Tienen una necesidad excesiva de ser
autosuficientes, ya que no confían en los demás.
El abuso de alcohol y de otras sustancias es
frecuente en estos sujetos.
El tratamiento por excelencia para este
trastorno es la psicoterapia individual con un tono profesional
y no cálido, ya que la tolerancia a la cercanía y a la intimidad
es muy baja en estas personas.
Sólo se utiliza la terapia conductual para
ayudar a mejorar sus habilidades sociales y disminuir su
suspicacia.
La farmacoterapia, en este caso, sirve solo
para controlar la ansiedad y la agitación de estos individuos.
Trastorno esquizoide de personalidad
El trastorno esquizoide de la personalidad
suele iniciarse en la niñez. La frecuencia con que se desarrolla
este trastorno no esta claramente establecida, pero se cree que
ronda en el 7,5% de la población general.
Estos sujetos suelen estar caracterizados por
un distanciamiento de las relaciones sociales y una restricción
de la expresión emocional en el plano interpersonal. Presentan
un patrón de aislamiento social de toda la vida.
Son personas que están disconformes con las
maneras habituales de interacción humana, por lo que se aíslas,
y abandonan casi todo contacto social.
Son introvertidos, no se comprometen con los
hechos cotidianos. Tienen tendencia a la quietud, no tienen
necesidad ni anhelo de contactarse con los demás.
Tienen pocas amistades, es infrecuente que
salgan con alguien o se casen, ya que les faltan habilidades
sociales y el deseo de tener experiencias sexuales.
A su vez, poseen poco o casi ningún interés
en realizar actividades, pero se desempeñan muy bien en tareas
de aislamiento social, hasta suelen preferir trabajar de noche,
para evitar contactarse con muchas personas.
El tratamiento para estas personas suele ser
la psicoterapia individual, y en algunos casos la grupal. Por su
gran introspección, son buenos pacientes, pero en el caso de
terapia de grupo suelen no involucrarse, manteniéndose en
silencio por períodos de tiempo prolongados, aún cuando el grupo
pasa a ser para ellos muy importante debido a su aislada
existencia. no obstante, debido a las características que
presentan son los candidatos primordiales para la terapia
grupal. Esta terapia se orienta en estos pacientes a su
socialización, ya que se benefician al interactuar con los
miembros del grupo.
Trastorno esquizotípico de personalidad
Las personas con este trastorno presentan un
patrón general de malestar agudo debido a déficits sociales e
interpersonales, como también, poseen conductas notablemente
extravagantes y extrañas.
Son individuos que suelen tener ideas de
referencia (interpretaciones incorrectas de incidentes causales)
o creencias raras que influyen en su comportamiento pero que son
ajenas a su subcultura.
Pueden tener un lenguaje o pensamientos
raros, como también comportamientos excéntricos.
Suelen ser suspicaces y recelosos, no tener
amigos íntimos aparte de sus familiares de primer grado.
Poseen una ansiedad social excesiva que no
disminuye con la familiarización, por lo que no se sienten
cómodos relacionándose con otras personas.
Un 3% aproximadamente de la población padece
este trastorno.
Actualmente se cree que este trastorno de la
personalidad es previo a la aparición de la esquizofrenia.
Igualmente, muchas personas mantienen este
trastorno a lo largo de su vida, se casan y trabajan, a pesar de
sus excentricidades.
El tratamiento recomendado para este
trastorno es psicoterapia individual y farmacoterapia para
tratar las ideas de referencia, las ilusiones y las rarezas de
pensamiento.
La terapia grupal está indicada, salvo
que el trastorno sea muy severo.
Trastorno antisocial de la personalidad
A estos sujetos los caracteriza un acusado
desprecio y violación por los derechos de los demás, que
comienza en la infancia. Aún así, el inicio de este trastorno
suele ser alrededor de los 15 años, siendo de una frecuencia del
3% en hombres y 1% en mujeres.
