Salimos el veintisiete del tercer Mes.
El cielo del alba envuelto en vapores; la luna en menguante
y ya sin brillo; se veía vagamente el monte Fuji.
La imagen de los ramos de los cerezos en flor de Ueno y
Yanaka me entristeció y me pregunté si alguna
vez volvería a verlos. Desde la noche anterior mis
amigos se habían reunido en casa de Sampu, para acompañarme
el corto trecho del viaje que haría por agua. Cuando
desembarcamos en el lugar llamado Senju, pensé en
los tres mil ri de viaje que me aguardaban y se me encogió
el corazón. (1) Mientras veía el camino que
acaso iba a separarnos para siempre en esta existencia irreal,
lloré lágrimas de adiós:
Se va la primavera,
quejas de pájaros, lágrimas
en los ojos de los peces.
Este poema fue el primero de mi viaje. Me pareció
que no avanzaba al caminar; tampoco la gente que había
ido a despedirme se marchaba, como si no hubieran querido
moverse hasta no verme desaparecer.
Notas:
- Senju era la primera posada en el camino del
norte. Ri: medida antigua de longitud; cada
ri estaba compuesto de 36 cho; un cho equivale
a 109 metros y un ri a 3,92 Km. Tanto en la
poesía china como en la japonesa, la
expresión “tres mil ri” equivale
a “gran distancia”.
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