Pompeyo el grande y las sublevaciones en el Imperio
Pompeyo el grande y las sublevaciones en el imperio
75ac-
Al morir Sila, el cónsul Lépido atacó su obra, intentando devolver los bienes a las muchas personas que Sila había confiscado y aboliendo sus leyes, el Senado para librarse de este lo mandó a gobernar la Galia Cisalpina cosa que era común cuando había algún político que amenazara la integridad del imperio, de esa manera se deshacían de la manera más diplomatica posible. Lépido no lo vió tan diplomatico, y una vez en la Galia se proporcionó de dinero, de un ejército y se dispuso a marchar sobre Roma, por aquel entonces una de las figuras principales en Roma era Pompeyo, quien había sido un general de Sila, favorito de este por su talento y sus maneras. Pompeyo fue encargado de combatir a Lépido aún cuando no fuese magistrado, se disponía este a partir a la Galia, pero Lépido se había adelantado y se encontraba ya a las puertas de Roma, Pompeyo le dio batalla derrotándolo con relativa facilidad, Lépido huyó y desapareció poco mas tarde, Pompeyo fue a sitiar la ciudad de Módena donde se hallaba el resto de las fuerzas del infortunado cónsul, finalmente resultó victorioso.Pompeyo Magno (106ac-48ac)
El Senado había logrado recuperar la Galia gracias a Pompeyo, pero en tanto en España se había reorganizado uno de los antiguos partidarios de Mario, Sertorio había logrado escapar de la matanza de Sila en Italia y refugiado en la Lusitania, actual Portugal donde había logrado hacerse de un ejército de semibárbaros animados por la ambición de caer sobre Roma. Sertorio reunió todos los restos de ejércitos que Sila iba derrotando, incluso los hombres de Lépido se le unieron más adelante, también reunió un grupo de patricios proscritos quienes habían logrado escapar, y habían formado un Senado en la ciudad de Osca. Luego de haber derrotado a tres generales romanos y había logrado entrar en España en donde se hallaba establecido ahora.
El Senado resolvió tomar medidas contra este nuevo obstáculo mandando a Metelo quien hubiera sido la mano derecha de Sila, Metelo llegó a España pero acostumbrado a batallas regulares además de que ya se encontraba viejo, no supo hacerle frente a Sertorio quien le hacía la guerra por medio de emboscadas.
Fue enviado en su ayuda a Pompeyo y habiendo concretado reunirse en España con Metelo, Sertorio lo atacó bruscamente antes de que unieran fuerzas, Pompeyo sobrevivió de milagro ya que dícese que logró escapar gracias a que los bárbaros se estaban repartiendo el botín antes de perseguir a los sobrevivientes, Metelo llegaba justo y Sertorio desistió en salir en la búsqueda del joven Pompeyo. Luego de la batalla se dijo así mismo, "Sin esa vieja (Metelo), habría mandado a Roma a ese niño (Pompeyo) luego de haberle dado de palos".
Metelo resolvió finalmente pedir un alto precio por la cabeza de Sertorio, por lo que mas tarde sus propios oficiales conspiraron contra el para cobrar la recompensa, luego sus fuerzas fueron dispersadas fácilmente por la ausencia de un líder que los dirigiese.
Espartaco- En Sicilia los esclavos eran maltratados y ya varias veces desde hacía 60 años se habían sublevado contra los romanos, esta vez ocurrió en una escuela de gladiadores en Cápua, donde algunos gladiadores bárbaros lograron hacer escapar a todos sus camaradas, fueron a una carnicería donde se armaron de cuchillas, luego atacaron un carro que venía con armaduras y espadas para los gladiadores se hicieron de las armas y escaparon hacia las montañas. Fueron algunos pequeños ejércitos romanos a sitiarlos a la montaña, pero los bárbaros liderados por Espartaco uno de los gladiadores, lograron desbandar el sitio una y otra vez. Luego Espartaco cruzó a Italia donde volvía con los tracios, germanos, y galos hacía sus respectivas patrias, procurando siempre ir por las montañas para no encontrarse con ningún ejército.