Cometen actos criminales continuamente, son
egoístas, insensibles, incapaces de sentirse culpables o de
aprender de la experiencia.
Pueden ser indiferentes o justificar él haber
ofendido, maltratado o robado a alguien.
Suelen ser sujetos que no logran adaptarse a
las normas sociales. Engañan y manipulan con tal de sacar
provecho personal de las cosas o los demás.
Con frecuencia son impulsivos debido a ser
incapaces de planificar a futuro. A su vez, suelen ser
irritables y agresivos, además de poseer una baja tolerancia a
la frustración. La irresponsabilidad en estos sujetos es una
constante.
El mero hecho de existir transgresiones
legales o sociales no hace al diagnóstico de este desorden.
Trastornos depresivos y por abuso de alcohol
u otras sustancias, están frecuentemente aparejados a este
trastorno de la personalidad.
Las personas con este trastorno no suele
concurrir a tratamiento. La manera en que son accesibles a la
terapia es estando hospitalizados o en las cárceles. En estos
casos, se recomienda los grupos de autoayuda.
Trastorno borderline o limite de la personalidad
Se cree que este trastorno afecta a de a un 1
a un 2 % de la población y es dos veces más frecuente entre las
mujeres que entre los hombres.
Esta caracterizado por una marcada
impulsividad y una notable inestabilidad en las relaciones
personales, la autoimagen y los afectos.
Se considera que las personas con éste
trastorno están situados en la frontera entre la neurosis y la
psicosis.
Los cambios de humor son muy frecuentes,
parecen estar casi siempre en un estado de crisis. Pueden haber
sufrido episodios psicóticos de corta duración y los síntomas
psicóticos de las personas borderline están siempre
circunscriptos o pueden ponerse en duda.
La conducta de estos individuos es altamente
imprevisible. La naturaleza dolorosa de sus vidas queda
reflejada en sus conductas autolesivas (se lastiman a sí mismo,
cortándose, mutilándose).
Estas personas pueden cortarse las venas y
llevar a cabo otras acciones de este tipo para llamar la
atención de los demás, para expresar ira, o para liberase a sí
mismos de los afectos que les desbordan.
Como se sienten a la vez personas
dependientes y hostiles, mantienen relaciones tempestuosas con
los demás.
Las personas border no toleran la soledad y
prefieren la búsqueda frenética de compañía, sin importarles lo
insatisfactoria que esta sea, a tener que soportarse a ellos
mismos. Suelen quejarse de sentimientos crónicos de vacío y
aburrimiento y carecen de un sentido de la identidad consciente
(difusión de la identidad).
Además suelen quejarse de lo deprimido que se
sienten la mayoría del tiempo, a pesar de la naturaleza
tormentosa de sus otros afectos.
Otto Kernberg describió el mecanismo de
defensa de la identificación proyectiva que utilizan estas
personas. En este mecanismo de defensa primitivo, los aspectos
intolerables de uno mismo se proyectan en otra persona. Esta es
inducida a desempeñar el rol de lo que se ha proyectado, y las
dos personas actúan al unísono.
Funcionalmente estos paciente distorsionan
sus relaciones presentes situando a cada persona en la categoría
"todo bueno" o en la categoría opuesta "todo malo". Ven a la
gente como figuras que le dan afecto y cubren sus necesidades, o
como personas sádicas u odiosas que les privan de su necesidad
de seguridad y, les amenazan con el abandono cuando ellos se
sienten más dependientes.
Como resultado de esta escisión (no aceptar
lo bueno y lo malo de cada individuo), la persona buena es
idealizada y la mala es devaluada. Son frecuentes los cambios de
categoría que sufren las personas que rodean a los individuos
border.
Estas personas son capaces de empatizar y
ofrecer algo a los demás, en tanto y en cuando exista la
expectativa de que la otra persona este "allí" para
corresponderles, satisfaciendo sus propias necesidades o
demandas.
