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Cristo Hoy
1. Vivir como el Hijo
2. Memoria y Esperanza
3. Una nueva humanidad
4. El sabor cristiano
5. Contagiar el amor
6. La nueva justicia
7. Hijos a conciencia
8. No hay otra alternativa
9. Camino de perfección
10. Enigma de comunión
11. Mirar como Hijos de Dios

12. Una lucha cotidiana

 

II. EL SERMÓN DE LA MONTAÑA 

Lectura guiada de Mateo capítulos 5 al 7

Vivir como el Hijo – Vivir como Hijos.

 

Querido Lector: Desde esta columna te estoy presentando, la segunda entrega de la guía de lectura y meditación del Sermón de la Montaña  (Mateo, capítulos 5 al 7). Espero que te ayude a comprender mejor lo que quiere enseñarnos Jesús en él: a vivir tú también como Hijo y a obrar como tu Padre celestial. Prosigo en esta segunda entrega con algunas explicaciones generales a las Bienaventuranzas.

 

LAS BIENAVENTURANZAS (Mt. 5, 1-12)

Habíamos dicho que las Bienaventuranzas son 1) un retrato de Jesús y un modelo de vida filial para sus discípulos y 2) que cada una de ellas contiene una promesa del Padre a quien viva como hijo. La primera y la octava dan por iniciado el cumplimiento de su promesa que es, para ambas, la misma: “de ellos es el Reino de los Cielos”.

3) Agreguemos una tercera observación que ayuda a comprender mejor el espíritu de las Bienaventuranzas. La ley del Antiguo Testamento, expresada en el decálogo, se fundamentaba sobre todo en la memoria de las obras salvadoras de Dios, como pruebas de su amor. Moisés le recordaba al pueblo las hazañas de Dios en su favor al sacarlos de Egipto, cruzar el Mar Rojo y llevarlos a la Tierra Prometida.

El Sermón del Monte se basa, más que en la memoria de las obras pasadas, en la esperanza de que el Padre cumplirá en sus hijos las Promesas, como las cumplió en Jesús.

4) Y ahora, querido lector, te invito a que me sigas en atender a un detalle del texto evangélico sobre el que uno puede pasar sin advertirlo. Para que la Sagrada Escritura nos entregue sus secretos es necesario que seamos alumnos muy atentos a sus más mínimos detalles. El lector apresurado pasará por encima de ellos sin advertirlos y se privará de muchas enseñanzas. En la Sagrada Escritura Dios a menudo se hace el tonto para que el soberbio pase de largo y sólo el humilde, que se detiene atento a escuchar y a preguntar, logre entender.

El detalle sobre el que quiero llamarte la atención es que Jesús pasa de hablar de “ellos” a hablar de “vosotros”. En 5, 11 Jesús deja de referirse a terceros, en forma impersonal, y de aquí en adelante hasta el final del Sermón de la Montaña, personaliza su discurso interpelando a los presentes en segunda persona: "Bienaventurados seréis..." Esto indica que este versículo cierra las Bienaventuranzas y da comienzo al resto del Sermón del Monte en el que Jesús, aunque siga estando presente la muchedumbre, se dirige a sus discípulos. Es decir: a nosotros.

Hasta la próxima

Horacio Bojorge S.J.