8.- Diputado por Paita
En 1876 debía efectuarse la
renovación de los Poderes del Estado, pero ya desde el 31 de
enero de 1875 cuando gobernaba el Perú don Manuel Pardo, un
grupo de ciudadanos lanzó la candidatura Presidencial del
general Mariano Ignacio Prado. El 30 de marzo del mismo año
fue lanzada la candidatura del ya contralmirante Lizardo
Montero, muy vinculado al presidente Pardo. Era llevado por
lo que llamaríamos el ala izquierda del partido Civil y
grupos juveniles, pero no contó con el respaldo del
Presidente Pardo, ni de los grupos conservadores y
mayoritarios del Partido Civil que se alarmaron por la
oratoria liberal de Montero y le restó partidarios en el
sector clerical.
Las elecciones primarias
efectuadas en octubre de 1875 se caracterizaron por ser en
Lima muy violentas. El 7 de mayo se realizaron los actos
definitivos electorales y no obstante que Prado había
viajado a Europa por motivos de salud, logró un amplio
triunfo. Como primer vicepresidente fue elegido el anciano
general Luis La Puerta.
Por permitirlo la
Constitución, también los candidatos a la presidencia podían
postular una senaduría y fue así como el contralmirante Lizardo Montero postuló por Piura y ganó. Los otros dos
senadores fueron Pablo Seminario y Luis Felipe Villarán que
después fue reemplazado por don Manuel Seminario y Váscones
que en su juventud había sido montonero,
Paita, fue el puerto donde
Grau aprendió amar al mar y fueron los paiteños los que con
mucho afecto le ofrecieron la postulación para que los
representara. Grau aceptó y contó con el apoyo del Partido
Civil de Pardo. Los otros diputados fueron Ignacio García
León por la provincia de Piura, el coronel Romualdo
Rodríguez, el huancabambino Dr. Ricardo Wenceslao Espinosa,
el Dr. Víctor Eguiguren, el periodista Julio Santiago
Hernández, Manuel Raygada, el ayabaquino Manuel Castro y el
pedagogo Emilio Espinosa.
En la Cámara de Diputados salió elegido
presidente el paiteño capitán de navío Camilo Carrillo
diputado por Bajo Amazonas, para Primer Vicepresidente
Wenceslao Espinosa y como uno de los secretarios el Dr.
Víctor Eguiguren- Cuando se iba a elegir al Presidente de la
Cámara de Diputados el capitán de navío Carrillo votó por
Grau. Cuando se hizo la elección del 1er. Vicepresidente,
Wenceslao Espinosa votó también por Grau.
Grau fue elegido como
diputado suplente, pero en junio de 1876 fue llamado para
ocupar en propiedad una curul, por lo cual el 5 de ese mes envía la siguiente comunicación:
Comandancia del
“Huáscar”
 |
Don
Miguel Grau Seminario, en la foto aparece vestido de
civil, probablemente en la época que concurría al
congreso |
Al ancla, Callao, Agosto, 5
de 1876.
Señor Capitán de Navío
Mayor de ordenes del
Departamento.
Habiendo sido
calificado el día de ayer como diputado propietario por la
provincia de Paita y debiendo ocupar un asiento en las
Cámaras, le aviso a U.S. para que, por el digno intermedio
del señor Comandante General de Marina, llegue a
conocimiento del Supremo Gobierno, a fin de que se me
conceda la licencia respectiva, mientras duren los trabajos
parlamentarios.
Dios guarde a
U.S.
Miguel Grau
Fue así como Grau dejó el
comando del “Huáscar” y desde el día siguiente asiste al
Congreso. En el periódico “Patria” vocero del pierolismo,
sus enemigos políticos en la columna “A Granel” que estaba
a cargo del periodista Lucas Jaime, decía: “Ayer se aprobó
la elección del Señor Capitán de Navío don Miguel Grau,
diputado por Paita. Representantes como Grau llenos de noble
entrega y dignidad jamás desmentidas, serán un refuerzo
honroso para la Cámara que necesita de hombres
independientes. Le enviamos nuestras felicitaciones tan
sinceras como espontáneas.”
El 4 de agosto se aprueba en
la Cámara de Diputados el dictamen de la Comisión de
Poderes, que reconoce y califica sus credenciales como
Diputado por Paita. Al día siguiente, Grau informa por el
Oficial Mayor de Ordenes del Departamento, que va a ocupar
su curul en el seno de la Cámara de Diputados, solicitando
la respectiva licencia. En este mismo día se juramenta
solemnemente en su Cámara y pasa a integrar la Comisión de
Marina.
Seis meses duraron las
sesiones legislativas. Durante ese período presenta
un proyecto para reglamentar los ascensos navales. Otro para
la reorganización del ministerio de Guerra y Marina.
Proyecto para ampliar el tiempo de debates, con dos sesiones
nocturnas más, lo que mereció unánime aprobación
El historiador Raúl Porras
Barrenechea, en su “Elogio a Grau”, dirá: “............en
el desempeño de su función legislativa exhibirá la misma
sobriedad de gesto y de alma que en la milicia. Habla pocas
veces diciendo que no conoce los usos parlamentarios y apoya
gastos de magnanimidad y filantropía.
