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INTRODUCCIÓN
Simón Bolívar (1783-1830), militar y político sudamericano de origen venezolano,
presidente de Venezuela (1819), presidente y creador de la República de la Gran
Colombia (1819-1830) y dictador de Perú (1824-1826), se convirtió desde 1813 en
el máximo conductor de la revolución que culminó con la emancipación de
Sudamérica frente al poder colonial español, por lo que es conocido como el
Libertador.
Nació en Caracas el 24 de julio de 1783, en el seno de una
familia de ricos criollos, los Bolívar y Ponte-Palacios y Blanco. Estudió de
manera no convencional con maestros como el escritor y político venezolano
Andrés Bello y el filósofo y educador también venezolano Simón Rodríguez, si
bien fue este último quien en su etapa caraqueña contribuyó en más alto grado a
forjar la personalidad de Bolívar.
VIAJES A EUROPA
Con el grado de subteniente viajó a Madrid, donde residían sus tíos maternos.
Allí, el joven Simón, de apenas 19 años de edad, contrajo matrimonio con María
Teresa del Toro y Alayza el 26 de mayo de 1802, y pronto regresó a Caracas para
dedicarse a la explotación agrícola en las haciendas heredadas de sus mayores.
A la muerte de su esposa, a escasos ocho meses de
matrimonio (22 de enero de 1803), Bolívar emprendió un nuevo viaje a España,
esta vez más consciente de la necesidad de un aprendizaje a fondo. Profundizó
sus estudios con la orientación del sabio marqués Gerónimo de Ustáriz, quien le
introdujo en la lectura de los clásicos antiguos y modernos, de los filósofos y
de los grandes pensadores.
Bolívar viajó a través de España, Francia e Italia. El 15 de agosto de 1805, en
la colina romana conocida como el Monte Sacro, juró libertar a su patria ante su
maestro Simón Rodríguez. De vuelta en Caracas en junio de 1807, conspiró contra
el régimen realista. El 19 de abril de 1810 los criollos destituyeron al
gobernador y capitán general de Venezuela, Vicente Emparán, integrando la
denominada Junta Suprema Conservadora de los Derechos del rey español Fernando
VII, eufemismo tras el que se ocultaban verdaderas intenciones de independencia
política. Con el grado de coronel, Bolívar fue en misión diplomática a Londres,
donde consiguió inclinar las simpatías del gobierno británico hacia la
revolución venezolana. En esa misma capital inglesa se entrevistó con el
precursor de la independencia Francisco de Miranda y lo invitó a regresar a
Venezuela.
PRIMERAS CAMPAÑAS MILITARES
Perdida la primera República, debido al fracaso militar de Francisco Rodríguez
del Toro, primero, y luego de la derrota de Francisco de Miranda, quien capituló
en San Mateo el 25 de julio de 1812, los principales dirigentes independentistas
hubieron de exiliarse. Bolívar obtuvo el pasaporte para la isla antillana de
Curaçao, desde donde viajó a la que había sido la capital del virreinato de
Nueva Granada y que en la actualidad es la ciudad colombiana de Cartagena. Allí
publicó el 2 de noviembre de ese año el conocido como Manifiesto de Cartagena,
en el que criticaba la irresoluta actuación de Miranda, que había conducido a
éste a la capitulación; y el 15 de diciembre siguiente la denominada Memoria a
los ciudadanos de Nueva Granada, por medio de la cual invitaba a éstos a
acompañarlo en la liberación de Venezuela, tras explicarles cuáles fueron las
causas del fracaso republicano, enumerando entre éstas la adopción del sistema
tolerante, la disipación de las rentas públicas y la implantación del sistema
federal.
De inmediato inició una campaña fulgurante a lo largo del río Magdalena,
desplazando a los realistas a lo largo de todo el territorio hasta llegar a la
actual ciudad colombiana de San José de Cúcuta. Desde ésta emprendió el 14 de
mayo de 1813 la denominada Campaña admirable, que le condujo triunfante hasta
Caracas el 6 de agosto, luego de reconquistar las ciudades a su paso. En la
venezolana ciudad de Trujillo dictó la proclama de "Guerra a muerte".