Suelen presentar una alteración de la
identidad caracterizada por una notable y persistente
inestabilidad en la autoimagen o en el sentido de una mismo. Por
ejemplo, cambios bruscos y dramáticos de objetivos, valores u
aspiraciones profesionales.
También como pueden cambiar repentinamente de
opiniones, planes sobre el futuro, los estudios, la identidad
sexual, su escala de valores y de tipos de amistades.
Si bien lo habitual es que su autoimagen este
basada en ser perverso o desgraciado, a veces los individuos con
este trastorno tienen también el sentimiento de que no existen
en absoluto. Estas experiencias, suelen ocurrir en situaciones
en las que el sujeto percibe una falta de relaciones
significativas, de ayuda y de apoyo. Pueden presentar un mal
rendimiento laboral o escolar.
Las personas con este trastorno demuestran
impulsividad en distintas áreas, potencialmente peligrosas para
ellos mismos. Pueden apostar, gastar dinero irresponsablemente,
darse atracones de comida, abusar de sustancias o del alcohol.
Son capaces de realizar esfuerzos frenéticos
para evitar un abandono real o imaginario.
Los actos autodestructivos suelen estar
precipitados por los temores a la separación o al rechazo o por
la expectativa de asumir mayor responsabilidad.
La automutilación puede ocurrir durante
experiencias disociativas y a menudo les proporciona un alivio
por el hecho de reafirmarles en su capacidad para sentir o
porque le servir para la expiación de un sentimiento de maldad.
Sufren una intensa angustia que no les es
posible controlar y son muy sensibles a los cambios ambientales.
El estado de animo básico de tipo disfórico
de los sujetos suele ser interrumpido por periodos de ira,
angustia o desesperación y son raras las ocasiones en las que un
estado de bienestar o satisfacción llega a tomar el relevo.
Es frecuente que éstos individuos expresen
ira inapropiada e intensa o que tengan problemas para controlar
la ira.
Frecuentemente la ira es desencadenada cuando
consideran que, una de las personas se ocupan de ellos, lo va a
abandonar. Estas expresiones de ira suelen ir seguida de penas y
culpabilidad, contribuyendo al sentimiento de ser malos que
poseen.
Los sujetos con este trastorno de la
personalidad pueden presentar un patrón de infravaloración si
mismos en el momento en que están apunto de lograr un objetivo.
Algunos, presentan síntomas similares a los
psicóticos (por ejemplo alucinaciones, distorsiones de la imagen
corporal, ideas de autoreferencias) durante los periodos de
estrés.
En las histories de la infancia de los
sujetos con trastorno limite de la personalidad son frecuentes
los malos tratos físicos y sexuales, la negligencia en su
cuidado, los conflictos hostiles y la perdida temprana o la
separación parental.
Trastorno histriónico de la personalidad
Es un trastorno que suele presentarse entre
un 2 y un 3% de la población general, mayormente en mujeres que
en hombres.
Generalmente son sujetos que presentan una
búsqueda de atención marcada, que poseen una conducta exuberante
dramática, extrovertida y una excesiva emotividad.
Su habilidad para mantener relaciones
profundas y a largo plazo esta debilitada, debido a que
frecuentemente están jugando un rol, y hasta pueden tratar de
ejercer el control de la relación mediante manipulaciones
emocionales. Por esta razón, que son propensos a intentos
suicidas o amenazas, con el fin de llamar la atención.
Su aspecto y comportamiento suele ser
inapropiadamente provocadores y seductores desde el punto de
vista sexual. Para impresionar a los demás utilizan su aspecto,
el cual cuidan minuciosamente.
Su expresión emocional puede ser superficial
y rápidamente cambiante, tienen una forma de hablar
excesivamente subjetiva y carentes de matices.
La gesticulación y la vocalización exagerada
suele ser my común en su conversación.
