La ruina de Craso
55a
c- Habiéndole correspondido a Craso, la administración de la provincias en Asia, decidió hacerle la guerra a los partos, quienes en aquel entonces dominaban un territorio que comprendía los mismos países que el del antiguo imperio persa, Craso organizó la caballería para frenar a la de los partos y marchó con ésta y sus legiones, al pasar el Éufrates no quiso arriesgar a tomar Seleúcida a la que podía haber tomado por sorpresa, por temor al invierno que se acercaba, volvió a Siria a esperar refuerzos que enviaba el rey aliado de Armenia. Los armenios aconsejaron a Craso seguir determinada ruta pero este se negó y siguió por su cuenta a través del Éufrates, luego un jefe árabe se ofreció a conducirlo por territorio seguro, pero este era un enviado de los partos quienes le habían tendido una trampa. Los partos atacaron a Craso sorpresivamente, y los romanos poco pudieron hacer contra los veloces jinetes, quienes disparaban con un arco de gran longitud, flechas que eran capaces de atravesar los escudos de los romanos, el hijo de Craso que comandaba la caballería fue acorralado y muerto, Craso perdió entusiasmo cuando los partos le enseñaron la cabeza del joven Craso ensartada en una lanza, por lo que ordenó la retirada, pero un enviado de los partos pidió una entrevista con este, Craso acudió a negociar al campamento parto donde fue muerto.
50ac- Con la muerte de Craso, Pompeyo era ahora dueño absoluto de Roma, se suponía que debía estar cumpliendo con sus funciones de gobernador en las provincias de Africa, pero había dejado el mando a generales a cargo suyo, y permanecía en Roma a la expectativa de las elecciones a relizarse próximamente. Clodio el partidario de César era uno de los candidatos pero fue asesinado, el pueblo furioso ya que la mayoría simpatizaba con César tomó la ciudad por la fuerza, el Senado se resignó a elegir cónsul a Pompeyo, quien puso punto final a los desordenes en Roma. Pompeyo entonces decidió aplazar el cargo de César en la Galia por tiempo indeterminado, se alió con enemigos de este, e incluso le negó el matrimonio a la hija de César.
César tuvo la suerte de que se aprobase una ley que permitía ser cónsul aún cuando estuviera gobernando fuera de Roma, se presento para el consulado, pero justo se hallaba en su campaña contra Vercingetórix, corría el rumor de que César había muerto y Curión un tribuno propuso quitarle los poderes a Pompeyo, se votó pero Pompeyo ganó por una cantidad abismal de votos, Curión enfadado le entregó él mismo el mando de las tropas de Italia. César mandó decir por medio de sus partidarios que quería que Pompeyo renunciase a el poder total sobre el ejército y que renovaran su alianza. Pompeyo se negó y con sus tropas se dedicó a expulsar a los partidarios de César, pero el pueblo no estaba de acuerdo con la acción de Pompeyo, este se retiró muy enfadado con los romanos en medio de amenazas y maldiciones.
Enterado César se dirigió hacia Italia, en el había una ley que prohibía a los gobernadores provinciales volver armados desde la provincia, César dudó en el momento de cruzar el Rubicon, límite entre la Galia e Italia, cuando lo hizo declaró "¡La suerte está echada!", llegó a Italia con una legión, Pompeyo había regresado prácticamente desarmado pensando que César seguía ocupado con sus campañas en la Galia, pero al saber que estaba llegando con un ejército se retiró con los senadores no teniendo tiempo siquiera para transportar el tesoro. A la llegada de César no encontró casi resistencia, al contrario el pueblo lo aclamaba, y él declaraba que venía a liberar a los romanos de la tiranía y el despotismo. César permaneció en Roma contados días luego marchó hacia España a retener a dos generales que Pompeyo había dejado allí, luego de algunos enfrentamientos llegó a un acuerdo con estos.