Reconquistada la capital de la capitanía general de
Venezuela, Bolívar gobernó mediante tres secretarías de Estado, pero no se
estacionó en Caracas, sino que combatió en Bárbula el 30 de septiembre de 1813 y
en Las Trincheras cuatro días más tarde. La Municipalidad de Caracas lo proclamó
el 14 de octubre de ese año capitán general de los Ejércitos de Venezuela, con
el título de Libertador.
Bolívar sufrió el 10 de noviembre de 1813 una derrota en
Barquisimeto, pero logró vencer en Vigirima quince días más tarde y en Araure el
5 de diciembre. Por su parte, uno de sus generales, José Félix Ribas, derrotó a
los realistas en La Victoria el 12 de febrero de 1814. El propio Bolívar triunfó
dos veces sobre el realista José Tomás Rodríguez Boves en San Mateo (28 de
febrero y 25 de marzo de ese año), y sobre Juan Manuel Cagigal en la primera
batalla de Carabobo, que tuvo lugar el 28 de mayo, triunfos que no obstante no
lograron consolidar las tropas bolivarianas. Presionado el Libertador por Boves,
emigró el 7 de julio a la región de Oriente al frente de 20.000 caraqueños. En
Aragua de Barcelona, Bolívar y José Francisco Bermúdez perdieron el 17 de agosto
de ese año frente al general español Francisco Tomás Morales la batalla más
sangrienta de la guerra independentista.
BOLÍVAR EN LAS ANTILLAS
Proscritos Bolívar y el también independentista venezolano Santiago Mariño por
los propios patriotas, se embarcaron ambos hacia Cartagena, después de que el
Libertador dictara el 7 de septiembre de 1814 su denominado Manifiesto de
Carúpano. Ese año terminó con la muerte de Boves y la derrota de los patriotas
comandados por Ribas en la batalla de Urica, ambos hechos ocurridos el 5 de
diciembre.
Ante las disensiones internas de los neogranadinos, Bolívar renunció y se
embarcó el 10 de mayo de 1815 con destino a la isla británica de Jamaica, donde
el 6 de septiembre de ese año dio a conocer su famosa Carta de Jamaica,
considerada profética por los alcances visionarios que contenía en lo relativo a
la política futura de los países hispanoamericanos.
De Jamaica el Libertador pasó a la cercana Haití, donde los
exiliados venezolanos le eligieron jefe supremo, y con este carácter organizó la
llamada expedición de Los Cayos con los buques y pertrechos facilitados por el
presidente haitiano Alexandre Petion. Al frente de dicha expedición, desembarcó
Bolívar en Juan Griego, en la isla Margarita, el 2 de mayo de 1816, después de
haber librado el día anterior un combate naval cerca de la isla de Frailes.
NUEVAS CAMPAÑAS
Fracasada esta parte de la campaña, pese a haber avanzado hasta Ocumare de la
Costa (en el actual estado de Aragua), Bolívar regresó a Haití, y con una
segunda expedición desembarcó de nuevo en Juan Griego el 28 de diciembre de
1816, extendiendo la acción patriota a otros puntos orientales y meridionales
venezolanos.
La batalla de San Félix, ganada brillantemente el 11 de abril de 1817 por el
general Manuel Carlos Piar, puso a disposición de los independentistas los
inmensos recursos de la región de Guayana y la importante vía fluvial del río
Orinoco. En Angostura (actual Ciudad Bolívar) se asentaron los poderes públicos.
Bolívar creó el Consejo de Estado el 30 de septiembre y el Consejo de Gobierno
cinco días después, asimismo fundó el Correo del Orinoco el 27 de junio de 1818
como medio de difusión de las ideas y acciones republicanas.