Fue llamado entonces a Craso para que interviniese, Craso era el hombre mas rico de Roma entonces, y era como Pompeyo un antiguo general de Sila, Espartaco luego de haber devuelto a varios bárbaros sublevados a sus respectivas patrias, se propuso volver a Italia para formar una nueva legión de sublevados, volvía este con un ejército poco más reducido que el anterior, y cuando se hallaba a punto de cruzar a Sicilia, Craso lo encerró en la península de Calabria, Espartaco logró burlarlos, pero Craso lo siguió hacía Lucania no muy seguro de que sus fuerzas pudieran ser capaces de derrotar a Espartaco, mandó llamar a Pompeyo que se encontraba luchando contra Sertorio en España, y a Lúculo de Asia pero luego queriendo tener toda la gloria para sí mismo atacó a los bárbaros quienes fueron exterminados definitivamente, Espartaco murió combatiendo. Los sobrevivientes del ejército de Espartaco fueron crucificados a lo largo de la carretera que una Roma con Cremona dejando una vía macabra. Pompeyo cuando volvía de España terminó de asesinar a algunos de sus hombres que escapaban hacía el norte.
Luego habiendo llegado a Roma Craso y Pompeyo, se pusieron de acuerdo y se hicieron elegir cónsules, restableciendo algunas antiguas leyes de los Gracos.
Contraataque de Mitridates y La conquista del reino de Tigranes
En tanto en Asia, Mitridates se había reorganizado nuevamente, y con ayuda de un general romano enviado por Sertorio, logró formar un nuevo ejército de bárbaros enseñados a combatir a la romana, Mitridates logró liberar a las ciudades griegas en Asia Menor, Lúculo fue enviado por el Senado a hacerle frente a Mitridates, Lúculo luego de derrotarlo, se estableció en su reino donde los soldados romanos se dedicaron al saqueo y al pillaje, Mitridates huyó al reino de Armenia, a la corte de su suegro Tigranes, este rey se hacía llamar rey de reyes, y tenía en su posesión un imperio que abarcaba la región de Armenia, la Media y parte de Siria, Lúculo se presentó en Tigranocertes la capital del Imperio armenio donde exigió que el anciano rey de Ponto fuera entregado, Tigranes se ofendió por la propuesta y por haberle llamado rey y no rey de reyes.
Lúculo no tuvo otra alternativa que atacar, y luego de cruzar el río Éufrates, llegó de manera tan brusca y sorpresiva que Tigranes huyó hacía la capital dejando todo las fronteras del imperio a merced de los romanos, más tarde Lúculo apostó su ejército a las puertas de Tigranocertes, ciudad que había sido fundada recientemente, y había sido poblada por bárbaros y griegos sometidos, Lúculo derrotó al ejército de Tigranes que consistía principalmente de jinetes con armaduras, luego saqueó la ciudad y devolvió a sus habitantes a sus respectivas patrias, pero los hombres de Lúculo estaban descontento con este por no haberles dejado saquear las demás ciudades del reino de Tigranes, por lo que resolvieron por cuenta de ellos liberar a Mitridates.
65ac- Los romanos entre tantos conflictos no vieron un peligro mayor que se acrecentaba, y eran saqueadores que se dedicaban a la piratería, primero al sur de Asia Menor en las montañosas costas de Cicilia y más tarde por todo el Mediterráneo, se dice que constituían un verdadero Estado con una flota de más de 1.000 navíos, dícese que poseían la popa dorada, los remos eran plateado, y la cubierta estaba forrada alfombras púrpuras, habían conseguido un gran poderío saqueando ciudades y templos, habían entre ellos engendrado un odio feroz hacía los romanos y cuando capturaban a alguien que decía ser ciudadano romano era adorado sarcásticamente como a un dios se lo llenaba de ropas de lujo y se les pedían millones de disculpas, luego bajaban una escalinata hacia el agua, y le decían que podía irse tranquilamente, si el romano se negaba, era arrojado al mar por la fuerza, los romanos poco habían podido hacer ya que cada vez que eran perseguidos se refugiaban en inaccesibles escondites en todo el Mediterráneo.
