo se había expatriado voluntariamente en Chile, pero a pesar de todo, cuando se realizaron las elecciones parlamentarias de ese año fue candidato a  Senador por Junín llevado por el partido Civil, previa consulta que éste hizo a Grau. Al resultar Pardo elegido decidió retornar al Perú, llegando al Callao el 2 de septiembre de 1877, no obstante que personas amigas y entre ellas Grau le habían recomendado no hacerlo porque había un clima político muy tenso. Al producirse su asesinato, Grau fue designado por su Cámara para que fuera uno de los diputados que conduciría el féretro en el trayecto de la iglesia de Santo Domingo a la catedral.