Entre tanto, el 30 de enero de 1818 había establecido
contacto personal con el general José Antonio Páez en la región de Los Llanos, y
con éste y otros jefes patriotas emprendió la conocida como Campaña del Centro,
compartiendo victorias (Calabozo, 12 de febrero) y derrotas (Semen, 16 de marzo)
con el general realista Pablo Morillo. Bolívar regresó a Angostura, donde el 15
de febrero de 1819 instaló mediante medular discurso el segundo Congreso de
Venezuela, más conocido como el Congreso de Angostura.
EL DISCURSO DE ANGOSTURA
El Discurso de Angostura es la pieza oratoria más importante de Simón Bolívar.
Hace un análisis sociológico de los venezolanos; se pronuncia contra la
esclavitud y a favor de la democracia; mantiene su preferencia por el
centralismo frente al federalismo; propone un Senado hereditario como base
fundamental del poder legislativo; se inclina por un poder ejecutivo enérgico al
estilo británico; hace de la educación popular "el cuidado primogénito del amor
paternal del Congreso", acuñando la máxima: "Moral y luces son los polos de una
República: moral y luces son nuestras primeras necesidades"; y plantea un poder
moral para prevenir la corrupción administrativa, lo que no fue acogido por los
diputados de entonces sino como apéndice de la llamada Constitución de
Angostura, sancionada el 15 de agosto de 1819 y segunda del constitucionalismo
venezolano.
PRESIDENTE VENEZOLANO
Elegido presidente de Venezuela el 15 de febrero de 1819, Bolívar, hombre de
acción, se dirigió en busca de la libertad de Nueva Granada. Desde Apure, con
soldados llaneros y oficiales de la Legión Británica, emprendió la denominada
Campaña de los Andes, que culminó el 7 de agosto de ese año con la derrota del
general realista José María Barreiro en la batalla de Boyacá. Al huir de Santafé
de Bogotá el virrey nominal Juan de Sámano, quedó definitivamente libre del
poder colonial español el territorio del antiguo virreinato de Nueva Granada.
Bolívar formó gobierno en Santafé, nombrando vicepresidente al general Francisco
de Paula Santander, dictó medidas administrativas y regresó a Angostura, donde
el 17 de diciembre de 1819 creó la República de la Gran Colombia, integrada por
los departamentos de Venezuela, Cundinamarca (es decir, las que habían sido
desde 1810 las Provincias Unidas de Nueva Granada) y Quito (buena parte del
actual Ecuador).
Beneficiado por la revolución liberal ocurrida tras el pronunciamiento de Rafael
del Riego en España, que había tenido lugar el 1 de enero de 1820, firmó el 27
de noviembre de ese año un armisticio y el conocido como Tratado de
Regularización de la Guerra con el general español Pablo Morillo. Roto el
armisticio, se llegó el 24 de junio de 1821 a la batalla de Carabobo, que
aseguraba la independencia de Venezuela.
LAS VICTORIAS DEFINITIVAS
Entre tanto, Bolívar había encomendado al joven general Antonio José de Sucre la
incorporación de Guayaquil a la República de la Gran Colombia. Lograda ésta,
Sucre se apresuró a liberar Quito, lo que consiguió el 24 de mayo de 1822 con su
triunfo en la batalla de Pichincha. Por su parte, el Libertador venció el 7 de
abril de 1822 en Bomboná y el 6 de agosto de 1824 hizo lo propio en Junín,
preludios de la decisiva batalla de Ayacucho, librada por Sucre el 9 de
diciembre de ese último año, con lo que prácticamente quedaba libre del poder
colonial español toda América del Sur. En Quito conoció Bolívar a Manuela Sáenz,
a quien hará su compañera prácticamente hasta el final de sus días.
