Historiador, periodista, docente y crítico italiano de
destacada actuación en Uruguay. Arribó al Río de la Plata en 1856
instalándose en Corrientes. Por razones políticas emigra a Buenos Aires
cuatro años después, donde comienza la publicación periódica
"L’Italiano". En los círculos periodísticos conoce a varios
emigrados uruguayos a causa de la revolución del 1863-65 (la Cruzada
Libertadora de Venancio Flores). Uno de estos, José Antonio Tavolara (que
más tarde participa en la fundación del Club Universitario) presenta a
Desteffanis con el general Flores, quien lo invitó a ocupar el puesto de
profesor de Historia Universal en la Universidad Mayor. Sus clases
comenzaron en 1866, y enseguida se aboca a la tarea de dotar de un texto básico
a su cátedra. Este fue el Ensayo sobre Historia Universal de
Prevost Paradol, al que adicionó algunas notas, las lecciones que dictara
en el primer trimestre y su metodología de trabajo. Su fama de anti-artiguista,
fue usada por el gobierno de Santos para deshacerse de él, despidiéndole
de la cátedra. La libertad de pensamiento que invocara Desteffanis no le
ayudó a resolver el conflicto. Recién en 1887, en el gobierno de Tajes,
se le restituye aula de Historia Universal, en la que permanece hasta poco
antes de su fallecimiento.
En Uruguay Desteffanis comenzó su actividad periodística como
colaborador y redactor del diario "La Tribuna" junto a Fermín
Ferreira (rector de la Universidad entre 1856-67). Años más tarde (1878)
funda con el Dr. Odiccini un periódico dirigido a los emigrados
italianos, "L’Era Italiana", que se convirtió en
"L’Italia" de 1882. Colabora con "El Siglo" (diario
que reunió a muchos de los jóvenes que se iniciaron en el Club
Universitario) como crítico teatral, lo que le vale el reconocimiento del
público en general. En 1892, en colaboración con el Dr. Lapeyre, traduce
la Historia de la civilización, de S. Doucoubray, publicada en dos
tomos. A ellos Desteffanis añade sus propias ideas sobre filosofía de la
historia, que anteriormente había editado en los Anales del Ateneo,
del cual era miembro.
Desteffanis poseyó una de las mayores bibliotecas particulares del país,
con 25.000 volúmenes específicos sobre ciencias históricas. Con
frecuencia donaba libros de historia y filosofía al Club Universitario,
como consta en los documentos, para surtir una biblioteca que crecía con
cierta celeridad (3000 libros en 1873), en razón de una población
estudiantil formada por unos ciento cincuenta alumnos. No solo permaneció
asociado al Club Universitario durante su existencia (1868-1877), sino
también al Ateneo del Uruguay (resultado de la fusión del Club
Universitario con otras instituciones culturales de la época) y al Ateneo
de Montevideo (desde 1886), hasta el fin de sus días. En ocasión de ser
nombrado por los estudiantes que formaron el Club, como socio honorario,
Desteffanis se dirige en el lenguaje formal de la época a su presidente,
expresándole su satisfacción. En su valoración el profesor italiano
deja entrever su postura antipositivista, pero no obstante abierta al
desarrollo del pensamiento científico e intelectual. Resulta por demás
interesante que trace en pocas líneas la vinculación que, no solo él
sino toda la intelectualidad uruguaya, ve entre desarrollo científico y
democracia, es decir entre progreso material y libertad política. Nótese
esto en la siguiente carta, breve pero significativa:
Montevideo, Octubre 16 de 1868.
"(...) Al aceptar agradecido el título de socio honorario
del Club que Ud. Dignamente preside (se refiere al primer presidente,
Pablo Goyena), yo formulo Señor, los votos más firmes por el progreso de
una Sociedad destinada, por sus nobles e idealísticas tendencias a
contener los avances del espíritu de positivismo material que invade en
pos de las hermosas playas de esta orilla del Plata.
Yo presencio alborozado el espectáculo halagueño que acaba de
ofrecer la Juventud Oriental alistándose en falange sagrada para dar sus
primeros pasos en la senda gloriosa, pero difícil y costosa, de las
conquistas científicas ___ las únicas que ambicionan los pueblos
verdaderamente democráticos.
¡Adelante, pues, mis jóvenes amigos! ¡Que las contrariedades,
los sinsabores inevitables no desalienten a vuestros espíritus generosos,
no os hagan arredarse un ápice de vuestros nobles propósitos!.
(...)".
Bibliografía. Club Universitario. Colección
de documentos manuscritos. T. 2, 1870-71. / Club Universitario. Libro
de donaciones. 1869. Original manuscrito. / Zum Felde, Alberto. Proceso
intelectual del Uruguay. Montevideo. Nuevo Mundo. 1967. T. 1. Nº 48.
/ Fernández Saldaña, José. Fichas para un diccionario uruguayo de
biografías. Montevideo. Talleres Gráficos "33". 1945. T.
1. / Patiño, Héctor. Ateneo de Montevideo. Una historia que comienza
el 5 de setiembre de 1868. Montevideo. Folleto explicativo. 1997. |