El 29 de setiembre de 1876 el
Ministerio de Marina solicita al Congreso que concedan
licencia a Grau a fin de que pueda integrar el Consejo de
Guerra para juzgar al capitán de corbeta Elías Aguirre. El
Congreso accede el 3 de octubre. Aguirre había sido
comandante de la cañonera “Chanchamayo” que naufragó cuando
navegaba el 13 de julio frente a Punta Aguja (Sechura). Era
la “Chanchamayo” una cañonera de 600 toneladas construida en
1872, que tenía 2 cañones de 70, 4
de 40 y 4 de 12. Grau pudo
darse cuenta que Elías Aguirre era un buen marino, pero no
pudo evitar su separación del servicio. Cuando Chile declaró
la guerra al Perú, Elías Aguirre solicitó su reingreso al
servicio y fue destinado a la “Unión”. Cuando en julio de
1879 el capitán de fragata, el paiteño Ezequiel Otoya que
era 2do de Grau en
el “Huáscar” pasó a otra colocación, Miguel Grau solicitó
que Aguirre fuera trasladado al monitor como segundo
comandante y cuando se produjo el combate de Angamos el 8
de Octubre de ese año, Aguirre murió heroicamente junto a
Grau.
Cuando la legislatura
finalizó y las Cámaras entraron en receso, en febrero de
1877. Grau solicitó el 5 de ese mes, se le concediera dos
meses de licencia para viajar a Chile y repatriar los resto
de su padre don Juan Manuel Grau. En el vapor inglés “Eten”
se embarca con su hijo Miguel Gregorio, el segundo que tenía
y sólo contaba 8 años y al cual perdería en un fatal
accidente producido en Valparaíso. En la rada de ese puerto
pudo contemplar a los poderosos blindados “Cochrane” y
“Blanco Encalada” y admitir con alarma que Chile ya contaba
con superioridad naval. Al retornar al Perú hizo un
detallado informe al gobierno y lo urgió para la adquisición
de nuevos y poderosos barcos. Grau visitó en el balneario
chileno de Cauquenes, al ex presidente don Manuel Pardo que
se había expatriado voluntariamente.
El 6 de mayo de 1877 el
oficial de guardia, Bernabé Carrasco y otros oficiales del
“Huáscar” se apoderaron del barco y abandonaron las aguas
del Callao. Dos días más tarde el presidente Prado dictó un
decreto en el que sin mencionarlo, lo declaraba pirata, lo
cual no fue bien visto aun entre los que condenaban ese
golpe. Los rebeldes, poco después proclamaron jefe supremo a
Nicolás de Piérola que se encontraba en Chile. Y se
dirigieron al sur para embarcar a su caudillo. Estando ya a
bordo, Piérola cometió el error de interceptar en forma
sucesiva a 4 barcos comerciales ingleses para sustraer la
correspondencia oficial peruana y aprovisionarse de carbón.
Esto y el hecho de haber en el “Huáscar” marinos británicos,
movió al almirante inglés A.M. Horsey comandante de una
flota de esa nacionalidad que se encontraba en el Callao, a
enviar al “Huáscar” un ultimátum, lo cual fue respondido
enérgicamente el 22 de mayo, por el capitán Astete que se
encontraba al mando del buque en el puerto boliviano de
Cobija. El 29 de mayo frente a Pacocha, el “Huáscar” se
encontró con la fragata “Shah” y la Corbeta “Amethist”,
inglesas, que intimaron rendición a Piérola, lo que fue
rechazado con energía. Durante 3 horas y 25 minutos
combatieron los tres barcos. Al caer la noche el barco
peruano se libró del cerco y se dirigió a Iquique en donde
se encontraba la escuadra peruana al mando del capitán Juan
More y se rindió tras lograr la promesa de que su
tripulación no sería hostilizada.
A Grau causó gran impresión
la rebelión del “Huáscar” y fue contrario a la alteración
del orden público sin causal valedera, pero no aprobó la
autorización dada por el presidente Prado para que cualquier
nave de guerra extranjera lo atacase, porque eso significaba
poner en riesgo el poderío naval del Perú, ya en
inferioridad de poder con respecto a Chile.
Estando desempeñando Grau el
cargo de diputado, el 30 de enero es informado que un fuerte
maretazo se había producido en el Callao y que el “Huáscar”
corría el riesgo de ser varado. Siendo las doce de la noche,
partió al puerto y asumió el mando del monitor, donde
permanece hasta las cinco de la mañana siguiente, logrando
poner a salvo el barco.
El 16 de noviembre de 1878
fue asesinado en pleno Senado el ex presidente don Manuel
Pardo, que a la sazón era presidente del Senado. Pardo había
sido fundador y jefe del partido Civil al cual también
pertenecía Grau, el que era su amigo muy distinguido. Desde
1877 Pardo se había expatriado voluntariamente en Chile,
pero a pesar de todo, cuando se realizaron las elecciones
parlamentarias de ese año fue candidato a Senador por Junín
llevado por el partido Civil, previa consulta que éste hizo
a Grau. Al resultar Pardo elegido decidió retornar al Perú,
llegando al Callao el 2 de septiembre de 1877, no obstante
que personas amigas y entre ellas Grau le habían recomendado
no hacerlo porque había un clima político muy tenso. Al
producirse su asesinato, Grau fue designado por su Cámara
para que fuera uno de los diputados que conduciría el
féretro en el trayecto de la iglesia de Santo Domingo a la
catedral.