Después de la entrevista de Bolívar y el general argentino
José de San Martín en Guayaquil, celebrada los días 26 y 27 de julio de 1822, el
Libertador había decidido auxiliar a Perú con soldados y armas. Autorizado por
el Congreso de la Gran Colombia, llegó a Lima, cuyo gobierno le pedía que
dirigiera la guerra. El Congreso peruano le nombró dictador el 10 de febrero de
1824, y a partir de entonces logró controlar las intrigas de la nueva república,
al tiempo que organizaba el Estado, creaba colegios, establecía la Universidad
de Trujillo (actual Universidad Nacional de La Libertad) o decretaba pena de
muerte para los defraudadores del tesoro público; hasta que se vio obligado a
delegar todas sus facultades en Sucre el 24 de octubre de 1824 por habérsele
suspendido la autoridad para dirigir la guerra en el sur de Perú.
Después de la batalla de Ayacucho, una Asamblea reunida en
Chuquisaca (actual ciudad boliviana de Sucre) acordó el 6 de agosto de 1825 la
independencia del Alto Perú, que cinco días más tarde habría de llamarse Bolivia
en su honor, cuya Constitución redactó el propio Bolívar. Cuando iba camino de
Venezuela, llamado por el estallido de la sublevación de la Cosiata, que había
tenido lugar el 30 de abril de 1826, en Perú le nombraron presidente vitalicio
el 30 de noviembre de ese año, pero el Libertador no aceptó.
ÚLTIMOS AÑOS
Ya en Venezuela, indultó a los comprometidos en la Cosiata y el 1 de enero de
1827 sostuvo en el cargo de jefe superior civil y militar a Páez. Reformó los
estatutos de la Universidad de Caracas (actual Universidad Simón Bolívar) y se
dirigió a Santafé de Bogotá el 5 de julio siguiente. Bolívar no regresó nunca a
Venezuela.
Disuelta la Convención de Ocaña de abril de 1828, Bolívar dictó el Decreto
Orgánico de la Dictadura el 27 de agosto de ese año y eliminó la vicepresidencia
de la Gran Colombia, con lo cual Santander quedaba sin autoridad. Ello condujo
al atentado contra la vida del Libertador del 25 de septiembre de aquel año. Si
se salvó físicamente, gracias a la intervención de su amante Manuela Sáenz,
moralmente quedó muy afectado.
Bolívar renunció ante el último Congreso de la Gran
Colombia el 27 de abril de 1830, y partió once días más tarde desde Santafé
hacia Cartagena. Allí recibió, el 1 de julio, la noticia del asesinato de Sucre,
que había ocurrido en la montaña de Berruecos el 4 de junio.
Esto terminó por minar la ya resentida salud del Libertador, quien llegó a la
ciudad colombiana de Santa Marta el 1 de diciembre para trasladarse luego a la
cercana quinta de San Pedro Alejandrino. Rodeado de muy pocos amigos dictó
testamento y su última proclama el 10 de diciembre; y atendido por el médico
Alejandro Próspero Reverend falleció el 17 de diciembre de 1830. Doce años más
tarde, sus restos mortales fueron trasladados a Caracas. Su inhumación en el
Panteón Nacional tuvo lugar el 28 de octubre de 1876.
Muchos son los topónimos e instituciones que han recibido
en honor a Bolívar su nombre, no sólo las mencionadas República de Bolivia,
Ciudad Bolívar o Universidad Simón Bolívar: así, un departamento y diferentes
municipios colombianos, un estado y la propia moneda venezolana (el bolívar), e
incluso el nombre oficial de su país de origen, que se transformó por medio de
la Constitución de 1999 en la República Bolivariana de Venezuela. Asimismo, un
municipio del estado mexicano de Durango (General Simón Bolívar) y una provincia
ecuatoriana tienen por denominación el apellido del Libertador. Del mismo modo
que distintos picos y cerros colombianos y venezolanos han pasado a ser
distinguidos con su patronímico. Por no mencionar los cuantiosos parques y
plazas de muchas de algunas de las más importantes ciudades sudamericanas (como
Caracas, Cartagena, Santafé de Bogotá o Guayaquil), bastantes de las cuales
cuentan a su vez con el correspondiente monumento dedicado a honrar la memoria
de la principal figura de la independencia latinoamericana.
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