Pompeyo era dueño aún de todo Medio Oriente incluido Grecia, tenía una flota en el Adriático, y tropas en Macedonia, César fue a su encuentro y sitió el campamento de Pompeyo cerca de Dyrrachium, pasaron algunas semanas, pero era inútil, Pompeyo recibía víveres por mar y César no podía arriesgar un ataque frontal ya que eran mucho más numerosos. César se retiró entonces por la montañas llegando a la Tesalia por que sus fuerzas necesitaban alimentarse, Pompeyo lo seguía de cerca y decidió darle batalla, contaba este con 47.000 hombres y 7.000 jinetes, mientras que César tenía solo unos 32.000 infantes y 1.000 de caballería. Pompeyo lanzó la caballería contra las legiones de César quienes se pusieron en retirada, pero César atacó repentinamente desde el costado con sus veteranos y jinetes, la joven caballeriza de Pompeyo fue destruida, luego de esta parcial derrota, Pompeyo sintió la falta de sus jinetes en los cuales se basaba para su estrategia de combate, César no le dejó tiempo para reorganizarse, y hubo de retirarse. Pompeyo se refugió en Egipto pero fue asesinado por orden del Faraón.
Catón era descendiente del antiguo Catón el censor, era de familia aristocrática y de joven había reunido una gran fortuna, de todas maneras siguió la misma filosofía de su antepasado, Catón el viejo, llevaba una vida modesta, comía y bebía poco e incluso caminaba descalzo. Era también un hombre conservador que al ver como la república agonizaba, se levantó con todas sus fuerzas para impedirlo, estuvo en contra de César y Pompeyo incluso cuando estos se hicieron la guerra. Catón había comenzado su carrera de joven habiendo sido electo tribuno militar, era muy querido entre sus soldados por sus sencillas costumbres, cosa que no era común entre los generales romanos. Fue elegido también cuestor y suprimió muchos gastos que el consideraba innecesarios.
La rivalidad entre Catón y César había empezado cuándo la época de Catilina, en la que Cicerón acusara a los cómplices de Catilina y quería condenarlos a muerte, César consideraba que este estaba siendo duro con estos e incluso se declaró en contra, pero Catón se puso de acuerdo con Cicerón y ordenaron la ejecución.
Catón se dclaró en contra de Pompeyo y César, más tarde en numerosas ocasiones, dícese que cuando Pompeyo solicitó la mayoría de los ejércitos para sí, Catón se resistió con todas sus fuerzas a aprobar la ley, aún cuando la muchedumbre furiosa casi lo mata, un senador lo salvo llevándolo a rastras a un templo. En otra ocasión cuando Pompeyo solicitó fuerzas para sus provincias y César hizo lo propio para su campaña en la Galia, Catón fue el único que se declaró en contra, Pompeyo que era cónsul por aquel entonces lo acusó falsamente mandándolo a prisión, y más tarde lo mandó a Oriente en una misión para desembarazarse de él, pero a su regreso Catón se hizo elegir pretor y cuando Pompeyo tomó las armas y se declaró en contra de César, Catón lo apoyó diciendo que era Pompeyo el que había ocasionado dicha situación y que él mismo debía encargarse. Más tarde al enterarse de la derrota de Pompeyo se retiró al África con un pequeño ejército, pensaba reunirse con Pompeyo en Egipto hasta que supo de la muerte de éste, por lo que se encerró en Útica con algunos senadores, al saber que César iba en su busca quiso poner la ciudad en estado de defensa pero sus soldados se consideraron demasiado reducidos para sostener un sitio, Catón viéndose perdido se enterró su espada en el vientre.
47ac- Luego de vencer a Pompeyo, César aún tuvo que vérselas con sus ejércitos, que habían quedado diseminados por todo el Imperio, César fue primero a Egipto con 4.000 soldados, le fue presentada la cabeza de Pompeyo la cual enterró con respeto, luego hubo una gran sublevación en Alejandría y César a duras penas lograba contener la muchedumbre cuando aparecen unos 20.000 infantes egipcios a sitiar la ciudad. Para escapar, César hubo de incendiar parte de la ciudad, mientras los egipcios se ocupaban de salvar invaluables documentos de la biblioteca de Alejandría, rápidamente abordó una galera con parte de sus hombres, y se fue a Asia donde se entrevistó con Cleopatra a quien cedió el reino egipcio.
En tanto en el reino de Ponto el hijo de Mitridates había aprovechado las guerras civiles romanas para conquistar algunos pequeños reinos a los alrededores del Ponto incluyendo parte de la provincia del Asia, César fue y lo derrotó con relativa facilidad, escribió una carta a un amigo diciéndole "veni, vidi, vici", llegué, lo vi y lo vencí.