Son sujetos que buscan la novedad, la
estimulación y la excitación, y se frustran cuando se les
retrasa la satisfacción. A su vez, suelen considerar sus
relaciones personales más íntimas de lo que son en realidad.
Estas personas suelen presentar abuso de
sustancias, depresión y tender a la promiscuidad.
El tratamiento de elección para estas
personas es el psicoanalítico, individual o grupal, ya que son
individuos que con frecuencia no son conscientes de sus
verdaderos sentimientos y se beneficiarían al clarificarlos.
Trastorno de la personalidad narcisista
Se encontró que menos de 1% de la población
general presenta este trastorno, pero que la cifra sube hasta un
16% en la población que utiliza los servicios de salud mental.
Son individuos que presentan un sentimiento
exagerado en relación a la importancia de su persona, o están
convencidos de poseer características peculiares que lo
diferencian de los demás.
Su autoestima esta aumentada por el valor
idealizado que le otorgan a las personas que los rodean. A su
vez, la vulnerabilidad de su autoestima los hace muy sensibles a
críticas o a la frustración.
Tienen fantasías de éxito ilimitado, junto a
una permanente necesidad de admiración y atención.
Dirigen sus afectos a ellos mismos, poseen
una falta de interés en los sentimientos de los demás y son
pretenciosos, características que le producen problemas en las
relaciones interpersonales.
La ilusión de ser una persona especial tiene
en general un sustento pobre y su aire de superioridad molesta y
altera a los demás.
El número de casos diagnosticado va en
aumento debido a que existe un riesgo elevado en los hijos de
padres con este trastorno, ya que se les inculca un sentido de
omnipotencia, grandiosidad y belleza poco realista.
El envejecimiento es muy mal tolerado por
estas personas, cuyos valores rondan la juventud, la belleza y
la fuerza.
Se caracteriza por ser un trastorno crónico y
difícil de tratar, ya que se necesitaría que estas personas
renuncien a su narcisismo para progresar en la terapia.
Las terapias psicoanalíticas de Kohut y
Kernberg son las más recomendadas para conseguir ese cambio.
Trastorno de la personalidad por evitación
Se considera a este trastorno como frecuente,
debido a su alta porcentaje de aparición en la población que
oscila entre el 1 al 10%.
Los niños tímidos son más proclives a
desarrollar este trastorno de la personalidad, que niños más
extrovertidos.
A este trastorno lo caracterizan una extrema
sensibilidad al rechazo, que los conduce a una vida social de
abandono y unos sentimientos de adecuación.
Son tímidos, no asociales, ya que poseen un
gran deseo de estar acompañados pero necesitan de garantías
inusuales de aceptación sin críticas por parte de los demás.
Presentan un alto nivel de ansiedad frente a
la posibilidad de rechazo por lo que evitan contactos
interpersonales. Suelen malinterpretar las respuestas de los
demás, percibiendo críticas en donde no las ahí y recurriendo a
un mayor retraimiento para evitarlas.
Se ocupan en actividades marginales, con poco
interés por el avance personal y el ejercicio de la autoridad.
Se ven a sí mismos como socialmente ineptos,
personalmente poco interesantes o inferiores a los demás. Se
muestran con incertidumbre y pérdida de confianza en sí mismos.
Si se mueven en un ambiente protegido, son
personas capaces de desenvolverse funcionalmente. Se pueden
casar, tener hijos, pero si este apoyo falla, deprimen, se
tornan ansiosos e iracundos.
Es muy común la evitación fóbica y la
presencia de fobia social, en estas personas.
Para estos pacientes se recomienda la
terapia individual y grupal. La terapia conductual sirve
para estos pacientes, de utilizarse el entrenamiento en las
habilidades sociales, para así poder aprender a expresar sus
necesidades abiertamente y mejorar su autoestima.
Trastorno de la personalidad por dependencia
Es un trastorno más común entre mujeres que
en hombres, siendo más frecuentes en niños pequeños y más
proclive en personas que sufrieron una enfermedad crónica en la
infancia.
