La
imagen de Nuestra Sra. del Rosario había ocupado un lugar destacado
en la catedral, inaugurada en 1884. Había sido donada por una dama
que la había traído de Roma, luego de ser bendecida por el
papa León XIII. La imagen es de madera y ligeramente más
alta que una mujer de estatura normal.
Luego de distintas ubicaciones de la Imagen en la catedral, y a raíz de su deterioro, la misma fue depositada en el campanario, a la espera de una reparación que nunca llegaba. El padre Pérez, rector de la catedral y confesor de Gladys, quiso averiguar si la imagen que se encontraba deteriorada en el campanario, coincidía con la descripción de Gladys. Mandó llamar a la vidente y la llevó hasta el campanario. Gladys reconoció inmediatamente la imagen de la aparición, a pesar que sin la mano y sin el rosario. En ese mismo instante la Virgen se le apareció delante de la imagen y le dijo: "Me tienen olvidada, pero he resurgido; ponedme allí porque me ves tal cual soy (ve detrás un vitraux de la Santísima Trinidad y Angeles). "No os apenéis , ya me tendrán..." "Quiero estar en la ribera del Paraná; ponéos firmes; allí viste mi luz, que no flaqueen tus fuerzas. Gloria al Altísimo Padre". Ella dejará, entonces, la catedral, su lugar de origen, para estar al alcance de un público más amplio, para el bien de la Diócesis y de toda la Argentina. El padre Pérez mandó reparar la imagen por el escultor Pascual León Scaglione en 1984. Le llevó un trabajo aproximado de 22 días, la imagen tiene cerca de 200 años, está confeccionada en madera, más precisamente en pino orejón. Tiene 1,80 de alto y le faltaba la mano derecha, dos dedos de la mano del Niño, dos dedos de la mano izquierda, la naricita, la pera, el pulgar del pie izquierdo de la Virgen y una rotura en el manto. Luego fue pintada por la señorita Mabel Bertetti. La expresión de su rostro es hermosa, tiene mucha dulzura y el sólo verla produce una sensación de bienestar, lo mismo ocurre con el Niño Jesús. Después de su reparación se colocó en sus manos y en las de su Hijo, un rosario nuevo. Comenzó, entonces, un constante desfile por la Catedral, ante la imagen de su Patrona, que no ha cesado hasta el día de hoy. Millares de hijos huérfanos se encontraban con su Madre y la visitaban con gran alegría...! |