A su regreso a Roma, César se encontró con numerosos motines y revueltas a las cuales tuvo que reprimir, la causa era que mucho de sus hombres reclamaban su licencia, y se quejaban de no haber recibido sus sueldos, César luego de pagarles, les incito a que se fueran y a que no volvieran, pero sus hombres le guardaban un profundo respeto, y les pidieron que los perdonase.
Más tarde marchó a la provincia de África con un ejército de 5.000 infantes y 150 jinetes, se debía enfrentar con las fuerzas de un rey númida quien se había sublevado apadrinado por un senador partidario de Pompeyo, César luego de recibir refuerzos fue a sitiar la ciudad de Tapso, los ejércitos pompeyanos fueron a levantar el sitio, pero César los derrotó y luego de tomar la ciudad restableció el orden en la provincia.
La última resistencia la tuvo en España donde quedaban remanentes de los ejércitos de Pompeyo, César fue a someterlos, pero los rebeldes sabían que eran inferiores no en número si no en organización y disciplina, además no contaban con la experiencia de los veteranos de César, el general romano hubo de soportar durante varios meses una guerra de escaramuzas y pillajes ya que los pompeyanos no se atrevían a darles una batalla frontal. Finalmente cuando se hubieran armado de confianza llevaron la guerra al campo de batalla donde fueron derrotados, los que se rindieron fueron ejecutados.
45ac- César finalmente se encontró como dueño absoluto de Roma, se había hecho elegir dictador primero por un año y luego por el resto de su vida, adquirió poder sobre todos los ejércitos del Imperio, tenía la potestad de un tribuno, un censor, y de cónsul, el mismo elegía a la mitad del Senado, y los candidatos a postularse debían ser autorizados por César, aumentó el número de senadores que llegó a 900, también trajo a senadores de origen extranjeros para que los pueblos sometidos tuvieran una mejor integración, el pueblo a menudo se burlaba especialmente de los senadores galos e íberos, hubo quienes por diversión publicaron mensajes en la vía pública diciendo que se rogaba no indicar a los senadores bárbaros el camino hacia la curia (lugar donde se reunía el Senado). A sus ejércitos personales les llenó de honores y los mandó a fundar colonias en Italia que se hallaba semidespoblada luego de tantas guerras. Otras cosas que reformó fue el suministro de trigo a la gente más miserable, se encontró con una lista de 350.000 beneficiados a los cuales redujo a unos 150.000, también fundó el llamado calendario juliano, antes el año contaba con 355 días y habían años en los cuales había de agregar un mes auxiliar, asesorado por astrónomos egipcios dejó el año en 365 días y un cuarto, y el mes que antes se llamaba quintilis, lo dejó como Julio en su honor.
A pesar de que César designó a gente de confianza como senadores, pretores y cónsules, entre ellos habían muchos descontentos quienes lo veían como a un tirano que había acabado con la vieja constitución, en una ocasión, Antonio uno de sus cónsules le obsequió una diadema, corona usada por los reyes de Oriente, César sabía que al pueblo le desagradaba la idea de un rey ya que les hacía pensar en los despóticos tarquinos, al recibir el presente en medio de una ceremonia coronó a la estatua de Júpiter en un templo. El pueblo le había tomado afecto pero un grupo de gobernantes, entre ellos Bruto, que se creía el descendiente del legendario Bruto el libertador de Roma, planearon una conspiración para asesinarle, César confiaba en Bruto y le tenía cariño, pero éste había sufrido ya algunos atentados, aunque era siempre prevenido por gente de su confianza. En esta ocasión, un día en marzo, cuando se dirigía a la curia del Senado, le fue entregado un papel que le advertía que Bruto planeaba matarlo ese día, César al llegar se distrajo y no leyó el mensaje. Incluso fue advertido por un adivino que desconfiara de los idus de marzo y ese día antes de llegar le dijo en son de broma "he aquí los idus de marzo" a lo que el adivino le respondió, "todavía no han pasado". Al llegar César tomó asiento dispuesto a discutir trivialidades del gobierno, los conspirados al unísono desenfundaron puñales y lo mataron, al principio este intentó defenderse pero al ver que Bruto también lo había traicionado exclamó "¡¡hijo mío!!, ¿tu también?", y se dejó matar.