La característica esencial de este desorden
es la necesidad general y excesiva de que se ocupen de uno,
ocasionando sumisión y temores de separación.
Por esta marcada tendencia a la necesidad de
aprobación de afecto de los otras, viven de acuerdo a los deseos
de los demás.
Por su pesimismo e inseguridad en ellos
mismos, buscan la protección y ser dominados por los demás.
Por falta de confianza en si mismos, permiten
que otros asuman responsabilidades en áreas importantes de su
vida.
Experimentan una intensa disconformidad
estando solos, aún durante breves períodos debido que
experimentan ansiedad al enfrentarse a la toma decisiones.
Sus relaciones sociales tienden a limitarse a
las pocas personas de las que depende. De perder a esa persona,
es muy probable que desarrollen un trastorno depresivo.
La ansiedad y la
depresión son síntomas que suelen asociarse este trastorno, que
deben ser tratados adecuadamente.
Con tratamiento, el pronóstico de este
trastorno es favorable. Las terapias orientadas a la
introspección ayudan a estas personas a volverse más
independientes, a tener mayor confianza en sí mismos y a
desarrollar habilidades sociales.
También dan buenos resultados la terapia
conductual, la terapia familiar, la
terapia de grupo y el entrenamiento de las habilidades
sociales.
Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad
Las personas con trastorno
obsesivo-compulsivo de la personalidad presentan una exagerada
preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control, lo
que les provoca una merma en su flexibilidad, espontaneidad y
eficiencia.
Son individuos con limitaciones para
expresarse emocionalmente, perseverantes, obstinados e
indecisos.
Suelen ser rígidos, escrupulosos, con una
conciencia y critica exagerada de sí mismos y de los demás.
Tienen agudeza de juicios y tendencia a la exploración.
Se ocupan de los detalles triviales, de las
normas y de los procedimientos con gran ansiedad.
Tienen pocos amigos pero logran una
estabilidad matrimonial y éxito personal.
Debido al exceso de minuciosidad con el que
desenvuelven sus tareas, les resulta difícil tomarse vacaciones
o momentos de placer y hasta a veces, por el tiempo que les
implementa, pierden de vista la eficiencia o la finalización de
las tareas.
Son personas que se sienten a gusto
trabajando en posiciones en las que se requiere de un trabajo
metódico, detallado pero sin grandes cambios.
A veces, en el
transcurso de este trastorno, se pueden desarrollar obsesiones y
compulsiones.
Adolescentes que padecen este trastorno de la
personalidad pueden desarrollar una esquizofrenia, como crecer
para convertirse en adultos abiertos y amorosos.
Estas personas son las únicas, entre todos
los otros trastornos de la personalidad, que reconocen estar
sufriendo y buscan ayuda.
Se recomienda la terapia de grupo y la
terapia conductual, por sus ventajas para este trastorno. El
reconocimiento en grupo de sus cambios, es una recompensa que
los lleva a seguir adelante, mientras que en el caso de la
terapia conductual les proporciona estrategias de
afrontamiento para disminuir la anticipación y la ansiedad
elevada de estas personas.
Tratamiento
Tratamiento difícil por la escasa
colaboración del individuo y del medio.
No siempre hay una conciencia permanente de
anomalía caracterial.
Los psicofármacos son un recurso para
normalizar la psicopatología del sujeto y potenciar su
estabilidad emocional.
La presencia del terapeuta atenúa los
perfiles psicopatológicos del paciente y reduce su
conflictividad con el medio.
Múltiples modalidades: psicoanálisis,
psicoterapia psicoanalítica, psicoterapia de apoyo, terapia
grupal, terapia familiar, terapia ambiental, hospitalización y
farmacoterapia.
En cuanto a la terapia grupal de los
trastornos de la personalidad se aconseja tratarlos en grupos
heterogéneos, es decir, con pacientes que presentan otro tipo de
trastornos. |