El pueblo por medio de un tribuno tomo medidas contra este inconveniente ya que nadie navegaba ya y el imperio se empobrecía por la falta de mercado, se le dio entonces un poder ilimitado a Pompeyo para terminar con la plaga, se le concedieron todos los ejércitos que se encontrasen a las costas del Mediterráneo, contando así con unos 150.000 efectivos, se le concedió también el derecho de tomar del tesoro cuanto le plazca y el mando de las tropas de Lúculo, Pompeyo expulsó a los piratas de Italia y de Sicilia en cuestión de seis semanas, luego fue a Roma a darse un descanso, dirigiéndose luego a Grecia desde donde los desbarató en cincuenta días, más tarde los arrinconó en Cicilia y perdonó a todos los que se rindieron, les obligó a entregar su capital y luego los diseminó por todas las ciudades de Asia.
Pompeyo fue a Asia a encontrarse con Lúculo y al verse ambos se alabaron sus numerosas hazañas, pero finalmente terminaron insultándose uno a otro, luego de su discordia con Lúculo salió en busca de Mitridates quien asolaba nuevamente la región con un ejército improvisado, Pompeyo lo derrotó, y el incansable rey de Ponto finalmente fue a pedir la paz personalmente al campamento de Pompeyo, este le exigió fuertes multas como indemnización. Luego, Pompeyo se fue a hacer la guerra a unos montañeses que asolaban desde el Cáucaso llegando hasta el mar Caspio, Pompeyo restableció el orden en Asia donde formó una provincia con el antiguo reino de Mitridates, y otra con el reino que Tigranes hubiera quitado a Antíoco. Mitridates en tanto había logrado aliarse a numerosos pueblos bárbaros de más allá del Danubio y planeaba un nuevo ataque penetrando a Italia por los Alpes, pero su hijo, Farnaces, cansado ya de las desventuras que su padre les hacía pasar, se sublevó y se alió a Roma, Mitridates se suicidó, moría con 69 años siendo después de Aníbal el enemigo más formidable de los romanos.
Marco Tulio Cicerón el más grande de los oradores romanos
Mientras Pompeyo se encontraba en Asia revestido de un inmenso poder, en Roma aparecían dos personajes, Catilina era un joven patricio a quien Sila había arruinado cuando la época de las proscripciones, éste había comenzado una especie de guerra civil luego de obtener apoyo de antiguos partidarios de Mario y otros nobles arruinados por Sila, a pesar de que muchos enemigos del Senado apoyaron a Catilina para el titulo de cónsul, fue Marco Tulio Cicerón el que le arrebató el consulado, Cicerón era de origen humilde era abogado y ya era una figura conocida en Roma desde hacía tiempo, Catilina no toleró el no haber sido electo por lo que decidió planear numerosas conspiraciones para derrocar el gobierno romano, Cicerón logró controlar los atentados contra el gobierno romano y pronunció entonces las famosas catilinarias, la primera fué pronunciada el 8 de noviembre del
año 66ac, Catilina se vio obligado a abandonar Roma, la segunda lo hizo en presencia del Senado al día siguiente queriendo demostrar que Catilina continuaría conspirando a pesar de haberse fugado. A pesar de la gran elocuencia que poseía el orador romano, poco podían hacer sus discursos contra las fuerzas de Catilina. En tanto éste se encontraba planeando un ataque a Roma en Etruria, el Senado envió a Antonio contra los sublevados, Catilina intentó cruzar los Apeninos pero fue bloqueado por las tropas de Antonio y luego se vio obligado a descender, por un ejército de bárbaros procedentes del norte que casualmente merodeaban por aquella región, Catilina fue arremetido por las fuerzas de Antonio, y murió en la batalla, a pesar de la muerte de éste sus partidarios no se dieron por vencido, y trataron un acuerdo con los alóbroges un pueblo galo que se comprometía a darle sus hombres a cambio de obtener la independencia, pero los delegados del ejército galo tuvieron miedo y decidieron confiarle todo a Cicerón quien hizo que fueran apresados y degollados los últimos partidarios de Catilina.