El río Mogami sale del Señorío de Michinoku, deja atrás Yamagata y bordeando el costado norte del monte Itajiki, desemboca en el mar de Sakota. En su trayecto fluye entre gargantas angostas y erizadas, como Goten y Hayabusa. A la izquierda y a la derecha las montañas parecían juntarse sobre nuestras cabezas, mientras el barco se deslizaba bajo la espesura de los árboles que crecen a sus flancos. A barcos como el nuestro los llamaban “barcos de arroz”. (1) Vimos despeñarse a la cascada de Shiraito entre el verde follaje y a la orilla, colgado de un farallón, al Templo del Ermitaño. Por la crecida, la navegación era ardua:
Junta las lluvias
del Quinto Mes el río-
y al mar las lanza.
Notas:
- Alude a un viejo poema anónimo que figura en la antología clásica Kokinshu:
Por el río Mogami
suben y bajan
las barcas de arroz:
no lo tomes por desdén,
sólo que este mes …
El poema gira sobre un juego de palabras, arroz y desdén, intraducible.
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